Crónica 1ª Fase. Antonio Canda Gil

1ª Fase: Academia de Infantería – Toledo

27 de junio 2024

Llegué con mi padre a Toledo a las 12:30 de la mañana, en la puerta de la Academia de Infantería comenzaba la primera fase de esta expedición. Fui el primero en llegar y me acerqué a preguntar a la garita. El soldado empezó a leerme el programa y…, en un momento dado, dejó de leer en voz alta, se sonrió maliciosamente y me dijo: “Va a haber sorpresas”. Ahí supe que esta aventura en Toledo me iba a gustar.

Pronto llegaron dos expedicionarios de Navarra, subiendo las cuestas con sus mochilas al hombro, Noelia y Aidan, estuvimos casi una hora hablando los tres y entonces llegó Sandra de Valencia. Nos empezamos a conocer mientras esperábamos hasta la apertura de puertas. Pronto llegaron personas de la organización y entramos a la Academia. Una vez dentro, el grupo no dejó de crecer pero antes, los cuatro, ayudamos a Isa a preparar la recepción y dimos una vuelta por las instalaciones militares; también empezamos una pachanga de fútbol en el pabellón que acabó siendo multitudinaria.

Conforme llegaba el resto de expedicionarios fuimos conociendo a mucha más gente, dejamos la documentación, nos organizaron en grupos y me asignaron a mi binomio, Manuel de Madrid.

Recibimos dos charlas informativas y, ¡marcha nocturna hacia el campamento de Sisla!, donde llegamos a las dos y media de la noche. Allí cenamos una ración de campaña y a dormir.

 

28 de junio 2024

Tras dos horas y media de sueño (lo máximo que iba a dormir en una misma noche en Toledo) comenzó el toque de diana con música de la Legión Española. Nos levantamos y marchamos directos hacia las pistas de entrenamiento. Allí separaron al grupo en dos mitades, 60 compañeros fueron a la pista de combate mientras que el resto nos dirigimos a la pista americana de obstáculos. Conseguí superarlos todos y, en los más difíciles, los militares me felicitaron y realmente fue una pasada.

Más tarde, sobre las 10:00, desayunamos en la pista de frontón y conocimos a todos los militares que se habían presentado voluntarios para prepararnos. Mi grupo, el 4, tiene como monitores a Sergio y a Chema y, como “general” a don Alberto Hidalgo, de Málaga.

Se habían organizado tres charlas, sobre geopolítica, cooperación, etc. Me resultó gracioso que los dos militares de alto rango defendían visiones contrarias sobre valores y geopolítica y se picaron entre ellos mientras Telmo hacía preguntas controvertidas que echaban más leña al fuego.

Recibimos la visita del Director General de la Fundación Mutua Madrileña, nuestro patrocinador principal, a quien le estoy muy agradecido por esta oportunidad que nos brindan.

Durante este día, seguimos haciéndonos amigos y conocí a mucha gente estupenda, al resto de sevillanos de la expedición y a Fran de Navarra con el que he hecho muy buenas migas.

 

29 de junio 2024

Un día más, recibimos al amanecer con música de la Legión, son las seis de la mañana en el campamento de Sisla… hoy nos toca entrenar en la pista de combate y me motiva mucho, así que recogemos e inmediatamente nos ponemos en marcha, no sin antes haber matado a un par de garrapatas que me rondaban. Llegamos los primeros a la pista de combate y, como la finalizamos temprano, Hidalgo –convertido ya en nuestro Caudillo Hidalgo- nos llevó a ver todos los tanques (el más chulo era el Pizarro), helicópteros y piezas de artillería de la base. Esta visita era un poco secreta pero nadie se dio cuenta y llegamos a tiempo para desayunar con todos.

Durante el resto de la mañana aprendimos cómo desfilar con paso ordinario, ligero y otra serie de comandos. Una vez entrenados realizamos el desfile y fuimos a comer.

La tarde fue, sin duda, la más dura de todas porque se juntaron la falta de sueño con varias charlas seguidas. Fue inevitable y acabé siendo la primera “maceta” de la expedición, pero ni mucho menos la única… Pudimos aprovechar media hora en la piscina, cenamos en las pistas de frontón y, de nuevo, una marcha nocturna hasta nuestro campamento llena de “sustos” (para algunos más que para otros) que nos habían preparado nuestros amigos militares. Nuestro día se terminaba sobre las cuatro de la mañana…

30 de junio 2024

Era domingo e iba a ser nuestro último día de formación en la Academia de Infantería, preparándonos para nuestra expedición a Panamá con España Rumbo al Sur. Nos levantamos una hora más tarde de lo habitual, todo un premio, y desayunamos.

Después, competimos por el mejor tiempo en la pista americana pero el cronometraje fue un poco caos. También recibimos clases de submarinismo y me gustó tanto bucear que tuvieron que venir a buscarme para quitarme las bombonas de oxígeno porque yo quería seguir moviéndome por el fondo. En este rato aprovechamos para practicar natación que es un deporte que me encanta y que se me da muy bien, así que estuve encantado.

El coronel nos dio una charla de despedida en la Sala Magna, los militares nos hicieron regalos (llevo con mucho orgullo mi pulsera) y con gran pena me despedí de mi querido Caudillo, Alberto, ¡qué grande eres! ¡Gracias por estos días!

Tocaba recogerlo todo y despedirse –por poco tiempo- de todos mis amigos expedicionarios y de la organización.

Cuando salí de la Academia sabía que me llevaba grandes momentos y muy buenos recuerdos. Allí vi a mi padre que me esperaba y comencé el camino de vuelta hacia Sevilla contándole muchas cosas de las que habían pasado y callándome otras…

Antonio Canda Gil
Expedicionario 2024

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