Estamos de vuelta.
Queda poco para el atardecer, y si no me confundo estamos en algún lugar de la carretera de Extremadura cerca de Cáceres.
Los chicos, en los dos autobuses que nos han acompañado toda la expedición, ahora mismo no están eufóricos; podría ser lo más normal, tampoco dormidos (otra posibilidad aparentemente lógica), están en modo de arranque. Con esto me refiero, a que aunque ahora vayan a hacer un pequeño viaje “Express” a Bruselas, la experiencia de estar en África ha terminado.
Han sido casi dos semanas en el reino vecino de Marruecos, al más puro estilo “rumbero”, como no podría ser de otra manera.
En esta crónica de recopilación podría ponerme a hablar de cada uno de los momentos vividos a lo largo de esta expedición, tanto individuales como colectivos, pero aprendiendo de mis errores no será así. Pude leer el otro día la crónica que escribí hace dos años el último día de mi expedición a Senegal, en la sexta edición de MRS; y aunque llena de sentimiento y de momentos vividos me falto una frase:
¡Viva Madrid Rumbo al Sur!
Muy poca gente habla del propio significado de este viaje, el sentido del por que este grupo de personas, cada año, organiza y se esfuerza en conseguir otro año mas que esto se pueda llevar a cabo.
Ayer, hablando con una persona de la organización de este viaje, a parte de considerarle ya un amigo, me comentaba que en ningún momento busca el propio reconocimiento por parte de este proyecto, simplemente el hecho de saber que algún expedicionario tiene un “destino” distinto y mejor del que hubiera tenido sin este viaje es ya suficientemente satisfactorio para querer y luchar por volver a realizar la expedicion al siguiente año.
Es mas simple de lo que parece: TODO POR Y PARA LOS EXPEDICIONARIOS.
El claro ejemplo soy yo. Mediante este pequeño lema el cuerpo de la organización del proyecto (inventado por mí en este momento) intento mostrar que Madrid Rumbo al Sur hace y lucha por todo esto con mucha fuerza. Para los organizadores del viaje poder seguir hoy en día con esta magnifica expedición es un grandísimo privilegio conseguido con mucho mas trabajo aun. Puede que como este amigo mío, no quieran ni busquen el ser reconocidos; pero aun así se lo merecen.
Casi 45 somos los “azules” de la expedición. Todos y cada uno más necesarios que el anterior y todos ellos magnificas personas. Como encargado de logística y camión de material, mi experiencia de monitor aquí ha estado acompañada por personas excelentes como Cartagena, Mancebo y Creever. Los 4 hemos preparado cada noche y desmontado cada mañana la logística necesaria para cada jornada. Hemos compartido los cafés matutinos, los grandes encargos, las limpiezas puntuales de todo el camión y así hemos conseguido que “el material” sea un punto muy positivo de esta expedición.
Pero, eso si, sin duda alguna; tengo que hablar de un equipo de personas encargadas de que todos ustedes tengan a su disposición cada día el parte de la jornada en modo de videos, crónicas, fotos… son con ellos con los que he compartido la mayoría del viaje y quiero agradecerles todo el cariño que me han mostrado y todas las batallas que hemos librado entre nosotros. Discusiones políticas, canciones, bailes, comida, bebida, risas, sentimientos, historia, una mezcla de componentes que forman la furgo blanca de Madrid Rumbo al Sur (nave nodriza de comunicación y prensa de Madrid Rumbo al Sur).
Y como ultimo punto quiero hablaros de un lugar que nunca olvidare, un lugar en el que solo podemos ver 2 factores como cielo y tierra. Un lugar en el que la luz, o el ruido no llegan. El desierto.
Además de poder ver algo tan maravilloso como es el desierto con dunas intermibales, luces fuertes y calor abrasador , he disfrutado de ello en compañía de 4 amigas mias: Julia Irene, Elene y Juls. Todas ellas expedicionarias de mi edicion como expedicionario 2011, y juntos hablamos de su proyecto de cooperación y su labor en esta ; como a demás de la asociación APUMAK(asociación de jóvenes del año2011 y 2012).
Especialmente con Juls , muy amiga mia , disfrute enormemente de su compañía durante dos días en este paraje tan hostil. Una belleza creada de la desolación.
En definitiva, Madrid Rumbo al Sur ha cumplido de nuevo con creces y hoy finaliza su octava edición. Una edición marcada por un país ya conocido que siempre sorprende por su contraste occidental-africano. Un país a veces agradecido y otras añorando esa etapa de protectorado español. Un año en el que he descubierto que tanto del lado de “azul” o de “verde” este es un viaje de amigos, unidos por un objetivo en común: hacer saber a ya 800 jóvenes que el mundo es mas grande de lo que se piensa, hacer entender a ellos el regalo que tuvieron cuando nacieron donde nacieron, pero sobretodo ALGO INDISPENSABLE Y MUY IMPORTANTE: Hay que procurar que todos y cada uno de los seres humanos que vivimos en este mundo vivamos con dignidad.
Gracias por otro año más. Gracias por hacernos felices.
HASTA PRONTO!
Jose Ignacio Pamies Masso.
Antiguo expedicionario de Madrid Rumbo al Sur 2011
Parte del equipo de Material de MRS 2013