Cronicas 2010

Día 1
Oficial123

MADRID RUMBO AL SUR. DIARIO DE EXPEDICIÓN.

 

 

16 AGOSTO. DIA 1: De 0 a 100 en 25 días

 

La cita fue en el kilómetro 0. En plena puerta del Sol 100 chavales embarcaron ayer en la aventura Madrid Rumbo al Sur. Por delante tienen un viaje solidario de 25 días por todo Marruecos. Casi 7.000 kilómetros y muchas más ganas.

En Sol estaban todas las letras del alfabeto, de Abad, Enrique a Zabala, Clara. En total, 57 chicas y 43 chicos. Y el doble de padres y madres despidiéndoles. “Estamos muertos de envidia”, decía Ángel a su hijo Daniel Vicente, recordando que con su edad, 17, él también tuvo su aventura: llegar en autostop a Ceuta. “No te hagas el valiente y no pienses en nosotros, vívelo a tope”, le aconsejaba su madre María. “¡Va a ser el verano de tu vida!”, le decía otra María a su hijo Alejandro Delgado, “ayuda en todo lo que puedas”. Entre los que despedían había mucha alegría y también alguna inquietud. “Estoy muy contento por ella, pero me da un poco de miedo…”, decía Álvaro, uno de los pocos novios que se acercaron a la plaza. Casi un mes le parecía mucho tiempo alejado de su Violeta, pero le ha dejado cuatro fotos y dos pulseras para que no se olvide de que la quiere mucho. Leticia, madre de Martín Hurtado, admitía que estaba “un poquito preocupada”: “Pero es una ocasión irrepetible”. “Cuando vas de vacaciones normales no puedes ver el tipo de proyectos que vamos a ver nosotros”, replicaba su hijo con espíritu solidario. Los consejos paterno filiales se repetían por toda la plaza: sé respetuoso, ten cuidado, pásalo bien, aprende mucho, protégete del sol… ¡Diviértete, por favor!, le decía un padre a su hija. Que síiiiii, le respondía ella con un mohín adolescente.

Para asegurarse de todo ello hay 41 adultos en la expedición: seis bomberos (y su camión rojo), una médico, nueve monitores, profesores de historia africana y arqueología, un cocinero… Por haber, hay hasta un piloto de paramotor que planeará sobre el grupo para tomar imágenes aéreas del viaje. Aunque, “lo más bonito es ver cómo los chavales cambian”, dice Marta Mendoza, monitora con tres expediciones de Madrid Rumbo al Sur a sus espaldas. “Cada viaje es diferente, pero a todos les cala la visión de otro mundo”. “Ahora están pez”, apuntaba el ex – expedicionario Andrés Barragán, que hizo Madrid Rumbo al Sur hace dos años. “En los próximos días van a aprender a viajar y a convivir, a quitarse muchos prejuicios y a no ser pesados. Cada uno lo vivirá a su manera, pero todos volverán cambiados”.

“Aprender sobre África, pasármelo bien y conocer gente”, tres expedicionarios, Martín Nuñez, Marina Saíz y Pablo Peregrín comparten ilusiones antes de subir al autobús que será su casa durante las próximas semanas. Sus miedos difieren más: estar incomunicados (ay, la generación Tuenti), el calor y la “cagalera”.

“Os quiero felicitar porque es más fácil querer pasar el verano en la playa que en este viaje donde vais a dormir poco y a pasar hambre en algunos momentos”, bromeó en su despedida del grupo Percival Manglano, director general de Cooperación de la Comunidad de Madrid que auspicia este proyecto. Lo del hambre despertó un rumor entre inquieto y divertido. Padres, no preocuparse. Ahí van algunos números tranquilizadores: el convoy lleva 3.500 litros de agua potable, 30 cajas de pan, 500 paracetamoles (y otros tantos medicamentos de nombre impronunciable), 40 kilos de atún, 100 kilos de tomate en lata, 80 de leche en polvo, 80 litros de aceite y 50 de suero fisiológico. “Dos palabras”, dijo que iba a decir Telmo Aldaz, el capitán con aspecto vikingo, antes de partir. Al final fueron algunas más pero se pueden resumir en cuatro: “Muchas gracias” y “Venga, vamos” (éstas me temo las oiremos muchas veces en los días que quedan). Tras dos horas de besos, achuchones y pórtate bien (esos ya no pudimos contarlos) la caravana salió de Sol rumbo a Algeciras. Al final de la carretera esperaba otro número: el 14. Los kilómetros de mar que separan España de África.

Patricia Reyes

Cronista Oficial MRS

 

Crónica 16 de agosto:

 

Hoy ha sido un día memorable: el comienzo definitivo de la gran aventura que nos espera y que con ansias hemos esperado. Al llegar al punto de encuentro veía emoción, alegría, miedo y una mezcla de sentimientos que nos unían a todos con un mismo propósito: dar lo mejor de sí. La despedida ha sido emotiva y la compañía de lo mejor, el encuentro con los compañeros de viaje que pronto serán amigos.

 

Hoy me han entrevistado y me da orgullo decir que a lo que voy es a ayudar, a mejorar como persona y a dar un cambio a mi vida. De este viaje espero ese cambio que muchos buscamos, esa esencia para vivir.

 

Llevamos varias horas de viaje y no dejamos de charlar y de reír, hemos comenzado la aventura con ganas y con ansias de que todo salga bien. Mañana partiremos a nuestro nuevo destino, de nuevo continuaremos nuestra aventura. Hoy todos hemos llegado bien así que padres no os preocupéis. Un saludo.

 

Kerly Mariuxi Luna.

Expedicionaria MRS 2010

 

Crónica 16 de agosto:

 

Atrás quedan los cursillos de julio y parece que desde entonces el tiempo ha volado. Las vacaciones de todos, distintas y entretenidas, se unen este 16 de agosto. El macuto, los nervios, las despedidas pierden importancia cuando encuentras a 99 personas que van a vivir lo mismo que tú. Personas desconocidas, y otras con las que después de los cursillos sientes cierta familiaridad.

 

Las horas de autobús, las paradas, la repetida pregunta de “¿cuánto queda?” y las charlas interminables conociéndonos es lo que han formado parte del día de hoy.

 

Cada uno es distinto pero a todos nos une la ilusión, las ganas de conocer, de ver con otros ojos… aprender y volver con la certeza de que es una experiencia que no podíamos dejar pasar.

 

“Un viaje de mil leguas empieza por un paso”. Éste es el primer paso que hemos dado y lo que de momento llevamos son ganas de disfrutar.

 

María Maldonado y Laura Marín

Expedicionarias MRS 2010

 

 

Crónica 16 de agosto:

 

Sólo hace cinco horas que empezó todo, pero ya desde el primer minuto te dabas cuenta de que ni veinte cursillos te preparan para esto. Veo desde lejos una masa verde de gente que hace que se me cierre la garganta de nervios. Aún por encima apenas reconozco caras al principio pero… apenas pasan dos segundos y ya recibos saludos y palmadas de conocidos y desconocidos.

 

Parece que se olvidan los grupos y a los 10 minutos puedes pasearte entre toda esa masa de gente sin sentirte nunca fuera de lugar. Con los más cercanos organizamos una expedición para presentarnos y que cada vez haya menos caras desconocidas. Y ya está, así empieza.

 

En un rato estamos metidos en los autobuses y junto a los “¿cuánto queda?” se intercalan las preguntas sobre cómo nos desplazaremos, dónde dormiremos, cuántos caminos engulliremos… Nos queda un señor mes por delante.

 

José J. Martín

Expedicionario MRS 2010

 

 

 

Día 2
Oficial12

MADRID RUMBO AL SUR. DIARIO DE EXPEDICIÓN.

 

 

17 AGOSTO. DIA 2: Lo larga que puede ser una jornada

 

Hace un día, pero 27 horas que salimos de Madrid Rumbo al Sur. Más o menos las mismas que llevamos sin dormir. Son las ocho y media de la tarde hora marroquí (dos menos que en España) y la chavalería acaba de cenar aunque en realidad ha sido un des-ayuno, el típico de ramadán: huevo duro, dátiles y sopa (harira). Como ven, ha sido un día raro.

Tras muchas horas en carretera y una en ferry arrancó con un desayuno (¿el primero de hoy? ¿el último de ayer?) en el puerto de Tanger Med. Casi casi lo estrenamos. La flamante infraestructura es la cara del nuevo Marruecos. Era enorme, blanco y algo fantasmal. Había casetas de control de pasaporte por las que nadie ha pasado nunca, impolutas cintas transportadoras y brillantes carritos de equipaje esperando su primera carga. Dio tiempo a fijarse en los detalles porque tardamos más de dos horas en cruzar la frontera. Una espera que aprovechamos para desayunar rancho militar, cedido por el Ejército. Imaginen el concepto IKEA llevado a la alimentación: una cajita como de patucos donde caben galletas, una chocolatina, mermelada, un hornillo, cerillas, pastillas potabilizadoras, cepillo de dientes, pasta, cacao, café y unas instrucciones. Todo envuelto en tonos caqui. Marcial, pero monísimo. Cuando finalmente entramos en Tánger hubo premio: la primera parada, la playa. Un jolgorio de bikinis y aguadillas que tuvo su utilidad higiénica tras tantas horas en bus.

Tras el baño, vino el baño de realidad. Esa parte de este viaje que no se mide ni en horas ni en kilómetros. Que no se cuenta contando si comimos esto o lo otro, o si hizo bueno o llovió un poco (que lo hizo). Quizás la mejor forma contar esa otra parte de la aventura es hacerlo con nombres propios como Hussein, Houda, Mohammed, Shakira…

 

Hussein era uno de los mejores peluqueros de Bélgica hasta que tuvo el accidente de coche. Las impresionantes cicatrices de su cabeza son el débil reflejo de lo que pasó por dentro. El golpe desató brotes violentos por los cuales le recetaron la medicación que ahora provoca la ausencia de su mirada al vacío. Su familia se vio incapaz de cuidarlo y lo trajo de vuelta a Tánger a la Casa Nazaret, el único hogar que existe en la ciudad para discapacitados psíquicos profundos. Los Franciscanos de la Cruz Blanca que la dirigen se ocupan de que las doce personas a su cargo sean tratadas como tales. “Salimos a pasear por la Medina y los llevamos a tomar té a la plaza para hacerlos visibles y que se les trate con dignidad”, explica el hermano Mikel a la chavalería de Rumbo al Sur. En la soleada azotea de la Casa Nazaret, que en tiempos fue el primer Telégrafos español de Marruecos, los expedicionarios juegan y se dejan abrazar por Faysah y Tahiri, hermanos de 28 y 33 años que sufren microcefalia y fueron abandonados por su familia hace 15 años. ¿Qué sería de este tipo de enfermos sin un hogar como Casa Nazaret? “Probablemente serían explotados para pedir limosna en la calle”, explica el hermano Mikel, “aunque el Corán dice que estas personas son pajaritos caídos del paraíso y conviviendo con ellos comprendes que son todo amor”. Los achuchones que le propinan estos chicos a los que su congregación ha proporcionado una vida digna lo atestiguan.

Tras la visita hay un taller sobre cooperación. “¿Qué os ha parecido este proyecto?” pregunta Beatriz Tavera, la profesora. “Flipante” es la primera respuesta. Pero luego los chicos debaten sobre solidaridad, ayuda humanitaria, co-desarrollo…

 

Houdaes muy joven (26 años) y muy valiente. Dirige la asociación 100% Mamá en el barrio popular de Bendibane, que apoya y da cobijo a madres solteras. “Son rechazadas por sus familias, excluidas por la sociedad y marginalizadas”, explica la asistente social. En estupendo español Houda explica, para sorpresa de los estudiantes madrileños, como una mujer soltera no puede registrar a su hijo con su apellido y es obligada a elegir otro de una lista. Tampoco será contratada si admite que tiene descendencia sin tener marido. En 100% Mamá, que se financia con ayuda extranjera, las jóvenes madres obtienen ayuda legal y médica y formación además de un hogar donde refugiarse hasta que encuentren casa y trabajo. Luego les proporcionan una guardería gratuita para que puedan conservar sus empleos. Los chicos (sobre todo las chicas) fríen a Houda a preguntas asombradas que al final son sólo una: ¿Cómo es posible que no se respeten los derechos de estas mujeres?

 

Mohammed guía a los chavales por las lujosas salas de la Legación Americana, la primera propiedad en el exterior de los jovencísimos Estados Unidos nacidos en 1776. El edificio fue cedido por el sultán a la recién creada nación para que le sirviese como embajada. Actualmente es un centro cultural ubicado en una hermosa casa andalusí, que fiel a su estilo, esconde una riqueza que nunca se adivinaría desde la estrecha calle de la medina donde se encuentra. Arcos y artesonados, complicadas celosías, un patio con fuente y jazmines y hasta 45 habitaciones. El lugar incluye una sala sobre el escritor beat Paul Bowles, autor de El cielo protector, que vivió 50 años en Tánger. Pero los expedicionarios parecen más interesados en el ramadán que en el viejo escritor. Y vuelven a freír a su anfitrión a preguntas: “¿Se puede beber agua?” “No”. “¿Lo hacen los niños?” “Sólo los adultos”. “¿Hay excepciones?” “Sí, por ejemplo las embarazadas”. “¿Cuánto dura?” “Un mes”. “¿Y cuando no se puede comer ni beber?”. “Entre el amanecer y el ocaso, de las cuatro de la mañana a las siete y media de la tarde”. “¿Entonces tú cuanto llevas sin comer?” “Uff, muchas horas”, contesta el paciente Mohammed. “Si te sirve de consuelo, yo llevo un día sin dormir”, contesta uno de los chavales solidario como el que más.

Shakira suena a todo trapo por los altavoces. En el escenario improvisado una decena de alumnos del Complejo Social Assadaka baila el This is África. Es un regalo de bienvenida para la expedición Madrid Rumbo al Sur que dormirá esta noche en el patio de esta escuela residencia que se ocupa de educar a unos 1.800 niños, jóvenes y mujeres. También acoge a unos 35 menores en situación de abandono, todo gracias a los esfuerzos conjuntos de la asociación española Paideia y la administración marroquí L’Entraide Nationale.

En la pista, la colaboración entre naciones también se da. La estudiada coreografía al ritmo del himno mundialero se contagia a los estudiantes madrileños y el asunto acaba en una jarana de adolescentes pegando botes sin demasiado concierto pero con mucho entusiasmo. Los chicos madrileños se entienden con los marroquíes en una divertida mezcla de spanglish-francais, ¿pero a quién le hacen falta idiomas cuando existe el lenguaje universal del pop? ¡Waka-waka! Sí, ha sido raro y largo, pero menudo día.

 

Patricia Reyes

Cronista Oficial MRS

 

Crónica 17 de agosto

 

Entre abrazos y besos los madrileños de Rumbo al Sur nos ponemos al día de las aventuras vividas durante el verano. Mientras nos contamos todos los cachivaches y pastillas que componen nuestros equipajes, los padres nerviosos exponen sus temores.

 

Después de charlas alegres, once horas de viaje y algunos intentos fallidos de dormir, a las 4:15 llegamos a Algeciras. En el ferry nuestro nerviosismo aumentaba a medida que nos acercábamos a la frontera. ¡Estábamos a punto de poner el pie en tierras del Magreb!

 

Las aguas del mar Mediterráneo nos despejaron en el comienzo de este segundo día. El primer proyecto nos marcó a todos, fue algo impactante. En la casa Nazaret de Tánger, unos discapacitados nos mostraban toda su alegría, cariño y entusiasmo. Algunos de nosotros nos mostrábamos cercanos, otros derramábamos alguna lágrima silenciosa, pero ninguno de nosotros sabría explicar con palabras lo que sentimos esta mañana.

 

Pasadas las 16:00, llegamos al centro social Assadaka donde niños de todas las edades nos mostraron su hospitalidad. Nos acogieron como verdaderos reyes. Después de una visita guiada por el centro, los niños nos sorprendieron con bailes que tenían preparados para la ocasión. Fue un momento mágico en el que todos acabamos compartiendo el ritmo y la ilusión. Un banquete nos esperaba después del espectáculo: degustamos todo tipo de manjares típicos marroquíes y seguimos jugando con los niños.

 

A pesar del cansancio, estas pocas horas en África han sido increíbles para todos. ¡Un buen comienzo!

 

 

Lucía Pérez y Alicia Oliva

Expedicionarias MRS 2010

 

Crónica 17 de agosto

 

Cuando antes de venir al viaje leía las crónicas de las expediciones anteriores, pensaba que contar lo que aquí se vive no podría ser fácil y, sin embargo, qué fácil me va a resultar escribir esto.

 

Porque hoy, después de un extenuante viaje hemos vivido África. Las caras de los marroquíes que yo imaginé serían de desconfianza y miedo (fomentado por la falsa imagen que tenemos en Occidente), pero qué gusto cuando mirando los ojos de estas personas hemos visto aceptación, curiosidad, amistad, en definitiva hemos encontrado un pueblo que querría darse a conocer y conocernos.

 

Nuestro primer día entero aquí, en Tánger, ha coincidido con el Ramadán. La parada matutina nos ha deparado un baño en la playa para gusto de todos. Después vendría lo que nos ha conmovido a todos. Visitamos un museo que contenía los comienzos de las relaciones entre Estados Unidos y Marruecos. A continuación hemos tenido una charla sobre cooperación a cargo de Bea, la monitora especializada en este tema.

 

Pero, sin duda, lo que nos ha emocionado y hecho llorar a todos ha sido la visita a la Casa de Nazaret. Fue fundada en 1969, durante la guerra de Marruecos y desde 1981 se dedica a ayudar en cuatro aspectos. Uno, se trata de ayudar a heridos y enfermos en general. También hay un programa para atender a los presos españoles, encarcelados la mayoría por el tráfico de estupefacientes. En tercer lugar, tienen un proyecto para educar a los chicos de la zona que más problemas tienen. El número de niños se verá ampliado en septiembre. Y, por último, esta asociación católica se ocupa de doce disminuidos mentales profundos. Con ellos hemos compartido tiempo y nos han roto el corazón al verlos felices a pesar de todo.

 

Esta asociación es la prueba fehaciente de que las religiones no suponen ningún problema para los habitantes de la zona, y tampoco para los tres frailes allí destinados que se esfuerzan por hacer de Marruecos un lugar mejor.

 

Por la tarde, hemos culminado este mágico día visitando un centro en el que conviven chicos de 3 a 18 años, donde se les da de comer y se les educa. No hay palabras para definir las sonrisas, el ánimo y la vitalidad de unos chicos que podrían estar viviendo una tragedia y que, por el contrario, son felices. Buena prueba de ello es la fiesta que nos han montado: dos representaciones musicales que nos han puesto a todos en pie y nos han hecho unirnos a sus bailes y canciones. Debo decir que no nos han engañado. Este es un viaje en el que se pasa calor, un poco de hambre, en el que no te duchas tanto como en casa, en el que se duerme poco… pero merece la pena.

 

Todo el rollo que he escrito pretende expresar lo que es indefinible. En un día puedo asegurar que ha merecido la pena el esfuerzo realizado y me permito dar un consejo a todos: no os conforméis con lo que veis desde fuera, entrad en África y vividlo.

 

Nelson Montes

Expedicionario MRS 2010

Día 3
Oficial123

MADRID RUMBO AL SUR. DIARIO DE EXPEDICIÓN.

 

 

18 AGOSTO. DIA 3: Las dos caras de las cosas (y el repollo-gate)

 

Todo depende de por qué ventanilla mires. A un lado de la carreta entre Tánger y Tetuán las mujeres rifeñas venden cebollas protegiéndose del sol con tasaras, los tradicionales sombreros adornados con pompones de colores. Al otro lado del camino, modernos aerogeneradores aprovechan el viento que sopla entre los olivos y las huertas. Una carretera y dos realidades.

Tetuán, nuestro destino, también es dual: la más española de las ciudades del Rif. Fue protectorado de 1912 a 1956. Se nota, entre otras cosas, en su arquitectura, en que muchos de sus habitantes hablan castellano y en que el Atlético de Tetuán (que llegó a primera en 1950) fue fundado por el de Atleti de Madrid y por ello su escudo es rojiblanco. Escuchamos el himno atlético en las faldas de la cordillera marroquí y sabe a casa. Lo puso el cónsul de la ciudad (es su equipo) que nos recibió en el Hospital Español, un precioso edificio de los años veinte (las monjas lo tienen como los chorros del oro) que atendió a los soldados destacados en la zona cuando en Tetuán vivían 40.000 españoles. Hoy lo hacen unos 1.500 y el Hospital es un centro de apoyo social: guardería, residencia de ancianos, comedor, escuela taller… “Aquí podemos atender necesidades básicas y ver la diferencia”, dice Sor Carmen, madre superiora de las Hermanas de la Caridad de San Vicente de Paul, que cada día dan de comer a 250 niños “que de otra forma no tomarían más que té y pan”. En los jardines del Hospital (¡77 hectáreas!) los expedicionarios comen cus-cus, pinchos morunos y chebakiya (el dulce típico de ramadán). Los estudiantes del taller de hostelería del centro atienden como profesionales a las fieras madrileñas. “Shuya – shuya”, dice Sor Carmen en árabe, que se traduce por calma-calma, “aquí el tiempo es distinto”.

Una comida puede ser un deleite, pero también un derecho. Igual que un juguete, puede ser un capricho más, pero también una ilusión única. Ese es precisamente el lema de la campaña llevada a cabo por la fundación española Crecer Jugando y Radio Nacional: Un juguete, una ilusión. Este año entregarán 10.500 juguetes en Marruecos, y la expedición formó parte del proceso en plena medina de Tetuán (una joya, patrimonio de la Unesco). En el patio de la asociación Hanan los 100 estudiantes madrileños se pusieron en fila para hacer de reyes magos (en Marruecos la fiesta más parecida es el achora). Para las niñas había muñecas, para los niños camiones de colores. Todos iban vestidos de domingo y recogían su regalo con educados dos besos. Ninguno lo sacó de su envoltorio transparente antes de llegar a casa. “Muchos de estos niños no han tenido nunca un juguete nuevo”, explica Rachid Maimouni, presidente de la asociación local que los distribuye.

Atardece en las montañas y el convoy llega al campamento. Hoy es el centro de formación profesional del barrio de Taboula. Fuera, los chicos de la zona, que no están vestidos de domingo, se arremolinan curiosos junto a los 4×4. Son demasiado pequeños para hablar castellano ni acordarse del protectorado, pero saben pedir “un euro, por favor”. Dentro del centro, los chicos españoles debaten sobre microcréditos, proyectos sociales prolongados, diálogo entre culturas… (todo ello con el sol ocultándose tras los montes Gorgiz y el muhecín llamando a la oración). “¿Si alguien os diese 1.000 euros qué haríais con ellos? ¿Os parecen mucho o poco”, pregunta el cooperante de la ONG Atil/Codespa. “Para alguien como nosotros que vive en Madrid, en casa de sus padres, con todo pagado, es un montón de dinero, pero al final nos lo gastaríamos en chorradas”, contesta la expedicionaria Belén Fernández. “Sin embargo, supongo que si vives aquí, lo podrías invertir en un negocio que te cambiase la vida”. También los 1.000 euros tienen dos caras.

 

Anecdotario: Durante unos minutos tensos desaparecieron varios repollos, aderezo principal de los spaghettis de la cena. Pero al final, el repollo-gate quedó en nada. Y ya tenemos estrella musical, se llama Mateo y canta en francés.

 

Patricia Reyes

Cronista Oficial MRS

Crónica 18 de Agosto:

 

Sentada en el borde de una barandilla del edificio en el que nos encontramos, oigo superpuesta la guitarra de Alex y la ocarina de Alex 2 que se encuentran deleitándonos con un concierto improvisado en la azotea con los cantos de la mezquita por ser Ramadán.

 

Estamos a punto de ir a cenar tras un día movidito, amaneciendo en Tánger y acostándonos en Tetuán, pasando por la primera clase matinal de deporte y limpieza del centro de acogida donde dormimos de un tirón, por el cansancio que teníamos acumulado.

 

Lo siguiente fue acudir a la entrega de juguetes de la campaña “Un juguete, una ilusión” conjuntamente con piruletas y globos que hinchamos para ellos. La verdad es que a todos nos hubiese gustado quedarnos más tiempo. Fue todo muy rápido, una lástima.

 

Caminando llegamos hasta el Hospital Español que se creó en los años 20 y atendía a todos los españoles del Protectorado de Tetuán. Tras contarnos su historia, hemos “devorado” (porque no hay otra palabra) un riquísimo cuscus y carne de pavo de segundo. Sinceramente, quitando el calor, hoy hemos estado como reyes y su corte. Pero ya sea en buenas condiciones o en malas, cada vez somos más una piña.

 

Volviendo en autobuses llenos de cantos y risas hemos llegado a donde dormiremos hoy, que desgraciadamente prolongará nuestras ganas de higiene, porque no hay duchas. Para terminar la noche, Telmo ha presentado a todo el equipo, en una presentación que haría palidecer al mismísimo Pepe Reina. No puedo escribir más al estar apartada escribiendo, porque aquí cada minuto es oro y algo irrepetible, aunque hace ya dos días que perdimos la noción del tiempo…

 

Olivia Pérez de Acha López

Expedicionarias Mrs 2010

 

Crónica 18 de Agosto:

 

Mis ojos observan cómo un chico, Mateo, acaba de fundir a tres monitores cantando e improvisando con sus palabras, así está a punto de culminar el día de hoy, después de haber llenado el saco de experiencias con las sonrisas de unos niños al recibir un juguete, una canción y una muñeca, además de piruletas y globos. Todos ellos, al recibirlos, te regalaban su inmensa felicidad y un aire de agradecimiento de fondo, que llenaba tus pulmones de entusiasmo y de concienciación al descubrir la importancia que tienen estos proyectos y fundaciones en la vida y felicidad de estos niños, ya que conseguir esta felicidad es lo más importante. “Un juguete, una ilusión” es el nombre de este proyecto que hoy hemos tenido la suerte de visitar.

 

A la hora de comer perdimos el miedo por la idea de comer la “comida nutritiva y energética de las fuerzas armadas”, la cual está enlatada y te hace reflexionar sobre el sufrimiento de los soldados españoles. Perdimos el miedo gracias al Hospital Español que nos ha preparado un increíble cuscus, con el que nos hemos renovado todos.

 

“Cuatro Caminos” duda donde dormiremos y pasaremos la noche, después de haber degustado un aparte de música a la expedición. En esta crónica también quería aprovechar a felicitar a mi hermano Angelote que cumplió ayer los años y desearle que lo disfrutes mucho.

 

 

Daniel Vicente Sánchez

Expedicionario Mrs 2010

 

 

Crónica 18 de Agosto:

 

Ya llevamos dos días en Marruecos. Dos días muy intensos y cargados de ilusiones. A cada momento que pasa aprendemos un poco más sobre la cultura marroquí. Y cada vez la voy entendiendo mejor.

 

Tras despedirnos de nuestros amigos en el Centro Social Assadaka, nos hemos dirigido rumbo a Tetuán. Los viajes en bus van siendo más divertidos. Aquí hemos visitado un proyecto que llevan las Hermanas de la Caridad. Tienen una guardería, un hospital y un centro de formación profesional. Además, hemos podido disfrutar de un delicioso cuscus y unos pinchos morunos… ¡Buenísimo!

 

Y esta noche vamos a dormir en otro centro de formación, llamado Taboula, donde preparan a gente para que pueda encontrar trabajo aquí en Marruecos.

 

Y qué decir, por aquí todo va bien. Cada momento es especial, se nota que esto es algo único y que empezamos a compartir experiencias especiales. Pero es cierto que llevamos muy poco tiempo y que todo está por pasar. Yo, de momento, soy feliz y disfruto al máximo. Y a vosotros, los de casa (abuela, papá, mamá y demás), que estoy perfecto, pasándolo muy bien, disfrutando a tope y absorbiendo todo lo que puedo. Y para qué negarlo, no os echo de menos todavía, pero eso no quiere decir que no os quiera. Un beso y hasta pronto.

 

Ana González

Expedicionaria MRS 2010

 

 

Día 4
Oficial123

MADRID RUMBO AL SUR. DIARIO DE EXPEDICIÓN.

 

 

19 AGOSTO. DIA 4: Altair, una estrella de su edad

De noche la medina de Tetuán es de los hombres y de los gatos. Los primeros toman té sentados en terrazas, los segundos rebuscan en el rastro de basura dejado por el mercado. Sara, una joven marroquí que el año que viene quiere estudiar biología en Ceuta, guía a medianoche una serpiente de niños con camisetas verdes por el laberinto. Callejones con los cierres metálicos de las tiendas echados, esquinas misteriosas en las que los hombres charlan y se abrazan, arcos a un contraluz idéntico al de hace cinco siglos. Es un lugar mágico, pero la atracción somos nosotros. A ver como pasan desapercibidos 100 adolescentes en una silenciosa medina bañada por la luna. “¡Barça, Barça, Real Madrid!”, saludan los vendedores ambulantes recoveco tras recoveco y el encanto de recorrer esta ciudad antigua y retorcida se rompe un poco.

A la mañana siguiente, camino de otra medina patrimonio mundial de la Unesco (Chefchauen) pasamos por un proyecto piloto: un centro que organiza cursos sobre plantas medicinales y aromáticas y planea cultivarlas en viveros. La idea es simple: profesionalizar una práctica tradicional. Las mujeres del Rif siempre han recogido mirto, tomillo, salvia, laurel o romero y los han usado como tés, ungüentos y especias en sus hogares. El plan es que lo hagan con criterio científico y de forma extensiva para comercializarlo. El proceso protegerá algunas especies endémicas, traerá otras nuevas y proporcionará un salario a las jóvenes participantes. La explicación teórica se extiende dentro de un aula del centro. Claramente, los chicos prefieren la visita de campo a la alambicada charla de jerga solidaria (con todos sus “objetivos”, “beneficiarios” y “planes de financiación”). La mercadotecnia también ha tomado el sector humanitario.

Finalmente al aire libre, rodeados de montañas, llegamos a la parcela de dos hectáreas donde se construirán los viveros del proyecto. Por ahora es un trozo de monte pelado en el que crece una planta silvestre con polvorientas bolitas de semillas. Es fluor y al romperlo con los dedos y chuparlo sabe a pasta de dientes. Los cien camisetas verdes se cepillan con los dedos, aplicando lo aprendido en la calurosa aula: las hierbas se cortan, no se arrancan de raíz. Algunas de las chicas apuntadas al curso de hierbas les reciben en el campo que les proporcionará un trabajo. Y los expedicionarios se ponen a charlar con ellas en francés. Algunos lo hablan estupendamente (y ya son traductores cuasi-oficiales del viaje) otros no pasan del “¿comment tu t’appelles?”.

“En árabe un nombre puede dar mucha información”, explica Abdula Salam, nuestro guía de la segunda ciudad patrimonio de la aventura: la sagrada Chefchaouen. Por ejemplo, Abdula Salam significa “servidor de la paz”, Chefchaouen “ver los cuernos de la montaña”. Incrustada en sus faldas, la medina azul y blanca es un espectáculo no visto por un cristiano hasta 1863 cuando el escritor Charles Foucault se coló tras sus muros disfrazado de judío. Hoy abundan los turistas, algunos también van disfrazados de autóctonos aunque es por gusto. Una rubia berebere que no pasa de los cuatro años no se cansa de decir en castellano “¿¡Que hay forastero!?” a todo el que pasa. Hace veinte años, cuando Telmo Aldaz y sus hermanos vivían aquí con su madre arqueóloga, eran los únicos niños extranjeros (aunque no los únicos rubios) que se paseaban sueltos y con chilabas por la medina. “Antes en la plaza no había tantos restaurantes, sino que era el mercado donde la gente se reunía a hacer vida social”, dice Abdula con aire melancólico. “Cuando yo sea alcalde en 2015 volverá a ser como entonces”.

Los expedicionarios se unen al turisteo sin tapujos, parándose en cada esquina blanquiazul a echarse fotos y sin dejar de preguntar si pueden parar a comprar (ha sido que no). La tentación viene en forma de babuchas, bolsos, bisutería, cerámica y mantitas de algodón de colores. A plena luz del día, el misterio de esta medina no tiene nada que ver con el de la de Tetuán. Su magia es brillante y ruidosa, se puede ver a las mujeres afanosas de un lado a otro (da la impresión de que trabajan mucho más que los hombres) y hay más niños que gatos.

 

Otra vez somos la atracción de la medina (por mucho turista que haya, no todos los días se ven 100 chavales uniformados para arriba y para abajo). “¿Has perdido el rebaño?”, me pregunta un señor cuando me despisto un momento del grupo. Ya nos conocen.

De noche cerrada atravesamos el parque natural de Alhucemas. La oscuridad se traga los cedros del Rif, y nos perdemos el paisaje (aunque no sus curvas). Pero la noche tiene sus ventajas: cuando llegamos a Cala Iris (a las tres de la mañana), Pedro Arranz, el astrónomo, saca su puntero láser y monta una clase frente a la orilla. “¡Es Luke!”, dice un chico cuando señala con su rayo verde la estrella polar. “¿Este cielo se puede ver en Madrid?”, pregunta el profesor bajo un escaparate de la Vía Láctea. Definitivamente “no”, contesta la expedición. Antes de mandarlos a dormir, les asigna una estrella. Se llama Altair y tiene entre 16 y 17 años luz. “Es decir, que su luz a partió de allí cuando vosotros nacisteis”.

 

Patricia Reyes

Cronista Oficial MRS 2010

 

 

 

Crónica 19 Agosto 2010

 

Al abrir los ojos y ver otros ojos que ya se habían desperezado a mi alrededor salté de mi saco intentado evitar poder acabar la última, lo que, como Pablo bien nos ha explicado, es sinónimo de una entrada gratis para limpiar lo que todos hemos ensuciado.

 

Con esta actitud todos habíamos empezado a recoger, ya mentalizados de que nos tocaría sudar nada más levantarnos. Pero, paradójicamente, esta vez no hubo sesión matinal de deporte. De hecho, en realidad podíamos habernos levantado más tarde, en vez de estar en pie incluso antes que el grupo al que le tocaba hacer el desayuno.

 

Tras observar las impresionantes vistas del Atlas prácticamente desde todas las ventanas de nuestro segundo lugar de acogida, nos dirigimos al Centro de Formación Agrícola. En este tuvimos el privilegio de asistir a una charla en la que nos explicaban los objetivos del proyecto, que muy acertadamente proponía soluciones como la inserción laboral de la mujer tras su formación y el desarrollo de los recursos autóctonos como las plantas medicinales y aromáticas amenazadas por la desertificación. Se mostró cierto caos cuando la gente se entero que la charla era en francés pero gracias a Mateo y a Carmen que hicieron de traductores lo pudimos entender todos.

 

Por la tarde fuimos a Chaouen. Era imposible quedarse con la boca cerrada al ver esas casas todas pintadas de azul. Gracias a Abdul supimos que este color pretendía mostrar la apertura a los pueblos del Mediterráneo, manteniendo a la vez la tradición judía según la cual este color protegía del mal de ojo. En mitad de nuestra primera caminata, paramos a comer la comida del ejército. Mientras todos nos poníamos las botas con nuestros manjares el guía nos observaba sin probar un trozo ni beber un sorbo, es increíble como cumplen del Ramadán.

Al terminar, volvimos al autobús, paseando por las pequeñas calles y sus empinadas cuestas observando la felicidad de los niños y la fuerza de los que practican el Ramadán. Tras regatear con dirhams, euros e incluso dólares para comprar botellas de agua y pañuelos de papel, llegamos a los autobuses sabiendo que esta noche dormiríamos en la playa de Alhucemas, pero todavía faltaban 5 intensas horas de viaje.

 

Begoña Soler y Paula Sánchez de la Blanca

Expedicionarias MRS 2010

 

 

 

Crónica 19 Agosto 2010

 

Otra vez en pie a las seis de la mañana. Hoy nos ha tocado cocina a las del grupo ocho, es decir, cortar el pan del desayuno, lavar uvas y calentar la leche, un desayuno muy español con pan con aceite y tomate. Sin embargo, hoy no hemos disfrutado de una intensa media hora de ejercicio, aunque muchos tenemos las agujetas de recordatorio. Rápidamente hemos preparado las mochilas y nos hemos calzado las botas para visitar el Centro de Formación Agrícola. Allí nos han explicado los diversos tipos de plantas aromáticas y endémicas con las que trabajan las mujeres para en un futuro poder comercializar con los aceites esenciales y plantas medicinales alimentarías y aromáticas que en la actualidad están cultivando. Lo cierto es que la charla ha sido poco amena, quizá porque era en francés e incluso nos hemos tenido que servir de las traducciones de Mateo y Carmen y más de uno no ha podido evitar “descansar la vista”. El cansancio ya se va notando y cualquier oportunidad es buena para echar una cabezadita.

 

Por la tarde hemos visitado Chaouen, un precioso pueblo patrimonio de la humanidad lleno de callejuelas estrechas con casa blancas y azules que aportan un ambiente muy alegre al pueblo, en especial mezclado con los colores de los puestos de la medina. Tras un tramo de marcha hemos parado a comer un pack militar, cada vez vamos mejorando el uso del hornillo. Chaouen también es conocido por su Medina patrimonio de la Humanidad. Nuestro guía, nos dice: con el cansancio que supone el Ramadán da lugar a alguna pelea, pero el pueblo ha encandilado a muchos que ahora quieren comprar una casa allí.

 

Ahora nos esperan cinco horas de bus hasta Alhucemas. Todos tenemos ganas de una ducha pero dicen que dormiremos en la playa, algo es algo. Un saludo.

 

Clara Ollier

Expedicionaria MRS 2010

 

 

 

Crónica 19 Agosto 2010

 

Las agujas del reloj marcan las seis de la mañana. El sol no hace mucho que ha comenzado su ascenso y aquí en Tetuán ya se empiezan a escuchar las primeras voces de los monitores para despertarnos. En diez minutos todos listos para el desayuno. Por lo menos hoy no hay gimnasia, pienso intentando consolarme por mi falta de sueño e higiene. Tras el necesario desayuno y con la fortuna de haber sido seleccionado para   limpiar los regalitos que una incursión canina nos había depositado amablemente en el suelo del centro, ponemos rumbo al primero y último proyecto que visitaremos a lo largo del día. A priori el proyecto no parece tan diferente a los vistos anteriormente pero conforme avanzamos en la mañana, nos percatamos de ciertas peculiaridades en él. El primero y más obvio, la charla era en francés a la que acudieron de traductores intérpretes improvisados algunos expedicionarios. El proyecto está destinado principalmente a mujeres de la zona y basado en el cultivo de plantas aromáticas y la consiguiente venta a mercados locales con el objetivo de que estas personas puedan ganarse la vida de forma digna. Como si esto por si sólo no fuera suficiente, el proyecto también tenía como meta una enseñanza básica a mujeres jóvenes e incluso a los maridos de éstas.

 

Después de la visita el calor ya iba dejando su huella en nuestras resplandecientes camisetas. Nos dirigíamos ahora a Chaouen. Una hora después ya estábamos preparados para la primera marcha de la expedición. Primera marcha de la expedición. Con la mochila a la espalda, el gorro aventurero y estilosas gafas de sol iniciaba con paso firme el paseo. Poco a poco nos adentrábamos en las entrañas del pueblo. Las calles, su gente, las paredes color cielo, cada detalle tenía su gente. Entre fotos y conversaciones agradables, llega la parada para satisfacer los estómagos. Tercera ración militar del viaje. He de reconocer que poco a poco se le va cogiendo el gusto. Nos vamos adaptando. Tras saciar el hambre, retomamos la caminata de vuelta a los autobuses. Esta vez el sol imponía su enorme poder y la deshidratación se iba haciendo hueco. Pero bueno, nada que no pueda solucionar una buena compañía y sentido del humor. De repente, tras 4 horas de bus por una carretera con miles de curvas endiabladas, llegamos al Parque Natural de Alhucemas, en Cala Iris, la alegría era evidente. Hay conferencia de astronomía, el cielo es impresionante. Hasta ahora que nos encontramos en trayecto al siguiente destino y yo estoy escribiendo esto. Nada más por ahora. Un saludo.

 

Nacho Aranguren

Expedicionario MRS 2010

 

Día 5
Oficial123

MADRID RUMBO AL SUR. DIARIO DE EXPEDICIÓN.

 

20 AGOSTO. DIA 5: Viajes interiores

“Quiero escribir sobre el sudor”. Diego tiene una idea. Le toca escribir su crónica de expedicionario hoy y la lleva pensando todo el día. “Si me viera mi madre… ¡no se lo creía!”. Olivia lava su camiseta en el mar y piensa en su casa (sin melancolía). “Me gustaría escribir un diario desde el punto de vista de mis botas”. María tiene rozaduras y se le ocurre una historia. “Me ha parecido una escena sacada de Bienvenido Mister Marshall”, Laura reflexiona sobre el impacto de 100 niños españoles atravesando las carreteras perdidas de Marruecos e imagina un símil.

Los tres llevan tres días sin bañarse y lo han hecho en el Mediterráneo junto al Parque Natural de Alhucemas. Luego han caminado un par de horas monte arriba (qué poco dura uno limpio en Rumbo al Sur). Luego han visto un proyecto ecológico. Luego viajado sobre camiones. Les han regado con manguera, han cogido un camaleón y una tortuga, han aprendido a trenzar palmito, taller de crónicas, clase de astronomía. Al final han visto Memorias de África…

El día, que arrancó con un despertador en forma de dum dums, unos tambores nigerianos, ha acabado con una sesión de cine en plena playa. Y a pesar de tanta intensidad y tanta agenda, les ha dado tiempo a pensar ideas, símiles, nostalgias e historias. El viaje también va por dentro.

 

Patricia Reyes

Cronista Oficial MRS 2010

 

 

 

Crónica 20 de Agosto:

 

¡Hoy es 20! ¡Hoy es 20! ¡Hoy es veinteee! Estaba soñando con tambores cuando de repente me doy cuenta de que no es un sueño… Abro un ojo y veo a mi compañera Sara, levanto la cabeza un poco y ¡veo al profesor de música tocado unos tambores enormes! Dejo caer la cabeza otra vez contra mi almohada improvisada. Estoy en Marruecos, aún me cuesta creerlo.

Inmediatamente escucho el grito de Pablo convocándonos para hacer deporte. Salgo del saco, me pongo las deportivas y me acerco al grupo de personas que se aglutinan a su alrededor. Calentamos y salimos a correr… Uff, ¡con lo mal que se me da! Pero bueno me he encontrado con que no soy la única y hemos creado un pequeño grupo de rezagadas. Después nos dejaron meternos en el mar ¡yuju! ¡La primera ducha después de cinco días! Además, después de la ducha, Jorge el bombero, desde el camión nos ha dado una ducha de verdad con la manguera. Jo, que majo es ese hombre. Nada más secarnos, desayunamos una rica sandía y empezamos una nueva marcha.

La zona donde hemos acampado se llama Cala Iris y pertenece al Parque Nacional de Alhucemas. Hemos ido caminando por las montañas del Rif hasta llegar a una colina donde había unas pequeñas ruinas de un antiguo castillo portugués. Allí una de las cooperantes, Ana, nos contó un poco la historia del castillo. Al bajar de la colina nos estaban esperando los pick-ups y el camión de bomberos para llevarnos a Agni, un pequeño pueblecito donde había un zoco abandonado. El zoco tenía un olivo enorme en medio, casi seco y muy viejo.

Ana y otras personas más que dirigen la ONG MPDL “Movimiento por la Paz” nos explicaron que estaban pensando en reformar en zoco, que la obra empezaría en Marzo o así y que iban a pavimentar el suelo. Y para facilitar la labor a los trabajadores nos pusimos a coger piedras de los alrededores del zoco y a meterlas dentro para que cuando lleguen todos los trabajadores sólo tengan que ponerse a adoquinar. Hizo muchísimo calor. No parábamos de beber agua mientras hacíamos cadenas para transportar los pedruscos. Para volver al campamento nuestro grupo lo hizo sobre el camión de bomberos. Nos confundimos un poco de camino, pero bueno, aquí el tiempo no existe. Los días son eternos y las noches son muy cortas… Hoy por ejemplo hemos dormido 3 horas, pero caemos tan rendidos que ni nos damos cuenta.

Ana y los de la MPDL nos han dado una charla sobre la biosfera de Alhucemas y después nos hemos dispuesto a hacer varios talleres. Uno de palmito que es como mimbre. Se trenza y con ello se hacen sombreros. ¡Es muy divertido!

Ahora estamos en el taller con el padre Juan que es redactor de la revista Mundo Negro. Es alucinante todo lo que sabe, nos habla de la evolución de África y de dónde él ha estado trabajando. Nos han dado tiempo libre para bañarnos en la playa al atardecer…

Jo, a mis padres esto les encantaría. Los senderos, los pueblos… Mi hermana, sin embargo se quejaría un poco mientras baila a la tirolesa. Os echo de menos…

Como mi mejor amiga me dijo: “sé una esponja”. Eso estoy haciendo Roci, esto es increíble. Pero lo más importante en el día de hoy es el número ocho, no lo olvido, no te olvido.

Madrid Rumbo al Sur sigue adelante y cada uno de nosotros los vivimos de manera distinta, muy especial. No creo que ninguno de nosotros vuelva igual que cuando se fue. Algo se está transformando en nuestro interior…

 

 

Marta Trejo

Expedicionaria MRS 2010

 

 

Crónica 20 de Agosto:

 

“Debemos estar siempre sudando o en predisposición de estarlo”. Es la frase favorita de una de las mejores personas que conozco (Alberto).

Hoy hemos sudado.

Tras acostarnos en la playa llena de estrellas y sentirnos pequeñitos (nunca había visto tantas, ni tan bien la vía láctea, ni tantas estrellas fugaces, ni tantos etcéteras), nos hemos despertado para hacer una marcha sobre la cresta de unos montes costeros. Una colega me ha dicho que es como andar sobre la espalda de un dinosaurio. Tiene razón. Es jodidísimamente bello.

De regreso volvimos montados encima de camiones. Yo concretamente en uno de bomberos, de niño siempre quise hacerlo. Iba en lo más alto, encima de la cabina. La sensación es bestial. Una decena de personas sobre un camión a todo trapo, o a mí me lo parecía. Sintiendo el aire de Marruecos (que es otro aire diferente, pero ese es otro tema). En la cara y en el cuerpo secándonos el sudor del día.

Nunca había visto un sudor tan jodidísimamente bonito: AXE ÁFRICA.

 

Diego Garrido Sanz

Expedicionario MRS 2010

 

 

Crónica 20 de Agosto:

 

Junto a la orilla del mar estamos sentadas Marina, Gemma y Ángela para inmortalizar el día de hoy. Mientras los demás, esperando la cena, tocan la guitarra, charlan o escriben en sus diarios.

 

Hoy ha sido un día muy largo. A las seis de la mañana sonaron los tambores y pasados cinco minutos ya estábamos todos corriendo. El baño en la playa nos esperaba más tarde, uno de los mejores momentos hasta el día de hoy. Después del desayuno, la caminata. Hacia muchísimo calor, todo lo que bebíamos lo sudábamos, las vistas eran impresionantes. Al final del camino los todo terrenos nos esperaban y nos llevaron a visitar un proyecto, al que ayudamos recogiendo piedras para pavimentar un suelo.

 

Volvimos en autobús al campamento y allí nos comimos un bocadillo de tomate con atún y una manzana. Tuvimos tiempo libre y nos dieron una charla sobre el parque natural de Alhucemas y un taller de historia africana. Después, un bañito en la playa para los que quisieron a la vez que otros ayudaban a preparar la cena…

Nos acaban de llamar a cenar. ¡Bien!. Está siendo un buen viaje.

 

Ángela Muñoz

Expedicionario MRS 2010

 

 

Día 6
Oficial123

MADRID RUMBO AL SUR. DIARIO DE EXPEDICIÓN.

 

21 AGOSTO. DIA 5: Boda en Fez

 

Hemos “casado” a seis niños. Tranquilidad, no fue para liberar asientos en el autobús y tocar a más raciones de rancho, aunque no es mala idea… Los invitados marroquíes de esta boda musulmana bailan en círculos con las manos sobre la cabeza. Los nuestros se menean a lo loco improvisando pasos medio de ¡Fama A Bailar! versión bereber.

Los novios llevan camisola verde y bombachos blancos. Parecían auténticos maridos autóctonos, sólo les falla el nombre: Nacho, Mario y Rodrigo. Están “flipando” y eso que no son los protagonistas del cotarro.

A las tres reinas moras de la noche las están coronando en una habitación que parece una sauna (hoy en Fez han pasado de los 40 grados). Dos “nagafas”, las mujeres vestidas de verde que se encargan de vestir a las novias en las bodas, les cardan el pelo en altos moños, las maquillan con largos rabillos y las llenan de bisutería. Olivia va de blanco, Teresa de azul y Pati de verde. “¡Me caso sin ducharme, olé!”, dice esta última, que como los 100 españoles de la boda lleva más de ocho horas en un autobús. A quién le importa, están preciosas. Aguantan como santas la manga larga y la cola de sus vestidos de boda y dan gracias por no tener que cambiarse siete veces de traje como las musulmanas que se casan de verdad. Poco importa que la boda sea una ficción, las tres novias están emocionadísimas. “¡Me lo había imaginado muchas veces pero nunca rojo!”, dice Pati sobre su vestido. Algunas joyas de la sala prenupcial: “¿Y si salen estas fotos en el Hola?”, “¡En Majadahonda no se lo van a creer!”, “¡Vamos a triunfar en el Tuenti!”.

Como tres novias gitanas, con mucho oro y mucha purpurina en la cara las chicas se dirigen al altar del brazo de unos esposos a los que apenas conoces. Les sientan juntos en un sofá con dosel blanco rollo Las Vegas. “Dame la mano, cariño”, dice una de las chicas tan saladas a uno de los chicos más pasmados. Lo que viene después es un banquete de lars–boda­– con baile loco hasta tarde, henna y harira, tambores y pasteles. Pero nada de noche de bodas.

 

Patricia Reyes

Cronista Oficial MRS 2010

 

 

 

Crónica 21 de Agosto.

 

Nos hemos despertado como todos los días alrededor de las seis para hacer deporte y, como siempre, iba dirigido por Pablo. Yo, personalmente, me he quedado castigada sin deporte con otra chica por no haber encontrado a tiempo las zapatillas. Así que mientras los demás corrían, nosotras hemos recogido la playa y preparado el desayuno.

 

Tras levantar el campamento, nos hemos puesto rumbo a Fez, es decir, unas 10 horas de autobús. Durante todo ese tiempo hemos dormido y escrito en el cuaderno de viaje. Después de hacer numerosas paradas hemos llegado a nuestro destino donde nos han recibido con tambores y trompetas, Hemos comido la cena típica de Ramadán. Seguidamente ha hablado Nadia, directora de la asociación de defensa de la mujer de la Comunidad de Madrid. Ha conseguido emocionarnos a todos con su testimonio.

 

Ha trabajado en múltiples proyectos y ha recibido el reconocimiento de diversas instituciones. Luego tres chicos y tres chicas, entre ellas yo, nos hemos vestido con los trajes típicos de novios marroquíes. Los chicos pantalón, camiseta y babuchas y las chicas vestidos de colores vivos y joyas lujosas.

 

En el salón del centro donde acampamos había un sofá para “los novios” donde nos han hecho numerosas fotos. Nos hemos puesto henna en las manos y hemos bailado y cantado. Después hemos vuelto a cenar puesto que es Ramadán y se hacen tres comidas por la noche. Y por fin hemos conquistado la piscina, que ha acabado menos transparente de lo que estaba cuando llegamos. Hemos estirado los sacos porque aquí son las 3 de la mañana, lo que significa que solo quedan 3 horas para que empiece el nuevo día. Una buena aventura así que buenas noches Madrid.

 

Patricia Merino

Expedicionaria MRS 2010

 

 

 

 

Crónica 21 de Agosto.

 

Después de una noche más de dormir lo justito, un despertar confuso y rápido cogiendo las deportivas casi de manera inconsciente. Aún nos cuesta pero cada vez somos más veloces, ya casi nadie le regañan por ser el ultimo… casi.

Carrera, ejercicios…mejor no hablar más de esto.

 

Mucho más interesante nuestro segundo bañito mañanero en la preciosa y casi caribeña Cala Iris, cerca de la playa de Alhucemas. Esta explanada de tierra se ha convertido en algo parecido a una casa. Hemos dormido aquí dos veces, es todo lo que necesitamos ahora para que algo nos parezca un hogar. Eso sí, si tengo que elegir un lugar para que sea mi hogar ese sin duda es nuestros autocar. Entre este revoltijo de asientos y expedicionarios vivimos y compartimos de verdad el tiempo. Hoy me he dado cuenta en este más que largo trayecto hacia Fez, con su mil y una paradas en mitad de cualquier parte (el pueblo de Casita o de Taza).

 

Me he dado cuenta mientras cantábamos todos apiñados en el pasillo al mirar la cara sonriente de mis compañeros de que les conozco, de que ya son parte de mí, de mi vida. En estos cinco intensos días hemos conseguido calor los unos de los otros. Sonará cursi pero es la pura verdad. Las bromas, las risas, las confidencias y hasta los momentos de cariño se suceden.

 

Ya entrada la noche después de un millón de horas, salimos del autobús y empieza la magia. Nos reciben con música, preciosa por cierto, y no podemos cerrar la boca de asombro. Seguimos andando y llegamos al paraíso: césped verde, una piscina, una carpa y lo mejor de todo las mesas de boda repletas de comida para nosotros. ¡Vamos a cenar en una mesa y con cubiertos! Aunque nosotros y nuestro asquerosillo aspecto no peguemos mucho.

La noche continua y conocemos a Nadia que nos da una charla cargada de emoción sobre su trabajo con las mujeres maltratadas o discriminadas tanto en España como en Marruecos. Pero aún quedan más sorpresas, un bodorrio al más puro estilo de Fez, por todo lo alto. Nuestros compañeros se casan, mientras nosotros comemos dulces árabes, bebemos deliciosos tes y sobre todo bailamos durante horas. Y por último, lo mejor de la jornada, atención, ¡nuestro primerísimo baño de agua dulce!. Agua que, por supuesto, hemos aprovechado al máximo.

 

En definitiva, hoy ha sido un día muy, pero que muy completito.

 

 

Belén Fernández del Rincón

Expedicionaria MRS 2010

 

 

 

 

Crónica 21 de Agosto.

 

Después de una corta noche nos hemos metido en el autobús y nueve horas más tarde, entre canciones de guitarra, chistes, parada para comer entre los olivos… Hemos llegado a Fez.

A nuestra llegada nos esperaban músicas tradicionales a un lado y mujeres bailando al otro. Esto es alucinante, es lo más lujoso que hemos visto en todo el viaje y nos sentimos como verdaderos reyes y reinas marroquíes.

 

Nada más entrar en la carpa, nos esperaba la cena de Ramadán y nuestros ojos brillaban al mirar los suculentos platos. Luego, entre calor, cantos y bailes, una mujer increíble nos ha contado la labor de su organización. Nadia está en silla de ruedas por defender a su hermana de su exmarido. Desde entonces se dio cuenta que lo que quería era ayudar a las mujeres que sufrían la violencia de género y que gracias a la Comunidad de Madrid lo está consiguiendo. Desde luego es uno de mis ídolos, de mis mujeres modelo a seguir.

 

La noche ha acabado con “la boda, ficticia o de teatro” de seis de nuestros compañeros, bailes e incluso otra cena. Nos han hecho un tatuaje de henna precioso y luego nos hemos bañado en la piscina. ¡La espera en el autobús ha merecido la pena! De verdad que este viaje está siendo increíble.

 

Sandra Samaniego

Expedicionaria MRS 2010

 

 

 

 

Día 7
Oficial12

MADRID RUMBO AL SUR. DIARIO DE EXPEDICIÓN.

 

22 AGOSTO. DIA 7: Retrato de mujer en Fez

 

El pañuelo de Nadia Otmani no da a basto. Lo usa para secarse el sudor y las lágrimas. Porque hoy en Fez hace 44 grados y porque hace 12 años, en otoño, en el pueblo de Barajas, Nadia se interpuso entre su hermana Rashida y un hombre que la quería matar. Su marido.

Proteger a su hermana de los disparos de su maltratador le costó una lesión medular que la tiene en una silla de ruedas. Pero eso no la ha detenido. “En cuanto abrí los ojos en el hospital supe que Dios me había querido ver así y borré la palabra depresión de mi diccionario”, explica entre lágrimas.

Nadia vive en Madrid y es una inmigrante atípica, universitaria y separada desde 1987. Antes de que su cuñado le atravesara la espalda, tenía una compañía de exportación de moda. Desde entonces dedica su tiempo a luchar contra la violencia de género. Su máxima: “Cuando una mujer necesita ayuda, no es mañana ni pasado, hay que dársela ya, ¡ahora!”. En Torrejón de Ardoz Nadia trabaja con otras mujeres inmigrantes; en Fez, donde la asociación Alamal, esperanza, acaba de abrir sucursal intenta “proporcionar a las mujeres un punto de encuentro y escucharlas, porque eso es a veces lo que más necesitan”.

El local sin terminar de la asociación está en un barrio marginal que gira entorno a una vieja cantera llena de basura. Allí se exponen los kaftanes que hacen las asociadas: “Sin una cooperativa que las proteja, estas mujeres pueden recibir tan sólo unos 50 euros por bordar un vestido que se vende por 5.000”, explica Nadia a quien se le vuelven a saltar las lágrimas de indignación. “El maltrato llega a todas las clases sociales, pero la discriminación de la mujer es una cuestión más económica que cultural”, explica quien siempre disfrutó de una vida holgada ya que su padre era miembro de la guardia personal del rey.

“Los problemas que las mujeres tienen en Marruecos se van con ellas cuando marchan a España”, dice Nadia “así que hay que empezar a solucionarlos aquí”. “Nosotros intentamos explicarles que es lo mismo ganar 200 o 300 euros en Marruecos que 1.000 en España, y si se quedan disfrutarán de sus hijos y su cultura”. Fuera de la asociación, lo niños de vacaciones, ayudan en el mercado. “No hay derecho”, dice Nadia con indudable carisma, “en barrios como éste los más pequeños tienen que trabajar para pagarse los libros y los lápices”. Y otra vez le vuelve a brotar el llanto.

 

Patricia Reyes

Cronista Oficial MRS 2010

 

 

 

Crónica 22 Agosto:

 

Hoy, pese a haber dormido poco, he tenido un buen despertar, y todo porque, en lugar de habernos despertado a voces como de costumbre, nos ha despertado el profesor de música con los timbales, lo cual es bastante más agradable. Aún así, como cada mañana, nos toca deporte.

 

Después de recoger todas nuestras cosas, nos fuimos a visitar un proyecto de Fez y de camino, pasamos por un mercado. Definitivamente, es otro mundo. Los puestos en la calle, entre los que es difícil andar, están repletos de alimentos y de un olor inconfundible y nuevo, que penetra por tus fosas nasales hasta incrustarse en tu cerebro, y que es producto de la mezcla de fuertes especias, pescado, calor y burros que cruzan la calle. Una experiencia única al fin y al cabo.

 

Después de ver el proyecto, fuimos a visitar la Medina, algo bastante diferente también. La Medina de Fez es un colosal laberinto de callejones en los que es más que fácil perderse y que contienen miles de personas de todo tipo, especialmente, vendedores de pulseras y carteras. Andar por ella es una odisea, ya que debes estar constantemente moviéndote, ya sea para esquivar un asno, evitar pisar a uno de los muchos niños que la habitan o huir de los agotadores vendedores.

Finalmente, hemos estado en las ruinas romanas de Volubilis, que son los restos de lo que fue la capital de la provincia romana de la Mauritania Tingitana. Es algo que me ha sorprendido escuchar, pues es el mayor yacimiento arqueológico de todo Marruecos: cuarenta y cuatro hectáreas de casas y mosaicos en ruinas, basílica, arco del triunfo…

Y sin embargo, no tiene la protección adecuada y puedes andar por las casas deteriorándolas o apoyarte en las columnas, cosas impensables en España.

 

Creo que coincido con los demás cuando digo que hoy ha sido un día muy intenso y completo, así que desde el autobús camino a Rabat, mando un saludo a todos los que lean esto.

 

Luis Marcos

Crónica Expedicionario MRS 2010

 

 

 

Crónica 22 Agosto:

 

Ya estamos en los últimos compases de un día tan o más interesante que los anteriores y, pese al cansancio acumulado durante este largo día, aguanto los ojos bien abiertos en este autobús escribiendo con mucho entusiasmo la crónica de un día que está a punto de finalizar.

Los djembés suenan. Te despiertas. Pregunto la hora. “¡Las 6 de la mañana!”. Pablo espera impaciente a que el último expedicionario se coloque para comentar la gimnasia diaria.

 

En Fez: una sociedad acelerada, un olor inquietante, humildad, un proyecto contra la violencia de género, fruta en abundancia, ropa barata, cuero, elegantes pashminas.

 

Dejando estas características de la ciudad de Fez, debo mencionar aparte las cubas de Fez donde se abatanaba y se teñía el cuero. Se dice que la gente que comienza un trabajo en estos lugares no viven más de tres años desde el comienzo de dicha labor, pues el grado de intoxicación es muy elevado.

 

Cuando el hambre comenzaba a hacer mella, cogimos el autobús en dirección a las ruinas romanas de Volúbilis. Allí comimos y visitamos los asentamientos romanos, prueba de la importancia del imperio romano-marroquí. En el contexto situacional de las ruinas por la noche se celebró la misa de los domingos.

 

Tras estos acontecimientos, cogimos un autobús que nos ha llevado a Rabat, capital de Marruecos, donde aún sin dormirme me encuentro en el patio principal de un patio principal de un bonito edificio árabe escribiendo esta crónica.

 

 

Alejandro Lapuerta

Expedicionario MRS 2010 

 

 

 

Día 8
Oficial

MADRID RUMBO AL SUR. DIARIO DE EXPEDICIÓN.

 

23 AGOSTO. DIA 8: Tres laberintos

 

En la medina más grande del norte de África hay 9.400 calles y mil de ellas no tienen salida. Por ello, el grito que más se repite en Fez es ‘¡Yala, yala!’ (¡vamos, vamos!) para que no se pierda nadie en el laberinto. El otro es el “¡Balak!” (¡cuidado!) de los muleros avisando de que se acercan con el animal cargado de butano.

A pesar de la falta de sueño, los chicos de Madrid Rumbo al Sur viajan cada vez más despiertos. Uno pregunta si la cabeza de dromedario que cuelga del puesto de un carnicero significa lo que parece obvio (que vende carne de camello); también a qué sabe. Otro señala la sonrisa dibujada en el portal de una casa e indica al resto: “Debe de ser el dentista…”. Aprenden que con alcachofas secas se cuaja el yogur y que los tejedores de seda estiran el hilo tensándolo entre los clavos que recorren las estrechas calles. La chavalería pregunta ya sin el corte de los primeros días y toma la iniciativa. Uno compra un mapa para marcar la ruta recorrida (ya hemos cruzado el Rif y en el plano el norte de Marruecos está lleno de flechas y asteriscos). Otro compra un Corán. Muchos prefieren regatear con los artesanos del cuero para llevarse mochilas repujadas y carteras de colores.

En Fez las curtidurías son un viaje en el tiempo. Museos vivos que funcionan como lo hacían en la edad media. Los curtidores trabajan la piel (considerada una de las mejores del mundo) metidos hasta las rodillas en pozos fétidos donde el cuero se limpia y suaviza con cal y excremento de paloma. El olor es tan fuerte que a la entrada se ofrece al visitante una ramita de menta. Oliéndola, su visita a las tiendas con terrazas estratégicamente colocadas para que se vea el espectáculo será más agradable. Mientras los curtidores se bañan en los pestilentes pozos de colores, los guías aprovechan para ofrecer riñoneras por 10 euros. Los expedicionarios no se conforman con observar el impactante escenario. Unos hacen fotos o compran fascinados con los colores, otros alucinan con el regalo antropológico que supone ver algo así en el siglo XXI, otros se indignan con las duras condiciones de trabajo, la insalubridad y la presencia de algún niño en los pozos. Debaten entre ellos y con los adultos sobre las contradicciones del lugar. Miran, cuestionan, polemizan, y defienden sus posturas. Dan ganas de tachar de la lista uno de los objetivos del viaje.

En la ciudad romana de Volubilis, el monumento arqueológico mejor conservado de Marruecos, también hay habitantes del laberinto. En uno de sus impresionantes mosaicos Ariadna posa junto a Baco. “¡La juventud, la juventud!”, grita Hussein, nuestro guía, en castellano (con acento entre italiano y marroquí) para reunirnos entorno al comedor de una domus. “Los romanos comían tumbados y hasta vomitar, por eso eran gordos y bajitos”, dice, muerto de hambre y sed por el ramadán. Sus ilustrativos apuntes traen Volúbilis a la vida: mezcla eruditas explicaciones sobre Juba II, el gran rey, con coloristas descripciones sobre cómo los romanos disfrutaban del solarium abanicados por esclavos. Al caer el sol, Hussein desayuna en su fe, mientras el padre Juan celebra misa vespertina entre las ruinas de la basílica romana. Y una cigüeña lo ve todo desde su nido en lo alto de una columna de casi dos mil años de convivencia.

El tercer laberinto es más moderno y se llama burocracia. En el Hospital Infantil de Rabat la expedición descubre el proyecto de la ONG Tierra de Hombres, bautizada en honor de Saint Exupery. La organización, que colabora con la Comunidad de Madrid, ha servido como hilo de Ariadna en el laberinto de la sanidad pública a un millón de familias sin recursos y con un niño enfermo. En paralelo a la atención médica, Tierra de Hombres se ocupa de la asistencia social de estas familias arreglando el papeleo de las operaciones, escolarizando a los niños y buscando familias de acogida cuando es necesario operarlos fuera de Marruecos (sobre todo en Suiza, Francia y España). La idea es que cada vez haga menos falta llevárselos fuera y lejos de su madre, para ilustrarlo la expedición recorre las instalaciones del hospital, que va modernizándose gracias a la ayuda internacional. Al final de la visita Telmo Aldaz informa al auditorio de que los cooperantes secuestrados en Mali han sido liberados y los chicos aplauden como si hubiese caído el Minotauro.

Patricia Reyes

Cronista Oficial MRS 2010

 

 

 

Día 9
Oficial12

MADRID RUMBO AL SUR. DIARIO DE EXPEDICIÓN.

 

24 AGOSTO. DIA 9: En casa del embajador…

 

En la misma sala en la que Rubalcaba dio su rueda de prensa del lunes, el embajador de España en Marruecos, Luis Planas, recibió el martes a los chicos de Madrid Rumbo al Sur.   “¿Qué qué hacemos en la embajada?”, se preguntó el diplomático, “somos una especie de minigobierno que representa a España”. Aunque no tan ‘mini’ ya que la de Marruecos es la segunda embajada española en tamaño tras Washington: 250 empleados, 35 altos funcionarios, siete consulados, seis Institutos Cervantes… “Somos países muy distintos por cultura y religión, pero al mismo tiempo somos países muy próximos”, explicó el embajador saliente (se va a Bruselas). Durante su cargo (2004 – 2010) los españoles que visitan Marruecos han pasado de 300.000 a 650.000 al año: “Un ejemplo de cómo se han ido limando las distancias que había en la visión del otro”.

Al terminar la charla un par de de expedicionarios de Rumbo al Sur se acercaron al embajador para freírle a preguntas. José Juan Martín Quesada, que quiere ser diplomático, y Carmen González, que empezará en septiembre Ciencias Políticas, tuvieron la misma inquietud, ¿qué hay de los reciente roces con Melilla? “Si hubo alguna nubecilla se ha disuelto, hemos pasado página”, defendió el embajador. “¿Pero no son estos enfrentamientos algo periódico?”, repreguntaron los chicos. “Cuando uno se pone en pensar en lo que tenemos entre manos… cada año el paso del estrecho supone la mayor migración del mundo tras la peregrinación a la Meca… ¿Qué si no hay problemas en las relaciones? Por supuesto, dónde no”, explicó Plana, “sin embargo vuestra presencia es una muestra de las ganas que tenemos los españoles de conocer este país”. “¿Cómo es el día a día de un embajador?”, cambiaron de tema los ante la astucia diplomática. “Muchas reuniones, visitas, acuerdos… todo lo que os podáis imaginar y se cuenta y luego todo lo que os podéis imaginar y no se cuenta”, dijo el embajador con un guiño.

Al final de una mañana de conferencias de la Agencia Española de Cooperación Internacional, los expedicionarios almorzaron en la embajada. Como Rubalcaba, aunque ellos lo hicieron en el aparcamiento y a base de bocatas de salchichón.

 

Apunte nocturno: La plaza Jeema El Fna de Marrakech es un lugar muy loco donde uno puede empezar cenando unos pinchitos morunos y acabar alquilando todas las calesas de la ciudad para que 100 niños paseen bajo la luna mora.

 

Patricia Reyes

Cronista Oficial MRS 2010

 

 

 

Crónica 24 Agosto:

 

Debido al viaje nocturno de ayer, hoy hemos despertado a las siete y media en lugar de a las seis, como solemos hacer. A pesar de esto, nos hemos librado de la hora de ejercicio y estiramiento maquinados por Pablo. Después hemos desayunado y nos hemos duchado. Creedme que ha tenido que pasar mucho tiempo para que valoremos una ducha con agua caliente, ¡aunque dure tres minutos!

 

Más tarde, hemos ido a la Embajada española, donde nos hemos pasado el resto de la mañana. Primero nos ha recibido el Embajador, Luis Plana, en una sala donde ayer entrevistaron al ministro del interior y luego, ha tenido lugar una charla de la OTC (Oficina Técnica de Cooperación). A pesar de durar demasiado, sobre todo por nuestras preguntas, me ha parecido realmente interesante. Estos días hemos ido visitando diferentes proyectos de cooperación, pero también es necesario saber por qué se lleva a cabo cada proyecto y entender los problemas del país que estos tratan de solucionar. Según nos dijeron de Marruecos, aunque es un país de renta media, tiene un bajo IDH debido al bajo nivel educativo. De hecho, al terminar la charla pregunté por las herramientas de Marruecos para eliminar la pobreza y me dijeron que era un país con un gran potencial pero que lo estaba desaprovechando por el bajo nivel de escolarización.

 

La embajada invitó a un té. La comida nosotros, bocatas que hicimos por nosotros mismos…Nos los comimos en el césped de la Embajada, nos despedimos de Rabat rumbo a Marrakech. Tras siete horas de viaje, lo que nos encontramos fue una ciudad totalmente distinta. La plaza Jef el-fna es el lugar más bullicioso en el que hemos estado: los gritos de los vendedores, la cantidad de gente, el humo de los fogones y por desgracia, los niños persiguiéndote y pidiéndote cualquier cosa… hacían que te perdieras entre la multitud.

Volvemos en calesa de caballos los 100 expedicionarios al campamento…

 

Martín Hurtado

Expedicionario MRS 2010

 

 

 

Crónica 24 Agosto:

 

 

Cuando los expedicionarios visitamos algún proyecto de cooperación tenemos que ver día a día a personas con pocos recursos y espero que sea normal sentirse como yo, como alguien que observa, violenta. Sé que estas imágenes son necesarias de ver para poder sensibilizarte, porque son estas cosas las que no se hacen por diversión, que no lo hacemos como paseo turístico y es verdad que viendo esto crees en la realidad de Marruecos, de la zona no comercial del país. El hospital de Rabat fue un buen ejemplo. Quizá por ignorancia me sentí ofendida por la visita, es cuestión de comprender que es un sacrificio que tenemos que hacer. Unas punzadas en el estómago más que guardaremos y reviviremos cada vez que lo recordemos. Ahora definiría el hospital como un claro ejemplo de entrega y superación de los responsables de un proyecto. De cómo las ganas de ayudar junto con un fuerte apoyo económico y social y el entusiasmo adecuado hacen que una empresa de este tipo se convierta en un éxito. Dar atención gratuita a personas que lo necesitan y que no les es concedida me parece algo extraordinario.

 

Al caer la noche, el cielo se tiñó de colores junto con las telas de los tejidos tradicionales marroquíes. Un rostro tapado por ropas y vergüenza emitió una voz tembladora femenina que relataba la violación de un hombre y luego de un familiar. Cada palabra de esa confesión se clavaba en el corazón de cada expedicionario, eso si que es ser valiente. Eso si que es juntar el valor, tragarse las lágrimas y la indignación para ayudar a personas en su misma situación a salir a delante. Puede que poco a poco la balanza del ideal de igualdad y justicia se vaya equilibrando, puede que poco a poco estemos añadiendo peso al lado desfavorecido. Eso lo llaman cooperación y esperanza: hambre de justicia.

 

Al amanecer, los rayos bañan la escuela bilingüe en la llevábamos instalados dos días. Bostezos. Legañas. Respiración agitada y sudor por el deporte. Risas. Duchas. Más risas, cereales, mermelada o miel. Finalmente, las botas curtidas del Naturalista se adentraban en la Embajada española de Marruecos. El delicioso té caliente junto con los melosos dulces que nos sirvieron en la recepción, eran bienvenidos por el estómago de los rumberos. Tras una puesta en situación por parte de expertos de Marruecos y la muestra de los ámbitos de acción que abarcan los proyectos, nos esperan largas horas de viaje. Rumbo al Sur, rumbo a Marrakech.

 

Rosa María Collado

Expedicionaria MRS 2010

 

 

 

Día 10
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MADRID RUMBO AL SUR. DIARIO DE EXPEDICIÓN.

 

25 AGOSTO. DIA 10: Yo para ser feliz quiero un autobús (o una Kabbah)

 

En la despensa de nuestra casa nómada sólo hay botellas de agua que ruedan de un lado a otro. El baño es una cuneta tras un arbusto, con suerte un retrete de gasolinera. Salón, comedor y dormitorio comparten un mismo espacio diáfano (un inmobiliario listo lo llamaría loft). Y las vistas del Medio Atlas son espectaculares.

El autobús es lo más parecido a un hogar que tienen los chicos de Madrid Rumbo al Sur. Lo único que permanece en un viaje hiperactivo donde se duerme en un sitio distinto cada día y se está muy poco rato haciendo nada. “Aquí es donde nos da tiempo a relajarnos, charlar y conocernos”, dice Belén Fernández, que es una de las dos personas del vehículo que está con un libro entre las manos (la otra es un monitor). Belén lee El Principito por cuarta vez. “Si fuese cualquier otro libro no me podría concentrar, pero este me lo sé de memoria”, explica citando de su capítulo favorito: “Los hombres ya no tienen tiempo de conocer nada, compran cosas hechas en los mercados, pero como no existen mercados de amigos, los hombres ya no tienen amigos”. “Yo es el único libro que me he acabado”, dice con sorna Lorite, su compañero de asiento. “Soy más de tocar la guitarra y dar masajes, duermo sólo cuando estoy muy cansado, porque aquí no te aburres”. A juzgar por los ronquiditos del bus, también te cansas bastante (a estas alturas del viaje las fotos de ojos cerrados y bocas abiertas son un hit).

Álex Delgado enseña a tocar la ocarina a Martín Hurtado y la canción escogida es ni más ni me menos que Halloweed be thy name, un hit de los Iron Maiden de 1982. (Martín nació en el 93). La letra, “una pasada”, va sobre la última noche de un condenado a muerte: “Entre los barrotes diviso el mundo que se portó mal conmigo”, recitan los muchachos en inglés. “Tocada con la ocarina no tiene la misma energía, claro”, admiten. En las últimas filas, un grupo de chicas charlan sin pausa “sobre novios y amigos en común”. “Es como un Tuenti oral”, dice Fátima que lleva diez días sin oler Internet. Muchos escriben apoyados sobre las rodillas en sus cuadernos de viaje y de rato en rato el autobús se convierte en un concierto (hay varios guitarras con mucho talento). El playlist es variopinto, de Leonard Cohen a Mecano pasando por algunos temas de este siglo. Joaquín y Nacho, los conductores, aguantan con paciencia infinita el ruido y los “¿cuánto queda?”. “A veces te enfadas con ellos, pero al final les quieres”, dice Joaquín al volante.

Mientras la vida transcurre sobre ruedas, por la ventanilla desfilan los desfiladeros secos del Atlas y sus vergeles vegetales se arremolinan en los cauces de los ríos. Los pueblos de adobe se camuflan en las laderas de barro; arquitectura tradicional que se funde con el entorno tanto que hasta se deshace con la lluvia. Pero no son las nubes las que están destrozando la milenaria convivencia entre naturaleza y estructuras, sino los nuevos edificios de hormigón (muchos de ellos mezquitas).

La carretera es un látigo de curvas con hombres que caminan quién sabe a dónde de la mano y niños que saludan en medio de la nada. Puestos de geodas que se abren como huevos enseñando sus prismas de colores y rebaños de ovejas. Nos cruzamos con camiones marroquíes decorados con dibujos de palmeras y cargados con un optimismo surrealista. Uno lleva una pirámide invertida de paja que sobrepasa con creces la anchura del vehículo, otro la baca (del techo) llena de vacas (de leche). La parada para comer no es menos pintoresca: raciones militares en una cuneta entre montañas junto a una tienda de artesanía llamada Welcome in my beautiful shop.

Entre la bulliciosa Marrakech y la silenciosa Kasbah Amridil hay unos 250 kilómetros tan plegados sobre el Atlas que hemos tardado ocho horas en recorrerlos. Los chavales vacían su casa-autobús y toman esta fortaleza de adobe que pertenece desde el siglo XVII a una misma familia. Uno de sus últimos vástagos, Reda Nassiri regenta el albergue anexo al edificio de barro y paja. “Hay que reponerlo cada tres o cuatro años, pero yo creo en el control permanente de la erosión”, dice Reda que muestra orgulloso como su monumento (mantenido sin financiación pública) aparece en los tetrabrik de zumo y en los billetes de 50 dirham tras el retrato de Hassan II. “Es un lugar muy famoso”, dice Reda, cuyo castillo será nuestro hogar por una noche.

 

Patricia Reyes

Cronista Oficial MRS 2010

Crónica 25 de Agosto:

 

La cooperación para el desarrollo ha de ser entendida como un proyecto global para empezar a actuar en el ámbito local. Este es el consejo que Carlos, uno de los monitores, nos ha dado esta noche.

 

Estoy aprendiendo a escuchar a la gente que me rodea: a mis 99 hermanos y hermanas, a los simpáticos conductores del autobús, a los profesores… Y es que debemos aprender a escuchar a las personas.

 

¿Y cómo voy a poder interactuar con Marruecos, si no siento Marruecos? Nosotros hemos escuchado la llamada y ahora resuenan en mí ecos de esperanza.

 

Estamos en Marrakech. En una de las ciudades más “chic” que hasta ahora conozco del país. Percibo aromas diferentes que han transformado la noche en la mañana. Mango, Zara, McDonald’s y conocidas firmas me hacen pensar que podríamos estar hablando de cualquier otro lugar.

 

Pero las apariencias engañan. Detrás de un velo iluminado de luces y color, encontramos una oscura realidad. Vendedores ambulantes atraídos por un grupo de cien chavales uniformados aprovechan la ocasión para hacer el “agosto”. Niños rogándome para comprar paquetes de clínex y agradecidos por recibir desde dos céntimos de dirham hasta un pedazo de pan. Exóticos comercios, danzas y músicas, matanza de pollos in-situ y nosotros en medio de tal bullicio, alucinando con la rica comida que disfrutamos por tan sólo unos minutos de regateo.

 

Pudimos conocer las calles principales de la ciudad desde una calesa: intensas emociones que se han fundido a las seis de la mañana con un “¡hora de despertar! ¡Arriba chavales!”. “¡Uff!”

 

Esto es lo que seguramente íbamos pensando todos al saber que hoy no correríamos tanto como los días anteriores. Estiramientos, flexiones, series en carrera… ¡Todo sea por volver en forma y, sobre todo, por recibir el manguerazo de los bomberos! ¡Qué refrescante baño! Y es que se mastica la felicidad con unas cuantas gotas de agua y un buen desayuno con colacao incluido.

 

Hemos bailado al son de conocidas canciones que han traído los bomberos. ¡Qué haríamos sin estos bomberos que tan bien nos cuidan! Nos cocinan, nos dan masajes en caso de contracción muscular, nos preparan el camión con el agua lista para beber…

 

Hay quien dice que la única manera de hacer historia es conociendo la historia. Antes de patear la plaza de Marrakech a pleno sol, con 45 º, hemos escuchado la historia del lugar y lo importante que es el arte del regateo. Pues, en efecto, este nació en África.

 

Me han puesto una cobra alrededor del cuello. “¡Qué original bufanda de verano!”, me ha dicho mi amiga Juana. Un zumo de naranjas bien fresquito después de aprender una danza típica, nos ha ayudado a tener fuerzas para regatear en condiciones. Aunque siempre te quedas con la sensación de que tu has sido el timado. ¡Son unos profesionales! Algunos compañeros no han tenido la oportunidad de conocer Marrakech por estar enfermos. Aprovechamos las horas de bus para contarles esta experiencia, con pelos y señales.

 

Elena Hernández Martínez

Expedicionaria MRS 2010

Crónica 25 de Agosto:

 

Algunas afortunadas personas se despertaron hoy de una manera especial: sin gritos de Pablo metiendo prisa para el deporte, sin un suelo duro bajo la espalda, ni moscas ni hormigas entre el saco; y es que, este afortunado grupo de personas habían dormido en camas de lujo, simplemente por el hecho de estar enfermos.

 

Parece ser que la faringitis y la diarrea nos han pillado a muchos cooperantes en estos días, y para estar sanas para el Sahara es esencial ir al médico. Así, entonces, las primeras horas de la mañana han sido testigo de dos despertares paralelos.

 

Los sanos corrían en series con Pablo en el patio, y los enfermos, tranquilamente, sin prisas, nos curábamos, charlábamos y aprovechamos los últimos minutos de nuestra cama con colchón.

 

Los deportistas recibieron un manguerazo por parte del majísimo bombero Jorge, que sirvió para refrescar los cuerpos que se preparaban para enfrentarse a los 50 ºC de las calles de Marrakech.

 

Tras el desayuno, de aquellos que podían comer algo, y últimos preparativos, nos montamos en los autocares y fuimos hacia la plaza de Jemma El-Fna. En el punto de encuentro quedaríamos al cabo de dos horas tras recorrer la medina de la ciudad.

 

Cada grupo de personas se dirigió hacia una dirección y algunos compraron enormes pipas de agua y tambores, y otros zumos de 40 cl de naranja fresquito y recién exprimido. Un chaval se había comprado una preciosa esclava de plata que perdió a los diez minutos de enseñarla orgulloso a los demás-

 

El tiempo pasó rápido y tras un momento caótico peleándonos por llamar a casa a través de unos teléfonos que no funcionaban, volvimos de nuevo al internado donde habíamos dormido, y recogimos las mochilas antes de emprender en autocar el largo camino hacia el Atlas.

 

En el autobús todo caímos dormidos, tan sólo algún hiperactivo cantaba por el final, pero tras unos fallidos intentos de animar a los demás, se durmieron con nosotros.

 

A la temprana hora de las seis de la tarde, paramos en un pequeño espacio de la carretera para comer (aquellos que su estado sano lo permitía). Tras la comida, por fin, después de tres horas más de viaje, atravesamos las imponentes puertas de un castillo, donde dormiremos esta noche.

 

Celia Vela

Expedicionaria MRS 2010

Crónica 25 de Agosto:

 

Hoy hemos sufrido el peor despertar de todos: cincuenta moscas posándose en nuestras caras sin dejar de molestar. Teníamos mucho sueño ya que habíamos dormido tres horas como mucho y empezar el día corriendo no animaba lo suficiente como para levantarse, pero había que hacerlo. Había que aprovechar el día, como ya lo llevamos haciendo mucho tiempo. Alguna gente se pone mala de la tripa, pero gracias al equipo médico está todo controlado. Después de correr y estirar, los bomberos nos han dado un manguerazo que todos hemos agradecido mucho.

 

Luego desayunamos sandía (el desayuno estrella para todos), recogimos todo lo desordenado durante la noche. Cosa que cada vez parece más molesta, y las personas que se encontraban bien fuimos a la plaza de Marrakech. Increíble. Tras dos horas de regateo y compras compulsivas por este mercado fuimos al punto de encuentro. Sorprendentemente había teléfonos y todos aprovechamos para llamar a nuestros seres queridos.

 

En ese momento, en esa calle, solo se podía oír a gente diciendo: que os echo de menos, que os quiero mucho… Después cogimos el autobús hacia donde estaban los enfermos, los recogimos y fuimos rumbo al Atlas. Tras seis entretenidas y adormiladas horas de autobús llegamos. Nos organizamos, clase de astronomía, cena y, el momento que todos estábamos esperando… ¡a dormir!

 

Marta Villa

Expedicionaria MRS 2010

Crónica 25 de Agosto:

 

“Es la naturaleza, tampoco seáis cursis chicos”.

 

Ayer llegamos a Marrakech. Para mi fue especial. Algunos fueron a la Medina. Unos pocos nos quedamos en salas con camas, enfermos. Fue todo de golpe: diarrea, malestar…etc. Daba un poco de miedo la sala. Un pasillo larguísimo con mini habitaciones a ambos lados.

 

La noche ha sido dura. Por la mañana, quien seguía con fiebre no ha ido a visitar Marrakech, y yo he sido uno de ellos. Así que he decidido tumbarme y descansar. He decidido pensar en cómo viviría un ciego un viaje como este. Me he relajado, he cerrado los ojos, y he comenzado a analizar mis pensamientos.

 

También así, Marrakech se ha quedado grabado de alguna forma. Lo primero que he notado ha sido el calor. Todo lo siguiente podría llevar el adjetivo “caliente”. Arena, mezclada con plantas. También podía percibir, prestando más atención, un poco de especias picantes, perfume y olor a lluvia. Al rato ha empezado a llover. La habitación, que por la noche parecía una pantalla de videojuego, se convirtió en un pulmón. En serio. Parecía un pulmón. De repente se abrían todas las ventanas y entraba un montón de aire. Al segundo se cerraban todas, se hacía el silencio y no había luz ni aire. Así unos diez minutos, cada vez más fuerte. Al final parecía el corazón de un atleta.

 

Ahora, tras 8 horas de viaje, respiramos tranquilos (yo casi recuperado), en una Kashba llamada Abridid, cerca de Ouarzazate, perdidos en la frontera de la ciudad y el desierto, en los paisajes y montañas donde fue rodada la peli de Babel. Y continuamos.

 

Diego Garrido Sanz

Expedicionario MRS 2010

Día 11
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MADRID RUMBO AL SUR. DIARIO DE EXPEDICIÓN.

 

26 AGOSTO. DIA 11: La haima y la luna

 

Hay un lugar llamado Imadrid que no se parece nada a la ciudad con la que comparte origen su nombre árabe. Es un pueblo diminuto en un secarral del Atlas con unas pocas kashbah pequeñas y una curiosas cuevas a las que se accede por escaleras. En ellas vivían en ellas los bereberes, hoy sirven como graneros.

Hay un palmeral en Tinerhir que siempre sirvió de oasis a sus habitantes. A la sombra de sus olivos altísimos miran el escaso río y observan divertidos a los visitantes que extienden alfombras para hacer un picnic. Extraña comida empaquetada y aceitunas de toda la vida.

Hay una luna sobre el pantano Hassan Addakhil que se refleja casi redonda. Cuesta creer que sea la misma luna que asoma en las ciudades, ilumina un paisaje alucinado de barro amarillo, montañas azules y ocasos de foto. A la luna se le cruza una nube en plan Buñuel, aunque dentro del autobús a cuya ventanilla se asoma 100 niños dormitan ante una de Julia Roberts.

Hay una caminata de Midelt a Tatiouine. 13 kilometros, una hora cuarenta, a las doce de la noche. Serpentea por el Atlas Medio entre casas de adobe, cortados y la nada. La patean 100 expedicionarios para llegar a otro secarral milenario de montaña donde les esperan tres haimas y 100 raciones de sopa harira, dátiles y manzanas.

Hoy este trozo árido de África se parece más que nunca a Madrid.

 

Patricia Reyes

Cronista Oficial MRS 2010

Crónica 26 de Agosto:

 

He decidido escribir hoy porque después de once días soy capaz de plasmar mis sentimientos; y para que mentir, parece que el viaje está pasando en un abrir y cerrar de ojos y no tengo tiempo.

 

Ahora estamos en el autobús y de fondo hay gente cantando y tocando la guitarra, otros duermen con la boca abierta y muchos juegan al mus con entusiasmo.

 

Estoy viendo con mis propios ojos, y sin que ninguna televisión me lo enseñe, la realidad de las calles. Me estoy encontrando con gente que me mira con gran extrañeza de arriba abajo; yo también tenía puestas unas gafas de prejuicios, ideas e imaginaciones y creo que ya no las necesito ni las voy a volver a necesitar.

 

Hoy hemos dormido en la Kashba de Ameridil. Ha sido sorprendente, como lo es cada uno de los días. Aunque en algunos momentos tengo saturación de información, llega la noche y la clase de astronomía y puedo encajar todo lo que he vivido en esas 24 horas.

 

Duermo poco, pero a cambio me lleno de alegría con cualquier chorrada que en Madrid nunca había encontrado, y cada vez vuelvo a aprender.

 

¿Mañana que haremos? Lo único que sé es que el rumbo es más al sur.

 

Ana Sancha

Expedicionaria MRS 2010

Crónica 26 de Agosto:

 

Nuevo día, nuevas aventuras. La noche del 25 nos alojamos en una Kasbah, pavimentación de adobe con barro y paja. Poco tardamos en acostarnos, al igual que en levantarnos a primerísima hora de la mañana, “preparados” para hacer deporte. Mientras nos despertábamos nuestros ojos no paraban de observar la maravillosa estructura en la que nos encontrábamos y que por la noche no pudimos apreciar debido a la oscuridad.

 

Los alrededores de la Kasbah no tenían nada que envidiar. Una imponente cuenca seca cercana al edificio dominaba el paisaje, así como un palmeral que se encontraba en los límites de este. Después de una marcha de media hora por la zona (hago un inciso para decir que nos estábamos muriendo de calor mientras corríamos, se nota que el desierto está cerca) hemos desayunado y visitado la Kasbah guiados por uno de sus herederos. Y así hemos pasado la mañana: charlando, conociendo, estrechando así más lazos de amistad que se estarán creando en la expedición.

 

Había pasado el mediodía cuando nos hemos subido a los autobuses rumbo a quién sabe donde y digo esto porque tenemos la costumbre de crear rumores. Durante la mañana he podido escuchar que si vamos a orillas de un lago, que si cerca de un río, que si no vamos a ver agua en días. Así que los 100 jóvenes hemos optado por dejarnos llevar pues todo lugar debe ser bueno si vamos a estar cerca del desierto. Las horas pasan lentas en el autobús y poco a poco el paisaje cambiaba a uno cada vez más pobre en vegetación, pero no por ello menos apasionante.

 

Por fin llegamos. La noche ya había nacido en Marruecos y los aventureros salíamos más dormidos que despiertos de los buses. La luz de la luna llena iluminaba con luz tenue un paisaje plano, de vegetación escasa… un paisaje que podría haber sido catalogado de “muerto” si no hubiese sido por la actividad que se estaba haciendo en la zona. Cargados con las mochilas y con los indicadores de los monitores nos hemos puesto en marcha hasta parar a pocos kilómetros, donde se ha montado un campamento.

 

Poco a poco loas voces del campamento se apagan. Los que no están durmiendo se están preparando para ello y reina una atmósfera de actividad. Pero durará poco. Dentro de pocas horas nos volveremos a poner en marcha para continuar nuestra historia.

 

Rafa Valverde

Expedicionario MRS 2010

Día 12
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MADRID RUMBO AL SUR. DIARIO DE EXPEDICIÓN.

 

27 AGOSTO. DIA 12: Una monja nómada

 

Por la pista de piedra y polvo aparece Montse, en pantalones claros, con camiseta y un pañuelo cubriéndole la cabeza. “Hemos cogido el 11”, dice señalándose las piernas fibrosas con una sonrisa. Montse es pamplonica y monja franciscana misionera de María, tiene 68 años y lleva 24 en Marruecos. Acaba de recorrer a pie los escasos dos kilómetros que separan su casa de adobe en Tattaouine del campamento de la expedición Rumbo al Sur.

Viene a explicar como en los años cuarenta, los franceses intentaron controlar las riadas en estas tierras aparentemente áridas. “Pero después nadie se preocupó de mantener las barreras”, dice la monja en deportivas. Al final pasó lo inevitable. En 2006 una tormenta arrasó con los cultivos. “¡Dejemos las manzanas y salvemos la vida!”. En medio de la tormenta, los torrentes rebosando, alguien lanzó un grito desesperado para que sus vecinos dejasen de abrazar los árboles y no muriesen intentando preservar su modo de vida. “No le deseo a nadie vivir una tormenta en esta cantera de piedras”, dice Montse que sí que vivió la tragedia. Esa y muchas otras con el Atlas de telón de fondo. El analfabetismo, la pobreza, la discriminación de la mujer, la ausencia de servicios médicos, las temperaturas extremas (en invierno y en verano)… y todo con esa sonrisa.

“Procuramos vivir la vida de la gente”, dice Montse en la casa que comparte con otras dos hermanas (Bárbara, una enfermera polaca y Marie, francesa). En la capilla el sagrario está hecho con dos pulseras bereberes y un cordel de colores dibuja la palabra Alá en árabe. “Es el cinturón de una mujer que perdió a su hija y cuya nieta se quemó la cara, cuando nos hicimos cargo de ella, nos envolvió con él y dijo: ‘Este es el símbolo de una alianza, ya sois parte de nosotros”. “No me quiero volver”, dice Montse que regresa a España sólo una vez cada tres o cuatro años y que antes de llegar a Marruecos vivió casi quince en Japón atendiendo a los leprosos. “No podría volver al mundo del consumismo, para mi no tiene sentido que la gente pague 50 euros por el gimnasio cuando las mujeres marroquíes ganan menos de un euro la hora”.

La presencia de franciscanas en Tattaouine empezó en los años setenta, la monja francesa Cecile Prouvost, llegó a este rincón pedregoso del Atlas y decidió ayudar a “los pobres entre los pobres”: los nómadas. Durante años las franciscanas acompañaron a familias trashumantes. De abril a octubre, les apoyaban en su camino y como ellos vivían en una jaima. “Un año seguimos a un hombre que había quedado viudo con cinco hijos, otro a una mujer que consiguió mantener vivos a sus 14 niños, un milagro en un país con tan alta mortalidad infantil, así que fuimos a aprender de ella”. Esa humildad, ese “entender al otro sin convencerlo de nada”, ha llevado a estas monjas, duras como el terreno que pisan, a aprender el idioma, respetar la religión o usar los remedios tradicionales de los bereberes.

Hoy las tres hermanas llevan una cooperativa de mujeres, una guardería, un dispensario y su casa, con electricidad sólo desde el año pasado, tiene siempre la puerta abierta. A todas horas. El mantra de Montse es “vivir entre ellos”. Ser uno más, ayudar desde dentro, sin paternalismos ni falsas caridades. Mujeres dulces y aguerridas que se adaptan al medio. Cuando los bereberes se cruzan con ellas por los caminos de piedra y polvo las llaman “marabuya”: santas. Y nosotros, heroínas.

 

Y además: Los chicos de Madrid Rumbo al Sur ayudaron a las hermanas franciscanas a limpiar los torrentes de Tattaouine de basura y transportar troncos para una obra. También hubo tiempo de bañarse en el río, hacer la colada y realizar talleres de cooperación, diario de viaje, historia africana, recursos hídricos y radio.

 

 

Patricia Reyes

Cronista Oficial MRS 2010

Crónica 27 de Agosto:

 

Primer día en el Atlas. Nos levantamos todas un poco más abajo de donde nos acostamos: ¡hemos dormido en cuesta! Hace fresquito, la temperatura por la mañana nos deja recuperar un poco del calor de la tarde. Como siempre el deporte diario. ¡Pablo es incansable! Aunque últimamente es un poco menos duro… y por lo menos hoy podemos bañarnos. Aunque sea el río más frío que he probado en toda mi vida, nos sienta a todos mejor que nunca. ¡No hay nada como estar y sentirse limpio, aunque sea con la ayuda de un agua congelada!

 

Después del desayuno, las Hermanas Franciscanas de María nos explican su trabajo aquí y los monitores nos asignan las tareas de por la mañana. A nosotros nos toca cargar unos troncos. Pesan mucho, pero ver el resultado final nos pone contentos.

 

De vuelta al campamento tenemos un ratito de descanso y, como siempre, no lo desaprovechamos. Lavamos la ropa sucia y otra vez nos bañamos en el río. Estamos aprendiendo ya a no necesitar una ducha convencional. Luego nos toca comer. Hoy ha habido arroz con pisto… Ya les gustaría a las raciones militares parecerse un poco a la comida de Pablo. Estaba muy bueno.

 

Por la tarde hemos hecho talleres. Primero los del Canal de Isabel II nos han hablado de sus proyectos aquí y lo que consiguen arreglar con ellos. Bea nos ha hablado de cooperación y por último Carmen nos ha enseñado cosas sobre la romanización de Marruecos.

 

Por la noche ha habido cena de Ramadán, taller de astronomía y película. Espero que hoy podamos dormir un poco más…

 

Blanca Tardajos

Expedicionaria MRS 2010

Crónica 27 de Agosto:

 

Nada más y nada menos que a las seis y media de la mañana, he visto la cabeza de Pablo aparecer por un agujero de la tienda propia de los nómadas llamada jaima únicamente para gritar a los angelotes olorosos que somos que nos levantásemos ya a hacer deporte. La carrera de hoy ha sido muy peculiar porque los sufridores de turno teníamos que ir evitando cantos rodados que variaban desde el tamaño de un melón al de una nuez.

 

Tras esta rutina matutina que cada día es más amena, nos hemos puesto tibios a leche, sandía, pan con aceite y tortitas de miel. Ninguno de estos alimentos sabe igual que en tu casa, porque desayunar viendo montañas inmensas y a toda prisa, cambia cualquier punto de vista. Incluso después de esto, nos hemos bañado en un río que está aquí al lado, cuyas aguas son fresquísimas. Tanto que al meter los pies, estos ardían de tal forma que algunos salían escopetados a cambiarse bajo un sol que ya comenzaba a calentar.

 

Después de librarnos de la roña que empieza a formarse en nuestro cuerpo, dos misioneras nos han contado su labor en este valle en el que se encuentra Tattouine, por el cual, en invierno y tras el deshielo, el agua atraviesa con fuerza mostrando la furia de la naturaleza. Luego hemos recogido basuras, cargado troncos y medido el suelo. De un pueblo así solo pueblo decir que sería increíble verlo en España. No solo por la basura que había en las calles (nos ha tocado rescatar desde chandals del Barça hasta botellas con líquidos misteriosos) sino por el aspecto que ofrecía. Las casas medio derruidas de adobe solo nos contaban que este pueblo tiene historia, pero que posiblemente no vivirá para contarla a futuras generaciones.

 

Al volver al campamento base, hemos vuelto a bañarnos en el río y por ello ahora mis pies se están quejando, Después de comer, los de radio hemos intentado hacer alguna crónica mientras que los demás expedicionarios hacían talleres de cooperación, arqueología e historia. Ahora, en el momento en el que escribo, empiezo a oler la ración de Ramadán que vamos a cenar: sopa con especias extrañas, pan y un bollo típico.

 

Posiblemente, Pedro nos de después una clase de astronomía, vale la pena escucharle, además hoy está montando el telescopio. El lucero del alba lleva ya un rato en el firmamento. Supongo que tardaremos en irnos a dormir, solo cuando ya notemos el frío es nuestro cuerpo, Pero es ahora, cuando ya se pierden las luces naturales, cuando todo el mundo se da cuenta de que esto es único y precioso, tanto esta gran familia que hemos llegado a formar entre todos los miembros del equipo como el lugar donde nos encontramos, prácticamente es el paraíso.

 

Solo ahora nos damos cuenta de que esto nos va a cambiar, siempre para bien, y que cada momento del viaje, permanecerá en nosotros para toda nuestra vida. Los corazones de estas personas a los que les gusta dormir poco y pasar un poco de hambre siempre tendrán algo en común.

 

Darío Herranz Rodrigo

Expedicionario MRS 2010

Crónica 27 de Agosto:

 

Llegamos bien avanzada la noche al poblado de Tattiouine. Nos recibieron las hermanas Montse y Josefina, Misioneras Franciscanas de María, que venían esperándonos ya desde hace horas. Dormimos teniendo la misma piedra como alfombra, pues estábamos a más de dos mil metros de altitud.

 

Al ver pasar esta mañana temprano a las dos hermanas que venían a visitarnos, no pudimos resistir la tentación de escribir estas líneas como testimonio de su presencia en un lugar tan hostil. Parecían bien de salud y eso que habían renunciado a todo: España, la modernidad, la familia, las comodidades y hasta lo superfluo, para venir a instalarse en este lugar, paso de las diferentes caravanas nómadas, donde llevan cuarenta años ayudando a gente a la que le falta de todo, sin esperar nada a cambio, movidas por la fe, el amor por el prójimo.

 

Su labor no estriba en la predicación ni en los sermones, si no que ofrecen su misma vida de total dedicación al otro como ejemplo. Pensamos que esta máxima entrega, este don de sí mismas en beneficio ajeno se merecen toda la admiración y el respeto del mundo. Resulta que son ellas mismas las que dan las gracias por encontrarse en este lugar tan inhóspito a la vez que de gran belleza que les permite llevar a cabo su labor de entrega hacia los demás.

 

Lo cual haciendo de su trabajo una muestra de humanidad y humildad, una “lección de vida”.

 

Malamine Gaye, Profesor de Historia.

Pedro Arranz, Profesor de Astronomía.

MRS-2010    

Crónica 27 de Agosto:

 

Tras varios largos días de viaje en autobús, finalmente amanecimos en una explanada en el Alto Atlas. No sólo hemos sido testigos de unas vistas impactantes que, por lo menos a mí, me han cautivado por su grandiosidad y una vez más me han hecho pensar en lo relativo que es todo y en lo pequeñas que somos las personas.

 

Afortunadamente, también hemos sido partícipes del nuevo proyecto del Canal de Isabel II aquí en Tattiouine. Hemos ayudado a medir la longitud adecuada para unas tuberías de agua que, si todo va bien, llevarán más agua y de mejor calidad a este pueblo nómada. También hemos conocido a dos hermanas Franciscanas Misioneras de María que llevan viviendo aquí más de 30 años. El que lo hayan dejado todo y hayan venido a vivir entre estas intimidantes montañas es definitivamente un modelo a seguir, un camino de determinación, lucha y mucho corazón.

 

Antes de adentrarme en la tarde, me gustaría hacer énfasis en la calidad de la comida y dar por enésima vez la enhorabuena y gracias a Pablo nuestro cocinero.

 

La tarde se ha pasado frustrantemente rápido- ¡y eso que lo único que he hecho ha sido dibujar! Mis compañeros del taller de cuaderno de viaje y yo hemos plasmado en papel nuestras impresiones del paisaje, que no solo me ha vuelto a fascinar sino que me ha hecho darme cuenta del poder de una imagen (mientras que yo, que me encuentro en buen estado de salud, decidí- inconscientemente- utilizar colores más claros, una compañera que se encuentra con la tripa mal utilizó sin embargo colores rojizos y fuertes. Las mismas vistas y qué interpretaciones tan distintas…

 

Virginia Alonso Navarro

Expedicionaria MRS 2010

Día 13
Oficial123

MADRID RUMBO AL SUR. DIARIO DE EXPEDICIÓN.

 

28 AGOSTO. DIA 13: Trekking en la garganta

 

El suelo del campamento de Tattaoiune no es el mejor para hacer aerobic, pero los expedicionarios de Rumbo al Sur le ponen ganas. La novedad. Hoy tres chicas, Rosa, Claudia y Sandra, se han ofrecido para dar la clase de deporte con la que cada día Pablo Martos, jefe de monitores, despereza a los chavales a eso de las seis de la mañana. “¡Marcha, marcha, cha, cha, cha!”, gritan las chicas sobre el suelo sembrado de pedruscos.

La actividad física es una parte fundamental de la aventura. Especialmente hoy, ecuador del viaje, porque toca día de marcha. El grupo parte caminando hacia el Circo de Jaffar, una pista que serpentea las estribaciones del Yébel Ayachi, la montaña más alta del Gran Atlas oriental (3.796 metros). El convoy de vehículos sigue al grupo de andarines con las maravillosas botas de El Naturalista. Lleva la comida y recoge a los rezagados. Para acortar tiempo, todos los chicos se suben de vez en cuando a los coches, el camión de material o el de bomberos. A causa de las últimas riadas, parte de la pista se ha desprendido y cada vez que hay un paso peligroso, toda la chavalería desciende de los vehículos. Luego vuelve a subir, luego a bajar, etcétera… las cosas se alargan mucho cuando hay que velar por 100 camisetas verdes.

Recorremos olivares y campos de paja, nos cruzamos con un rebaño de camellos y con alguna aldea bereber donde un puñado de familias viven en condiciones extremas (parece increíble con este sol, pero en invierno todo esto es nieve). Los niños bereber salen de sus casas de adobe a saludar, saltando ágiles entre las piedras con sus escasas chanclas.

Tras horas en ruta y comida en el corazón del circo de Jaffar -ombligo del mundo- comienza la marcha en sí. El grupo se adentra en la garganta de un río. Los tremendos cortados de la lengua de agua todavía tienen marcas de barro, pero todo el cauce está seco. La caminata de tres horas es una belleza, un paisaje duro e impactante en el que, a parte de las pocas familias que viven en lo profundo de la garganta, sólo nos cruzamos con una turista que viaja sola con dos guías. El nuestro se llama Hammud y tiene una vaca, dos mulas, dos perros y ocho hijos.

Exhaustos tras el trekking y el viaje sobre los coches (aquí se viaja más encima que dentro y el viento en la cara cansa) llegamos a una kasbah donde nos reciben con bailes tradicionales. Y lo mejor: pollo asado con aceitunas.

 

Y mientras tanto: En el campamento, donde se han quedado un puñado de personas, ha habido una tormenta de viento. Cuando regresamos a media noche, el descampado está plantado de tiendas del revés (su interior, una batidora), mochilas dispersas, calcetines perdidos y camisetas huérfanas. Los chicos buscan su saco y se echan a dormir. Mañana con luz y sin tanto cansancio, habrá tiempo de recoger. Lección de supervivencia: lo primero es lo primero.

 

Patricia Reyes

Cronista Oficial MRS 2010

Crónica 28 de Agosto:

 

Tan pronto como pudimos, Mar y las chicas pusieron su iniciativa en marcha. En medio de las montañas la música retumbaba, mientras todos los demás intentábamos coordinar los ritmos del aerobic.

 

El desayuno nos dio todas las energías necesarias para emprender nuestra larga marcha. Comenzamos ascendiendo por las montañas que rodeaban el campamento. Tierras áridas y clima caluroso. Comenzaba a dominar el agotamiento y el cansancio sobre los expedicionarios.

 

Alternando coches y caminata llegamos a lo alto de una de las montañas, el Circo de Jaffar que componen todo el Atlas. Comimos ante un paisaje espectacular constituido por montes de una gran variedad de colores.

 

Parecía que la intensa actividad del día había finalizado, pero todavía nos quedaba una marcha atravesando las gargantas de Jaffar para rematar el día.

 

Comenzaba el anochecer y en la Kasbah Ito nos recibían con música y una agradable cena de tajine de pollo. Volvemos al campamento en los 4×4 y el camión, nos cuentan que ha habido una tormenta, nuestras mochilas y ropas salieron volando…

 

Andrea Fernández Navarro

Expedicionaria MRS 2010

Crónica 28 de Agosto:

 

“¡Buenos días! ¡Vamos, ropa de deporte y a hacer aerobic!”…¡Aerobic! No me podía imaginar a nuestro preparador físico Pablo realizando este tipo de actividad. En seguida salgo de la jaima y miro a mi alrededor buscando el riachuelo que tanto uso nos daba y tanto queríamos y reparar a tres compañeras que preparaban la clase. Nos reunimos, ponen la música y en cuanto nos enseñan los primeros pasos de baile se forma un caos en la parte donde se situaban los chicos que con torpeza tratan de seguir a las chicas. Después de este cambio de deporte matutino y de saber que no se iba a repetir por la cara que había puesto Pablo, desayunamos con rapidez y nos preparamos para lo que prometía ser uno de los días más duros. Partimos con nuestras mochilas sin saber muy bien el destino, sabiendo que nos esperaba una buena caminata bastante dura pero que nos mostraría el esplendor del Atlas.

 

Empezamos con entusiasmo aunque la temperatura no era muy favorable. Además, desconocíamos el tiempo que estaríamos andando. Pero todo esto cambia a medida que se descubre ante nuestros ojos un paisaje de valles extensos con poca vegetación que permite ver a lo lejos las imponentes montañas rocosas. Paramos a comer cerca de lo que se conoce como el Circo de Jafaar, un sendero franqueado a ambos lados por paredes rocosas gigantescas, y que tendríamos que cruzar para volver a los coches. Fijándome en mis compañeros durante el camino, he podido comprobar gestos, detalles, que hacen que seamos cada vez un grupo más unido, apoyando a los que están cansados, ofreciendo agua de las cantimploras aunque estén casi vacías, etc. Gracias a esto y a que hemos podido ir en coche, hemos llegado haga calor, frío lluvia o nieve.

 

Terminando la gran travesía nos llevaron a cenar a Kashba Itto, un sitio cerca de la ciudad más importante de la zona, Midelt. Allí, nos reciben con música y aun estando cansados nos animamos a bailar hasta que caemos rendidos y volvemos al campamento. Ha sido uno de los días más duros, sí, ¡pero sin duda uno de los mejores!

 

Jaime López Juan

Expedicionario MRS 2010

Crónica 28 de Agosto:

 

Benditos tomates y pepinos, ¡por fin una cena que no sea de Ramadán! Sienta bien después del duro día de hoy. Duro pero increíble. Hemos andado todo el día subiendo, bajando, subiendo, etc. Subiendo por un suelo donde solo había piedras. Pero eso no ha sido lo peor, la falta de agua y sobre todo el sol en todo su esplendor. Merecía la pena todo esto solamente por entrar en el circo de Jafaar y pasear por el curso de un río ahora, en verano, seco. Paredes verticales llenas de cuevas, de árboles y enredaderas. Nos sentíamos pequeños, como cuando al salir de aquí y subir a lo alto de una roca pudimos contemplar todo el valle. Vimos el valle donde comimos raciones militares y donde unas mujeres bereberes recogieron la comida que nos sobraba. Consiguieron llenar una bolsa entera de comida, tendrían nuestra edad.

 

Pero sin duda, algo maravilloso fue la vuelta en los todoterrenos. Totalmente de noche, iluminados por miles de estrellas en el cielo. Pudimos reconocer las constelaciones que hemos aprendido en las clases de Pedro, el astrónomo. Casiopea, el cinturón de Orión, las pleyades…. Fue un momento de descanso con el aire dándonos en la cara. No puedo seguir escribiendo porque empiezan a tocar unos bereberes en el lugar donde estamos cenando y nos toca bailar para después dormir bien.

 

Pablo del Olmo

Expedicionario MRS 2010

Día 14
Oficial123

MADRID RUMBO AL SUR. DIARIO DE EXPEDICIÓN.

 

29 AGOSTO. DIA 14: Versiones

 

Es la historia de siempre, Romeo y Julieta, Gara y Jonay, Isli y Tisli. Mora ella, moro él. El asunto es que no les dejaban quererse y lloraron mucho. Tanto que sus lágrimas formaron dos lagos en medio del Alto Atlas. En Lago Isli (el de ella) acampa esta noche la expedición Rumbo al Sur. Llegar hasta aquí es como un amor imposible: largo, accidentado, hermoso y con recompensa final. En la práctica, una pista de tierra intransitable para los autobuses, por lo que los expedicionarios han recorrido los últimos 150 kilómetros a bordo de vehículos locales bautizados por ellos como “cutronetas”. Furgones de carga convertidos en taxis colectivos. Llevan luces de colores en el frente e incómodos silloncitos tapizados hace mil años. Hay ocho y una de ellas apenas puede con las cuestas. Otra tiene un pinchazo. Pero los chavales no pierden el ánimo. Tras horas de curvas y baches las chicas del grupo 5 llegan afónicas, además de medio dormidas y con el trasero planchado. Se han pasado el viaje inventando versiones de canciones con letras relacionadas con el viaje. El tema de El libro de la selva se convierte en el exitoso La mochila: “Lleva lo más vital no más, lo que has de precisar no más/ porque la mochila te va a pesar. / Si quieres la marcha aguantar la cantimplora has de llevar y crema del 50 te echarás / Donde quiera que vayas, donde quiera que estés / El gorro dichoso te lo has de poner”. No es Shakespeare, pero entretiene.

El día empezó mucho antes, desmontando el campamento anterior. Mientras el equipo de organización plegaba sus tiendas ultrarrápidas (de esas que se montan lanzándolas al suelo y se doblan con una imposible combinación de ochos), los bereberes que nos alojaron en sus tierras desmontaban las jaimas de lana y madera en las que durmieron los chavales. Tienen forma de dromedario gracias a un arco sobre el que se tensa la manta. Aguantan mejor una ventisca que sus versiones modernas, pero hacen falta todas las mujeres de una familia para ponerlas en pie.

En Midelt, de camino de un campamento a otro, el grupo visitó el monasterio de Notre Dame del Atlas, donde un valenciano apellidado Navarro reza y estudia con otros tres frailes cistercienses. “Felicidades a los atléticos”, dijo a los chavales a los que llama “rumberos”, de Rumbo al Sur. La vida monacal moderna incluye Internet. La trágica historia de cómo esta comunidad llegó a Marruecos tiene una versión cinematográfica, De hombres y dioses, reciente ganadora en Cannes. Los frailes tenían su monasterio en Argelia pero lo tuvieron que abandonar tras la matanza de 1996 en la que siete religiosos fueron asesinados, el único superviviente vive en este rincón del Atlas. El director de la película vendrá a enseñársela a los frailes la semana que viene. Fray Navarro tiene curiosidad, pero explica que cuando el equipo de producción se acercó a este silencioso monasterio marroquí prefirieron no participar en el filme: “No buscamos publicidad”. Un retiro, es un retiro.

Los cerros testigo del Atlas se suceden a los lados de la carretera hasta Imilchil, donde cada mes de septiembre se celebra un mossem, una enorme fiesta de tres días en la que los muchachos bereberes buscan pareja para casarse entre las diferentes etnias nómadas. Una versión ancestral del Meeticpero mucho más pintoresca: los nómadas llevan chilabas blancas, las nómadas joyas tradicionales y todos se alojan en jaimas. Algunas de los matrimonios saldrán bien y otoas acabarán llorando mucho, como Tisli e Isli, junto a cuyas aguas, las chicas del grupo 5, entrada la madrugada siguen cantando ajenas al mal de amores. Benditos dieciséis.

Patricia Reyes

Cronista Oficial MRS 2010

Crónica 29 de Agosto:

 

Son las seis de la mañana, la magia de Tattiouine nos despierta perezosamente iluminando nuestros ojos con un lugar encantador. Zapatillas de deporte puestas, nos disponemos a hacer el ejercicio diario que por suerte, para muchos, no incluye el correr. Tras un sabroso desayuno compuesto de leche pan y sandía, el campamento se convierte en una masa verde realizando distintas tareas.

 

Por segunda vez, mi grupo se dispone a rellenar la cisterna del camión de agua. En cadena, garrafa a garrafa el bidón se va llenando y por tanto, el trabajo finalizando. Entonces sucede, te replanteas el valor que tiene el agua, ¿te imaginas tener que hacerlo a menudo? Solo en estas situaciones te percatas de la importancia de este recurso, de la necesidad de tenerlo…

 

Comienza la marcha hacia los autobuses, poco a poco con la mochila a hombros nos alejamos de las jaimas, fijando las miradas en cada cosa, despidiéndonos de los nómadas que hemos conocido. Recuerdos florecen en nuestra mente… Ayer una mujer marroquí enferma me abrió su casa, su dulzura me envolvió en otra realidad. Mujeres sentadas en alfombras dialogaban contigo, mostraban su felicidad. Simplemente, gente sencilla, pobre en lo material, pero rica en lo fundamental…Que te da lo que tiene. “Esta es vuestra casa, bienvenidas seáis tú y tu familia siempre que queráis”, decían. Aunque la pobreza les inunda, tienen algo de lo que carecemos: una gran fortaleza, una gran unión entre ellos. Como se dice no es más rico el que más tiene, si no el que menos necesita.

 

Una gran marcha culmina en el Monasterio Notre Dâme del Atlas, el único de monjes católicos de todo Marruecos y el Magreb. Un hombrecillo nos explica la vida en el país procediendo posteriormente a la ración militar para dos. De nuevo en el autobús, aprovechamos los minutos para hablar, reír, reflexionar y soñar. Los nervios del primer día se han esfumado con el viento, se han escondido en esta realidad africana que nos toca vivir.

 

En un abrir y cerrar de ojos un inmenso campo presidido por un largo puente aparece en el horizonte, personas de otras culturas se lavan, reposan a ambos lados. El tiempo parece detenerse. El puente parece nunca acabar y entonces las sonrisas de los marroquíes se clavan en ti. Felicidad. Es fascinante, te preguntas cual es la base de la felicidad. No tienen nada, en cambio nosotros que somos “ricos” valoramos otros aspectos, nos basamos en el dinero. ¿Hay que tenerlo para ser feliz? No exactamente.

 

En seguida llegamos a una gasolinera para montarnos en las furgonetas Rumbo al lago Isli. Después de largas horas de viaje mirando por la ventanilla a niños correr hacia el coche, se divisa en la oscuridad el sitio donde pasaremos la noche. Deseando cenar, todos esperamos con frío el momento. A nuestro alrededor, la oscuridad abunda, La luna se refleja en el agua dando lugar a la noche africana. Los cantos del cura nos deleitan con armonía, es la misa voluntaria del domingo. Todo parece tranquilo. Te mueves con cautela en un lugar extraño, desconocido. Los primeros rayos del sol descubrirán “lo invisible” hasta ahora. ¿Cómo será? ¿Qué nos deparará mañana?

 

Carmen Pino Naranjo

Expedicionaria MRS 2010

 

Crónica 29 de Agosto:

 

Hoy al despertar y después del deporte matutino con Pablo, los chicos empezamos a buscar desesperadamente la ropa, esterillas y sacos que habían volado por la tormenta de ayer. Después del desayuno, recogimos la basura acumulada durante las tres noches que dormimos en Tattiouine y caminamos unos cinco kilómetros hasta llegar a los autobuses que nos esperaban abajo.

 

Tan sólo media hora más tarde llegamos al único monasterio de monjes católicos en todo el Magreb. Uno de los cuatro monjes que vivían allí era español, por lo que nos pudo dar una charla sobre algunas semejanzas entre el islamismo y el cristianismo. También, pudimos disfrutar en ese mismo lugar de una suculenta ración militar.

 

Cuando terminamos, volvimos a los autobuses. En ellos estuvimos unas dos horas hasta parar en una gasolinera donde nos montamos en unos curiosos “microbuses” marroquíes. En el nuestro viajábamos las chicas de mi grupo más un chico expedicionario para una “mayor seguridad”.

 

Ahora ya hemos llegado al lugar donde dormiremos esta noche: el lago Isli. Nos disponemos la mayoría alrededor del fuego de la cena para entrar en calor. Y cómo cada domingo esta noche se podrá asistir a una misa, sin duda, diferente a la habitual.

 

María García Anderson y Carmen García Gómez

Expedicionarias MRS 2010

Crónica 29 de Agosto:

 

Hoy nos hemos despertado en las jaimas en las que llevamos durmiendo ya tres noches. Hemos hecho el ejercicio diario y al terminar hemos desayunado. Después del desayuno no han dicho que preparemos la mochila pequeña para estar 24 horas sólo con lo que metamos en ella. Cuando todo estaba listo, hemos comenzado la marcha, a veces a pie, otras en el camión o los pick-up. La marcha ha terminado en un monasterio que, según uno de los monjes que en él habita, es el único de Marruecos y de África del Norte.

 

Allí nos ha explicado, cuál es su labor y qué dificultades encuentran debido a choque de religiones. Pero también nos ha hablado de la tolerancia y la fraternidad. Luego hemos comido fuera del monasterio y al terminar nos hemos subido a los autobuses que nos han llevado hasta una gasolinera. En ella, nos han reunido en grupos para subirnos a unas destartaladas furgonetas que nos han conducido hasta el lago Isli.

 

Durante el viaje en las furgonetas hemos cantado, contado chistes, jugado a las cartas y, al final, dormido. Mientras escribo espero en la orilla del lago a que esté lista la cena. Quizá después veamos una película.

 

Pablo Andoni Gómez

Expedicionario MRS 2010

Día 15
Oficial123

MADRID RUMBO AL SUR. DIARIO DE EXPEDICIÓN.

 

30 AGOSTO. DIA 14: El viaje paralelo

 

Ya van tres expedicionarios que piden una crónica de “el viaje paralelo”: ese que se supone van a realizar cada mañana pero que casi siempre acaba siendo otro al que habían imaginado. Todos los días, la agenda exacta de la jornada se mantiene en el misterio pero por el campamento corren rumores. “Creo que hoy habrá caminata”, “me han contado que son cinco horas de autobús”, “¿comeremos bocadillo?”, “¿habrá o no película?” y el eterno “¿cuánto falta para llegar?”.

Hoy el plan era hacer talleres de música y cooperación, pero al final hubo marcha. Desperezados tras un baño en el Lago Isli, los expedicionarios se volvieron a llenar de polvo con una caminata hasta la aldea de Akanuan. Unas pocas casas sin electricidad en las que viven bereberes seminómadas. Un lugar olvidado y escondido entre montañas al que se accede por una pista que a veces las lluvias se llevan por delante.

Un hombre con una lesión en una mano explica que su suegra está muy enferma, y aunque parece que va a llover y el plan es regresar al campamento y seguir ruta, Telmo Aldaz da la Quadra-Salcedo, director de la expedición, decide que el equipo médico de Madrid Rumbo al Sur examine la gravedad del asunto. El asunto es un tumor muy feo en la pierna de una anciana que, a través del guía intérprete de bereber/español, dice tener 100 años y sufrir desde hace dos dolor y supuraciones continuas. Mientras la chavalería vuelve al campamento para recoger mochilas ante de que la lluvia las empape, el equipo médico diagnostica y decide operar. Dicho y hecho, sobre unas mantas, en el rellano de una casa de adobe en medio del Atlás montan “lo más parecido a un quirófano”. Concha Gómez- Vilanova, médico del Servicio de Urgencias Médicas de Madrid (SUMMA 112) decide que la luz y la higiene son mejores fuera de la humilde casa. También le quita importancia: “Es una pequeña intervención, nada serio”, dice. Le asisten Álvaro Arnaiz, cirujano oral y Mamen Renedo, enfermera del SUMMA. “Esto no ha sido una novedad, estamos acostumbrados a trabajar en la vía publica, en la calle, en un campo, en un coche, donde sea…”, dice Mamen. Cuando salen los guantes, las gasas y el bisturí, empieza a tronar en las cimas y Ángel Sevillano, uno de los bomberos que nos acompañan y jefe del parque de Tres Cantos improvisa un toldo con la lona plástica que le sirve de “dormitorio” durante la expedición. Después, le da tiempo de grabar la intervención con su videocámara. Bajo la lona azul y el ruido de la lluvia se extirpa y se sutura. Rabha, la paciente, permanece estoica, con la cabeza apoyada sobre el regazo de su yerno. “Guapa, guapa”, le repite Concha tranquilizadora, y el intérprete traduce, “tahla, tahla”, al bereber.

La intervención es un éxito y los médicos dejan gasas, yodo y antibióticos para que la familia lleve el seguimiento de la cicatriz en este lugar donde no llega la sanidad pública. Rabha, pañuelos superpuestos en la cabeza y barbilla tatuada, agradece repitiendo “saha, saha”: “Que Dios os acompañe, ¡qué suerte haberos encontrado!”. Quiere invitar a los médicos a comer cordero, pero la expedición debe seguir rumbo al sur. El convoy sigue su camino cruzando la garganta del Todra y deja tras de sí a una centenaria que a partir de ahora vivirá un poco mejor. Por cosas así merece la pena cambiar de planes.

 

Patricia Reyes

Cronista Oficial MRS 2010

Crónica 30 de Agosto:

 

Ha merecido la pena pasar una noche tan gélida para después amanecer en el lago Isli. Después de la rutina habitual, hemos andado hasta un pueblo aislado en las montañas debido a las riadas. Según llegábamos la gente del pueblo salía a recibirnos y algún que otro niño acercaba la mano con la esperanza de conseguir algo nuestro. Sin embargo, otras mujeres nos pedían hacerles fotos. Acoplándonos como pudimos en distintos vehículos llegamos de nuevo al campamento, donde nos esperaban las curiosas furgonetas de la noche anterior.

 

Antes de montarme en la furgoneta he sentido una doble alegría al saber con retraso que el Atleti había ganado, me ha hecho pensar en muchas personas y en momentos buenos.

 

Finalmente, comienza un largo viaje en una de las furgonetas a la cuales se les rompían los respaldos a cachos. Hasta llegar a un bonito lugar con un patio donde comimos una rica y variada comida. Abandonamos aquel lugar de vuelta a las furgonetas con el estómago lleno. Empezamos de nuevo el viaje con energía, imagínate, once chicos sin parar de hablar durante dos horas. Entre los botes y paradas de nuestro transporte, dedico un momento para mira lo que nos rodea. Tantos pueblos hemos pasado ya y todos parecen iguales casas de adobe que parecen deshabitadas y en la carretera, niños que te siguen corriendo y sin parar de reír. Hombres en burros que nos miran como si nunca hubieran visto nada igual.

 

Observo, pero mi mente se va hacia a ti por miles de años más. El polvo de la carretera entra en mis pulmones alejándome de mis sueños. Después de horas cantando las mismas canciones a todo volumen, nos bajamos del coche y lo primero que escucho es “Mira hacia arriba…”. El cielo ya no estaba, solo piedra cubría nuestras cabezas haciéndonos sentir pequeños. Los autobuses esperan, el viaje nunca para.

 

La noche continua con una sorpresa, ¡estamos en el paraíso! Buenos, más o menos, esta noche dormimos en el parking de un hotel genial. Ahora, al lado de la piscina, con el billar de fondo y un refresco en la mano, el shock viene hacia nosotros: lujo y miseria, niños descalzos y piscina de lujo… Desde luego te hace pensar. Tantas piedras pisadas, tantas sonrisas compartidas, quince días vividos y en el ecuador de esta aventura, solo pensamos en lo mucho que nos espera.

 

Ana Domínguez y Fátima Deus

Expedicionarias MRS 2010

Crónica 30 de Agosto:

 

Ciaula descubrió la luna y se echó a llorar. Dino Buzatti expresó la transcendencia de la naturaleza antes de que yo la sintiera aquí.

 

Las montañas del Atlas nos vigilan, silenciosas bajo el sol. Mientras, en nuestra furgoneta, las voces van y vienen, cantamos, reímos y no pueden faltar los cotilleos… Y como somos muy completas, también hay hueco para un debate: saber hasta que punto tenemos que dar a las personas del campo lo que nos piden es algo que nos preocupa a todas.

 

Aunque las voces no cesan, me escaqueo por momentos al mirador de la furgoneta. Los cristales están sucios, pero no me impiden ver lo que pasa ahí fuera. Hay hombres como adoquines. Están inmóviles a ambos lados de la carretera. El polvo penetra en los pliegues de su piel. Sus ojos son lo único que se mueven a nuestro paso, nos siguen resignados. Más lejos, las mujeres, cargadas con haces de leña se doblan hacia la tierra.

 

Al anochecer los ruidos se desplazan. En la furgoneta, nosotras callamos y dormimos como bien podemos. Fuera, la fiesta ha empezado. Los conductores paran y comen cantando. También en las furgonetas es Ramadán.

 

Carmen González y Laura López

Expedicionarias MRS 2010

Crónica 30 de Agosto:

 

Querido saco de 5º C confortable, por fin me sirves para algo. ¡Colega que noche más fría! Con la charla de Malamine a las tantas de la madrugada, no sentía apenas las piernas, y con la película ya desistí. Y a los sacos a dormir con unos cuantos más.

 

Al despertar esta mañana, fuimos capaces de contemplar y quedarnos asombrados con el lugar en el que estábamos: el lago Isli, rodeado de montañas. Típico deporte matutino y un gran desayuno, ¡con nocilla y bizcochos! La mejor comida del día sin duda. Un baño en el lago a pesar del frío, al salir te quedabas como nuevo. Y comenzamos una pequeña marcha de cinco kilómetros hacia un poblado cercano rodeado de un paisaje montañesco con un riachuelo y un suelo muy árido.

 

Volvimos del pueblo subidos en los coches, apurando todos los huecos, y al llegar al campamento batida de recogida y subidos en las “cutronetas”, esas furgonetas con asientos malamente colocados, viejas, pequeñas y con muchos de nosotros compactados dentro de ellas. Aunque la mayoría de los conductores permitían que la gente viajara en la vaca de la furgoneta, el nuestro no. Así toda la tarde recorriendo el Atlas, o eso creo, ya que todos estamos un poco perdidos respecto a donde vamos y donde estamos.

 

A las ocho de la tarde, llegamos a las Gargantas del Todra, un sitio alucinante con paredes de setenta metros a cada lado. Ese era el lugar donde nos esperaban los buses que acabamos de coger y no sabemos a donde vamos ni cuanto tiempo tardaremos. Buenas noches, desde algún lugar de Marruecos.

 

Mario Espinosa Mateo

Expedicionario MRS 2010

Día 16
Oficial1234

MADRID RUMBO AL SUR. DIARIO DE EXPEDICIÓN.

 

31 AGOSTO. DIA 16: Llegamos al desierto

 

Si hoy es martes, esto el Sahara. Ya llevamos más de la mitad del viaje Madrid Rumbo al Sur y los días y los destinos se confunden. Es curioso, las jornadas son larguísimas, pero su suma es muy corta. No parece que hayan pasado ya más de dos semanas desde que salimos de Madrid. Las medinas del norte marroquí y las kashbas del Atlas se mezclan en la memoria. Sin embargo, hoy será difícil de olvidar: por fin pisamos el desierto.

El conductor del jeep que lleva a los chicos se llama Mohammed, pero Nacho, Alex, Borja, Enrique y Pablo le llaman Moja. A bordo de un ejército de 4×4 con conductores locales el grupo ingresa en el desierto en una carrera alocada entre las dunas. “¿Cómo haces para no perderte?”, le preguntan. “Soy un chico del desierto, yo me perdería sólo en una ciudad como Madrid”, contesta Moja. Conducir por una pista de arena tiene su truco. El coche pierde la dirección sobre las dunas y Moja gira el volante de un lado a otro para rectificar y controlar el rumbo. Jaleado por los chavales pisa el acelerador y se sale de la pista para pillar baches celebrados con gritos de alegría y nervios. A todo trapo, la caravana se dispersa y se vuelve a unir en una divertida polvareda de velocidad y calor. “¡Es el mejor viaje en coche de mi vida!”, dice un chico. “¡Nunca olvidaré esta puesta de sol!”, exclama otro cuando atardece en el horizonte de polvo.

De noche llegamos al campamento en las dunas de Chegaga. Dos jaimas rodeadas de arena y un cielo inmenso. Una hoguera, unos bongos y ya tenemos la fiesta desértica montada. Sobre el camión de los bomberos se cuelga una lona que sirve para proyectar la mítica Lawrence de Arabia de David Lean. El desierto de la pantalla se funde con el del Sahara. Una imagen más que echar a la mochila, ya tan cargada a toda prisa de recuerdos. El día acaba con una clase de astronomía sobre una duna de la que sale un “¡oh!” generalizado cuando un meteorito muy brillante y duradero cruza el cielo y se divide en varios trozos. Su nombre técnico es “bólido”.

 

Patricia Reyes

Cronista Oficial MRS 2010

Crónica 31 de Agosto:

 

Cuatro de la mañana, despertamos en el parking de un lujoso hotel. Nada más despertarnos, con las tripas rugientes, nos subimos al bus donde nada más entrar nos quedamos dormidos todos y cuando volvimos a abrir los ojos: voilà! Ya estábamos en las puertas del Sahara. Tomamos un jugoso desayuno en la Kashba y tras una visita de la misma bajo un sol totalmente abrasador nos subimos al autobús. Mientras estábamos yendo hacia allí, divisamos a un niño de unos tres años, medio perdido en un descampado del pueblo, le saludamos y nos devolvió el saludo mientras se acercaba. Me dio un abrazo, sentimos que estaba sediento y Clara le dio unos sorbos de agua que a su manera agradeció con mucha ansia, tras este incidente nos dimos cuenta de lo importante y necesaria que es el agua en un lugar como ese, lo cual nos hizo preveer lo que pasaríamos horas más tarde.

 

Tres de la tarde, nos subimos a un 4×4, conducido por un tal Ahgmed, de turbante blanco. La idea del desierto iba cobrando forma y de vez en cuando iban apareciendo pequeñas dunas, todas gritábamos: ¡duna! Con las ventanillas abiertas el aire era cálido, jugábamos con las ondas del viento, sacando los brazos mientras veíamos tornados formándose a nuestro alrededor. Impresionante. Aún quedaban unas cuantas horas para llegar y en el coche teníamos banda sonora árabe. Entre gritos, cantos y bailes, el tiempo voló. Atravesar ese mar de dunas y oasis era genial, a pesar del polvo, pero para eso teníamos nuestros turbantes.

 

Antes de llegar a nuestro destino final hicimos una parada en la que por fin pudimos tocar esa arena fina. Nos descalzamos para poder sentir el calor del suelo y, tras multitud de fotos y croquetas por la arena, nos volvimos a subir a los coches. Esta vez el paisaje si que era digno de película, cabalgábamos a toda velocidad levantando nubes de arena que formaban un paisaje todavía más idílico, el sol era redondo y rojo por la calima, mientras sonaba “Accidentally in love” de Smashmouth. Cantando a grito pelado, riendo, nos sentimos libres, enamorados del desierto.

 

Al fin llegamos al campamento, era noche cerrada y el cielo estrellado era imponente. Nos tumbamos en las dunas y Pedro nos dio una charla de astronomía. Estábamos absortos observando las estrellas y de repente “¡bólido, bólido!” La estrella fugaz más impresionante y rara que hemos visto. Era como una estela de polvo cósmico brillante, pedimos un deseo e intentamos mantener en nuestra memoria ese instante.

 

Clara Zavala Folache y Sara Solana

Expedicionarias MRS 2010

Crónica 31 de Agosto:

 

Cien almas:

 

Sur es mi rumbo, sin destino navego.

Una vida a la espalda, pasión en mi pecho.

Cien almas caminan, cien almas sin techo.

Ciudad, montaña, desierto, sin ego.

La estrella del día ilumina mi paso.

La estrella de noche protege mi sueño

Héroes anónimos, no hay héroes pequeños.

Actúan sin miedo, no existe el fracaso.

Cien almas que inspiran, alma que enlaza.

Mirada de un niño, sincera mirada.

Inocencia le ciega, no comprende nada.

Pregunta a su sonrisa si entiende de raza.

La mirada sincera, una piel mentirosa

que crea fronteras separando su esencia.

Cerrando esposas, liberando violencia.

Mientras cien almas caminan, cavando su fosa.

No cambian su rumbo, navegan ¿su guía?

El paraíso que buscan, la luz no aparece.

Las almas no buscan, encuentran y crecen.

Con cien latidos de fondo como melodía.

 

Ignacio Aranguren

Expedicionario MRS 2010

Crónica 31 de Agosto:

 

Hoy hemos llegado al desierto. Nos hemos levantado a las cuatro y media. Ayer no pudimos completar la etapa, y tenemos que desayunar en la Kashba Tammougalt, donde deberíamos haber llegado ayer. Después del desayuno continuamos el viaje hacia el Erg Chegaga. De camino paramos en Zagora. Jesús y yo nos quedamos para llenar el depósito de agua del camión. Como reza un cartel a la entrada del desierto: “El agua es oro”.

 

Mientras recargamos el agua, hablamos con Jusef, un chico de 25 años de Casablanca, que nos enseña orgulloso su camión de doble eje trasero con el que trabaja. No quiere acabar como su hermano, que emigró a Málaga y ahora está metido en las drogas. Le regalamos un sombrero de la expedición. Él nos ha dado una foto suya, que colocamos en la cabina tras acordarlo con una mirada mutua. Nos acompañan en el viaje.

 

Tras cambiar los autobuses por veinte coches todoterreno donde se suben los chavales, por fin cruzamos las puertas del desierto. A Jesús se le ilumina la cara. Recuerda el tiempo en el que venía aquí a entrenar con la moto.

 

Me cuenta anécdotas de cuando competía. “Esto de ser bombero me encanta pero lo que más feliz me ha hecho han sido las motos”. Entramos en la arena, la cosa cambia. La mirada se concentra y una ligera sonrisa aparece en su cara mientras cruzamos las dunas.

 

Esta expedición está hecha para “los de verde”, para esos chicos y chicas que tienen la suerte de estar aquí… Pero también “los de azul” somos afortunados. Una experiencia así no se olvida.

 

Jesús y yo, con nuestro unimog, un viejo camión todoterreno para incendios forestales, cerramos el convoy de 30 coches. “Si me pones un crono, los paso a todos” me dice Jesús. Nos reímos.

 

De vez en cuando dejamos que se distancie un poco y a Jesús le vuelve a salir la sonrisa…

 

Jorge Roldán Méndez.

Bombero de la Comunidad de Madrid

Crónica 31 de Agosto:

 

El pan con mantequilla rozó sus labios, de un bocado se deshizo en su boca y pasó por el esófago. Le pareció absurdo lo mucho que había disfrutado con el sabor de la mantequilla, había tantas cosas absurdas que echaba de menos…

“¡Hoy va a ser un gran día!”, le dije a mi compañera. Y no estaba nada equivocada. El gran desayuno y la visita a la Kashba Tamnougalt ha sido un buen comienzo. El extenso palmeral que se veía sobre la elevada terraza de la construcción, fabricada únicamente por barro, paja y madera me pareció esperanzadora. Aprendí que de un sitio donde parece que no se puede lograr nada aparecen cosas interesantes.

Sin duda, lo mejor del día estaba por llegar. El cálido aire, semejante al de un secador, enredaba mis cabellos polvorientos. El Sahara se extendía ante mis ojos. Todos eufóricos en los 4 X 4 asomábamos los rostros pese que al instante se volvían grisáceos. La extensión del desierto se impregnaba en nuestra piel. Perdíamos la percepción de nuestros límites.

Para finalizar las estrellas brillaban intensas en el cielo, muchas, incontables. Bajo mi cuerpo, infinitos granos de cálida arena fina. Sobre mi cuerpo, infinitas y lejanas estrellas.

El sabor de la mantequilla volvía a hacerse perceptible en su boca. Un sabor suave e infinito. Menudas cosas más absurdas echaba de menos.

 

María Maldonado Martín

Expedicionaria MRS 2010

Día 17
Oficial123

MADRID RUMBO AL SUR. DIARIO DE EXPEDICIÓN.

 

01 SEPTIEMBRE. DIA 17: Pozos, cantimploras y jorobas de dromedario

 

Puede que haga días que los dromedarios no han bebido pero recogen tan frescos a los chicos de Rumbo al Sur. Es curioso como el agua inunda el paisaje del desierto. Su huella está por todas partes. La sientes bajo las jorobas y en los acuíferos subterráneos que los nómadas conocen como la palma de su mano. La ves en los surcos que modelan como patas de elefante la arena endurecida, y en los estragos de piedras revueltas que las riadas han dejado sobre los cauces secos. El agua en el desierto es la presencia de una ausencia.

El camión de los bomberos madrileños que transporta nuestra reserva líquida se convierte en este entorno hostil en lo más parecido a un oasis. Los expedicionarios se arremolinan para llenar sus cantimploras. Hoy no servirá de ducha ni se podrán lavar los platos. El Sahara revaloriza el agua. No hay nada como pasar una noche en el desierto para entender por qué hay que cerrar el grifo cuando uno se lava los dientes. “Los chavales que en casa pueden abrir grifos que nunca se acaban toman conciencia de la importancia que tiene para el para el desarrollo de un país, para evitar enfermedades, para la vida…”, explica Juan Burgos, “uno más” de los 76 miembros de Canal Voluntarios, un grupo de trabajadores del Canal de Isabel II que dedican su tiempo libre a proyectos de cooperación y emergencias relacionadas con el abastecimiento y la potabilización de agua. Durante el viaje Juan comprueba los niveles de cloro y la calidad del agua que bebemos y recomienda potabilizarla o no. Para “curarnos en salud”, sólo hemos bebido agua sin echarle pastillas de cloro del manantial de Tattiouine. Canal Voluntarios aprovecha una parada de Rumbo al Sur para que Juan cierre los detalles de la canalización desde un manantial cercano hasta un nuevo depósito en este pequeño pueblo de 280 habitantes, en cuyo surtidor se abastecen 1.600 nómadas. Los expedicionarios recorren con el experto el trazado de la actual tubería. Hay pinchazos y parches caseros. Fugas que restan ímpetu a la única fuente de abajo donde la obra de Canal Voluntarios prevé diferenciar los usos: abrevadero para ganado, lavadero y agua para consumo humano que ahora se mezclan en un solo grifo. Será más cómodo y más sano.

El agua, o la falta de ella, vuelve a ser la protagonista invisible cuando salimos de las dunas de Chegaga. A bordo de los 4×4 surcamos en una carrera local el Lago Iriqui. En su fondo no hay una gota. Dentro de los coches sólo quedan restos calientes del agua matutina de los bomberos. En la imaginación, el espejismo tiene forma de esos grifos madrileños a los que día a día no damos importancia.

 

Patricia Reyes

Cronista Oficial MRS 2010

Crónica 01 de Septiembre:

 

Hemos amanecido entre dunas, delante de la improvisada pantalla de cine… No recuerdo casi nada de la película, estaba agotada. Recuerdo que anoche me sangró mucho la nariz, de ahí todas las manchas a mi alrededor me parecía que alguien había muerto. Ropa de deporte. Estiramientos. Hoy el deporte ha sido algo más relajado, hemos visto el amanecer mientras hacíamos los ejercicios y claro, no todos los días está uno en medio del desierto haciendo deporte entre dunas mientras ve el amanecer. Increíble.

 

Después de un rico desayuno militar aparecieron unos hombres desde lejos con una hilera de camellos, formando siluetas increíbles a contraluz. Tuvimos la suerte de sentirnos como nómadas encima de los camellos, bamboleándonos a cada paso del precioso animal. Después del caluroso paseo, al volver al campamento ya nos estaban esperando los conductores de los Jeeps para atravesar el desierto escalando dunas como si estuviésemos en una de esas carreras tan famosas de Dakar. Bulleman era nuestro conductor y nos deleitó con música árabe hasta que la quitó, al parecernos muy monótona. Conseguimos acordar con él poner un ratito de nuestra música y otro de la suya.

 

En el primer trayecto, dormité un poco. Digo que dormité porque es imposible quedarse dormido con tanto bache y curva, además de esa música repetitiva. Hicimos una parada en un pozo en principio para refrescarnos un poco, pero terminó siendo una guerra de agua brutal mientras todos corríamos de un lado a otro. Luego caí en la cuenta de era un pozo para alimentar a camellos y ovejas y que el bebedero donde habíamos metido la cabeza era donde los pobres animales bebían. Ahora hay un ligero olor a camello en el ambiente, pero ya no se sabe diferenciar. Estamos tan sucios que incluso parecemos más morenos, pero no hay que engañarse, es roña.

 

Seguimos nuestro viaje en el Jeep hasta llegar a un pueblo llamado Fanrit. Allí nos invitaron a una coca-cola y estuvimos jugando con unos niños. ¡Por fin pude regalar mis tazos y la flauta que había traído para ellos! Pillaron el juego en seguida, así que casi no tuve que explicarles cómo jugar.

 

Nos subimos a los autobuses aun sin haber comido, rumbo a Immaouine. El conductor, Joaquín, nos puso música muy melancólica. Me hizo recordar a mi gente de Madrid. El ambiente en el autobús es genial: canciones, charlas interesantes, grandes siestas…yo siempre hago honor a esta última, una gran siesta. Hay que aprovechar que aquí nunca se sabe.

 

Llegamos a un páramo desértico. Era de noche así que no sabría muy bien cómo describirlo. Cogimos lo justo y necesario y emprendimos una pequeña marcha nocturna. Ahora estamos a los pies de una gran montaña, intuyo. Después de una interesante charla de astronomía, muchos deseos pedidos a estrellas fugaces, acabamos de cenar una rica fideguá de Pablo, nuestro bombero cocinero.

 

El cielo por la noche es impresionante, pero tengo ganas de que amanezca para ver este lugar. Alguien muy importante dijo una vez: “porque nunca está de más echar de menos a alguien y nunca está de menos sonreír si todo va bien…”. Será leyenda.

 

Marta Trejo

Expedicionaria MRS 2010

Crónica 01 de Septiembre:

 

¿Qué mejor manera de empezar septiembre que amanecer en el desierto? Una vez desayunados todos, salimos a hacernos fotos en las dunas. Para los que ha sido la primera vez en el desierto intentamos absorber todos los paisajes. Miramos y miramos hacia ambos lados, pero no nos cansamos de observar los montones de arena que aunque a simple vista parezcan iguales, cada uno tiene algo especial que te hace querer salir corriendo hasta la cima y bajar rodando. Después de saltar, reír, correr y jugar con la arena, otra sorpresa nos espera. Un increíble paseo por el desierto, montados en dromedario, es nuestra nueva aventura. Vuelven las risas, las carreras y las fotos. Momentos como este probablemente se repitan, pero la sensación de la primera vez nunca la volveré a sentir.

 

Con un momento mágico en la memoria, nos metemos en los todoterrenos. Viajar por el desierto es otra experiencia nueva, con Mohammed al volante, pasamos tres horas de viaje dando botes en este vehículo. Me sorprende mucho la capacidad que tienen para orientarse en un terreno sin señalizaciones, pero supongo que será cuestión de experiencia. Después de esto, unas cuantas horas de viaje rodeados de paisajes preciosos nos esperan una vez entro de los autobuses. Al bajar, nos disponemos a realizar una marcha nocturna de poco más de una hora. Ahora esperando la clase de astronomía donde poder observar las estrellas y la hermosura de la luna, hablamos e imaginamos lo que haremos mañana. Sólo sabemos una cosa: pase lo que pase será algo que no olvidaremos.

 

Ariadna Méndez

Expedicionaria MRS 2010

Crónica 01 de Septiembre:

 

Polvo somos y en polvo nos convertiremos. Hoy he amanecido en la cresta de una duna. Anoche contemplamos el firmamento, es la imagen más cristalina que he tenido del cielo en toda mi vida. Me hablan de constelaciones: del triángulo de verano compuesto por Vega, Altair y Deneb; de la vía láctea y de otras galaxias como Andrómeda; y en media de tan atractiva lección de Astronomía veo un bólido que cruza el espacio, “¡Qué bonita es estrella fugaz!”, dice mi amiga Juana. Pero se equivoca, se trata de un meteoro más brillante y duradero. Se cree que es una Sagitárida por provenir de la constelación de Sagitario. Ha captado nuestra atención, pero en especial la mía pues nací el 9 de Diciembre.

 

Abro los ojos y tan solo diviso arena y una esfera amarillenta y rechoncha que ilumina con reflejo azul celeste muy distinto al de anoche; es el sol. Sudor desde las seis de la mañana, pero vaya si merece la pena. ¿Alguna vez te has tirado rodando como si fueras una croqueta? Pues imagínate hacerlo desde una duna gigante como las que aparecen en las películas o sin ir más lejos en la pantalla de cualquier ordenador.

 

Me siento muy bien. Todo me llena, no pienso en nada más que el momento en que vivo. He perdido la noción del tiempo, me envuelve la fragancia de la tranquilidad que me hace mirar hacia delante, luchar en ser constante con lo que me propongo. Constante como los saharauis que caminan con estos kilos y kilos de arena. Ellos nos han invitado a su casa, de la que hemos podido disfrutar a lomos de un dromedario. Risas, fotos y algún que otro empanado ojiplático ante una estampa tan hostil como humana. En definitiva, momentos inolvidables.

 

Pienso que sentirán aquellos a quienes yo quiero y echo de menos al otro lado del estrecho, estoy deseando contarles cada uno de mis días, sin duda este es uno de mis preferidos. Nos agrupamos para abandonar esta arena del Sahara, las dunas de Erg Chegaga. Nos despedimos de ella desde unos todoterrenos pilotados por gente de aquí, gente que sabe como es el caminar, Mohammed es el conductor de mi grupo, ¡qué salao que es! Botamos de duna en duna a ritmo de rap, Fito y Fitipaldis y una canción que todos cantamos en este viaje “Salir, beber” de Extremoduro. Una amplia banda sonora que imprime más unidad entre amigos e incluso con algún monitor. “¡Qué no daría yo!” dice la letra de una de las canciones que escucho aquí sentada, en un bus con aire acondicionado que me hace olvidar los 45º C de calor que marca el termómetro.

 

Es cierto que los kilómetros de tierra que recorremos son áridos. Yo no veo aridez, florecen fuertes lazos de amistad y no se si la confianza da asco o no. Si es verdad, somos los más asquerosos del mundo. Miro al horizonte y me despreocupo del mañana, “ahora siempre todavía y toda la vida es ahora”.Ojalá los que leáis mis palabras estuvierais aquí. Os envío mi peculiar saquito de besos y un poco de arena del desierto.

 

Helena Hernández

Expedicionaria MRS 2010

Día 18
Oficial123

MADRID RUMBO AL SUR. DIARIO DE EXPEDICIÓN.

 

02 SEPTIEMBRE. DIA 18: Cuando el pupitre es una duna

 

“Es un privilegio despertarse frente a estos grabados rupestres”. La pared de piedra de Imaouine bajo la que hemos dormido sirve de tarima a Carmen Manzano, monitora del grupo 7 y arqueóloga. Trepada a la roca ofrece una clase in situ de prehistoria. A su lado, un antílope repiqueteado en la piedra en el 3.000 antes de Cristo hace que el Neolítico parezca mucho más vivo que en los libros de texto. Sentados a lo indio en el pedregal, los chavales levantan la mano con curiosidad para preguntar sobre el mundo simbólico del hombre prehistórico o el clima del Sahara hace 6.000 años.

Las clases de Carmen -también dio una conferencia sobre la Mauritania Tingitana en Tattiouine y mañana explicará como se tallan hachas de silex que ha traído de Madrid a Sidi Ifni- forman parte del programa académico de Madrid Rumbo al Sur. “Tanto para viajar como para cooperar es fundamental aprender sobre el país y tener una visión completa del territorio que se va a visitar”, explica Mar Aldaz, alma mater de este programa académico que incluye clases y talleres de historia y música africana, astronomía, cooperación, cine, arquitectura… Todo es cultura. La idea no es sólo que el viaje se aprovecha más gracias al conocimiento, sino que el conocimiento es también una forma de viajar que empieza antes de partir y acaba mucho después de volver a casa.

A pesar del cansancio y el calor (hoy hemos rebasado los 50 grados en el desierto) los chicos disfrutan de esta clases fuera del aula. Son un respiro en el camino y aprender sentado en una duna o recorriendo una medina es mucho más entretenido que hacerlo sobre un pupitre. Madrid Rumbo al Sur es un claustro con ruedas. El astrónomo Pedro Arranz aprovecha las noches sin luna para explicar constelaciones; el senegalés Malamine Gaye, profesor de Literatura Española en la Universidad de Dakar, analiza fenómenos antropológicos como las tradicionales bodas bereber en el lugar donde se siguen produciendo; el Padre Juan Sánchez Arenas, redactor de Mundo Negro y misionero durante 17 años en Mozambique, narra la historia africana en el corazón de los hechos.

Muchos monitores aprovechan su formación universitaria para hacer doblete como profesores. Jaime Martínez de Ubago, monitor del grupo 1 y arquitecto, ofreció en Tamougalt una visita guiada por una kasbah. “Me parecía interesante hablar a los chicos sobre las posibles aplicaciones en la actualidad de la arquitectura del barro, sobre el reciclaje y la eficiencia de esta tipología que utiliza los materiales del lugar y los reaprovecha cuando es necesario”. Alfredo Liñán, monitor del grupo 3 y doctor en Derecho Penal Internacional contextualizó en una conferencia el conflicto entre hutus y tutsis antes de proyectar junto al Lago Isli la película Hotel Rwanda. “Yo creo que estaban medio dormidos, pero algo queda…”, bromea con humildad (lo cierto es que los chavales le hicieron muchas preguntas). Beatriz Tavera, máster en Relaciones Internacionales y Estudios Africanos y monitora del grupo 8, es la experta en cooperación: “Los chicos están muy motivados y son bastante participativos, intento que entiendan la cooperación como una profesión y también que vean el otro lado de fenómenos como la inmigración y los derechos humanos que sólo conocen a través de los medios de comunicación occidentales”. Para educar a los chavales en el buen hacer periodístico, Luis Pintor, periodista de RNE durante 35 años, trabaja con ellos en el taller de radio.

Las artes tampoco ocupan lugar en el viaje. Rafael Aumente (Lupi), aprovecha el tiempo que le deja la organización del coche-cocina para ilustrar a los chicos sobre música africana y para despertarlos alguna mañana privilegiada con el sonido de sus djembes. Marta Mendoza, monitora del grupo 6 y licenciada en Bellas Artes, les ayuda a crear sus cuadernos de viajes. “Intento darles algunas ideas técnicas y recursos de dibujo para que puedan expresar gráficamente lo que ven”, dice Marta. “Son bastante entusiastas incluso los que no se les da bien; no importa, un mal dibujo puede ser muy expresivo”. Lo que importa es ir aprendiendo, casi sin darse cuenta, a lo largo del camino.

 

Patricia Reyes

Cronista Oficial MRS 2010

Crónica 02 de septiembre:

 

El día de hoy ha sido bastante cansado, bueno como casi todos. Tras una pequeña caminata de vuelta al autobús nos esperaba un día entero en la carretera. Es en estos momentos de convivencia en un espacio tan reducido en los que más peligro corren las relaciones entre los expedicionarios y sus monitores. Cuando intentas dormir, alguien tiene la brillante idea de coger la guitarra o en los peores momentos, de desgarrarse la garganta gritando cualquier canción que se le venga a la cabeza. Pero no todo es negativo, tienes tiempo para hablar con los demás compañeros de viaje y así pasar el rato. Uno de los temas que más se repite es la comida, más bien la falta de ella. Todos los expedicionarios esperamos una hamburguesa de bienvenida a la llegada a Madrid.

 

También te da tiempo a pensar cómo será la vida normal tras el viaje, y he decidido seguir jugando al futbol un año más, así que si algún familiar lo lee, que por favor diga al Sporting que al llegar volveré a entrenar. Y finalmente quiero saludar a la familia y amigos y felicitar a Jimmy por su cumpleaños aunque fuese hace dos semanas.

 

Antonio Sánchez Arriola

Expedicionario MRS 2010

Crónica 02 de septiembre:

 

Como cada día el campamento se levanta temprano para continuar con el viaje. Sin embargo, el de hoy no ha sido un despertar cualquiera. Hemos tenido el privilegio de amanecer a los pies de una enorme pared rocosa que alberga desde hace más de 6000 años, las huellas dejadas por las poblaciones neolíticas que ocuparon esa zona. Probablemente sin ser conscientes de ello, estos grupos han dejado tras de sí una memoria a la que hoy en día los arqueólogos tratamos de acercarnos.

Se trata de los grabados rupestres de Imaouine, un amplio conjunto de representaciones zoomorfas grabados por repiqueteo en la roca entre el IV y el III milenio antes de nuestra era.

A pesar de que este conjunto, así como muchos otros en una amplia área circundante, no han tenido la suerte de ser estudiados por un equipo científico, ni de contar con una protección adecuada, sabemos por las pocas publicaciones que hacen referencia a ellas que se trata de un elemento importante para aproximarnos al proceso de neolitización de esta zona.

Las representaciones que hemos tenido la suerte de poder admirar hoy nos han hablado de un Sahara verde, tierra de antílopes, jirafas o elefantes, con una fauna y una flora mucho más similar a la presente en el Mediterráneo antes de la llegada del Holoceno. El inminente proceso de desertización que se inició a finales del Pleistoceno y que hace que el lugar donde hoy nos despertamos sea tan árido. Sólo con la ayuda de esos grabados podemos imaginarnos unas condiciones ambientales muy diferentes a las que hoy en día conocemos.

 

Si nos preguntamos acerca de los motivos que impulsaron a esas poblaciones a representar sistemáticamente la fauna que veían a su alrededor nos daremos cuenta de que poseemos una pequeña ventana que nos deja entrever el mundo simbólico de estos grupos.

 

Transcurrirá el día con la fascinante sensación de tener a estos grupos humanos tan cerca y, a la vez, tan lejos.

 

Carmen Manzano

Monitora y Profesora de Arqueología MRS 2010

Crónica 02 de septiembre:

 

Por fin debajo del aire acondicionado del autobús y con agua casi potable en la cantimplora. Se ve el paisaje del desierto árido, con pocos arbustos y muchas piedras en la base de unas montañas que muestran su interior con anticlinales, sinclinales, terracotas y rojizos. Anoche no se podía ver nada de todo esto, pero esta mañana al despertarme he podido verlo todo de una vez, en frente de nosotros una gran pared casi vertical, vetada y de distintos sedimentos. Todavía se veía la luna mientras hacíamos el deporte matutino seguido de una ducha de toallitas, aunque por muchas que use siempre sigue pareciendo poco. Así estamos por lo menos, mentalmente limpios para desayunar.

 

Ya con energías hemos preparado nuestra mochila veinticuatro horas con la que llevamos casi tres días, cambiando un par de cosas. Hemos atendido a una conferencia de arte rupestre. Allí, en Immaouine, las pinturas del neolítico de hace seis mil años están muy poco estudiadas y protegidas. Podíamos ver a simple vista muchos animales como elefantes o antílopes. Eran muy avanzados como simbolismo, bastante completos y hechos a repiqueteado. Un grabado muy bien conservado al que algunos nos hemos querido acercar más aún escalando la pared. Ese poquito desde arriba es muy diferente. Veíamos al resto de compañeros muy pequeñitos y una panorámica del camino por el que habíamos llegado y por el que poco después partiríamos.

 

Ha sido una marcha de 7 km en poco más de una hora. No recordaba nada del camino, ayer solo veía las pocas piedras que el frontal apuntaba y algunos pies delante de los míos. Pero ahora tenía zonas de arena que levantaban nubes de polvo, piedras que más de una vez me han hecho creer que tropezaba y un vasto campo a derecha e izquierda. El agua de todos estaba caliente, cuando la bebo con gusto aquí recuerdo los días en Madrid en los que mi madre insistía para que me tomase un vaso de agua fresquita. Veía como los pick-ups llevaban hasta el bus a los cansados. Pero al final, el resto llegamos al destino para pasar otra jornada de autobús hacia Sidi Ifni. Con la guitarra, las canciones y la confianza, el viaje se hace más ameno y divertido el viaje. Pero aún así me he dormido para llegar a un sitio de ensueño.

 

Era una zona con el suelo arcilloso y de arena, y repleto de palmeras por todos lados. Nos hemos puesto bajo una de ellas aprovechando la sombra para comer un bocadillo. El suelo estaba cubierto por palmas por encima de la arena, parecía un oasis de película que hemos abandonado para continuar nuestro viaje. Entre dibujos y canciones se veían por la ventana gasolineras, desierto, rebaños con sus pastores, ciudades con sus gentes… Pero al ponerse el sol, tras observar un color rosa precioso en la línea del horizonte, hemos cerrado las cortinas y encendido las luces azules del bus. Ha sido lo más parecido a una discoteca que hemos tenido en mucho tiempo. Las risas, el baile y todos cantando a pesar del cansancio, nos han hecho trasportarnos a España durante un corto tiempo hasta llegar por fin a primera línea de playa.

 

Nos han dado una bienvenida al Hotel Suerte Loca de Sidi Ifni con té y pastas, seguidamente hemos subido a una terraza donde vamos a dormir. Desde mi sitio donde estoy escribiendo puedo ver a la derecha el mar, una gran playa con el sonido de las olas chocando y a mi izquierda las casas, los niños con sus bicicletas saludando con el sonido de los yembés que algunos de los expedicionarios tocan hasta la hora de la cena que todos esperamos. Buenas noches Madrid, sólo espero que estéis todos tan bien como Madrid Rumbo al Sur en Marruecos.

 

Esther Cano

Expedicionaria MRS 2010

Día 19
Oficial123

MADRID RUMBO AL SUR. DIARIO DE EXPEDICIÓN.

 

03 SEPTIEMBRE. DIA 19: Sidi Ifni, española y surfera

 

“Este es un lugar que ya apenas figura en los libros de Historia, pero fue la primera posesión española en África”. “Antes de que Granada fuese reconquistada”, explica Joaquín María Asenjo, “antes de Ceuta y Melilla… Sidi Ifni fue España”. El historiador de Madrid Rumbo al Sur arranca su conferencia apoyado en la barandilla frente al Atlántico sobre la que gira la vida de la ciudad.

El territorio de Ifni fue ocupado por la Corona de Castilla en 1476 y bautizado Santa Cruz de la Mar Pequeña, aunque nadie lo diría por su playa. Con la conquista de América, África dejó de ser prioritaria e Ifni fue abandonada en 1524 ante los ataques bereberes. Siglos después, en 1860, Marruecos reconoció a España aquel viejo establecimiento en el tratado de Wad- Ras, pero no estaba claro dónde se encontraba exactamente el territorio histórico y no fue hasta 1934, cuando el coronel Capaz desembarcó en este punto de la costa Atlántica y nació Sidi Ifni, bautizada en honor a un morabito local.

Un par de años después de su fundación la familia Gran llegó a Sidi Ifni y montó el restaurante La Suerte Loca. Según la leyenda, al dueño, un legionario, le tocó varias veces la lotería y de ahí el nombre. Hamido, el actual propietario, junto a su hermana Malika, niega la historia. “Cuando los Gran llegaron aquí no había nada y les pareció una suerte loca encontrar este lugar”, explica en la barra de su local, famoso entre los expedicionarios de Madrid Rumbo al Sur por su mítica tarta de limón (lo merece). Sidi Ifni fue español de 1934 a 1969 (con una guerra de por medio) cuando España finalmente cedió a Marruecos lo que quedaba de su provincia de ultramar por un acuerdo de retrocesión. “Todavía se nota mucho la huella española, en costumbres como la siesta, y en platos como la paella o el marisco”, cuenta Hamido, “por la calle, la gente aún se saluda con un ¡Hola!”. En la visita guiada a la ciudad, el profesor Asenjo muestra otras huellas: el escudo de España en la decrepita pagaduría y los edificios que albergaron el casino militar o la casa del gobernador. Entre el grupo de estudiantes hay varios chicos cuyos abuelos o bisabuelos militares vivieron aquí: Lorite, Rafa o Rodrigo se hacen fotos ilusionados en las calles blanquiazules que pisaron sus antepasados. Durante la guerra de Ifni, Carmen Sevilla y Gila visitaron a las tropas, pero hoy, quienes animan esta ciudad pesquera son los surferos. La playa de siete olas se llena de octubre a diciembre con los chicos de neopreno cuando la mar es buena. Hoy no ha habido suerte, ondeaba la bandera negra.

 

Patricia Reyes

Cronista Oficial MRS 2010

Crónica 03 de Septiembre:

 

No pensé en escribir ningún día, porque no me da tiempo ni a escribir en mi cuaderno, pero como sé a quién le hace ilusión… Hoy hemos amanecido en la terraza del hotel Suerte Loca, en el que hoy acabamos ayer nuestro día. Tras una bonita y relajada noche, donde en nuestros sacos y esterillas a la luz de la una pequeña luna y el sonido ambiental de las olas del mar, hemos podido descansar bastante bien. Nos han despertado con la frase que tanta angustia y prisa nos da cada mañana: “¡Chicos, fuera de los sacos, la ropa y calzado de deporte ya!

 

Bajamos a la calle, realizamos el ejercicio de todos los días, esta vez en la playa de Sidi Ifni. En mi caso ha sido un desastre, porque después de dos días con unas ampollas de caballo he decidido que hoy podría correr normalmente o por lo menos intentarlo, y como resultado conservar la piel de los pies. Pero al llevar corriendo 800 metros, he notado como me volvía el dolor de pies y he tenido que volver a retirarme, qué le voy a hacer. Hemos podido ducharnos al ladito de la playa, aunque sin jabón, ha sido un gran regalo. Lo peor de todo es el pelo. Seguramente os preguntaréis por qué no digo nada de “un bañito” en esta super playa que tenemos, pero es que aún con todas las ganas que teníamos no hemos podido probar la maravillosa playa ya que, lejos de tener bandera roja, aquí en África existe un grado más peligroso: bandera negra. Los bomberos y monitores lo han prohibido, para ellos la seguridad es lo primero, dicen que la resaca es enorme y que seria una locura meter a 100 personas en el mar, al final lo hemos comprendido.

 

Al acabar las duchas y congelarnos de frío en la calle hemos subido a la terraza a recoger nuestro saco de dormir y vestirnos para bajar al restaurante donde ayer nos recibieron con una apetitosa cena y donde hoy nos han puesto pan con mantequilla y mermelada de melocotón y un vasito de té típico de aquí.

 

Lo gracioso es ver como todas hablamos de lo que queremos comer cuando estemos en España, parecemos muertas de hambre y eso que comida no nos ha faltado nunca, es más nos ha sobrado. Todo el mundo pensaba que íbamos a adelgazar y volveremos más gorditas aún. El bombero cocinero, Pablo Font nos hace unas comidas que son una pasada.

 

A continuación del desayuno hemos tenido una conferencia sobre Sidi Ifni y un paseo por la ciudad, donde nos han ido contando más historias curiosas sobre ésta. Hemos comprado un bote enorme de nocilla entre as chicas del grupo cinco, qué risas, todo el día pensando en comer. Después nos han dejado estar en la arena de la playa, donde nos hemos hecho muchísimas fotos que ya veréis. En la orilla del mar, saltando, riéndonos y disfrutando de la suerte de estar aquí. Es genial estar en la playa y que todos los niños se acerquen a hablar con nosotras.

 

Nos han dado de comer en el mismo restaurante de antes. Todo sabe riquísimo con las especias características de la comida marroquí. Por si fuera poca comida, hemos cogido el pan y hemos puesto capas y capas de nocilla. Me lo he pasado genial con mis compañeras. Estoy perfectamente porque estoy con todas ellas y somos como una piña, pero en realidad echo muchísimo de menos a mi familia y amigos. Ya no queda mucho viaje y nos da muchísima pena que acabe ya que esto sabes que no lo vas a poder repetir como cualquier otro viaje o campamento.

 

Por la tarde hemos tenido jornada de actividades y talleres. Primero nos ha tocado astronomía, después arqueología donde hemos tallado sílex con el que me he cortado un mechón de pelo, taller de cuaderno de viaje y el último ha sido taller de cooperación. A última hora he estado con Vir en la playa y ahora estamos esperando para cenar.

 

Un saludo a todos, os quiero muchísimo. Muchos besos desde Sidi Ifni, Marruecos.

 

Virginia Baeza Cabrero

Expedicionaria MRS 2010

Crónica 03 de Septiembre:

 

Podría decirse que la rutina en Marruecos ya es factible, esta mañana los cánticos de Ramadán me despertaron en el Hotel Suerte Loca. He mirado el reloj entre sueños, las cinco de la mañana; aunque haya utilizado la palabra rutina. Debo reconocer que hace cuatro días se me rompieron los esquemas y me volví a emocionar hasta llorar.

 

Llevábamos unas horas de viaje volviendo del lago Isli y a través de la ventana miré fijamente a un grupo de niños que ni reían ni jugaban, te clavaban la mirada. Algo se revolvió en mí, en cuanto bajé de la furgoneta jugué con ellos durante horas, les enseñé el juego del escondite inglés, les curé con Betadine las heridas y al irme salieron corriendo detrás de mi furgoneta gritando mi nombre. Es la cosa más bonita que alguien desconocido a hecho por mí.

 

Sidi Ifni anuncia la vuelta a casa, huele a hogar. Al escribir esto se me pasan muchas cosas por la cabeza y más ahora que estoy sentada al lado de Felipe con la guitarra de fondo en el taller de radio. Somos una familia de ciento cuarenta personas que han conseguido convivir dieciocho días sin pelear y aunque ahora no nos demos cuenta al llegar a casa podré realmente comprender el dicho que dice “No sabes lo que tienes hasta que lo pierdes”.

 

Ana Sancha

Expedicionaria MRS 2010

Crónica 03 de Septiembre:

 

“¡Buenos días! ¡Ropa de deporte!”. Las seis de la mañana y como siempre los gritos de Pablo perturban mis sueños. Como cada día, abro vagamente los ojos, pero hoy es diferente. Frente a mí se extiende el maravilloso e inmenso mar de Sidi Ifn. Los cien expedicionarios con nuestras camisetas verdes gastadas con nuestros pantalones de deporte y nuestras deportivas ya sucias y rasgadas, empezamos a correr a lo largo de la playa. Pasado un rato, el sueño, el cansancio y el calor hacen que pierda las fuerzas hasta que al fondo, a través de la niebla, distingo la silueta de lo que creo que es un barco y quizás un faro. Esto despierta mi curiosidad y mis ganas de descubrir, así que cojo aire para terminar de correr con todas mis fuerzas. Dicen que lo bueno se hace esperar, por eso hoy después del deporte… ¡Ducha!

 

Tras 25 días de expedición, un simple chorro de agua sin jabón es suficiente para sentirnos como nuevos y recargar pilas. Después de un buen desayuno con tostadas y leche, nos disponemos a conocer esta preciosa ciudad, Sidi Ifni. Joaquin Asenjo, profesor de historia en Málaga, es nuestro guía y quién nos hará viajar y sentir contándonos la historia de Sidi Ifni y sus aventuras vividas en esta antigua ciudad española, mientras nos perdemos entre sus calles.

 

Anonadados, los expedicionarios nos quedamos mirando una pequeña tienda de comida y cuando digo esto me refiero a comida diferente a las rutinarias raciones militares, que cuando tenemos hambre nos las comemos vorazmente pero de las que ahora nos apetece escapar. Así que mis niñas del grupo cinco y yo nos compramos un gran bote de Nocilla… No podéis imaginar la sonrisa dibujada en nuestros rostros al sentirnos dueñas de aquel bote de chocolate.

 

Cuando terminamos nuestra visita, vamos a la playa. Allí, como si nos conociéramos de toda la vida, como hermanos, reímos, nos hacemos cientos de fotos, juegos, pirámides humanas… Mmm… ¡Ternera con guarnición! Sí, en definitiva ha sido una gran mañana y mi estómago pide a gritos una gran recompensa.

 

Tras la comida, las doce mosqueteras nos comemos nuestra Nocilla y mientras tanto, reímos y reímos. Llegan los talleres: astronomía, arqueología, cuaderno de viaje y cooperación. Durante la primera hora, Pedro nos interna en un mundo nuevo, abstracto, lleno de estrellas y planetas. Carmen se encarga, durante la siguiente hora, de hacernos viajar al pasado elaborando rústicamente herramientas de la época prehistorica. Marta Mendoza la profesora de cuaderno de viaje nos enseña a pintar con acuarelas y tintas y por último, cooperación: ahora, no viajamos en el tiempo al Paleolítico, ni nos volvemos locos pensando que habrá más allá de las estrellas que vemos, en este taller ponemos los dos pies en la Tierra para reflexionar sobre nuestro presente y sobre todo acerca del presente de África.

 

Y ahora, estoy aquí, escribiendo esta crónica sentada en la playa. Y mientras, los granos de arena revolotean entre los dedos de mis pies. Me doy cuenta de lo afortunadísima que soy de estar aquí, y no me refiero solo a la experiencia, ahora estoy hablando de la gente. Las personas tan especiales que aquí he conocido y sobre todo a mi monitora Marta Landín y a mis niñas del grupo cinco, que me hacen feliz desde que me levanto hasta que me acuesto. Pero a pesar de estar super feliz, no me olvido de mi gente así que mando un besazo a mi familia y amigos.

 

Teresa Castro

Expedicionaria MRS 2010

Día 20
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MADRID RUMBO AL SUR. DIARIO DE EXPEDICIÓN.

 

04 SEPTIEMBRE: DIA 20: Una joya bajo dos cáscaras

 

El santón pidió a Alá un árbol que le diese sombra. Y Dios le preguntó, “¿sólo eso me pides?”. “Más no necesito”. Asombrado por la humildad del hombre, Alá le recompensó con creces, concediéndole el “árbol de la providencia”. El argán es la versión vegetal del cerdo ibérico: de él se aprovecha todo. Su madera dura y retorcida tarda en quemarse por lo que es una leña estupenda, sus ramas proporcionan un exquisito forraje para el ganado, sus frutos les encantan a las cabras y los camellos y de ellos se extrae un aceite prodigioso para comer y para untarse. Y de propina: el argán da sombra en el Sahara.

La leyenda de la argania spinosa, especie endémica de las zonas áridas y semiáridas del sudoeste de Marruecos, se queda corta. Este árbol, parecido a un olivo con espinas y frutos amarillentos, es además un soldado ecológico ya que sus extensas raíces protegen el suelo de la erosión y evitan la deforestación. También da trabajo y un futuro a unos 3 millones de personas en las zonas rurales. Entre ellas, las 60 mujeres de la cooperativa Tafyoucht creada en 1997 en Mesti (a 20 kilómetros de Sidi Ifni). Allí comienzan su día los estudiantes de Madrid Rumbo al Sur.

Los chavales se pasan de mano en mano el fruto arrugado y seco del árbol y escuchan cómo tradicionalmente las mujeres tenían que pelarlo con las manos o bien recoger el hueso sin pulpa una vez había sido digerido y descomido por las cabras (que se juegan el cuello trepando a los árboles como si fuesen pájaros). Hoy, la cabra ha sido sustituida por una trituradora que con un estruendo metálico escupe los huesos limpios (su sabor es además más delicado). Casi todo el proceso se ha mecanizado, pero las mujeres siguen cascando a mano la nuez resultante sobre una piedra plana. Lo hacen con cinco golpes y un hábil giro de muñeca que los chavales imitan sin mucho éxito. Dentro de esta segunda piel se esconde una semilla, parecida a una pipa de calabaza pelada, que todavía ha de ser tostada y molida.

El aceite de argán vale su precio en oro: para obtener un litro hacen falta 30 kilos de frutos y dos días de trabajo. Las bondades del producto (que aquí se vende a unos 15 euros el litro, pero alcanza los 60 en las medinas del Norte) son casi mágicas. Sirve para cocinar (da un toque almendrado o de cacahuete), hidrata, nutre, cicatriza y revitaliza la piel, suaviza las arrugas, reduce el colesterol, previene la hipertensión, fortalece las uñas y el pelo, quita el reuma, es afrodisíaco… Gracias a cooperativas como Tafyoucht también consigue alfabetizar y enseñar gestión empresarial a mujeres de zonas rurales.

En la cooperativa hay un tablón de anuncios del que cuelgan varios artículos de revistas científicas. Anuncian que el argán puede morir de éxito. “Está desapareciendo a un ritmo de 600 hectáreas al año, víctima de la sobre explotación y la agricultura extensiva”, lee un titular. “La densidad ha caído en los últimos 45 años de 100 árboles por hectárea a 40”, explica otro. La tercera especie más abundante de Marruecos (el 7% de toda la superficie arbórea, unos 20 millones de ejemplares) está amenazada por ser tan rica: su uso como leña y el desgaste de sus ramas para alimentar al ganado hizo peligrar su futuro, por lo que ha sido protegida como Reserva de la Biosfera por la UNESCO y prohibida su tala. La foto de las cabras posadas sobre las ramas es insólita pero no necesariamente positiva. Quizá por ello la sabia Naturaleza –o el sabio Alá, según la leyenda- adornó el árbol de la providencia con espinas.

 

Patricia Reyes

Cronista Oficial MRS 2010

Crónica 04 de Agosto:

 

Desconcertante, sí. Bastante desconcertante. Al menos eso me sugirió la tarde noche de este 4 de septiembre. Previamente habíamos partido de Sidi Ifni relativamente temprano. Por mi parte, después de haberme recuperado, tuve un bonito reencuentro con el autocar: llegué tarde y Pepe, mi monitor, me obligó a ir delante, apartado de mis amigos, aunque su decisión no me condenó al aburrimiento en absoluto.

Las playas de la ciudad costera se evaporaban tras la ventana, dando paso de nuevo a los parajes típicos de Marruecos: áridos, desérticos, tan pronto bellos como desoladores. A mediodía visitamos el mercado más grande del mundo de camellos en la ciudad de Guelmin y este se veía muy afectado por la contundencia del mes de Ramadán. Había muy pocos camellos a la venta.

Tres horas después comimos las ya míticas raciones militares a mitad de la nada y nos dispusimos a reanudar nuestro viaje al lago que teníamos previsto cruzar al anochecer.

Varios imprevistos encadenados nos retrasaron tres cuartos de hora en nuestra llegada al lago y al llegar nos encontramos con que los barqueros se habían ido a cenar para romper el ayuno del Ramadán y era demasiado tarde para cruzar sus aguas. Y heme aquí tumbado en la esterilla junto al lago, esperando impaciente la cena y escuchando el sonido de los djembes de fondo.

 

Alejandro Delgado

Expedicionario MRS 2010

Crónica 04 de Agosto:

 

Esto empieza a acabarse es la última noche que pasamos en África ya que mañana nos vamos a Canarias. Como más de uno tengo la misma idea rondando mi mente: ¿Cuándo volveré?

Han sido más de 20 días en un lugar completamente distinto a los que había estado antes, esta brisa constante, como esta felicidad que poco a poco se convierte en nostalgia. Recordando cada lugar, cada esquina, momento.

Hoy ha sido un día largo, como todos. Salimos de Sidi Ifni pronto por la mañana y tras muchas horas de viaje hemos llegado a otro antiguo territorio español: el Sahara occidental. Con dos inmensidades enfrentadas, formadas por olas y dunas respectivamente. El trayecto de más de ocho horas me ha hecho empezar ya a echar de menos todo esto, ya no sólo el lugar sino la forma de viajar, de recorrer el mundo. Pero no todo es echar de menos, todavía quedan seis días en España, con todo el equipo porque lo que hace especial la expedición no es sólo el sitio sino la gente. Los 100 seleccionados más el equipo, ya que prácticamente con todos he compartido momentos, eso es según creo lo mejor que me llevo y que todavía me queda rato para disfrutarlo.

Pero de lo que nos despedimos hoy es de este sitio. De esta inmensidad, de esta plenitud. El privilegio de haber estado en un lugar completamente desconocido para mí hasta este momento.

 

Pablo Peregrín

Expedicionario MRS 2010

Crónica 04 de Agosto:

 

Última noche en el continente negro. Y es justo ahora cuando nos damos cuenta de lo rápido que pasa el tiempo, sobretodo cuando éste se disfruta. En el ambiente, miradas atrás e inquietud por saber lo que pasará.

Hoy ha sido un día duro. La coplilla de todas las mañanas “buenos días, ropa de deporte”, nos volvía a despertar un día más. En menos de cinco minutos estábamos en la playa de Sidi Ifni corriendo con un perro que nos seguía a muy buen ritmo. Después de una ducha tomamos nuestro desayuno y puedo decir que nunca una tostada me había sabido tan bien.

Nos despedimos de Sidi Ifni, repitiéndonos una y otra vez que volveríamos al hotel Suerte Loca donde nos atendieron como en casa. Una vez en el autobús nos dirigimos a una cooperativa de trabajadoras del aceite de argán. Nos recibieron en una sala decorada con los materiales para elaborar el aceite. Mientras comprobábamos de primera mano la dificultad del trabajo nos explicaban las etapas del proceso. A la salida algunos no dudaron en comprar productos a la cooperativa.

Seguimos nuestro camino hasta llegar al mercado de camellos más grande de Marruecos. Por el que, en los años cincuenta, llegaron a pasar 30.000 camellos al día. Allí mismo atendimos a una charla sobre la historia de las antiguas rutas comerciales caravaneras.

 

Verónica García y Violeta García

Expedicionarias MRS 2010

Día 21
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MADRID RUMBO AL SUR. DIARIO DE EXPEDICIÓN.

 

05 SEPTIEMBRE. DIA 21: De camellos y aviones

 

Lo que hay que buscar eS un buen camello: dientes sanos, patas fuertes, piel sin eccemas. Shouaib ha recorrido los 1.100 kilómetros que separan Dakhla de Guelmín con siete dromedarios en la caja de su camión. Este punto del Sahara fue en los años cincuenta el mayor mercado de camellos del mundo, llegando a reunir hasta 30.000 cabezas. Cubierto por un turbante azul Shouaib explica que su abuelo tardaba 22 días en recorrer la misma distancia. Él viene cada semana, su antepasado sólo lo hacía dos veces al año. El negocio no es el mismo. Este sábado apenas había dos docenas de dromedarios en el mercado. Shouaib completaba sus ingresos vendiendo collares hechos con brújulas bereberes.

La motorización de los nómadas, el GPS y el Ramadán le restaban ambiente al asunto, pero los expedicionarios de Madrid Rumbo al Sur animaron el cotarro posando con los dromedarios. Cuestan entre 9.000 y 15.000 dirham, unos mil euros. Los collares, mucho menos; los chavales, expertos a estas alturas en el regateo, se los llevaron por 100 dirham.

El dinero no es nada. Malamine Gaye lo ilustró en su conferencia sobre los caravaneros de las antiguas rutas comerciales de África: entonces, en el siglo X, la sal llegaba a costar el doble que el oro.

En este viaje sabemos algo de eso. La fluctuación. El desierto es peor que Wall Street. El papel higiénico se llama “oro blanco”. Mi reino por un arbusto. Mi cantimplora, mi castillo. Al final, como en todas partes, depende de cuántos amigos tengas y cuántos favores estén dispuestos a hacerte.

Volviendo a los transportes: en este viaje hemos montado en: camello, autobús, 4×4, cutroneta, camión, pick up, techo de camión… Apunto estuvimos de probar hoy las barcas de pescadores de la reserva natural de Naila. Pero no pudo ser. Caronte estaba celebrando el Ramadán. Da igual, nos bañamos en su delta, tras hacer la croqueta, entre amigos, en sus dunas.

Hoy dejamos África. Volvemos en ferry, como cuando llegamos. Los ferrys son barcos que son como aviones. Lugares anodinos, internacionales, sin personalidad. Antes, cruzamos el Aaiún, un lugar nada anodino. Somos los primeros 150 españoles que lo hacen en mucho tiempo.

Parece que esto se acaba. Ronda en la cabeza una frase de Antoine Saint Exupery, el autor de El Principito, cuyo museo hemos visitado hoy, antes de dejar África, en Tafaya. Saint Exupery, además de autor, fue piloto. De los primeros en cruzar en avión esa distancia tan corta en kilómetros y tan larga en todo lo demás que separa Europa del continente negro. Los viajes siempre son de ida y vuelta. Nosotros no hemos cogido ningún avión pero, ya de vuelta a casa, las palabras de Saint Exupery retumban en nuestro espíritu: “Lo que cuenta es dar un paso, un paso más. Ese es el paso con el que siempre volvemos a empezar”.

 

Patricia Reyes

Cronista Oficial MRS 2010

Crónica 05 de Septiembre:

 

Amanecemos en una pesadilla absoluta. Más de mil ejércitos de mosquitos zumbones han puesto las cartas sobre la mesa; ¡se disponen a atacarnos sin piedad! ZzZummm… ¡Por aquí! ¡Por allá! Después de dejarnos completamente cao, despertamos tirando la toalla. Con la cara peor que la del mismísimo Cuasimodo, es decir, llena de picaduras, los enfermos no han tenido más remedio que quedarse en el campamento. Mientras, los demás, surfeábamos con estilo las enormes dunas del desierto; el lago Naíla nos espera. El velo gris que cubría el cielo se desvanecía paulatinamente a nuestra llegada. El sol, la arena suave como la seda y por fin, agua fresquita. Saber que hoy es nuestro último día en el continente africano nos hace pensar que hemos sido afortunados de compartir este tiempo juntos. ¡Quién sabe cuando volveremos a pisar estas tierras!

Tomamos rumbo hasta nuestro último destino: El Aaiún. Ciudad bella y misteriosa que guarda secretos que los marroquíes no quieren que sepamos. Por la ventana podemos apreciar su grandeza, como cualquier ciudad que ejerció de capital. Nosotros pasamos de largo rumbo al puerto. Al bajar del autobús comenzamos a ser conscientes. Son nuestros últimos momentos en África. Respiramos, observamos y sentimos este lugar mágico que nos ha unido tanto.

 

Elena Hernández y Marta Trejo

Expedicionarias MRS 2010

Crónica 05 de Septiembre:

 

Aunque parezca extraño, esta mañana no ha sido la melodiosa voz de Pablo la que nos ha sacado de nuestros sueños sino el incesante zumbido del despertar de cientos de mosquitos ávidos de sangre y entrenados para sortear sacos, camisas, pañuelos y manotazos. Lo único bueno de estos insectos es que gracias a ellos se ha suspendido el deporte matutino y hemos desayunado sin prisas y libres de sudor. Tras las raciones militares del desayuno, partimos para la marcha, un increíble paisaje mezcla de mar y desierto se abre ante nosotros. Los inmisericordes mosquitos continúan acosándonos durante el camino llegando a picar grano sobre grano. Ulises con su parapente nos graba por encima de la batalla que se desarrolla en el suelo contra los insidiosos bichos.

Llegamos hasta un apartado lugar de playa virgen y nos bañamos, saltamos por las dunas, hablamos y reímos. Es un momento maravilloso pero no se puede prologar eternamente y volvemos al campamento.

A la vuelta los mosquitos parecen adivinar que nos queda poco en aquel lugar y se emplean bien a fondo para que no olvidemos la despedida. Montamos en el autobús rascándonos como locos y contando los innumerables picotazos que cubren nuestro cuerpo. Paramos en el museo de la aviación que honra al célebre autor de “El Principito”, Antoine Saint Exupery.

Nuestra siguiente y última parada es en el puerto donde embarcaremos para Canarias, pero antes vemos desde el autobús pasar la ciudad de El Aiún y nos cuentan su historia.

Subimos al barco y antes de zarpar celebramos misa voluntaria del domingo y cenamos. Vemos alejarse África por el horizonte y aunque esto nos entristece, nos alegramos de saber que hemos conocido “el continente olvidado”. Es una despedida pero ahora sabremos que África está ahí y que este adiós no será por mucho tiempo pues a todos nos ha hechizado su encanto.

 

Juan Ortiz Luengo

Expedicionario MRS 2010

Crónica 05 de Septiembre:

 

Abandonamos Marruecos rumbo a Canarias y, con ello, el continente africano. A nuestras espaldas veinte días cargados de intensidad ilusión y sobre todo mucho movimiento. El cansancio en nuestros cuerpos se va notando y el simple hecho de estar escribiendo desde el ferry ya cuesta lo suyo. Pero bueno, nada que todavía no podamos aguantar.

El día de hoy despertaba de una forma peculiar. No porque fuese nuestro ultimo amanecer en tierras africanas, que también, sino porque la noche había estado marcada por unos inesperados y muy molestos huéspedes, los mosquitos. Malditos insectos alados, gran festín se han dado y sino que se lo pregunten a más de un expedicionario. Como algún compañero gritaba a primera hora de la mañana, cuando más abundaban nuestros amiguitos. “Estos es peor que Vietnam”. Como consuelo al mal trago, Pablo nos libera de la gimnasia matinal, un desayuno militar y pequeña marcha a uno de los lugares más espectaculares que hemos pisado en esta expedición. Mar y desierto, olas y dunas fusionándose para formar un único y perfecto paisaje.

Como paso en el Atlas y Sahara la naturaleza nos volvió a sorprender. Al llegar todo parecía en perfecta calma y equilibrio. Las pequeñas olas del lago Naíla llevaban a la costa sin aparente esfuerzo a la vez que la leve brisa colocaba con suavidad cada grano de arena en su sitio, pero en cuestión de pocos minutos la cosa era bien distinta. Las olas veían alterar su curso ante el nado de varios expedicionarios y los granos de arena iban perdiendo su sitio en la duna ante los saltos y acrobacias de los más atrevidos. Pero no todo era un caos. Muchos dedicaban el tiempo a captar con su objetivo cada imagen para el recuerdo o, simplemente, relajaban el cuerpo tumbándose en las dunas, que se amoldaban a la figura sin bacilar. Así, entre risas, fotos y algún sueñecito emprendíamos con paso firme la marcha de vuelta hacia el campamento. En poco tiempo nos encontrábamos sentados enumerándonos de nuevo en el autobús. Era el último trayecto antes de abandonar el continente y, aunque el agotamiento era evidente, las caras de pena y reflexión también lo eran. Así, escoltados por la policía hemos llegado al puerto de El Aaiún donde hemos cogido el ferry que nos llevará a Canarias.

Vuelta a España pero no fin del viaje. Todavía quedan muchas cosas por vivir y visto lo visto seguro que no nos defraudaran.

 

Nacho Aranguren.

Expedicionario MRS 2010

Crónica 05 de Septiembre:

 

Rumbo a una hora menos, vamos hacia las Islas Canarias, con un vaivén que apenas me deja escribir.

Hoy todos hemos sido víctimas de un ataque organizado de mosquitos salvajes y sanguinarios. No ha quedado persona inmune ni a salvo, por lo que el resto del día ha transcurrido entre rasquedillas y palmadas seguidas de un: ¡te maté! Olvidándonos del feroz ataque que ha dejado bajas, los supervivientes hemos ido al Lago Naíla, paisaje bonito donde los haya. Era un desierto con lago donde bañarse, era un regalo de la naturaleza.

Algunos nos hemos aventurado hasta la cima de las interminables dunas, para sentirnos tuaregs, los dueños del desierto.

Y desde ahí, una vez que el primero se atrevió a saltar no hemos parado de brincar, saltar o rebozarnos como croquetas al descender las dunas. Nuestros deditos con tiritas y esparadrapos han agradecido el contacto de la fría arena, sin preocuparse donde pisar o de que hubiese piedras y ramas que amenazaban con clavarse.

Sin saber si hemos pasado dos o cinco horas disfrutando del increíble entorno y su paz y tranquilidad, nos hemos dirigido hacia la frontera, siempre escoltado por tres o cuatro coches policiales, la verdad es que no sé si somos bien recibidos en los territorios del Sahara…

Haciendo un alto en el camino en un museo de la historia de la aviación en la antigua ciudad española de Cabo Juby, hoy Tarfaya, nos hemos embarcado en el ferry dejando atrás horas de sueño, de sofocante calor, cantimploras vacías y dulces de Ramadán.

Finalizamos hoy una parte importante del viaje que nos ha marcado. Salimos de África con 99 amigos a la espalda y muchos buenos momentos, desde las clases matinales de deporte, las horas como pinche de cocina, los conocimientos nuevos adquiridos de astronomía, de arqueología, historia africana, de cooperación o taller de cuaderno de viaje, pasando por las interminables marchas, horas en autobús o charlas de proyectos y finalizando en el cine de verano al aire libre que casi todas las noches disfrutamos (y que pocos llegan hasta el final de la película, todo hay que decirlo).

Tengo innumerables recuerdos y momentos que todos tardaremos días en contar a nuestras familias, por ello finalizo observando la negrura de la noche y del océano Atlántico y propongo un brindis: levantemos todos en alto nuestras cantimploras con agua potabilizada y brindemos para celebrar lo vivido y los seis días que nos quedan por vivir. ¡A vuestra salud chicos! ¡Tchin, tchin!

 

Olivia Pérez de Acha y López

Expedicionarias MRS 2010

Día 22
Oficial123

MADRID RUMBO AL SUR. DIARIO DE EXPEDICIÓN.

 

06 SEPTIEMBRE.DIA 22: Logística, querido Watson

 

¿Cómo viven 142 personas durante 25 días en unos 20 lugares distintos? ¿Cómo tienen a mano todo lo que necesitan? De un saco de repuesto al café del desayuno. De un balón de fútbol a una tirita. La respuesta se llama logística y es fundamental en una expedición como Madrid Rumbo al Sur.

Hoy los chavales han aprendido sobre el tema en el Centro Logístico de Ayuda Humanitaria de Las Palmas. Inaugurada hace un año, es una de las cuatro unidades que la Cruz Roja Internacional tiene en el mundo (además de en Canarias, en Panamá, Kuala Lumpur y Dubai). “La logística es todo el conjunto de actividades que se ocupa del traslado y almacenamiento de productos desde el punto de compra de los materiales hasta el punto de consumo”, explican en uno de los talleres de sensibilización del centro. “Su finalidad es poder proporcionar un servicio adecuado a un coste razonable”.

En el coche-cocina de Madrid Rumbo al Sur saben bastante de eso. Pablo Font, el “bombero cocinero”, realiza en Canarias una de sus últimas compras en un súper. Nada que ver con los mercados rurales marroquíes que ha recorrido este último mes. Aquí no hay balanzas sino pesas electrónicas. También carritos de la compra e hilo musical (de todo, menos moscas). Sin embargo, en los recónditos mercados del Marruecos rural comprar comida para 142 salía mucho más barato (casi un tercio) y era más pintoresco. Como dice ese anuncio de tarjetas de crédito: las caras de los tenderos cuando se les pide un centenar de panes o 40 briks de zumo no tienen precio.

Incluso en el pedregal más agreste, Pablo ha alimentado a la tropa de chavales con platos recién hechos y calientes. Cada día, tras desmontar el coche-cocina con su incansable compañero Lupi (que hace doblete como profesor de música), los fogones se convierten en el centro social del campamento. Hoy Pablo ha hecho risotto con magro de cerdo, bacon y parmesano en el aparcamiento del Centro Logísitico de Las Palmas. Dentro, los voluntarios de Cruz Roja mostraban a los chavales las ollas, platos y cubiertos que envían a lugares en situación de emergencia. Su ayuda puede llegar a unas 2.000 familias en menos de 48 horas tras un desastre y su campo de acción abarca países como Burkina-Faso, Benin, Camerún, Congo, Mauritania, Chad, Togo y todo el oeste de África. Desplegados sobre una mesa se exponían los distintos utensilios básicos para la vida cotidiana cuando uno no tiene casa: manta, lona plástica, tienda, cubiertos, jabón, compresas, maquinillas, papel higiénico, pasta de dientes, bidón de agua, mosquitera… Desde hace tiempo, todo el material de Cruz Roja está estandarizado, es decir, no se aceptan donaciones de objetos (sólo dinero). “Es más lío y más caro recogerlo, lavarlo y catalogarlo que directamente comprarlo todo nuevo y uniforme”, explica Elena Santana, una de las voluntarias. “Lo que más cuesta, en dinero y en que se subvencione, es el transporte, quizás porque no aparece en la publicidad”, añade. Es decir, no basta con reunir productos, lo difícil es llevar las toneladas de ayuda hasta donde se necesitan. Por ello, el puerto de Las Palmas es un centro estratégico: está cerca de África, tiene relaciones comerciales previas y conexiones marítimas bien establecidas, una amplia red de empresas transitarias de aduanas y ventajosas condiciones fiscales.

En el convoy de Madrid Rumbo al Sur, los encargados de transportar el material de un campamento a otro son “los Carlos” (Carlos Toro y Carlos Mancebo). La pareja conduce un camión en el que cabe de todo: la pantalla de cine y los toldos, los focos, el material de estudio, las raciones militares o los objetos perdidos. Todos los días las cosas del camión se bajan, se suben, se administran, se recolocan y se conducen sanas y salvas de destino en destino para crear lo más parecido a un hogar en medio de la nada. Son las bambalinas que sujetan el viaje. Ese trabajo duro y silencioso que se llama logística.

Patricia Reyes

Cronista Oficial MRS 2010

Crónica 06 de Septiembre:

 

Nos levantamos a las siete de la mañana ante el aviso de que quedan 15 minutos para atracar en las Palmas de Gran Canaria. Todavía somnolientos recogemos los sacos del suelo del ferry y salimos a cubierta para ver el puerto. Aunque sabemos que estamos a cientos de kilómetros de Madrid, casi nos sentimos en casa, lo que nos hace ver que ya queda poco para volver.

 

Lo primero que hacemos en tierras españolas es acudir al Centro Logístico de Cruz Roja Internacional, en el que recibimos varias conferencias, todas relacionadas con la ayuda humanitaria. El que más me ha gustado ha sido un juego de rol diseñado por los voluntarios de la Cruz Roja para que jóvenes de 12 a 14 años interpreten el papel de un inmigrante y se pongan en los zapatos de aquellos que tienen que abandonar sus hogares, sus familiares y sus pueblos en busca de un futuro mejor que no siempre termina por llegar.

 

Después de comer, aprovechamos el rato libre para untarnos en Afterbite, pues las picaduras tras dormir en el Lago Naíla todavía son evidentes. Más tarde, nos subimos a los autobuses en dirección al cuartel general para conocer a los militares con los que pasaremos el resto del día. Cada uno de nosotros forma pareja, o como ellos dicen “binomio”, con un cabo y así visitamos el cuartel y curioseamos su material. Un teniente nos da una conferencia acerca de la ayuda humanitaria que presta el ejército español y nos enorgullecen todas las acciones solidarias que llevan a cabo.

 

Subimos una pequeña colina donde está el campamento militar donde pasaremos la noche y nos volvemos a reunir con nuestros binomios para cenar, una vez más, raciones militares.

 

Posteriormente, nos enseñan los artilugios de visión nocturna y recorremos un auténtico circuito americano en el que se entrenan nuestras Binomios. Después de recorrerlo llegamos a la única conclusión de que tienes que ser de metal para conseguir llegar entero y sin perder ningún diente por el camino. Por último, una marcha nocturna antes de dormir, lo que nos hace caer rendidos en los sacos.

 

El último pensamiento que se me cruza antes de cerrar los ojos es la suerte que tengo por vivir en España, y, sobre todo, la suerte que tengo por haber nacido en mi familia lo que dibuja una sonrisa triste tanto por nostalgia como por gratitud.

 

Andrea Cabanas

Expedicionaria MRS 2010

Crónica 06 de Septiembre:

 

Hoy hemos vuelto al primer mundo otra vez, a España, a Las Palmas de Gran Canaria. En el barco que cogimos anoche nuestros ojos se perdían entre los edificios que cubrían los cielos, nada que ver con aquellas inmensas montañas de Marruecos que también los cubrían.

 

Al llegar a las carpas de la Cruz Roja, nos hemos dividido para hacer diversos talleres. En uno de ellos se hablaba concretamente de la inmigración hacia Canarias. Han llegado cayucos con hasta 233 personas a bordo. Mientras escuchamos esas impresionantes cifras y el estado en el que la mayoría de ellos llegaban, me preguntaba, creo que al igual que el resto de expedicionarios, ¿cómo deben vivir allí para correr todos esos riesgos que les animen a venir a este Primer Mundo? En ese momento me acordaba de todo el viaje, de toda esa gente que vive sumida en la pobreza, pero que aún así sigue teniendo ese brillo esperanzador en la mirada. Sí, eso es lo que les trae a España, esa mezcla de desesperación y fortaleza.

 

Más tarde, hemos ido al cuartel militar y nos han asignado a cada uno de nosotros un militar. Mi binomio se llama Álvaro y es un soldado muy amable. Nos han informado sobre el material y aparatos que utilizan. Además, nos han dado una charla a cerca del ejército y su misión de ayuda humanitaria.

 

A última hora, hemos subido en los autobuses y hemos llegado al campo de prácticas donde hemos hecho algunos ejercicios en la pista americana, hemos cenado y hemos hecho una marcha. Mientras termino esta crónica estoy a la espera de las aventuras de mañana.

 

Carmen García Gómez

Expedicionaria MRS 2010

Crónica 06 de Septiembre:

 

Una suave brisa marina acaricia nuestros sentidos, mientras sobrecogidos como si de un sueños nos despertásemos observamos de nuevo un trocito de España.

 

Solo se escuchan susurros de los más valientes que, aunque con pena, se atreven a decir en alto lo que en realidad todos pensamos: “esto se está acabando”.

 

Atracamos en el puerto después de ocho horas de viaje, pisamos tierra firme y nos dirigimos hacia la Cruz Roja, la cual visitaremos después de un relajante descanso al calor del sol de las Islas Canarias.

 

Terminamos de comer e inmediatamente nos dirigimos al cuartel de infantería de las Palmas, una sensación extraña nos invade al llegar y ver a varios pelotones de soldados formando filas como si soldaditos de plomo se tratasen.

 

Increíble pero cierto, cada uno de ellos serán nuestros acompañantes personales durante el resto del día, serán nuestros binomios. Una breve presentación sobre lo que es el ejército ofrecida por un teniente, quiénes son, qué es lo que hace, cómo se formo…

 

Continuamos con una visita en la que podemos conocer gran parte del material militar y no sólo observamos, sino palpamos, cogemos, montamos, desmontamos y cargamos todo tipo de artilugios.

 

Una experiencia increíble nos esperaba después, ajenos a todo, los cien expedicionarios de MRS nos subimos al autobús. Entre risas, bailes y cantos, caemos en la cuenta de lo que pasa al otro lado del cristal: un auténtico despliegue militar, con tiendas de campaña enormes, jaimas, nos esperan acompañados de todos los soldados que conocimos anteriormente y unos cuantos más.

 

Después de una cena, en algunos de los casos, de un perrito caliente que sabía a gloria, nos muestran una gigantesca pista americana donde los soldados entrenan y posteriormente hacen competiciones. Muchos pudimos vivir en nuestras propias carnes algunas de las pruebas.

 

Por fin llega el último momento de la noche, toca caminata hacia lo alto de una montaña donde se puede disfrutar de unas vistas maravillosas. Como bien dice el dicho “una imagen vale más que mil palabras”.

 

Nieves Borges González

Expedicionaria MRS 2010

Día 23
Oficial123

MADRID RUMBO AL SUR. DIARIO DE EXPEDICIÓN.

 

07 SEPTIEMBRE. DIA 23: Orden y caos

 

“Cuando vuelvo de una misión y tengo un problema, pienso en lo que he visto allí, y en la suerte que supone haber nacido en esta parte del mundo”. El Capitán Gregory tiene nombre de película pero es un soldado de verdad. En el cuartel de la Isleta, donde supervisa al regimiento de Infantería Ligera Canarias 50, Enrique Gregory explica a los expedicionarios de Madrid Rumbo al Sur qué significa ser militar. Habla de los huérfanos afganos, de la función del ejército en las catástrofes naturales, de misiones de paz en países en guerra. “Tristemente hay combates y lugares a los que nadie más puede acceder, pero el concepto del Ejército ha cambiado, ya no se centra en atacar”. “Para mí es gratificante; a nadie le gusta ir a la guerra a matar”.

Los estudiantes de Madrid Rumbo al Sur han pasado 24 horas con los soldados del regimiento. El experimento funciona de la siguiente manera: a cada niño se le ha asignado un soldado y juntos (en lo que se denomina “un binomio”) pasan el día viendo vehículos y material militar, marchando monte arriba, probando suerte en la pista americana (uno de esos circuitos en los que hay que saltar, trepar, arrastrarse) y disfrutando con una recreación de la operación de rescate de dos cooperantes secuestradas por talibanes. Algunos soldados se disfrazan de “los malos” y dos niñas rubias hacen de las voluntarias capturadas. Chavales y militares comen juntos y se cuentan la vida. Los soldados han montado un campamento a los pies de las montañas volcánicas. Tiene duchas, retretes, cantina y sala médica. Es el más completo en el que hemos dormido; hay hasta perritos calientes.

“A nosotros nos vienen muy bien este tipo de experiencias”, dice Enrique Gregory sobre la convivencia. “La gente tiene muchas ideas preconcebidas sobre el ejército -historias de la mili, novatadas- que no cuadran con la realidad. Es positivo que vean de primera mano lo que es un ejército profesional”.

El día que empezó con disciplina militar, acaba en un caótico baile. Cuando los chavales se despiden de sus binomios soldadescos la expedición visita Casa África, que, como su hermana Casa América de Cibeles, sirve de puente entre distintas culturas con exposiciones, conciertos y conferencias. El patio de su bonito edificio gira entorno a un joven baobab. El árbol más soberbio de la savana (y el de El Principito), tan soberbio que Dios lo castigó dándole la vuelta. Por ello sus raíces son aún más amplias que su frondosa copa. Los hermanos Thioune, Ali y Jali, llegan de Senegal para poner música al patio. Ritmo de tambores y una coreografía que los chavales siguen al grito de “Su yengo, ma yengo”: si tú te mueves, yo me muevo. “Lo hacen guay, se nota que no tienen vergüenza alguna”, dice Ali tras los frenéticos bailes. Hasta el soberbio baobab ha temblado.

 

 

Patricia Reyes

Cronista Oficial MRS 2010

Crónica 07 de Septiembre:

 

7:15 a.m. “¡Arriba chicos!” Era la voz que una vez más nos hizo levantarnos como cada mañana. La diferencia es que las voces no provenían hoy de nuestro monitor Pablo sino de los respectivos binomios que nos fueron asignados la noche anterior. Una vez levantados y habiendo recogido las esterillas y demás nos pusimos en formación militar de a 3 hasta que el capitán de cada cuadrilla dio permiso para ir a desayunar. Otra vez el desayuno militar al que ya estábamos acostumbrados de días anteriores. Cuando terminamos el desayuno los militares de la compañía que no estaban entrenando nos acompañaron a la pista americana donde nos enseñaron, ahora sí, los ejercicios que la noche anterior apenas pudimos ver por la oscuridad. Algunos más atrevidos que otros decidieron probar suerte y cronometrar el recorrido oficial.

 

Cuando terminamos de realizar el deporte llegó la tan esperada ducha que todos ansiábamos desde hacía días. Esta vez no formaba parte del viaje paralelo sino que… ¡era de verdad! Ya limpitos presenciamos lo que sería una maniobra de rescate en terreno talibán en la que dos compañeras hacían de rehenes cooperantes. Fue muy emocionante y, una vez terminado, nos llevaron a hacer una clase de comunicación por radio. Para rematar las clases de la mañana nos hicieron una demostración de cómo rescatar los propios vehículos militares en una situación de emergencia. No nos lo podíamos creer, al llegar a la cantina nos esperaba a cada uno un primer plato de macarrones seguido de un magnífico pollo en salsa con patatas fritas que remató con el primer yogurt del mes, acompañado de una ración militar de emergencia.

 

A eso de las cuatro, nos subimos al autobús para ir a la Casa de África donde asistimos a una conferencia que, aunque no fue de lo más entretenido, mereció la pena por la magnífica merienda y bailes típicos africanos que nos esperaban, y la camiseta que nos dieron de recuerdo. Parece una tontería pero después de llevar un mes entero con cuatro camisetas es el mejor regalo que podíamos esperar. Andando, llegamos a la catedral de Santa Ana de Canarias. Al terminar la visita regresamos andando hasta los autobuses que nos llevarían al centro de la Cruz Roja donde vamos a pasar la noche.

 

Al llegar nos esperaba una conferencia ¡y un todoterreno lleno de pizzas! Esto fue motivo más que de sobra para alegrarnos la cara a las más de cien personas que componemos la expedición.

 

Lamentablemente el viaje llega a su fin y, aunque tenemos muchas ganas de ver a toda la gente.

 

Javier de Osma

Expedicionario MRS 2010

Crónica 07 de Septiembre:

 

“¡A desayunar!”, así comenzó el día de hoy. Tomamos desayuno militar junto con nuestros respectivos binomios y después fuimos todos juntos a la pista americana a hacer algo de ejercicio. Nosotras hicimos solo una parte pero hubo compañeros que la hicieron entera, y con muy buenos tiempos. La sorpresa del día llegó justo después. Duchas individuales y con agua caliente. Fue la mejor ducha del viaje.

 

Una vez vestidos nos reunimos de nuevo con nuestro militar y fuimos a ver una simulación de rescate de rehenes realizada por ellos y en la que intervinieron Gabriela y Claudia como los rehenes cooperantes. Luego vinieron las despedidas. Después de dos días con ellos nos toca despedirnos. Intercambiamos tuentis, números de teléfono, msn, etc… de todo para intentar no perder el contacto con ellos, porque han sido muy majos y nos han tratado demasiado bien en estos dos días pero aún así sabemos que es muy difícil que nos volvamos a ver. Todavía no nos fuimos. Hicimos talleres como, radio o recuperación de coches que se han quedado atascados en el terreno y no pueden salir.

 

Mmm…Comida. Hemos descubierto que los militares saben cocinar y bastante bien, además nos han dado raciones militares de emergencia, que tienen chocolatinas, turrones, caramelos… ¡ya nos las podían haber dado antes!

 

Por la tarde hemos cambiado radicalmente de registro: hemos ido a la Casa de África y nos han enseñado unas exposiciones. Nos han explicado qué hacen allí, cuál es su función. Pero lo mejor ha sido la merienda (había bizcocho) y una actuación africana que incluía música y baile. Ha sido muy divertido porque hemos bailado todos juntos y nos pisábamos unos a otros. Damos una vuelta por la ciudad, volvemos a la Cruz Roja, donde nos vamos a dormir, pero antes damos una conferencia sobre el Sahara y nos comemos una pizza y media cada uno. Ha sido la mejor pizza que he comido.

 

María Herrero y Alicia Jiménez

Expedicionarias MRS 2010

Crónica 07 de Septiembre:

 

Cuando nos levantamos, un soldado de infantería dormía a nuestro lado. Nos era cualquier soldado, era nuestro binomio, el compañero de fatigas, de ración y de marcha que nos habían asignado el día anterior. Durante 24 horas la expedición de MRS formo parte de cuartel de infantería de Las Palmas, compartiendo las tareas diarias de los soldados españoles. Después de ver una maniobra de rescate y de comer en la cantina nos despedimos de los militares, con dirección a la Casa de África donde hubo merienda y baile. Posteriormente visitamos la catedral y dimos un paseo por la ciudad. Terminamos el día con una perfecta cena: PIZZA.

 

Esta es nuestra última noche en Canarias y poco a poco nos damos cuenta de que el viaje llega a su fin, haciendo mella el cansancio y la nostalgia. Conforme nos acercamos a Madrid todos empezamos a recordar lo que dejamos atrás aquel 16 de agosto. En nuestros casos la fecha del 7 de septiembre y el comienzo del curso nos hace recordar el amor de los padres y la inquietud de un hermano que se va a Paris a vivir. Aunque el fin del viaje también nos llena de pena por todos aquellos momentos compartidos.

 

Aquí termina nuestro viaje en África a la vez que empieza la vuelta a casa…

 

Santiago Armas y Borja Carrín

Expedicionarios MRS 2010

Día 24
Oficial123

MADRID RUMBO AL SUR. DIARIO DE EXPEDICIÓN.

 

08 SEPTIEMBRE. DIA 24: Bomberos multiusos

 

Cuando crees que ya lo habías visto todo, coge el bombero y se pone a hacer malabares. Jorge Roldán, que trabaja en el parque de Las Rozas, es uno de los cuatro bomberos de la Comunidad que acompañan a la expedición Madrid Rumbo al Sur. Esta mañana se encargó de entretener a la chavalería mientras esperaban el ferry de Las Palmas a Cádiz. El taller de malabares fue un éxito a pesar de que a falta de pelotas y mazas hubo que improvisar. Bolas de calcetines, pilas, latas y globos llenos de agua suplieron el problema. Siempre hay una solución si hay un bombero cerca.

El chiste del bombero-torero tiene parte de verdad. A lo largo de 24 jornadas de aventura los estudiantes de Madrid Rumbo al Sur han comprobado que estos hombres multiusos sirven para un roto y un descosido. También en su trabajo diario son navajas suizas: “Es una profesión multidisciplinar”, explica Ángel Sevillano, jefe del Parque de Tres Cantos. “Los bomberos no sólo apagamos incendios; rescatamos personas, actuamos en accidentes y catástrofes, apoyamos a los médicos en el tratamiento de heridos… Intervenimos en el fuego, el agua y el hielo; en el medio natural y en el urbano”. En las montañas y los desiertos marroquíes el Land Rover Defender que conduce ‘Sevi’ ha cerrado el convoy de vehículos, GPS siempre encendido, asegurándose de que nadie se quedase atrás.

“Estamos aquí para prestar apoyo logístico a la expedición, ofrecer talleres y sobre todo dar tranquilidad”, dice Sevillano. La lista de funciones bomberiles es larga y variopinta. De poner un toldo a hacer la compra, de remolcar un coche atascado en una duna a distribuir el agua en el desierto.

Al volante del Unimog, una bomba todoterreno, Jesús Pastor, bombero conductor del parque de Las Rozas, ha recargado unas 10 veces el depósito de 2.500 litros para llevar agua a lugares donde no hay una gota. El camión rojo desde el que reparte agua y pastillas potabilizadoras ha sido siempre un oasis de cantimploras y amabilidad entre la hostilidad del terreno. Jesús también es mecánico y más de una vez se ha metido debajo de un coche a mancharse las manos. Raro es el bombero que, como en el chiste, no haga más de una cosa. Jorge es fisioterapeuta, sus manos arreglan cuerpos doloridos, y su constante sonrisa alegra a quien se le acerque con un problema. Pablo Font, también del parque de Las Rozas, ha atendido los fogones y dado de comer caliente y variado a 140 personas en medio de la nada. También ha enseñado entre bromas a fregar inmensas ollas (y a echar un cable) a niños acostumbrados a que otro ponga el friegaplatos.

En las crónicas que cada noche escriben los chicos, la frase “¡qué majos son los bomberos!” se repite como un mantra. Además de multiusos, predispuestos al trabajo y solidarios, los bomberos madrileños sirvieron otra función no menos importante en un viaje: repartir buen rollo. Sevillano dice que siempre acaba sus charlas sobre el cuerpo con lema: “Bomberos, siempre disponibles y orgullosos de servirles”. Merecen estarlo.

 

Patricia Reyes

Cronista Oficial MRS 2010

Crónica 08 de septiembre:

 

Visita al Regimiento de Infantería Canarias 50. Llegamos a las 16:00 horas al cuartel donde ya nos estaban esperando los militares con todo preparado. Tras un intercambio de saludos entre los mandos a las órdenes del Coronel del Regimiento y los miembros del staff de Madrid Rumbo al Sur, pasamos a aprovechar el tiempo al máximo y nos metimos en harina de forma inmediata. Empezaron bien, con una distribución muy curiosa: hicieron binomios compuestos por un soldado y un expedicionario. El soldado acompañaba continuamente y le explicaba con detalle los distintos tipos de material, vehículos, etc., con los que trabaja habitualmente.

 

Después hubo una presentación muy emotiva sobre intervenciones en zonas de conflicto. Ya de noche, tras la cena de campaña, estuvimos practicando con los visores nocturnos y se recorrió la pista americana donde algunos hicimos nuestros pinitos. Para finalizar la jornada se hizo una marcha nocturna de varios kilómetros. Al día siguiente, una vez desayunados junto con la tropa militar, los expedicionarios y parte del personal militar realizamos el paso por la pista americana de nuevo. A continuación nos llevaron a un campo de prácticas ambientado en una población urbana y realizaron un simulacro táctico de liberación de rehenes cooperantes. También se realizaron ejercicios de radio y rescate de vehículos. Finalizaron las jornadas con una comida estupenda donde aprovechamos para profundizar en el intercambio de experiencias.

 

En estas jornadas conjuntas hemos tenido la oportunidad de comprender el sentido que tienen las Fuerzas Armadas en España. Durante veintitantos días hemos visto proyectos de cooperación encaminados a ayudar en la enseñanza infantil, desarrollo económico, integración de la mujer, ayuda a hospitales, huérfanos, etc. El ejército Español también es una parte esencial en labores de pacificación en zonas de conflicto y desastres humanitarios. Gracias a este contacto hemos podido entender que los soldados españoles llevan sobre sus espaldas otro proyecto de cooperación a mayor escala: garantizar la Paz allá donde esté amenazada. Sin un paraguas como el ejército español y otros ejércitos que nos arropan no tendría cabida ningún otro proyecto de cooperación de los que son llevados a cabo por españoles en aquellas partes del mundo donde más lo necesitan.

 

Gracias a los soldados de infantería, gracias al ejército español por su labor tan poco conocida, tan poco comprendida, pero tan bien servida.

 

Ángel Sevillano Heras

Bombero de la Comunidad de Madrid y

Miembro del Equipo de MRS

Crónica 08 de septiembre:

 

Las pizzas me sentaron mal y las gotitas que cayeron por la noche no me dejaron dormir largo y tendido. Hemos vuelto a hacer deporte después de dos días sin correr aún con las agujetas de la pista americana de ayer, así que el baño en la playa ha sido un buen capricho.

 

Nos quedan poco días y la verdad hay una mezcla de sensaciones… No quiero que esto termine pero el amor de mi familia no se puede reemplazar y lo extraño, la verdad, Aunque sé que al llegar a Madrid extrañaré a los amigos que he encontrado aquí y a la rutina llevada hasta ahora.

 

Al llegar al barco, después de dar un paseíto y comprarme un helado, nos han repartido los camarotes y las normas han sido muy claras: no llegar tarde (aunque en la primera reunión no se ha cumplido), prohibido entrar en otros camarotes, etc… Hemos comido bastante bien y por la tarde hemos tenido talleres donde he pintado paisajes y retratado a personas, recuerdos que me llevaré de ellos y de este lugar.

 

Mientras más tiempo pasa, más confianza hay- Nos hemos convertido en una bonita y gran familia después de haber compartido tantas cosas: picaduras de mosquitos, males de tripa, risas y momentos súper guays. Ojala esto se mantenga, ojala no se pierda. Todos coincidimos en algo: esto merece la pena.

 

Kerly Mariuxi Luna

Expedicionaria MRS 2010

Crónica 08 de septiembre:

 

Desde el barco de vuelta a nuestro destino nos paramos a pensar en todo lo vivido hasta ahora. Esta noche la lluvia nos ha dado un pequeño susto cuando estábamos durmiendo en el parking de la Cruz Roja. A pesar de todo se ha quedado en un susto y ha habido gente que ni se ha enterado. Como siempre Pablo nos ha despertado y nos ha dado la “buena noticia” de que teníamos que ir a correr por el paseo de la playa. Después de correr nos ha dejado bañarnos para quitarnos el sudor de encima y ya más frescos hemos vuelto a la Cruz Roja para desayunar y organizar nuestras cosas en una mochila ya que durante el viaje no podremos utilizar más que una de las dos.

 

Nos preparamos para embarcar y, como siempre, toca esperar pero merece la pena al comprobar que en los camarotes nos aguardan camas y duchas. Al entrar en el barco nos sorprende el lujo de éste ya que llevamos un mes viviendo con mucho menos de lo presente y por ello nos damos cuenta de lo afortunados que somos. Ahora que volvemos a tener lo de siempre, nos damos cuenta de lo poco que lo valorábamos: comemos como reyes, dormimos como reyes, pero no por ello somos más felices. Esta tarde hemos vuelto a la rutina de los talleres y por la noche ha habido una velada musical en la que muchos de nosotros hemos demostrado nuestros talentos.

 

P.D. Tranquilas madres, llegaremos limpios, comidos y sanos a casita. Eso sí, con alguna señal de mosquitos.

 

Pablo Kirschner Vilalta y Javier Blanco Garrido

Expedicionarios MRS 2010

Día 25
Oficial123

MADRID RUMBO AL SUR. DIARIO DE EXPEDICIÓN.

 

09 SEPTIEMBRE: DIA 25: Travesía final

 

Madrid Rumbo al Sur ha tomado el barco. El centenar de estudiantes en camiseta verde se reparten por el carguero Murillo que atracará en Cádiz hoy. Hay un grupo de chavales en cubierta dando clase de música africana (aprenden que para que el djembe suene, la mano ha de rebotar), mientras otra veintena de niños practican con los bomberos cómo se hacen nudos que sirven para escalar y rescatar personas.

En el comedor de la nave -en el que viajan 350 pasajeros (expedicionarios incluidos) y tantos vehículos que en fila ocuparían dos kilómetros- hay taller de moscas de pesca. Armados de anzuelos, plumas e hilo los chicos de otro grupo prueban a hacer insectos que engañen a los peces para que piquen. En los dos días de travesía no han parado, ha habido talleres y conferencias de radio, fotografía, arcilla, teatro, astronomía, dibujo, historia de Canarias y del Sahara… En cada rincón del barco había un adolescente haciendo algo, mientras los otros pasajeros observaban perplejos echados en sus tumbonas. “Estos dos días han sido muy intensos, algunos de los talleres, como el de pintura o el de música me han motivado mucho”, dice Paula Martínez, “igual sigo con ello cuando vuelva a casa”. “Son muchas clases en muy poco tiempo, algunas más amenas y otras menos, pero es una suerte para alguien de mi edad tener ocasión de probar tantas cosas”, opina Elena Hernández. Su clase favorita ha sido radio: de mayor quiere ser periodista. “Me ha encantado ponerme en la piel de un verdadero profesional”, dice. “Y lo más divertido es que no se da clase y ya está… en el fondo ha sido más como un grupo de amigos trabajando juntos entre risas”.

Esto no es Vacaciones en el mar, la recta final de Madrid Rumbo al Sur se aprovecha al máximo. Ni siquiera hay piedad con la hora de deporte: a las 7:00, flexiones y abdominales, eso sí, nada de correr en cubierta. Incluso en los momentos de asueto los chavales inventan algo mejor que hacer que estar tirados. Ayer se montó un concierto que dio un repaso a varios siglos de historia: Pablo Andoni abrió tocando Mozart y Bach y Nacho Aranguren cerró con un rap improvisado. Esta noche, fue el turno de los vídeos y fotos del viaje. Los cortos de José Antonio León y las fotos de José Luis de la Cuesta (montados respectivamente por las dos musas sonrientes de esta aventura, Sara Ballesteros y María López) fueron jaleados con mucha ovación y alguna lagrimilla. Al final no hubo telón, pero durante el show algo olía a despedida.

 

Patricia Reyes

Cronista Oficial MRS 2010

Crónica 09 de Septiembre:

 

Seis de la mañana, deporte, correr, ¿baño?, sudor, camisetas verdes, hornillos, ración militar, pastillas potabilizadoras, andar, cooperación, baile, djembés, canciones, música… Madrid Rumbo al Sur.

 

Todo eso se acaba, es la última noche. Se nota, se siente, se multiplican las fotos, los besos, los abrazos…

 

Un barco navega por el Océano Atlántico, de Canarias a la Península. En él van cien chavales, aparentemente iguales, normales, sólo se distinguen porque van de verde. Pero si alguien se parase a observar ese barco, ese grupo, vería que no son tan normales. Sólo hace falta escucharles, mirar sus movimientos, sus gestos, su mirada… Tienen algo. Y aún así, ese alguien solo logrará apreciar una pequeña parte de lo que llevan por dentro.

 

Ni siquiera ellos, nosotros, somos conscientes de todo lo que hemos vivido. Está mezclado, es algo confuso, está encerrado… Ahora sólo está esperando a salir.

 

Y mientras tanto África queda cada vez más lejos, pero quizá nunca lo volvamos a sentir tan cerca.

 

Ana González

Expedicionaria MRS 2010

Crónica 09 de Septiembre:

 

Escribiendo a un día de estar en Madrid. Desfilan momentos de todo lo vivido durante este mes, pero también de lo que mañana volveremos a ver. Aún no somos conscientes de que mañana dormiremos es nuestra cama, en vez de en el saco, ya desgastado después de un mes viviendo nuevas experiencias.

 

El día en el barco ha estado entretenido. Tras un rato haciendo deporte (ha sido complicado mantener el equilibrio a la pata coja), los profesores nos han preparado una serie de talleres como teatro, música y astronomía. Por la tarde, hemos seguido con el programa académico con una charla acerca de Marruecos y más talleres.

 

Ahora mismo vamos a ver vídeos que recogen todo lo vivido durante este viaje: las fotos de Cuesta y los vídeos de León y Sara. Estamos esperando a que empiece para recordar lo que hemos compartido estos días, como las marchas bajo el sol, las canciones o la gente que nos ha acogido como si fuéramos sus hijos.

 

Pero también somos hijos de nuestras familias que están en Madrid. Mamá, papá, hermanos… estamos deseosos de veros y contaros todo lo vivido y experimentado aquí.

 

Fátima Deus y Paloma Fernández

Expedicionarias MRS 2010

Crónica 09 de Septiembre:

 

“Dos minutos, ropa de deporte, vengaa”. Y sí aún estando en el barco tuvimos que hacer deporte. Da igual, es el último día. Cada vez nos acercamos más a la vida cotidiana. El desayuno de hoy ya se empieza a parecer más al de casa. Y aunque digamos que no, todos lo echamos ya algo de menos. Se intuyen en el ambiente sentimientos contradictorios. Por un lado todos queremos llegar a casa y por el otro dar media vuelta y seguir de expedición otros cuantos meses.

 

En fin, ya ha acabado el día sin darnos cuenta, hemos hecho un montón de talleres: percusión, teatro, nudos… Hemos visto el atardecer en el mar, hemos intentado divisar ese misterioso rayo verde, sin éxito, hemos cenado y ahora veremos videos del viaje que seguro que arrebatarán lágrimas a más de uno, recordar todas esas cosas y después pensar que ya es la última noche….

 

Guillermo Fernández, Sara Solana y Clara Zavala

Expedicionarios MRS 2010

Día 26
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Post-crónica: Souvenirs

 

Acabo de barrer arena del Sahara de mi descansillo. Me la traje en las comisuras de los calcetines y en las costuras de los ojos. Antes, había dormido 12 horas en mi cama, el sueño lo encontré en el último bolsillo de la mochila, donde lo estuve guardando sin darme cuenta un mes casi. Al escribir esto el ordenador de sobremesa se parte pensando en las crónicas de madrugada con el portatil sobre el capó de un todoterreno en medio del desierto. Abrazo a mi water mientras la lavadora ruge devorando camisetas sudadas sobre sudado y se atraganta con un noche pasada al raso junto a un lago.

Ya estamos en casa y quedan días por delante en los que asomarán cosas de sitios insospechados, como cuando te encuentras, para bien o para mal, un billete en un abrigo o una piedra en el zapato. Como ayer, cuando llegamos al Bernabéu y los chavales, que tienen caras de adulto con piel de niño, dieron con las lágrimas retenidas aguantando ampollas y tripas sueltas. Uno no sabía muy bien si lloraban por ver a mamá de nuevo o por separarse de quienes han sido su familia durante un verano. Sería por las dos cosas. También hubo jolgorio y ganas de enseñar a los padres a sus nuevos amigos y viceversa. Como en un partido (largo), se intercambiaron camisetas verdes y azules, y fue inevitable que se pusiesen a cantar los himnos de su grupo por última vez, el escenario lo pedía.

Los padres encontraron tiempo, entre los abrazos y los regalos, para acercarse a los adultos que cuidaron, alimentaron, curaron, consolaron, enseñaron, organizaron y disciplinaron a sus hijos. “Gracias por traérmelo un poco a casa cada día”, me dijo una madre. Fue un placer, señora. Igual que para el resto de los 42 profesionales que se apuntaron (muchos de ellos año tras año) a esta aventura que empezaba cada día con un “¡Venga, vamos!”, del intrépido Telmo Aldaz y acababa cada noche con su inagotable hermana Mar asegurándose de que todo estaba listo para otra jornada.

Los expedicionarios se abrazaban en melés y de los pliegues de su ropa de campaña caían todos los tópicos de los ritos iniciáticos: “Vuelvo cambiado”, “he aprendido tanto”, “ahora comprendo el otro lado de las cosas”, “me he dado cuenta de que soy un privilegiado”… Grandes reflexiones y lecciones pequeñas: antes de ayer un chico le soltó a la médico que cuando volviese a casa comería más fruta porque se había percatado del valor de una manzana en las faldas del Atlas. Todo es madurar.

Ya en la ciudad, a los pies del estadio, volaron papelitos con mails y cuentas del Tuenti para mantener el contacto, aunque eso será otra historia. Yo los guardé en el fondo de un bolsillo del raído pantalón de expedición donde ahora encuentro una triste pastilla potabilizadora que sobró y una cita de Saint Exupery que me traje de Tarfaya: “Soy de mi infancia como de un país”. Y pienso que en la infancia que les queda dentro a estos chavales sin duda se colará Marruecos.

 

Patricia Reyes

Cronista Oficial MRS 2010

Crónica 10 de Septiembre:

 

Ya hace un millón de momentos que salimos de aquel kilómetro cero, y sí, parece lejano, muy lejano. Sin embargo los días han pasado como estrellas fugaces, imposibles de atrapar, de ralentizar.

Ahora como siempre que algo termina llega el momento de pensar, de analizar todo lo vivido, todo, las pequeñísimas cosas que en el día a día han pasado desapercibidas, y que ahora, asaltarán en nuestro recuerdo llegando a sorprendernos.

En caliente, después de un mes, aún nos acordamos del calor, de la sed, de las prisas y del cansancio. Pero lo que quedará, lo que de verdad está grabado en nuestras retinas, en nuestros corazones no es eso. En mi corazón está grabado África. He vivido África. Y es que África no se visita, se siente, te cala.

He vivido a su gente a todos los que con una sonrisa, un saludo, o una simple mirada me han conquistado. He vivido sus aguas, tan diferentes. Saladas, dulces, potables, potabilizadas, cristalinas o turbias.

He vivido sus paisajes tan cambiantes. El paso de la piedra a la roja duna, del agua azul intenso a la arena erguida y resplandeciente, del seco Atlas al pedregoso Lago Isli.

He vivido también su color, su olor, el de sus medinas. Nuevo, no siempre bueno pero curioso.

Pero de qué sirve vivir algo, vivir tanto, si no lo compartes. Esta vez cada experiencia es de todos, de los 140. En cada rincón, en cada esquina hay ahora una cara conocida, una mirada risueña, un alma que te comprende que ha pasado lo mismo que tú.

Verdes, azules, vamos a meter todo en un gran saquito. Lo vivido: un saquito que llevemos siempre encima, que podamos abrir cuando queramos y nos traiga aires de recuerdo, aires que necesitaremos cuando la rutina y la ciudad vuelvan a poblar nuestra vida, ahora tan cambiada.

La expedición ha acabado, pero Madrid Rumbo a Marruecos 2010 sigue aquí, para siempre, porque nada acaba si queda alguien que lo recuerde. Yo lo recordaré y sé de otros ciento y pico que harán lo mismo.

 

Belén Fernández del Rincón

Expedicionaria MRS 2010

Crónica 10 de Septiembre:

 

Las agujas del reloj no marcan las horas. Hace ya bastante que perdimos la noción del tiempo…

 

Los motores arrancan, las puertas se cierran. Mientras, un ruido de incertidumbre va ocupando su lugar en cada asiento del autobús. El horizonte, tan solo un vago reflejo de todo aquello que les queda por recorrer. Sus inquietas miradas, sus nerviosos gestos lo delatan; aún queda un largo viaje por delante.

Con tanto ruido, apreciar los detalles del paisaje no es fácil pero conforme avanza el tiempo, este se calma, y todas las historias que las calles ocultan comienzan a verse tras los cristales. Casualidad o no, fijan sus ojos en los de un niño que observa desde fuera. En su rostro, la incomprensión es evidente. “Las razas no existen”, parece decir la inocencia en su sonrisa. Por desgracia, la injusticia domina, la esperanza en su mirada se desvanece al mismo tiempo que el autobús sigue su camino. A lo lejos, el ruido, ahora un poco más silenciado, observa un edificio. A simple vista, puede no llamar la atención, pero desprende algo especial, mágico. Se acercan. “Centro Assadaka”, residencia de niños huérfanos. La esperanza vuelve a latir fuerte. El viaje continua.

 

Poco a poco, se van adentrando más en el paisaje, y el ruido de incertidumbre que les acompañaba en un inicio va dejando paso a un silencio sorprendentemente cómodo, causado por las intimidantes montañas que vigilaban desde lo alto cada kilómetro recorrido. La naturaleza en su más pura esencia era fácilmente observable desde el autobús. Las inmensas gargantas por donde alguna vez fluyó fuerte el enorme caudal de un gran río; los pueblos perdidos por los acantilados cuyas casas se pudrían de un polvo lila, anaranjado al ponerse el sol en un espectacular atardecer, les hacía darse cuenta de que lo realmente bello de todo lo que tenían ante sus ojos era que no nacía directamente de las manos del hombre. Y cuando pensaron haberlo visto todo, las montañas se volvieron dunas y las piedras arena, El desierto, que se expandía descontroladamente desde las ya desgatadas ruedas de aquel autobús hasta el inalcanzable horizonte, desprendía una calidez especial, que llenaba inesperadamente de energía a todo aquel que se atreviese a surfear aquel mar de fuego y arena.

 

Así, ese silencio sorprendentemente cómodo, comenzó a moldearse. Primero fue un susurro que, con la ilusión del principio, la fuerza del desierto, compañerismo de convivencia y el equilibrio y respeto que la naturaleza aportó, formó la primera voz. Y así, se dio paso al que seguramente fuese el momento más mágico del viaje; la libertad y pasión que llenaba cada una de ellas, se unió en una sola. Una sola voz que representaba la familia en la que se habían convertido aquellas cien personas que un 16 de Agosto se subieron a un autobús, Sin un rumbo establecido pero que ya habían encontrado.

 

Subió un ruido, bajaron cien voces.

 

Seis de la mañana. Mis ojos se levantan cansados, Echo una mirada alrededor. Me falta algo. No existe voz que me levante al compás de un djembé. No existen sacos adormecidos a mi lado, ni zapatillas de deporte cansadas a mis pies. El techo bajo el que despierto pesa, no deja pasar los primeros rayos del sol junto a los que solía levantarme. Pensaba que había vuelto a casa, pero mi casa estará donde se junten esas cien voces.

 

Ignacio Aranguren y Virginia

Expedicionarios MRS 2010

Crónica 10 de Septiembre:

 

Las olas mecen mi cama para llevarme a un profundo y placentero sueño.

Los días han pasado rápidos como el viento que sopla en cubierta, alborotándolo todo, poniendo patas arriba nuestra aparente tranquilidad, despeinando nuestros corazones para que nunca más sean los mismos.

 

Cada uno se lleva dentro de sí algo de este continente desconocido: un guiño, una risa, una mirada… que cualquier día pueden resurgir para conseguir que echemos todo por la borda y que queramos volver a sentir, a soñar, a vivir sin preocuparse del mañana, disfrutando de la felicidad del presente.

 

Esta noche, la última. Pero ni Sidi Ifni, ni el Lago Isli, ni Tattouine, ni el desierto van a moverse de su sitio. Así que si alguna noche tu cuerpecito te pide que vuelvas concédele el deseo de navegar por tus recuerdos, ahogarse en tu memoria y encontrar el tesoro de los sueños que ahora tu también llevas dentro.

 

No te conformes, no te permitas olvidar esto, ni te dejes llevar por la corriente, contra viento y marea si hace falta para que no se hunda tu barca. Ordena tus sensaciones y percepciones, saca tus propias conclusiones y cambia de rumbo si hace falta.

 

A toda la tripulación que ha hecho posible este viaje y para que continúe pintando estelas en la mar.

 

María López Toribio

Ganadora del Concurso de Fotografía MRS 2009

Ayudante de MRS 2010

AFRICA POR LOS CINCO SENTIDOS

 

Game Over. El viaje ha llegado a su fin.

Mientras miro a través de la ventana y veo pasar una vegetación totalmente distinta a la de hace unos días atrás, pienso en el viaje.

Con más o menos heridas de guerra, todos volvemos a casa, pero no volvemos los mismos.

Para explicarme me viene a la mente una frase de Pablo cuando aún estábamos en las dunas y nos disponíamos a dejar el Sahara, nos dijo que aunque abandonásemos África, el viaje continuaba y que nos empapásemos de todo lo que pudiésemos aprender aún.

Pues bien, no volvemos los mismos, sino que volvemos empapados. Y por los cinco sentidos.

Mis ojos se han llenado de atardeceres en lugares dispares como en las dunas, en el Atlas o en medio del Atlántico en el ferry. De paisajes que enmudecen, de paisajes que asombran, de constelaciones, de personas, de colores de cada ciudad, de caracteres arábigos y de lágrimas en una ocasión.

Mi boca se ha deleitado con raciones militares, con nuestras queridas pastillas de vitamina C, con la comida típica de Ramadán, sus hariras, sus dátiles y sus dulces. Con los banquetes del cocinero, capaz de organizar con una calabaza y tres calabacines un manjar digno de un rey. He saboreado agua, agua a cuarenta y nueve grados, agua con el sabor inconfundible de pastillas potabilizadoras. Por mi garganta han bajado las burbujas del refresco más comercial de Marruecos, el famoso Hawai y por supuesto los tes fríos marroquíes de la última noche.

Mis manos, pies y espalda han sentido todo tipo de piedras, desde cantos rodados a afiladas rocas. He tocado la piel de camaleones, he acariciado dromedarios, he rascado picaduras y he palpado el barro de Kasbahs de más de tres siglos. Mi piel ha absorbido el sol marroquí y por ella ha recorrido agua de un pozo donde beben camellos. Mis pies han recorrido más de 150 kilómetros con sus tropiezos y caídas. Mi espalda ha aprendido a agradecer el contacto de la esterilla, del agua fría del mar, de un abrazo o de poder descansar el peso de la mochila veinticuatro horas.

A mi nariz han llegado todo tipo de olores. Soy capaz de entrar en los curtidores de cuero, de pasearme entre puestos llenos de especias, de inspirar el olor del jabón “Lagarto” como la mejor colonia y de acostumbrarme al olor de cien personas que no se han duchado en un par de días. Soy capaz de oler el calor abrasador de Marrakech.

Con mis oídos he escuchado los cantos del Ramadán en la madrugada, las carcajadas de todos nosotros, los buenos días de Pablo, los himnos de cada grupo, el romper de las olas, mi eco en el Atlas. He oído encantada el ruido de una cisterna, que implicaba que no había letrinas, el chapoteo de andar después de una ducha o cómo se celebraba misa entre las ruinas romanas más al sur de África. He atendido en silencio el zumbido de crueles mosquitos, el chasquido de escorpiones o la bajada de la cremallera de un saco de dormir. El frenazo chirriante de los todoterreno o las furgonetas alquiladas para llegar al desierto o al Lago Isli. El sonido repiqueteante de una lluvia en Tánger o el granizo a las puertas de las dunas de Chegaga.

En definitiva, ha sido un mes de sensaciones.

La sensación de libertad ha sido la predominante, cuando cogíamos sigilosamente manzanas de huertos de nadie, nos erigíamos en lo alto de los restos de un castillo portugués o venía una fugaz brisa de viento y nos despeinaba el pelo.

Libertad sin noción del tiempo. Los minutos y segundos forman parte de un sistema métrico olvidado. Allí en África contábamos el paso del tiempo por las veces que se rellenaba la cantimplora o por el número de paradas para atarnos los cordones.

Podría darle más vueltas a lo escrito, contar mil anécdotas y añadir todos los tachones que he ido haciendo, pero no serviría de nada. Quien no sea MRSeño no podrá entenderlo.

Porque África no se cuenta, se siente.

 

 

 

Olivia Pérez de Acha

Expedicionaria MRS 2010.

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