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CRÓNICA: CÁDIZ

Todos los veranos, desde hace 15, la expedición España Rumbo al Sur viaja a algún país de África, con jóvenes en los últimos años de colegio. Este año era Ruanda, pero el Covid 19 oblIgó a aplazar la aventura a agosto de 2021. ¿Y 2020?

Sería contrario al espíritu de la expedición que dirigen Telmo Aldaz e Isabel Ussía resignarse a no hacer nada, desaprovechar los resquicios que permiten los protocolos de prevención del virus. Por eso han elegido tierras de Huelva y Cádiz, que los jóvenes de España Rumbo al Sur recorren desde el pasado día 2 hasta el 10. El lema de esta edición es “En busca de la Atlántida”.

Desde que en uno de sus diálogos Platón situase la Atlántida más allá las columnas de Hércules, exploradores de todo tiempo y lugar han buscado en las zonas de Huelga y Cádiz restos de esa civilización perdida. Por el momento, sin éxito. No parece que Rumbo al Sur vaya a hallar el primer vestigio.

Pero no se trata de eso. La expedición, más que de carácter científico, es aspiracional: que los expedicionarios salgan de sí mismos, conozcan a otros jóvenes, desgasten la suela de sus botas, duerman al raso, echen de menos las comodidades del día a día y regresen a casa con más preguntas que respuestas. En definitiva, que vivan una aventura juntos.

Después de unos días en Huelva, el viernes 7, la expedición desembarcó en Cádiz, tras recorrer a pie, en paralelo con la línea del horizonte, 35 kilómetros de costa del Coto de Doñana, en una agotadora jornada con sus horas de día y de noche.

En Cádiz, tras acampar en El Puerto de Santa María, el centenar de jóvenes de la expedición, acompañados de sus profesores, técnicos y monitores, visitaron en San Fernando el panteón de marinos ilustres, aquellos capitanes intrépidos que, cuando la tormenta amenazaba con hacer naufragar las naves, conjuraban a los elementos, infundiendo ánimos a sus hombres: “¡Adelante, españoles valiente, el océano tiembla ante nosotros!”.

Como continuación, los expedicionarios divisaron con sus ojos el meridiano de Cádiz, la línea imaginaria que durante siglo y medio rigió la cartografía, recorrieron la base naval de Rota y, obligados por la cortesía, le cantaron una salve marinera a la patrona de Cádiz, Nuestra Señora del Rosario, en el convento de Santo Domingo.

El año que viene será Ruanda, si las circunstancias lo permiten, siempre que España Rumbo al Sur no se marque un objetivo más asequible que la búsqueda de la Atlántida, pero también ambicioso: el descubrimiento de Tartesos.

Gonzalo Altozano
Cronista Oficial ERS

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