El agua de la lluvia del Darién chocaba con nuestra tienda. Nos despertó. Aún no había amanecido pero en Rumbo no se pierde ni un minuto. Comenzamos el día con nuestra ya tradicional sesión deportiva. Sin embargo, esta vez fue breve, un nuevo diluvio caribeño comenzaba y corriendo tuvimos que recoger el campamento.
Las horas siguientes fueron de improvisación y espera. Finalmente, los 12 grupos de expedicionarios logramos embarcar rumbo a Necoclí. Como no, el equipo de cocina nos recibía con unos deliciosos sandwiches que sabían a gloria.
Nuestra siguiente parada, tras dos horas de bus entre risas, charlas y miradas confidentes que se pasaron volando, llegamos a Arboletes. Una vez allí, los locales nos ofrecieron una demostración de danzas e instrumentos tradicionales. Lo curioso fue que los más pequeños fueron los protagonistas del espectáculo. A eso de las 19:00, comenzaba a anochecer y tocaba cerrar el día en la finca «La Manuela» con una película bajo la tímida luz de las estrellas.
Ruth González Bris
Expedicionaria ERS 2025


