Crónica día 15

La expedición de “Madrid Rumbo al Sur” finaliza su periplo por Marruecos en Asilah y Tetuán, visita Ceuta y regresa a la península.

TOLEDO EN ASILAH

La noche en la playa de Asilah ha sido toledana. El fuerte viento del norte, además de provocar que nos cale hasta los huesos un frío húmedo, ha levantado la arena, que se colaba sobre las esterillas, dentro de los sacos, entre el pelo, en el interior de los oídos… De las cabezas.

Para animar el cotarro, a las tres de la mañana, una boda marroquí, lo que trasladado al lugar al lado de la carretera donde acampamos, se traduce en una enorme caravana de coches, motocarros y ciclomotores acelerando, revolucionando motores y tocando bocinas.

Con todo esto, los adultos, monitores y equipo, casi hemos recibido con alivio nuestros turnos de guardia nocturna al lado de alumnos y vehículos, vigilancia que se ha decidido por situarse nuestro campamento en los arrabales de la ciudad, en zona abierta y conociendo que no son pocos los africanos que se intentan colar en vehículos europeos para llegar a España.

Vaya nochecita.

DOS TOROS DOS

Carlos Toro, responsable de las cuentas de la expedición, me pide que felicte a su hermano Paco. Hoy es su cumpleaños. Se llevan 4 años. Por supuesto, aclara Carlos, su hermano es mayor que él, porque lo contrario, dice, sería prácticamente imposible dado lo “insultantemente joven” que es. Y se ríe. Pues felicidades al mayor de los dos Toro.

ESCENARIO MEDINA

Accedemos a la Medina de Asilah a través de un arco de medio punto en el centro de una muralla flanqueada por torreones. En el interior, estrechas, serpenteantes y limpias callejuelas de deslumbrantes casas blancas con puertas y ventanas azules, y celosías. El toque contemporáneo lo aportan diversos graffiti y letreros ornamentales, pintados sobre la cal de los muros. Cada pocos pasos, tiendas de artesanía y recuerdos. Escenario hermoso que aprovechamos para una foto de grupo. Pero escenario al fin y al cabo, porque destaca por su ausencia el calor de la gente por la calle, inexistente. Como si la Medina fuera sólo atrezzo, sólo para visitantes.

Fuera de este escenario, la ciudad es caótica, el tráfico entrecruzado, las terrazas exuberantes, las casas desconchadas. Las calles, africanas. Quizás todo más auténtico. Quizás.

POLIZONES

Desde Asilah, el convoy se desplaza por carretera hacia Tetuán, antigua capital del protectorado español. Al pasar, por Tánger, de camino, paramos en un semáforo. De repente, puñados de niños y jóvenes corren hacia nosotros y se encaraman a los portones traseros de los autobuses, que cubren el motor, o a los camiones. Desde las pick ups miembros del equipo los van descabalgando sin demasiado esfuerzo, tan solo el de vigilar y espantar en cada parada a estos enjambres de desdichados. Están tan desesperados que ni siquiera sabiendo que no tienen la más mínima oportunidad de colársenos, lo siguen intentando, casi a desgana. Dudo incluso que su objetivo sea verdaderamente cruzar a España a bordo de nuestros coches, y llega a parecerme que sólo practican este deporte como entretenimiento. O por aburrimiento. Desdichados.

TETUÁN

Tetuán, antigua capital del protectorado español en Marruecos, aparece empotrada entre el mar y los agresivos y escarpados riscos característicos de la geografía del Rif. Riscos quebrados y envelados por nubes. Tetuán, nos explica nuestro historiador, Joaquín Asenjo, fue doble sede de autoridades: durante esa época del protectorado, ahí tenía su residencia el Alto Comisario español, y también la tenía el representante del Califa.

Además de los representantes de las potencias implicadas, al calor de su nueva condición capitalina, instalan su residencia en Tetuán comerciantes, industriales, mercaderes y negociantes de todo tipo y de todos los orígenes, lo que genera una sociedad compleja, cosmopolita y moderna, de la que todavía se aprecia algún resto.

HOSPITAL ESPAÑOL

En Tetuán, coronando una de las empinadas calles que riegan de gente la ciudad, el Hospital Español, propiedad de nuestro país, antiguo hospital militar. Se trata de un complejo de 7 hectáreas con pabellones de carácter colonial, jardines, fuentes y palmeras.

Este Hospital, en el que operan las monjas de las Hijas de la caridad, acoge un centro de Formación profesional, con titulación completamente homologada por el Ministerio de Educación español, una guardería, y una residencia para ancianos que, siendo españoles sobrevivientes de los tiempos del protectorado, no tienen relación familiar o de otro tipo con España.

Después de unas palabras del Cónsul español y de acabar con los bocadillos y las bebidas que nos sirven, algunos de los expedicionarios visitan a alguno de los ancianos de la residencia. Una de ellas, Luisita, inmovilizada en su cama, saluda con la mano. No se le entiende lo que dice, pero se le ve contenta. A otra, sentada en una silla en el hall, sin embargo, parece molestarle nuestra presencia y hace gestos a los chavales para que se vayan.

FRONTERA

De noche, el paso de la frontera. Lo hacemos a pie, en filas, mientras los vehículos, a nuestro lado, esperan también vía libre. Marruecos, tierra de nadie, Ceuta, transición casi imperceptible. De repente el funcionario marroquí no estaba y estaba un Policía Nacional. Sin descompresión, estamos en casa.


Crónicas expedicionarios

Nos acercamos al final de esto, ya llevamos la cuenta atrás, aunque preferimos no pensar en ello. La nostalgia se deja notar, pero es mejor dejarse llevar. Hoy de nuevo a las puertas de España toca recordar. Ese primer encuentro en el Bernabeu, las ganas y las ilusiones de más de cien corazones puestas en una aventura entonces inimaginable; pasando por esa primera visión de África, en plena noche cerrada; el cruce de la frontera, el paso a los inesperado. Ya en Marruecos incontables las experiencias, desde la imponente playa de Alhucemas a la majestuosidad y belleza austera del desierto, del calor humano de los niños de Paideia en Tánger a la soledad de aquella noche en medio de la nada. Ojalá pudiera describir con palabras la sensación de ver la garganta de Jaffar, o la visión de ese oasis de salvación, el primer choque en cada de la Cruz Blanca o Tatiouinne, tan perdida y alegre, en el corazón bereber.
Sería una locura intentar recordar cada momento, pero esta todos grabados a fuego y seguramente surgirán a nuestra memoria cuando los necesitemos. Allí estarán todos y cada uno de esos momentos, únicos para siempre.

Salvatore Nocerino


Breve carta a mis hermanos

Me encantaría poder estar ahí para recibiros con un abrazo después de los exámenes. Seguro que os han salido bien porque sois capaces de todo y más; y con trabajo y esfuerzo podéis conseguir todo.

Aquí estamos aprovechando los últimos momentos del viaje, viendo cada ración militar como si fuera la primera, los cuartos de baño españoles respecto a las letrinas árabes y disfrutando de cada puesta de sol. Ya hemos dejado atrás Marruecos y mañana cogemos el ferry de vuelta a la península.

Me apetece llegar a casa y contaros todo lo pequeño y grandioso que tiene esta experiencia. Me gustaría vivirla con vosotros, viajar juntos, y conocer mil culturas, ser conscientes de la educación que hemos recibido y lo agradecidos que tenemos que estar por ello.

Me encanta teneros como hermanos, un beso muy fuerte y disfrutar de lo que queda de vacaciones.

Paloma García Ogara


Mi alipori, mi compañera de viaje, mi hermana…
Cogiendo perspectiva de toda esta experiencia, puesto que ya se acaba, me voy dando cuenta de que lo he conseguido, de que estoy cumpliendo mi sueño, de que he luchado y deseado tanto venir a África que aún no soy consciente de todo lo que estoy viviendo…
Tenemos tantos sueños que cumplir, tanto que compartir…
Has estado presente cada segundo de este viaje impresionante, todas las noches he sentido que mirábamos la misma luna y nuestros corazones eran capaces de hablar por si solos; Se que estabas, y de verdad, que estabas a mi lado compartiendo cada sentimiento conmigo; porque al fin y al cabo somos una, tu y yo, siempre juntas…
Supongo que te puedes imaginar lo feliz que soy y que es mi momento. Necesitaba reencontrarme, aprender, disfrutar, conocer, empaparme de los rincones, las miradas y las sonrisas de este maravilloso continente…
La gente que he conocido aquí es increíble, me llevo muchísimos amigos de los que merecen la pena.
Siento que estoy llenando mi corazón de buenos momentos y situaciones que voy a recordar durante toda mi vida. Voy completando mi espíritu dejándome fluir por el viento y las personas de Marruecos…
Es todo tan hermoso.. Te echo de menos

Besos a mamá y Jose, te quiero hasta las estrellas ida y vuelta.

Lydia Rinaudo


Nada más despertarme se escuchan las olas del Atlántico romper en la arena de la playa y ella venía a mi cabeza. Mi hermana tiene hoy un día muy importante y aunque no este ahí con ella le envío todas las fuerzas que necesita desde aquí, porque entre hermanos da igual estar a un metro que a muchos kilómetros, siempre estamos para apoyarnos.
Yo estoy ahora disfrutando de los últimos días de esta experiencia pero parte de mi cabeza está ocupada en ella porque no necesita y estoy segura de que estará dándolo todo.
No os imagináis las ganas que tengo de estar a su lado, contarle todo esto: las marchas por el Atlas, las noches y amaneceres en el desierto, las visitas a los proyectos, explicarlo como son las calles de Marruecos, como es la gente, los colores, los olores, quiero contarle lo que se siente cuando te das cuenta de que lo que estás viviendo es algo único. Quiero sentarme a su lado y ver juntas todas las fotos mientras hablamos sin parar de todas las grandes personas que he conocido. Seguro que está deseando hacerme mil preguntas y yo estoy deseando poder responder a todas, es que tengo tantas que contare que contarle que me da miedo no poder trasmitir todo lo vivido. Si pudiera le metería dentro de mi cabeza para que lo viese ella misma y pudiese aprender de cada detalle, cada mirada, cada palabra o cada sonrisa.
Ahora estará muy nerviosa, supongo que pensará en mi y en que no estoy con ella ero quiero que sepa que ahora estoy a su lado mas que nunca, que confío en ella como pocas lo hacen y que se que va a bordar ese examen porque esta claro que a cabezota no le gana nadie y lo que se propone lo consigue.
Ya vamos camino de Ceuta, a pasar la frontera después de haber pasado el día en Tetuán. En nada estamos de vuelta..¿Porque pasa el tiempo tan rápido? No queremos que esto acabe, pero lo bueno acaba para que cosas mejores puedan empezar.
¡A por esas mates Belén!
Te quiero y te echo de menos,
Gema Gómez


Hoy hemos dejado atrás un lugar donde hemos compartido unas experiencias que, probablemente, no volveremos a tener en mucho tiempo. Hemos dejado atrás una cultura muy diferente a la nuestra, pero que al mismo tiempo nos ha hecho sentir partícipes de ella.
Mientras cruzábamos la frontera hemos recordado todos los niños que nos regalaban una sonrisa por el simple hecho de compartir con ellos. Hemos recordado todo lo que nos ha hecho sentir este país, todo lo que hemos aprendido de él y todo lo que nos ha hecho reflexionar.
Ahora miramos atrás y nos damos cuenta de que todo lo que hemos pasado, cada momento, cada paso en las caminatas, cada mano extendida, cada sonrisa, cada persona conocida tiene un valor tan grande que no podemos comparar con nada. Realmente nadie pensaba que en tan poco tiempo alguien se pudiese convertir en una persona tan importante para ti y aquí lo hemos comprobado.
Adiós Marruecos, espero verte pronto, aunque estoy segura de que no será igual que esto.

Cris y Ichi

PD(Ichi) Aunque tarde, aquí está mi crónica, que sepáis que lo estoy pasando increíble. Os quiero muco, besos

PD(Cris) Aunque tengamos poco tiempo libre, me da para echaros de menos. Os quiero muchísimo. Besitos


Que no sea un “Adiós”, que sea un “Hasta luego”…
Es lo que pensamos hoy, nuestro último día en Marruecos.
Ha sido corto pero intenso.
Una pizca de África que a muchos nos hará volver.
Ha sido como sentir un olor de pronto, como comprobar un sabor nuevo.
¡África, nos vamos! pero oye, escucha, un poco también te vienes tu también con nosotros…
Un poco en la arena del desierto que no se irá aunque nos lavemos…
Nos vamos a regañadientes pero con alegría porque ha sido como un sueño que te cambia el despertar…¡Gracias África! ¡Adiós y buena suerte!

Anónimo

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