logo_blanco

Crónica expedicionarios 06 agosto

Oasis
En la pequeña ciudad de Meki, a unos 100 km de Addis Abeba, viven alrededor de 45.000 personas. Las calles son un caos, los conductores no miran por donde van, los carros tirados por los burritos se cruzan con los todoterrenos, las tiendas son una locura… pero entre todo este desmadre hay un oasis.
Si te alejas un poco de la calle principal, lo encontrarás. Fue fundado hace ocho años por unas misioneras de la orden de San Pablo, y hoy en día es un refugio para cientos de mujeres que buscan un futuro. Allí se respira paz y esperanza. A decir verdad, no es realmente un oasis. Pero casi. Es un centro de formación profesional que ofrece clases de peluquería, cocina y costura. Todas sus alumnas llegan con una historia que pesa a sus espaldas, pero allí encuentran papel y pluma con los que pueden escribir los siguientes capítulos.
María José, la directora, es como un ángel. Con sus palabras da luz a todo su entorno y habiendo visto su ilusión y sus ganas de crecer, no me cabe ninguna duda de que esta escuela está despegando.
Amaya Vizmanos

Etiopía rumbo al norte
No se me da bien hacer crónicas, es así, no sirvo. Pero por suerte España Rumbo al Sur no es una caja cerrada donde no cabe la improvisación. Por eso no me atrevo a escribir esto.
Este escrito es una confesión directa y reveladora (en este caso mía, pero que podría ser de cualquiera). Confieso que veía África como un todo, como un bloque sin diferenciación alguna. Confieso que veía ese bloque como un amasijo de gente necesitada de ayuda, de caridad. Confieso que esta gente me ha abierto los ojos a base de sonrisas y que esas sonrisas me abren la mente, me abren la vida.
Este viaje me hace ver que lo que yo llamaba hambre, nada tenía que ver con la hambruna; ni mi sed con la sequía. Y que el rostro de mi hermano no se oculta en la piel sino en los ojos.
Este viaje me ha hecho ver que vine como española rumbo al sur. Y sigo perteneciendo a mis raíces. Pero como última confesión diré que vuelvo un poco como etíope rumbo al norte.
PD: sea como sea, ojalá mi confesión os haya hecho viajar.
María Cuesta

Ventanas
He aprendido que se puede disfrutar de cada momento sin importar dónde estés. He aprendido que frío y cansancio pueden ir de la mano con felicidad. Que se puede reír bajo la lluvia mientras el barro te cubre las rodillas. Que los ojos son capaces de inmortalizar cada segundo del día sin necesitar una cámara. Y que desde la ventana de un bus se puede conocer un país por completo. Viviendo a mil por hora en otra cultura con otra religión. Bajo el cielo más bonito del mundo y calles llenas de sonrisas.
He aprendido que solo hace falta una ventana para sentir, vivir y disfrutar.
Alba García

comparte

Facebook
Twitter
LinkedIn

patrocinador principal

patrocinadores

LOGOTIPOS QUALITAS ENERGY_V2-11 (2)

colaboradores

NOTICIAS RELACIONADAS