Ya ha terminado la fase en la Base de Cerro Muriano. Cuatro días que, para algunos, parecieron interminables, pero ahora quedan atrás.
En Cerro Muriano, adquirimos una nueva perspectiva de la vida y aprendimos valiosos valores como la disciplina y el compañerismo. Personas que antes eran desconocidas establecieron lazos de amistad tras horas de esfuerzo bajo el ardiente sol de Córdoba. Trabajando juntos, comprendimos la importancia de la cooperación y el trabajo en equipo. Aunque éramos un grupo diverso, reunidos de diferentes lugares, compartíamos una misma pasión por participar en el ya consolidado ERS.
Las jornadas comenzaban temprano, con la motivadora canción «El novio de la muerte» rompiendo el silencio de la base. Sin duda, recordaré con entusiasmo esa canción.
Las tardes y parte de las mañanas estaban reservadas para emocionantes conferencias, que para algunos se hacían eternas debido a las escasas horas de sueño.
A medida que pasaban los días, nuestros lazos de amistad se fortalecían. Compartimos risas, historias y momentos inolvidables. Nos apoyamos mutuamente en momentos de fatiga o dificultades, recordándonos constantemente que éramos un equipo unido en esta aventura.
Ahora, al dejar atrás la base de Cerro Muriano, nos despedimos de aquellos con quienes compartimos esta experiencia única. Llenos de emoción y gratitud, nos dirigimos hacia nuestro próximo destino: Senegal. La incertidumbre y la emoción se entrelazan mientras nos preparamos para enfrentar nuevos desafíos y descubrir una cultura completamente diferente.
El viaje continúa y nuestra sed de aprendizaje y servicio sigue creciendo. Sabemos que Senegal será sin duda un desafío, pero no dudamos en nuestra capacidad . ¡Senegal, nos vemos pronto…!
Gonzalo Fernández Navarro
Expedicionario ERS 2023
