Crónica Oficial 3. 22 de julio

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Barahona. 22 de julio de 2021

Suso es cirujano pediátrico, terminando la residencia en Córdoba y anda pensando en la posibilidad de volver a Santo Domingo e instalarse aquí cuando acabe. Aprendió a apreciar la cultura de la isla aquel año que estudió en la Universidad Nacional Pedro Enrique de Ureña. Es su primer año en la expedición, como parte del equipo médico, pero parece que llevara aquí toda la vida. Una de esas personas fantásticas que acaban cayendo en la órbita de España Rumbo al Sur. Hoy he podido conocerle mejor, y es que no hay nada como un buen viaje en autobús para descubrir a aquellos con quienes compartimos saco, poto y cantimplora cada día.

Diego es un ingeniero coruñés que vivió seis años en Méjico, jugador de rugby de élite, aficionado a la historia, a la divulgación científica y un ejemplo de energía que nos inspira a todos a dar el máximo todas las mañanas. Es otro de esos nuevos fichajes que algo nos dice que ha venido para quedarse en la comunidad de ERS.

Conversaciones como estas se han repetido en todos los rincones de los autobuses. Día de viaje, de conocerse, de descansar, de pensar sobre lo que ya hemos vivido y lo que nos queda por delante.

Las conversaciones con Suso y con Diego me han hecho pensar sobre el verdadero secreto de España Rumbo al Sur: un equipo de personas absolutamente excepcional que se ha ido fraguando año tras año. Médicos, arquitectos, ingenieros, banqueros, fotógrafos, bomberos, militares, licenciados en económicas, en historia, en arte. Algunos no pasan de los 25 y otros ya cumplieron los 55. De todos los puntos cardinales, con experiencias, educaciones y razas diferentes, pero con un denominador común: hambre de aventura, de conocimiento, generosidad, entrega, capacidad de trabajo y de sufrimiento. Y alegría.

Sólo falta un ingrediente secreto para galvanizar este equipo alrededor de un sueño: el liderazgo natural y el carisma de Telmo. Telmo tiene esa magia de inspirar, de hacer sentir a todo el mundo especial. Telmo ha construido su liderazgo lejos del ejercicio de la autoridad, sin necesidad de mostrar los galones. El liderazgo de Telmo descansa en el aprecio, en hacer sentir a todo el mundo importante, en deshacer los conflictos sin perder el tono, en el sentido del humor. En haber sabido entender qué hace a Rumbo especial, en ser bandera incombustible de la ilusión.

Barahona nos recibe como lo hace este país, con música y baile. Cuando atravesamos la puerta del colegio Cristo Rey de Los Salesianos, ya hay un grupo de jóvenes en un escenario bailando merengue. Diez minutos después tenemos a toda la expedición ensayando sus primeros pasos. En Santo Domingo no hay mejor medicina que la música. A todas horas, saliendo de todas las puertas. El país vive a ritmo de merengue, de salsa y de bachata. Y la música nos sumerge en un humor especial, en un ambiente que sólo invita a integrarnos con nuestros nuevos amigos.

Con ese espíritu y con el “buen rollo” todavía metido en los huesos, toca hacer algo por los demás y por nosotros. El grupo de voluntarios de Los Salesianos nos regala el lujo de compartir con ellos la experiencia de repartir comida en uno de los barrios más desfavorecidos de la ciudad. Calles sin asfaltar, minúsculas casas de chapa, sin agua corriente, sin saneamiento, sin aislamiento, sin las comodidades básicas y sin embargo bello. El barrio se recorta contra las montañas que rodean la ciudad. Casas pintadas de vivos colores, humildes pero cuidadas, limpias, decoradas. El reparto de comida termina en una improvisada plazuela como acaban las historias en Santo Domingo: con baile y con música.

Mientras escribo esta crónica suena en directo un cuarteto, al que se acaban de incorporar algunos expedicionarios. Y así terminará la tercera jornada de la expedición. Con música y baile. ¿Cómo si no?

Eduardo Martínez de Ubago de Liñán
Cronista Oficial ERS 2021

 

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