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Crónica expedicionario 27 de julio

Hoy ha sido uno de los días más intensos de la expedición. Nos hemos levantado un poco más tarde de lo normal para tomar fuerzas ante el día que nos venía encima. Después de desayunar y recoger nuestros bártulos entre lluvias esporádicas, nos hemos puesto en marcha: hemos dejado la mochila grande en el bus, ya que nos había dicho que solo llevábamos encima la pequeña y poco cargada, pero yo he sido idiota y la he cargado de más. Por eso he estado pasándolo mal con los hombros durante el viaje. Bueno para haceros una idea, había que recorrer cerca de 30 km en el día, así que desde el principio se veía que íbamos a acaba destrozados.

La primera parada que hemos hecho ha sido en el Templo de las Américas, donde se celebró la primera misa del continente. Esa iglesia era una recreación ya que la original no sobrevivió al paso del tiempo. No es especialmente bonita, pero la explicación del Mar sobre ella ha sido fascinante e interesantísima.

Tras varias horas de la intensa marcha llegamos al puestecillo donde me compré un par de refrescos, y me di cuenta de que todos los locales salían a recibirnos a nuestro paso por los distintos pueblos. Solíamos parar relativamente a menudo, pero yo tenía la espalda para el arrastre y los pies me dolían una barbaridad. En el camino nos acompañan caballos, mulas y burro, los cuales estaban para transportar heridos, aunque muchos estaban bien se han subido por puro placer, yo me he quedado con las ganas de montar, cosa que mañana no me pasará. Durante el camino he estado sobre todo con un par de amigos de mi grupo; aunque le hablado mucho con gente de otros grupos, es muy fácil conocer gente nueva aquí.

Durante el camino, también ha habido un rato en el que he estado hablando con Telmo sobre una historia del imperio español, sobre la guerra civil, y sobre el Marruecos Español. Tuvimos una última conversación muy interesante sobre la quema de iglesias de 1931 y sobre el antiguo Cristo de Rena.  Le he hecho saber que una pierna del Cristo que se quemó se custodia en la cofradía, y ha dicho que quiere ir a Málaga a verla.

Aunque he acabado reventado, he terminado el 100% del camino a pie y con mochila, y estoy muy orgulloso de mi mismo. Finalmente hemos llegado al Hidalgo, el primer ayuntamiento de América. Se me ha olvidado comentar que hemos hecho esta ruta porque Cristóbal Colón se adentró en la isla por primera vez siguiendo este camino.  Cuando hemos llegado a la plaza mayor de Mamey, hemos recibido una pequeña bienvenida del alcalde.

Hoy, uno de los días más duros de rumbo, nos hemos montado en una pick up y sin saber a dónde íbamos. Nos hemos apelotonado en la furgoneta cual patera, y a mí me ha tocado ir de pie junto a Martin ya que hemos sido los últimos. Bueno, la cosa es que había unas cuestas del carajo, y hemos estado a punto de matarnos varias veces, pero las carcajadas no paraban de escucharse durante toda la subida. Al final, al llegar a nuestro destino, he creído por un momento que habíamos subido al cielo. Este sitio es como una especie de hotel rural con unan increíble mirador, con unas vistas únicas, creo que nunca he visto unas vistas como estas. Después de estar hablando con la gente, haberse medio curado los pies y haber escrito esto mientras escucho la charla de bienvenida. La cosa así más negativa es que no hay manera de aprenderse los nombres, tengo una memoria de mierda. Bueno, por último, quiero comentar que he conocido a Irene, la otra de Málaga, y me he caído muy bien. Me ha dicho de ir a la iglesia juntos un día.

Javier Pérez

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