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UN CAMBIO DE RUMBO

Quién nos iba a decir que el cansancio acumulado durante los cuatro primeros días en el sur de España iba a convertirse en una experiencia única al cruzar los catorce kilómetros que nos separan del continente africano.

En estos quince días hemos conseguido desprendernos de nuestra rutina y salir de nuestra zona de confort, para así entrar en un tercer mundo desconocido para la mayoría. Nuestros miedos han quedado atrás gracias al apoyo de todo el equipo de España Rumbo Al Sur, que han conseguido que creamos en nosotros mismos y nos han hecho ver que no tenemos límites.

Gracias a esta oportunidad que nos han brindado, hemos llegado a tener  unos valores que veíamos  lejos  al principio de la expedición. Sin embargo, nos ha sido difícil alcanzar esos valores, ya que el día a día acaba siendo agotador. Todas esas largas e irrepetibles marchas que empezaron en Doñana, se dirigieron rumbo a África, hacia zonas como el Atlas y el Sahara, son la causa de nuestro cansancio. Otra de nuestras preocupaciones es el factor sorpresa que nos mantiene en ascuas durante todo el día, sin saber por ejemplo las horas de sueño o nuestro próximo destino.

Acercándose ya el final de esta inolvidable expedición,  nos damos cuenta de la suerte que hemos tenido de haber podido disfrutar de este viaje. Una oportunidad que no todos viven y los que sí, son personas que nos llevamos para siempre.

 

Lucía Sierra, Alejandra de Dalmases, Lucía Varela, Marta Tellería, Carolina Marín.

 

Día 11 de la expedición. “Primer día en el desierto del Sahara”.

Seis y cuarto de la mañana, es hora de levantarse. Abro los ojos y me doy cuenta de que me encuentro en un lugar y tiempo único. Estoy dentro del saco, en el desierto del Sahara, viendo amanecer. Como todos los días nos ponemos a hacer deporte, una serie de ejercicios para preparar el cuerpo un día más. Toca recoger y hacer el macuto para volver al pueblo donde pasaremos todo el día.

Al llegar tenemos tiempo para desayunar y justo después nos dividimos en grupo para comenzar los talleres.

La primera actividad que le toca a mi grupo es piscina, ¡Qué ganas teníamos todos de sumergirnos en agua¡ Lo pasamos como niños pequeños, nos costó salir del agua para ir al siguiente taller. Este segundo taller trataba la arquiterapia. En este taller nos emparejamos con personas con las que conocemos menos. Nos miramos a los ojos unos instantes. En ese tiempo deberíamos imaginarnos cómo era esa persona y cuando el tiempo acabase, dibujarlo.

El Padre Jesus nos dio un taller sobre literatura y técnicas de escritura para ayudarnos a realizar nuestras crónicas y escritos con estilo literario y con alma.

El último taller lo dio Roberto Becares el periodista que trabaja en el periódico “El Mundo”.  En él, pudimos preguntar todas las dudas que teníamos sobre el periodismo tras haber escuchado una explicación previa sobre su experiencia en determinados medios.

Al caer el sol, empezamos una marcha que duraría varias horas con destino a un oasis. En ésta ruta nos acompañan locales que nos guiarían con camellos. A mí me tocó montar en camello en el último turno y puedo decir que ha sido, hasta ahora, una de las mejores experiencias de mi vida.

Desde arriba contemplas el rastro que vamos dejando mientras caminamos en silencio para experimentar  verdaderamente cómo es formar parte de una caravana en el desierto.

Llega la hora de dormir. Me meto en el saco. Miro al cielo estrellado y me invade una sensación de libertad y serenidad. Cierro los ojos y el día acaba.

Irene Prieto

CRÓNICA DIA 11

Con el buenos días de Pablo nos despertamos para rápidamente empezar con algunos ejercicios para el core. Las vistas son impresionantes. El sol sale por el este e ilumina todo el desierto del Sahara con sus dunas interminables. A las 9 de la mañana el sol pica tanto como las 15h en España. El calor hace insoportable realizar ninguna actividad y nos dejan salas del hotel. Primero empezamos con un rato de piscina acabando con una buena ducha. ¡Qué gusto! No podía sentirme más limpia. Seguimos con el taller de las Rocíos sobre arteterapia psicográfica. Es el momento para pensar cómo me siento; agradecida por estar estos momentos aquí, entusiasmada por las pequeñas aventuras que nos quedan por vivir en los pocos días que faltan y con ganas de volver para contar lo ocurrido. El siguiente ejercicio es en parejas y voy con Isa. Mirando a sus ojos tengo que suponer lo que es  la otra persona y plasmarlo a través de un dibujo. Isa, me describe genial y me ha encantado su descripción. El último taller ha tocado con Carlos y el padre sobre arqueología.

En el tiempo libre, como ya nos ves, en la cafetería tomando una coca cola, un lujazo. Por la tarde nos ponemos rumbo al desierto y en un abrir y cerrar de ojos, estoy a dos metros del suelo montada en un dromedario bajo la luna, saboreando una nueva experiencia nunca vivida, intentando no pensar en cuanto tiempo estaría encima del animal y disfrutando del momento.

Con cansancio llegamos a nuestro destino, y tras una charla y una película, el sueño se apodera de mí.

Clara OrtÍ 

 

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