Crónicas 2011

Día 1
Oficial1234

Crónica 24.08.2011

 

COMO EL MISMÍSIMO CONDE ALMÀSY

Sabiéndonos observados, protagonistas en la despedida oficial en Nuevos Ministerios, rodeados de familiares, autoridades, medios de comunicación y de los curtidos miembros del equipo, los chavales y yo –casi tan novato como ellos-, intentamos mostrar rostros de absoluto desinterés y de descuidada indiferencia, como si salir a una expedición de este porte fuera algo que hacemos a diario. Mientras, con el rabillo del ojo, con disimulo, vigilamos cómo ha colocado la mochila el de al lado, por si acaso somos tan incautos de haberla edificado de manera visiblemente defectuosa. ¿Haré el pardillo llevando las botas puestas con este calor, qué habrán hecho los demás? ¿Llevan los otros saco de dormir grueso en el exterior de sus mochilas, o he hecho el pipiolo trayéndolo y nadie lo lleva? ¿Pecaré de inexperto trayendo los mil titos que traigo, o precisamente se reirían de mí si no los llevo? Y, lo más importante: Haya hecho yo bien o mal mis preparativos, se me vean a la legua mis carencias aventureras, o no… ¿llamaré la atención por algo con respecto a los demás? Los demás son la referencia.

Pero mientras, al exterior, mostramos los inescrutables rostros del avezado viajero que no somos. Rostros que envidiaría el mismísimo Conde Laszlo Almàsy antes de emprender un vuelo sobre el desierto libio o egipcio. Caras que el aventurero húngaro nos compraría por unas piastras o nos cambiaría por algún plano secreto de la ubicación de los restos de algún ejército perdido.

Seguro que él, también en algún momento, no supo si las botas era mejor llevarlas puestas para que no ocuparan sitio en la mochila.

 

VENTAJA

Laura, una chica morena, lleva ventaja a los demás: Venciendo su vergüenza, ha aceptado atender a una entrevista telefónica pedida por una cadena nacional de radio, mientras esperamos al embarque.

Y –vive Dios- ha seguido los cánones del experto entrevistado: Responder lo justo y dejar que el entrevistador hable más que ella.

Esta chica promete.

 

AGOTANDO LAS RESERVAS, ¡QUÉ NARICES!

De todas las penurias que vamos a pasar, la más perceptible, la que más nos va a acompañar –más incluso que el calor- es el sueño. Si algo he aprendido en las tres ediciones en las que Telmo me ha pedido que le acompañe, es que cualquier minuto que se pueda dedicar a dormir, hay que aprovecharlo. En el suelo del autobús, sentado en una piedra, en diez minutos tontos en los que no sabes qué hacer… Dormir es oro. Y la falta de sueño se acaba pagando siempre. Las jornadas son intensas, nos acostamos tarde y nos levantamos pronto y hay que aprovechar los desplazamientos que no son a pie para atesorar minutos de sueño que nos van a hacer falta.

Y, sin embargo, es absolutamente irremediable que el viaje desde Madrid hasta el destino que sea, ese primer viaje, en el que habría que echar cabezadas aunque sea de día (Posteriormente no dudaremos en hacerlo), se convierta en un no parar de conversaciones, risas, canciones, de nerviosos conocimientos que se traban, de miles de preguntas, de jolgorio poco dubitativo, de jarana incontrolable.

El ambiente nos contagia también a quienes sabemos que hay que aprovechar cualquier minuto de sueño y etc., etc… ¡Qué caramba! Al final no duerme nadie. Ya pasaremos sueño, ya recordaremos esa noche en vela cuando el cansancio nos domine. Nos contagiamos, y pocos son los que pegan ojo. Ahora somos invencibles. Mañana, Dios dirá.

 

“MARGARITA, ESTOY BIEN”

–         “¿Tú eres el que va a escribir todos los días lo que pasa?”, me pregunta un chaval del grupo 4, al cargo del monitor Alfredo (Un pieza del que ya les hablaré).

Y, sin esperar mi respuesta, añade:

–         “Tú pon: Margarita, tu hijo está bien, no te preocupes”.

–         “Es que mi madre se ha quedado muy preocupada”, matiza. Y se va.

Pues bien: Margarita, madres y padres en general, incluida mi madre: Sé que les va en los genes andar mirando con el rabillo del pensamiento todo lo que aquí sucede, preocuparse por lo que pueda pasarles a sus hijos y familiares. Pero a todos ustedes digo que pierdan cuidado, que la Comunidad de Madrid ha insistido en que los expedicionarios tengan a su disposición los mejores medios, y doy personalmente fe, porque los conozco, de que los profesionales que se van a hacer cargo de que no ocurra nada, son los mejores que se pueden encontrar para lo que se va a precisar. Y he conocido muchos. Desde Sevillano, el responsable de los bomberos, con el culo tan pelado de ver emergencias que ya no sabe poner más que cara de tranquilidad, hasta las responsables del ámbito sanitario, ambas a mi lado en el avión, que me han dicho que durante el viaje me quite las botas “por prescripción facultativa”.

A todos ustedes, descansen tranquilos. Sus hijos, familiares, etc, lo van a pasar mal por momentos, sin duda, pero su sufrimiento está controlado, es didáctico, práctico, y hasta estético.

Y siempre, siempre, “por prescripción facultativa”.

 

EL GOLPE DE DAKAR

La primera vez que visité Dakar, la ciudad me recibió con un soplido de aire caliente y húmedo que casi me hace volver grupas hacia el interior del avión. Era de madrugada, y el contraste entre el presurizado y acondicionado aire del aparato de Iberia y ese vapor de agua de olla exprés apenas mezclado con aire que es la atmósfera de Dakar en esta época del año, me dejó impresionado.

He de decir que la llegada, esta vez, ha sido menos impresionante. Una leve brisa ha amortiguado los nocturnos 30 grados y la humedad. Pero no nos hagamos ilusiones. Ya sé que nos espera esa humedad que se cuela por los poros, esas temperaturas nocturnas que son prácticamente idénticas a las diurnas, y que impiden conciliar el sueño, ya sé que es inútil dejar a secar una prenda al aire, porque el día siguiente está tan mojada como cuando la dejaste.

 

PRIMERA METÁFORA, CON PERDÓN (HABRÁ MÁS)

Mira que me gustan las metáforas, y por eso pretendo huir de ellas en lo posible, para no aburrir. Pero es que el aeropuerto de Dakar-Yoff me parece una metáfora perfecta del país. O de lo que conozco de él, que tampoco me las voy a dar de “Senegalólogo”. Aparentemente es un aeropuerto no muy diferente de otros aeropuertos del mundo. Eso sí, resulta extraño ver cómo las pantallas informativas, en inglés y francés, se corresponden poco con las lenguas que escuchamos hablar a nativos (Viajeros y trabajadores en esas mismas instalaciones). Y es que el idioma más hablado en Senegal es el Wolof (Hay otros 6 o 7 idiomas nativos con un uso relevante, pero el wolof es el mayoritario). Curiosamente, el wolof no tiene status de lengua oficial. Esto en sí mismo ya podría constituir una buena metáfora de lo que es Senegal, pero no pienso gastarlas tontamente. En realidad, lo que me da que pensar sobre la identidad de este Estado es la diferencia entre la pura terminal aeroportuaria y su inmediato entorno:

Cuando recogemos nuestros bártulos nos dirigimos al exterior, donde suponemos nos esperan los vehículos contratados por “Madrid rumbo al Sur” para desplazarnos por Senegal. Y digo suponemos porque no es fácil llegar a localizarlos entre el buen número de senegaleses que nos abordan para ofrecernos transporte, moneda senegalesa o asuntos menos presentables. Inútil decirles que apreciamos mucho su decrépito “Peugeot 504” (El país bulle de ellos), pero que ya tenemos transporte. O que no vamos a cambiarles divisa a pesar de que los márgenes que te “clavan” sean apenas limítrofes con lo ilegal. Insisten. Y es que tras los parkings de la terminal, de manera abrupta, radical, sin transiciones, comienza Senegal. Del suelo duro y al polvo hay sólo una línea. La que los separa.

Las instalaciones adyacentes al aeropuerto, véase la Aduana, o el Puesto de Policía, cercanas a la terminal pero no incluidas en ella, gozan ya del puro estatus de “autóctono”. De la misma puerta de la terminal sale un sendero que circula por una avenida de tierra mal iluminada. A unos trescientos metros se encuentra el Puesto de Aduana. O lo que interpreté que era un puesto de aduana cuando hace tres años hube de acompañar a unos compañeros de Tele Madrid a los que no dejaban pasar su equipo. Audaz interpretación, dado que encontramos al agente plácidamente dormido en el suelo, con bermudas y la camisa abierta. Dicen que Senegal es una buena iniciación para conocer África, porque es un tránsito entre lo occidental y lo auténticamente africano. Yo discrepo. Creo que África se parece hoy día mucho más a lo que veo en Senegal que a lo que pueda ver en el remoto País Dogon en Mali o en las montañas camerunesas regentadas por las tribus de etnia Fulani.

Pero eso lo iremos viendo a medida que avance nuestro viaje.

Pleno de metáforas, advierto.

 

EL DÍA SE HA HECHO CORTO. YA LO COMPENSARÁN OTROS, QUE SE NOS HARÁN LARGOS.

El caso es que hemos logrado descubrir nuestros transportes y, traspasando la muchedumbre ofreciente, hemos accedido a ellos, que nos han llevado hasta el campamento de los Salesianos donde vamos a pasar noche. Y donde nos recibe un coro de la parroquia de San Juan Bosco, cantando en wolof. Muy aplaudidas las chicas. No hay luz ni agua, por un corte eléctrico, pero estamos contentos de llegar, tras un largo día, a destino.

Esta noche tampoco duerme casi nadie. Demasiadas emociones. Todavía somos poderosos y nos reímos de las privaciones. África, en algún lugar, sonríe y espera su momento para hacernos sudar por ese atrevimiento.

 

Crónica Ofical

MRS 2011

 

Crónica 24.08.2011

 

Profiter d’ une deuxième oppotunité, voilà pourquoi nous sommes ici.
Senegal, tanto tiempo esperándolo y ahí está, a unas pocas horas y unos cuantos miles de kilómetros de distancia. Somos quince los integrantes de una primera avanzadilla de la expedición, entre ellos estamos nosotros: Alicia y Guille, ganadores de los concursos MRS – Marruecos. De expedicionarios hemos pasado a convertirnos en becarios, conscientes de que la experiencia va a ser distinta, no sólo por las responsabilidades que ahora tenemos, si no por el bagaje que traemos del año pasado, todo lo que aprendimos con y del equipo que hoy nos acompaña. Mandamos recuerdos a Pedro, el astrónomo, que ha encontrado un relevo, igual que a León. Casi todo el equipo repite… Como no, hasta la llegada de Telmo, Mar está a la cabeza.
Tras un largo vuelo amenizado por unas azafatas la mar de simpáticas llegamos a suelo africano. Uno no se espera una primera impresión de un país como la que hemos tenido, estando acostumbrados a los aeropuertos europeos. Todo está a una escala muy humana, todo son primeras alturas, hay gente por todas partes… caótico pero siguiendo un orden. Un autobús cargado con todo el material nos ha llevado al colegio de los Salesianos de Dakar Yoff. Nos han acogido muy amablemente, con unos pinchitos de tortilla y unos dulces. Vamos a pasar la noche en la azotea a la luz de las estrellas.

 

Bref, quel que sois le nombre de souvenirs que vous rameniez, essayez de profiter le maximum du Sénégal…au Senegal.

 

 

Guillermo Fernández y Alicia Oliva.

Ganadores de los concursos MRS – Marruecos.

 

 

Crónica 24.08.2011

 

2 botes de relec, 2 cajas de malarone, 5 sobres de suero, ibuprofeno, tiorfán, toallitas, camisetas MRS 2 pantalones, 5 calcetines.. ¿¿¡Cinco calcetines??! Van a acabar desintegrándose… Aunque en realidad tampoco me importa demasiado… Habrá que acostumbrarse… Cada vez más ganas y menos sueño… ¡Ana, son las tres de la mañana y mañana habrá que levantarse a las seis! (exageración mía: no porque sea necesario, simplemente para acostumbrarme a los despertares de Senegal)…Suena el despertador, tal y como esperaba, son las nueve, y como no, llego tarde al acto de despedida… Todo camisetas verdes, la emoción y las ganas de aventura flotando en el ambiente, un ambiente cálido aunque nada comparado con lo que nos espera. Me despido de mi hermana, que se va un año a Canadá, y también de mis padres, y tras un viaje en metro, nos subimos al avión. A través de una ventanilla versión iberia, se asomaban paisajes de lo más diversos y cada vez más exóticos: ciudades irreconocibles, un mar fugaz, un Sahara inmenso custodiado por un cielo cada vez mas rojo, y una tormenta eléctrica que rodea una especie de huracán (si, he visto mucha ciencia ficción…) Cada vez más camisetas verdes pelean por ver a través de ese ojo de buey. El avión aterriza y las puertas se abren dejado pasar una ola invisible de humedad mezclada con un olor acre nos abofetea a todos de una. Empiezo a sentir África a través de mis venas. Hay quien dice que en África hay un mosquito que cuando te pica te hace echarla de menos, yo sospecho que ese mosquito me picará, pero de momento los mosquitos que me pican tienen poco de mágico… Descarga de macutos, traslado en bus y llegada al colegio. Senegal nos acoge con unos cantos que confirman que las mejores voces salen de bocas de gente de raza negra. Acto seguido escuchamos las palabras de varias personas cuyos nombres no consigo recordar, que nos indican las normas del viaje. Mosquiteras y crónicas. Un bonito primer día, aunque seguro que no tanto como los que nos esperan.

Ana Meléndez
Expedicionaria MRS 2011

 

 

Crónica 24.08.2011

 

Recién montados en el avión, los nervios afloran, uno ya siente que está cada vez más cerca de su destino. Tiene lugar el típico recital de seguridad del avión que tanto odio, ni pensar que vaya a ocurrir algo…

Observamos en silencio el paisaje de la ventanilla, bueno, menos Alba, que está emocionada por ser la primera vez que monta en avión: “¡Dios, esto coge velocidad!”

 

En el techo del lugar de acogida de los salesianos…

 

El primer contacto con la realidad senegalesa ha sido único e increíble. Al llegar no éramos conscientes de lo que nos aguardaba aquí, en Dakar. Quizás ahora tampoco lo sepamos, pero sólo el rato que hemos estado aquí ha sido especial.

Hemos tenido la suerte de ser recibidos con los brazos abiertos y de una manera jamás vista por mí; en esto es en lo que quiero hacer especial hincapié.

El coro de la parroquia nos ha dado la bienvenida con unos cantos cristianos de diferentes idiomas, entre ellos, el wolof.

Lo más fascinante de todo hasta ahora han sido las voces de los chicos y chicas que nos daban la bienvenida. En el último canto, un silencio sepulcral ha invadido la sala al instante. Daba la sensación de estar en el cielo. He cerrado los ojos y disfrutado como nunca de unas voces tan privilegiadas como las suyas.

Ahora voy a bajarle este escrito a Guillermo, y a ver cómo coloco la mosquitera después.

Mañana será otro día.

 

Blanca García Velloso.

Expedicionaria de MRS 2011

 

 

Crónica 24.08.2011

 

La imagen enmarcada en la ventana ha variado mucho, desde rascacielos, bloques de pisos y el típico paisaje hecho a retales de distintos tonos tierra y verde, hasta mares grises que algunos confundimos con el Sahara, e inmensos océanos de nubes. Los nervios aumentan cuando se siente el comienzo del descenso del avión. Mucho ruido, el avión ya pisa Dakar. Pasamos la aduana, los guardias nos indican todo lo que debeos hacer: todos son gestos, ni una sola palabra. Cogemos las mochilas y carritos cargados, nos dirigimos a los autobuses. Con el camino nos encontramos con algunos senegaleses, esperando a los turistas para venderles tarjetas para recargar el teléfono móvil, bolsitas de agua, o para ofrecer el cambio de moneda. Incluso otros, curiosos, se acercaban a muchos de nosotros para hablar. Los monitores nos movilizan al poco tiempo para llevarnos a unos autobuses que nos llevarían a una escuela donde nos reciben con tambores en un pequeño salón de actos alumbrado únicamente con velas. Con una mueca de disculpa, el encargado de la escuela pide perdón por la falta de agua corriente y luz. Aquí la luz se va cada dos por tres. Cada uno escoge un sitio y escuchamos con atención el recibimiento que nos tienen preparado. Después de una rápida bienvenida, un pequeño coro comienza a cantar. Es asombrosa la gracia, dando palmadas y moviendo brazos y cabeza con emoción. Todos hemos saltado de nuestro asiento y aplaudido con una energía que pocas veces hemos visto. Después los monitores nos han explicado algunas normas básicas: mosquiteras, Malarone, recuento, orden, limpieza…y algunas actividades. Ya hemos montado todos nuestro rincón de dormir en la azotea, excepto aquí los cuatro presentes, despiertos a las tres de la mañana, creando esta crónica y supervisándola, sin saber apenas qué hacer. Gracias, Alicia y Marta, que sois las que pasáis las crónicas. De parte de Cintia: ¡papis os quiero!

Cintia Parreño y Javier Chuvieco
Expedicionarios de MRS 2011

 

 

Día 2
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Crónica 25.08.2011

 

PEQUEÑOS DETALLES

No fue fácil llegar a dormirse en la azotea del edificio de los Salesianos: La emoción del viaje, nuestra impericia a la hora de colocar las mosquiteras, el calor húmedo, apenas atenuado por una brisa intermitente… Por eso no es el inconveniente menor la lluvia fina que de vez en cuando nos despertaba y amenazaba con convertirse en diluvio. Nos hacía prevenirnos y prepararnos mentalmente para salir corriendo dentro. Y cuando ya estábamos a punto de hacerlo, claro, paraba.

Y cuando nos dormíamos otra vez, volvía, por supuesto.

 

EL DESPERTAR DE ÁFRICA

Seis de la mañana en Dakar. La lejana letanía que llama a la oración nos arrulla, dando a nuestro sueño una vaporosa reminiscencia oriental, con olor a especias.

Siete de la mañana en Dakar. Algo nos despierta. ¿Las aves propias de la zona, con sus trinos? ¿El misterioso amanecer africano, con su inaudible rumor? ¿El ulular arcano de la Madre Tierra? ¡Qué va! Se trata del ronco bramido de Pablo Martos, jefe de monitores, que grita: “¡buenos días!, ¡buenos díaaaaas! ¡Tú, levanta al de al lado, rápido!

Será ésta la norma a lo largo del viaje, y es lo que hay. Cien chavales legañosos y unos cuantos miembros del equipo, bajan al campo de fútbol de arena a correr y hacer ejercicios, al mando de Pablo.

Algunos chicos senegaleses observan y preguntan si les echamos un partido. Tras el deporte, ducha a base de manguerazo, en el patio. No hay duchas para todos, y así se agradece más.

 

LOS MOSQUITOS, ESOS COMPAÑEROS DE VIAJE

Ya desde el avión, ayer, el olor a spray anti mosquitos se hace notar. Algo que, por cierto, no vendrá mal cuando llevemos unos cuantos días sin llegar a imaginar siquiera qué es una ducha.

El caso es que los mosquitos son el temido enemigo impredecible: ¿es mejor que llevemos los pantalones largos, y las camisas de manga larga, para evitar que nos piquen? ¿Cuántas veces al día nos embadurnamos de “relec” o similar? ¿A qué horas? Las conversaciones sobre el asunto son variadas, abundantes, y las teorías sorprendentemente distintas, según se arrime el oído a un grupo o a otro.

Los más experimentados aseguran, con despreocupación, que desde la mañana hasta el atardecer los mosquitos no pican.

Los menos confiados, o más prudentes, o más temerosos, iremos todo el rato recubiertos de esa película protectora y abrasiva, que dentro de unos días habrá disuelto casi por completo la carcasa del rotulador con el que estoy escribiendo estas notas.

Yo, si fuera mosquito, no me acercaría.

 

SALESIANOS BAJO LA LLUVIA

Mientras fuera empieza a llover con fuerza, los salesianos nos explican su proyecto en su sala abierta al exterior. El “ploc, ploc” por momentos acelerado de las gotas nos recuerda que la temporada de lluvias está finalizando, pero no ha terminado.

El Padre Juan Carlos Valdiviezo, un peruano responsable del centro, nuestro anfitrión, me cuenta que el alivio dura sólo mientras cae la lluvia. En cuanto cesa, el agua caída se vuelve en contra de nosotros, y realiza el trayecto inverso, surgiendo del suelo en forma de vapor.

¿Otra metáfora? No era mi intención.

Además, qué más da: un panel en la sala dice: “Il vit, et il rit”. “Él vive, él ríe”. La gente que hemos visto quizás no vive bien, según nuestros patrones, pero ríe maravillosamente. ¿Para qué pensar en el efecto bumerán de la lluvia en Dakar?

 

LA FURIA ESPAÑOLA (PERO MENOS)

Duelo estelar entre la selección de fútbol de MRS y las figuras locales. El combinado de la expedición está guiado por dos figuras del estilismo balompédico, adalides del “jogo bonito”, como los monitores Jaime y Alfredo.

Nuestros chicos sucumben por un incierto 1-0.

El estado del terreno de juego, la falta de aclimatación, las malas artes rivales, la actuación arbitral, las tres clamorosas ocasiones falladas por nuestra estrella Pedro Bolea, son tan solo algunas de las excusas vilmente esgrimidas por los técnicos.

Las excusas, el conformismo… tanto trabajo hecho por la selección absoluta, para acabar en lo de siempre. Una pena.

 

FÚTBOL UNIVERSAL

El árbitro del partido, un oriundo de Gambia (Aunque una de nuestras chicas, estupefacta, ha entendido que era de Gandía”), ha garantizado el espectáculo co sus exagerados gestos y sus polémicas decisiones.

Como en España, vamos.

 

TEATRO DE CERVANTES

Nos desplazamos a la Universidad de Dakar, prácticamente desierta ahora en ramadán, para, en su auditorio, asistir a una representación teatral protagonizada por alumnos del Instituto Cervantes. Representación, por cierto, muy aplaudida. Público en pie y necesidad de alzar varias veces el telón para que los actores saluden. Plácido Domingo en La Scala difícilmente habrá sido más apreciado.

A la vuelta, en el último tramo del viaje, chavales de MRS representarán, en artística respuesta, cuentos senegaleses. El artífice de tal contraprestación, muy atento a la representación senegalesa, se llama Jorge Roldán.

 

JORGE VICTORINOX

Cuando en Madrid fui conociendo a los miembros de la expedición que no conocía de antes, pregunté por Jorge, al que había oído nombrar, y alguien me dijo: “Es ese que sonríe siempre”. Entonces, pensé: “Don de gentes, debe ser monitor”.

Luego me dijeron que era bombero, y entonces estuve seguro de que pertenecería al equipo de bomberos al mando del camión “Unimog”.

Pero en el aeropuerto de Dakar le ví acarreando fardos desde la cinta transportadora y ordenar después el equipo en el camión de transporte que, desde el parking, nos llevaría a destino. “Ah, pues debe ser de los encargados de la intendencia”, me razoné, ya pelín fastidiado por mis continuos errores.

Ayer presentaron a Jorge a los chavales en su verdadera labor: Es el profesor del taller de teatro. Manda huevos. Jamás he visto a nadie explicar con tanta pasión (Con la excepción, quizás, de profesor del taller de astronomía) su negociado.

Esta mañana, mientras los chavales hacían deporte, él enseñaba a un monitor cómo usar un artilugio que había llevado para hacer ejercicios de musculación.

Jorge Roldán, como las navajas suizas Victorinox, es un tipo multiusos.

Y, como ellas, de confianza.

 

CASI TAMBAKOUNDA

Tambakounda, ciudad cruce de caminos, era el destino para esta noche. En medio del país, a muchos centenares de kilómetros de Dakar, nos iba a costar alcanzarla. Un primer trayecto en tren hasta Thies daría paso a un viaje en autobús de unas cuantas horas. Bastantes. Pero una avería en un autobús, que ha sido sustituido por otro, ha retrasado los pasos del proceso, y para que no se nos haga de madrugada hemos decidido parar antes. En kaolack.

Eso nos ahorrará kilómetros de autobús, pero no nos ha ahorrado un pintoresco viaje en tren hasta Thies. Desde las ventanillas –abiertas- del desvencijado tren, hemos podido observar –y oler- un todo continuo de gallinas, basura, cabras, animales muertos, hedor de esos animales muertos, puestos de comida infestados de moscas, chabolas, senegaleses que se tapaban el rostro para no tragarse el polvo que levantaba el treen… Un micromundo simbiótico con la vía férrea se mantiene aferrado a los escasos metros de margen de que dispone a ambos lados de la vía. La suciedad, los olores fecales, los restos de todo tipo y el abandono parecían el colesterol que se agarraba a la arteria que une el medianamente moderno centro de Dakar a nuestro destino.

Tras comer unos apresurados bocadillos de crema de cacao que fabrican los monitores en un momento, y unos plátanos, y aprovisionarnos de agua, nos dirigimos al convento de kaolack al que telmo ha llamado para que nos acojan en nuestro interrumpido discurrir hacia Tambakounda. La providencia, creo que le llaman a eso.

Nos dormimos con la duda de si mañana podremos seguir hacia nuestro previsto destino de los próximos días, el sureste del país, el País wasari. Parece ser que la carretera hasta Salemata, capital de este distrito, está dañada por las lluvias. Ya se verá.

Crónica Ofical

MRS 2011

 

Crónica 25.08.2011

 

Hoy es nuestro primer día entero en Senegal. Hace un calor espantoso, húmedo y pegajoso. Hemos comenzado la mañana haciendo ejercicio (un poco duro) y tras esto nos hemos bañado, porque estábamos llenos de tierra. Luego hemos desayunado, jugado con unos senegaleses al fútbol. A continuación, nos hemos dirigido a la universidad de Dakar, donde unos alumnos de castellano nos han interpretado una obra de teatro. Comenzamos nuestro viaje en el que hemos visto cosas muy duras, como muchos niños mendigando, pero hemos visto también cosas muy tiernas y familiares. Ahora mismo comenzamos otro viaje, a un lugar cuyo nombre no sabemos, ¡a la aventura!
Muchos besos de parte de los dos.

Irene Fernández y Miguel Huido
Expedicionarios MRS 2011

 

Crónica 25.08.2011

 

Se empiezan a escuchar voces, parece que es la hora de levantarse. Nos vamos dando cuenta poco a poco de que ya estamos en Senegal. Diez minutos más tarde, nuestra sesión de gimnasia matutina estaba en marcha. Al terminar, uno de los momentos más agradecidos de la mañana, un buen manguerazo para deshacernos del sudor y con él, la arena que teníamos encima.

Tras desayunar y echar un partido de fútbol con los jóvenes de la zona, comprendimos nuestro viaje pasado por agua, (estamos en la estación de lluvias) hacia la universidad de Dakar. Aquí, unos estudiantes de español nos han obsequiado con una obra de teatro que habían preparado anteriormente.

Cuando partimos hacia la estación de tren donde cogeríamos uno rumbo a Thies, los monitores nos dijeron que no comeríamos hasta llegar, es Ramadán, la gente musulmana, mayoritaria en el país no come, ni bebe durante todo el día, hay que adaptarse.

En el tren, hemos podido ver más de cerca la realidad senegalesa. Me ha llamado mucho la atención que a pesar de la miseria en la que viven, no dudan en recibirte con una sonrisa de oreja a oreja.

Llegamos más tarde de lo previsto a Thies, por lo que la comida, pasó a ser un bocata de nocilla y un plátano mientras disfrutábamos de una charla de astronomía.

Ahora estamos en camino a Kaolak donde pasaremos la noche y, esperamos cenar algo. Bien ¡Cenamos raciones del ejército español en la misión católica donde dormimos.

¡Un beso familia!

 

María Vicente García.

Expedicionaria MRS 2011

 

Crónica 25.08.2011

 

Montados en un tren con destino a Thies, ya no sabemos en qué día vivimos. No hace ni un día que estamos en Senegal, pero parece que llevamos cinco. Va tener razón Pablo cuando dijo ayer que, con Madrid Rumbo al Sur, un día en Senegal equivale a tres de España.

Empieza el día de hoy…

Primera sesión de deporte diario extremo. No veía el momento de parar de correr y luego manguerazo para quitarnos la tierra y el sudor. Un desayuno muy rico y partido de fútbol con los jóvenes que acuden en verano al colegio nos ha acogido esta noche.

Después hemos ido a la universidad de Dakar, donde los alumnos han representado en español una obra de teatro sacada de un cuento senegalés.

Tras dos horas y media de tren, llegamos a Thies. ¡Y por fin comemos algo desde el desayuno! Escuchamos una charla muy interesante sobre astronomía y al bus otra vez hasta que lleguemos al destino donde dormiremos esta noche. Kaolak

El día de hoy ha sido, sin lugar a dudas, memorable, igual que los quince que aún nos quedan por delante.

¡Muchos besos desde Senegal!

 

Mikaela Zubillaga

Expedicionaria MRS 2011

 

Crónica 25.08.2011

 

Son las siete menos algo de la mañana, se empiezan a oír voces. Nos empezamos a concienciar de que estamos en el suelo y nos duele todo. Abrimos los ojos y nos encontramos rodeados de las mosquiteras; una malla blanca que nos cubre absolutamente todo el cuerpo.

-¡Rápido!- es lo que más se ha usado esta mañana. Recién levantados ropa de deporte, zapatillas y a hacer flexiones, correr, ejercicios… Después el bikini y un manguerazo, y por fin, ¡desayunamos!

Vida normal después: recogemos, nos aseamos, y más tarde tenemos un partido contra el equipo de fútbol de la parroquia de Los Salesianos, en la cual nos alojábamos.

Una vez finalizado el partido, y perdido, emprendemos rumbo a la universidad donde nos tienen un pequeño regalo, una interpretación teatral entera en español. Muy divertido todo, pero tenemos que coger un tren para ir a Thies.

Bastante tiempo de viaje y mucho aprendido con las imágenes vistas. Mucha, mucha pobreza. Ah, y el tiempo más fresco hasta ahora. Para finalizar con el día de hoy, hemos escuchado a Paco Centenera, un arquitecto, forofo y experto de la astronomía, y entre medias el primer bocado desde hace casi doce horas, es ramadán. Ahora estamos de camino a Kaolak en el cual vamos a dormir y en el que esperamos cenar, y que no haga tanto calor. Cenamos pero hace mucho más calor, una de cal y otra de arena…

Os echamos de menos, familia y amigos.

Paloma Serrano Roncero
Expedicionaria MRS 2011

 

Crónica 25.08.2011

 

No llevamos más que un día en Senegal y ya podríamos escribir una crónica de más de 10 páginas. 6 y media de la mañana, 100 camisetas verdes preparadas para la sesión de deporte después de una noche con los salesianos amenizada por los ladridos de los perros, la lluvia y los cantos musulmanes para llamar a la oración. Después del merecido “manguerazo” en sustitución a la tan deseada ducha y de probar nuestro primer desayuno militar, tenemos la suerte de compartir unos momentos con algunos niños del lugar con o los que jugamos un partido de fútbol y a la que machacamos emocionados. En la universidad de Dakar, nos confirman con una calurosa acogida lo que ya sabíamos: Senegal es un país de Teranga, sin embargo, lo que hoy verdaderamente nos ha hecho despertar a la vida senegalesa ha sido el tren rumbo a Thèis. Un baño de realidad. Ante nuestros ojos se sucedían constantemente los vertederos y los montones de basura apiladas a ambos lados de las vías. Basura entre la que los niños miraban curiosos hacia nuestras ventanillas mientras agitaban los brazos con fuerza saludándonos y lanzándonos besos mientras corrían junto al tren con sus pies descalzos. Y por supuesto el olor. Ese insoportable olor que se colaba por nuestras ventanillas, capaz de quitarnos a todos el hambre de golpe. Ahora intentamos descansar en los autobuses, sin tener mucha idea de adonde nos dirigimos ni de cuando llegaremos. Nos vamos acostumbrando a la tensión constante de no saber lo que nos deparan los minutos siguientes al presente. Supongo que así va a ser África. Tal vez no sepa lo que haré mañana o media hora más tarde, lo que sí sé es que no voy a dejar de sorprenderme y que esta noche cuando vuelva a deslizarme bajo la agobiante mosquitera lo haré un poco más convencida de que no me equivoqué cuando decidí entrar en esta locura que es Madrid Rumbo al Sur.

 

Susana Gutiérrez

Expedicionaria MRS 2011

 

Día 3
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Crónica 26.08.2011

 

DESAYUNO SIN DIAMANTES… NI FALTA QUE HACE

Unos minutos, unas tablas con caballetes, una gran cazuela con agua calentada con un hornillo de gas, pan, tomate, aceite y café. Con esos ingredientes la gente de material y de cocina nos proporciona un desayuno indescriptiblemente bueno. Quizás sólo comparable a la cena de ayer, a base de nuestras ya compañeras, las famosas raciones militares.

 

RACIONES MILITARES

Dícese de unas pequeñas cajas de cartón que, por medio de una incomprensible distorsión de las leyes físicas, contienen: Un soporte desechable para calentar el alimento, pastillas para encender fuego, una lata de calamares, atún, o sardinas. Una lata de garbanzos, alubias con chorizo, fabada o similar. Un sobre de sopa deshidratada. Un recipiente con dulce de membrillo u otro postre. Sobres de café, azúcar, pastillas potabilizadoras de agua, glucosa, vitamina C, y más cosas que me olvido completan cada unidad de este kit que podría haber mantenido durante meses con vida a la mismísima expedición al Ártico del Capitán Scott.

Las cajas llevan unas claves con un número y una letra. Algunos de los más avezados miembros del equipo, como el fotógrafo José Luis Cuesta, conocen ya qué combinación de manjares compone cada tipo de caja, y escoge, como en un menú, su favorita. Da igual. Todas están buenísimas, nos acompañan metidas en cajones y nunca hay malas caras cuando necesitamos una comida rápida y recurrimos a ellas.

 

LA RELATIVIDAD DE LO IMPORTANTE, LA IMPORTANCIA DE LO RELATIVO

¿Habrá caído Gaddafi? ¿Habrá comenzado la liga de fútbol? Y si es así, ¿Habrá ganado mi Osasuna al Aleti de Álex, el monitor germano-navarro-madrileño?

Juro que no sólo no sabemos nada de ello, que no sólo no sabemos absolutamente nada de lo que ocurre más allá de nuestro campo de visión, sino que además, ahora que pienso en ello y me planteo esas preguntas, sumergido en los estrechos pasadizos de olores y colores del mercado de kaolack, me queda tan lejano como la Revolución Industrial, las guerras púnicas, o las elecciones generales de 2007, no les digo más.

 

LA COIFFURE Y LA BOUTIQUE

Las calles de Kaolack, como las de todas las poblaciones senegalesas, por miserables que sean, tienen una proporción de peluquerías (Coiffure, en francés) y de tiendas de vestidos y de telas absolutamente exagerada. En calles polvorientas o embarradas, al lado de rebaños de animales, establecimientos con vivos reclamos pintados a mano proliferan para pasmo del visitante.

La explicación se encuentra a la vista en la propia calle: Incluso entre la miseria y la inmundicia, las mujeres senegalesas destacan por sus limpias y coloridas vestimentas, por sus peinados, y, sobre todo, por cómo los lucen.

 

RIQUEZA INTERIOR BRUTA

La pobreza es sólo relativa. Si no socava la dignidad, es derrotada. Y las mujeres senegalesas saben mucho de eso. Los hombres no parecen vencerla con tanto éxito, aunque lucen felices sus camisetas de equipos de fútbol. Son también orgullosos, pero la dignidad de ellas trasciende a lo estético y refleja su alma.

Sus vestidos de colores son sólo el contradictorio reflejo de sus ojos serios y profundos, y de su andar solemne y vertical.

 

PLAN “B”. O “C”

Después de visitar el mercado, subimos de nuevo a los autobuses, dispuestos a llegar hasta donde no pudimos llegar ayer por la noche, hasta Tambakounda. Y, a partir de allí, Dios dirá. Parece que el camino hasta el país Wasari, y su capital Salemata, está en malas condiciones. Y hasta última hora no sabemos si será transitable. Pero, por lo que he escuchado a Telmo, hay varias opciones apetecibles. Día a día, paso a paso. África parece ser así: Imposible planificar, imposible prever, la resignación es la manera de no desesperar. Y si nosotros lo sabemos, en dos días, me imagino que los nativos tendrán la teoría mucho más desarrollada. Y la práctica.

Lo que me temo es que las clases dirigentes, en ocasiones, también se conocen el truco. Pero ese es otro asunto.

 

TÚMULOS PASADOS POR AGUA

A 120 kilómetros de Tambakounda, entrada la tarde, nos detenemos en un poblado muy diferente a lo que hemos visto hasta ahora. De aroma más visualmente africano, según lo entendemos en nuestro país, sus habitantes nos reciben como si fuéramos visitantes ilustres. Los chavales, encantados, se fotografían con los niños locales.

Nos indican las gentes del lugar el camino hacia unos restos megalíticos que se encuentran campo adentro, unos kilómetros más allá del pueblo. Ideal para que Carmen, la monitora profesora del taller de arqueología, pronuncie una conferencia al efecto. Emprendemos la marcha y, siguiendo la lógica irrebatible que rige en estas ocasiones, comienza a caer El Diluvio. Por lo menos refresca, aunque nos empapamos.

Micaela, como los demás, pisa con cuidado el barro mientras marcha, baja la cabeza para capear el temporal, y aprieta el paso. Una pequeña niña senegalesa de todos los que nos acompañan como los delfines a los barcos, con la piel muy negra brillante por el agua y una sonrisa, se pone a su altura y le agarra la mano. Se le ve feliz.

Bueno, a las dos se les ve felices.

 

TAMBAKOUNDA, ENCRUCIJADA

Tambakounda (O Tambakunda), suena a Tombuctú. Aunque de menor reminiscencia literaria y menos fabuloso y casi mítico pedigrí que la antigua ciudad malí, nuestro destino es también un cruce de caminos, una encrucijada. Se encuentra en el camino entre las mercancías de Mali y el resto de esa zona del interior de África, y el puerto de Dakar. Una rama menos importante, más local, parte de Tambakounda hacia el sur, hacia Kedougou, en las inmediaciones del denominado país Wasari.

Mañana veremos si podemos seguir esa vía, o si hay que poner en marcha otro plan. Mientras, en esa corriente de incertidumbre tan africana, los salesianos siguen siendo un buen leño al que asirse, y esta noche vuelven a ser nuestros anfitriones.
Crónica Ofical

MRS 2011

 

Crónica 26.08.2011

 

Nos levantamos temprano para no variar, pero el despertar es bastante anormal y molesto, Mar y una campana tienen la culpa, nos levantamos y empieza la gimnasia, algunos nos libramos, tenemos que ayudar con el desayuno; más decente de lo normal, pan con tomate, colacao caliente, mermelada…

Luego, tras un corto paseo, nos acercamos a uno de los lugares más importantes para toda la población, aunque este es bastante diferente del que tenemos en mente. Atravesamos callejones, a cada cual más extraño, más recóndito que el anterior; luces, sombras, distintos tipos de comercios (desde hombres con máquinas de coser hasta algunas joyerías), miradas, pobreza y personas, por desgracia, bastante peculiares, sobre todo por un hombre con notables malformaciones.

Autobús, comida en ruta, habitual militar (lentejas, garbanzos…). Llegamos a una aldea en medio de una poco transitada carretera. Nos bajamos, calurosos recibimientos por parte de las decenas y decenas de niños. Reflex al cuello, me pongo a capturar momentos quizás únicos.

Tras una charla de monumentos funerarios, poca atención, los niños eran increíbles. Comienza a llover. Corremos cada vez más. La lluvia moja mi cámara, no sé cómo logro salvarla…

Otra charla pero con la misma consecuencia, prefería a los niños. Regresamos, para de llover. Todos y cada uno de nosotros con niños de la mano, al cuello… Más fotos, más momentos que una imagen sólo intentará reflejar, inolvidables asombros, difícilmente explicables que cambian algo dentro de mí.

Tras una accidentada última foto, la madre del niño al que acabo de fotografiar, previo permiso, quiere decirme algo. Me entero de que algunos piensan que con eso robo el alma a su hijo.

Subimos al bus casi desnudos, tras cánticos y calados hasta las botas, llegamos a una nave. Hoy cenamos bien. Sólo una caída mía. Todos bien. Un abrazo y buenas noches.

 

Alberto Crego Matas

Expedicionario MRS 2011

 

Crónica 26.08.2011


El día de hoy ha sido infinitamente más agradable que el de ayer. Hoy realmente he disfrutado. Por la mañana, ¡me he lavado el pelo! He de reconocer que, al principio, pensaba que ese iba a ser el mejor momento del día, pero estaba muy equivocada.

Después de un desayuno a base de pan tumaca, hemos montado en el autobús y no hemos parado hasta la hora de comer. Hemos fabricado un pequeño fuego y así hemos podido calentar el cocido madrileño y la sopa de pollo. ¡Un cocido madrileño en Senegal!

Un largísimo trayecto de autobús ha sido al fin justificado debido a la increíble visita a una aldea. Éramos saludados y saludábamos a los niños con efusividad, al igual que el día de ayer; pero hoy, hemos hablado con ellos y hemos intercambiado sonrisas y canciones, choques de mano y abrazos. Hemos emprendido juntos una larga caminata para ver unos históricos megalitos. Todo el pueblo iba con nosotros. Agarrados de las manos hemos disfrutado como nunca. No soy capaz de expresar lo agradecida que estoy por la acogida y lo feliz que me hace estar con ellos.

De pronto, una tormenta. Litros y litros de agua han caído del cielo como si no hubiera llovido desde hace años. Sin embargo, la lluvia no ha cobrado protagonismo y ha sido ignorada por nosotros porque era insignificante en comparación con el gozo que llevábamos dentro.

Ha sido un día INOLVIDABLE para mí y para mucha gente que hemos recibido el cariño del poblado. Han pasado frío, iban descalzos y muchos bostezaban, pero hoy, también ha sido un día especial para ellos.

Montados de nuevo en el autobús, ahora sí que nos acordamos de la lluvia.

 

Blanca García Velloso

Expedicionaria MRS 2011

 

 

 

Crónica 26.08.2011


Día genial. Abrí los ojos antes de tiempo y me encontré, como no, rodeada de 100 mosquiteras. Hoy no hubo segundos de desorientación, cosa que ayer sí. Hoy la sonrisa y la sensación de bienestar fueron inmediatas. Poco después, Mar disfrutó despertándonos con la campana: “En cinco minutos de pie, y con ropa normal, y no de deporte”. Fue la razón de ese primer aplauso matutino. Pese a ello, sí hubo deporte, más suave que el anterior pero seguía siendo “tipo Pablo”. Brevemente visitamos el río, muy bonito. A la vuelta, Pablo bombero-cocinero y compañía nos tenían a punto un maravilloso desayuno. Un rato para recoger y asearnos y nos dirigimos al mercado de Kaolak, cuidad en la que nos encontrábamos. Seguidos unos de otros, mezclados azules y verdes entre senegaleses, hemos recorrido las calles, callejones y vericuetos de este mercado de cuidad. Me atrevería a decir que, a pesar de la multitud de diferencias con nuestros mercados, lo que mas me sorprendió fue ver decenas de hombres manejando máquinas de coser.

Tras esta visita, subimos a los autobuses sin rumbo conocido por nosotros. “África es impredecible” nos dicen los monitores una y otra vez ante nuestras repetitivas preguntas como “¿cuánto queda?”, “¿a dónde vamos?”. Desde luego, África es imprescindible. Las horas en autobús transcurrieron corrientemente: conversaciones variadas, diarios, dormilones, canciones,… de repente, ¡Zash! Se reventó una rueda. Sin duda, ha sido un momento gracioso del día. Mientras nuestro eficaz equipo se encargaba de solventar el contratiempo, nosotros aprovechamos para hacer fotos, componer un himno y organizar el teatro con Jorge.

De vuelta en el bus, mismo ambiente. Llegó la hora de comer y tiramos del racionamiento militar. El menú B1 escaseaba, pero estaba muy solicitado. Elena y yo nos apañamos con un A1 y la divertida compañía de algunos monitores. Habiendo recogido todo, subimos a nuestros ya familiares autobuses. Esta vez el trayecto fue corto.

Paramos en un poblado, Doubbae, como tantos otros que habíamos dejado atrás con el bus. Éste tenía unos monumentos megalíticos considerados patrimonio de la humanidad. Cientos de niños nos rodeaban, nos daban la mano, nos sonreían. Ha sido el primer contacto directo que hemos tenido con Senegal. La magia africana me contagia por tercera vez en mi caso, primera para muchos. Y de nuevo la capacidad de transmitir que tienen estos niños me impresiona, me supera, me fascina…
Carmen hablaba de los megalitos bajo un sol abrasador, cuando la impredecible África dio la cara. Comenzó a llover a mares. En cuestión de segundos estábamos calados. Esto no cambió nuestros planes y continuamos nuestra marcha hacia otro megalito. En compañía de los niños y de la lluvia, disfrutamos el momento al máximo. Todos llevábamos a un niño, bien fuera de la mano, aúpa, a hombros… Ha sido genial. Fatika se llamaba la “mía”. Era pequeñita y casi se me queda dormida encima. Durante toda la tarde que he pasado con ella, muchos y diversos pensamientos han pasado por mi mente. Llegó la hora de marchar y Fatika se fue con su familia. Tras muchos “au revoir” subimos al autobús mojados aún. Aquí me encuentro ahora.

Está siendo un viaje muy intenso y todos lo estamos disfrutando al máximo. Queda un largo camino por delante y, ansiosos por saber qué nos deparará África mañana, muchos optamos por cerrar los ojos y soñar.

Saludos a todos, también de parte de Elena.

 

Julia Saiz Alía

Expedicionaria MRS 2011

 

 

Crónica 26.08.2011


Agradeciendo su hospitalidad, nos despedimos del centro de misión cristiana un lluvioso tercer día pocas horas tras el amanecer. Haber sido despertados por el sonido estridente y cruel de una campana no nos impidió, a su pesar, caminar hacia el mercado rural de Kaolak, donde cientos de ojos nos devolvían curiosas y confusas miradas que no podían evitar perderse en un laberinto de colores y aromas. Una vez que dejamos tantas manos entregadas a una artesanía íntima y humana, nos dirigimos hacia el autobús del equipo acompañados por aquellas novedosas sombras que no superan la altura de nuestra cintura. Camino hacia…sin previo aviso el autobús empieza a retumbar. Salimos estrepitosamente y observamos que una rueda ha reventado. El viaje se alargó un poco más. Llegando a nuestro destino, tenemos nuestro primer contacto con un verdadero pueblo nativo. Celebrando nuestra llegada llevándonos por un sendero inundado por una persistente lluvia y finalmente llegar hasta un antiguo y venerado megalito. Como consecuencia de la ira de Zeus, el autobús ha tenido que sufrir unas pequeñas inundaciones, pero ha sido satisfactorio contar con el cuidado de estas gentes durante todo el trayecto.

 

Marco Antonio Pérez y Adrián Rodríguez

Expedicionarios MRS 2011

 

 

 

 

Crónica 26.08.2011


Después de llegar al poblado de Kaolak, pasamos la noche en una comunidad religiosa. Nos despiertan a las 6:37 y habiendo dormido tres horas nos disponemos a realizar unos ejercicios físicos. Al finalizar vistamos el río Saloum, y desayunamos. Y ahora llega para mi, algo que me ha sorprendido e inquietado.

Acudimos a un mercado Senegalés en el cual no compraríamos nada pero si observaríamos todo lo que ocurría en aquellas pequeñas “calles” diariamente. Los senegaleses, no acostumbrados a recibir a este tipo de expedicionarios reaccionaban de muchísimas maneras diferentes, desde caras tristes y pobres miradas hasta sonrisas, realizando cuestiones interesados por nosotros. Me sorprendió mucho como un niño con la camiseta del Barcelona se reía de los Madrilistas señalando con la manita.

Pero hablando un poco más de lo que se veía dentro, se puede decir que había mucha suciedad por el suelo, suciedad que pisaban muchos locales descalzos. Sobre los locales, la mayoría eran niños, los mas mayores ocupaban las tiendas, hombres y mujeres, aunque si es cierto que se ve una cultura machista (mujeres y niños transportando cestos en la cabeza, por ejemplo). Algo muy triste es que había otros que no llevaban ni siquiera cestos, estaban tirados en el suelo y en diversos sitios sin poder moverse, algunos enfermos. Teniendo en cuenta que la media de edad son 17 años y la esperanza de vida son 40 años, debería de verse como algo normal, aunque ni mucho menos lo es por que nadie merece vivir así, algo realmente importante de verdad…

Mucha gente debate la gran idea de que aunque tuviesen los medios desarrollados es su forma de vida y ellos son felices así. No comparto esa opinión ya que si nunca los tienen nunca lo vamos a saber. Y desgraciadamente para ser humano, creo que la ambición de los grandes países no dejará que muchos de estos países lleguen a ser desarrollados. Personalmente viendo como un niño te señala tus botas luego sus pies descalzos, tu bolsillo con dinero, la mano en su boca etc. Con una lágrima en los ojos pienso en las personas ignorantes que no quieren comer un plato de lentejas por que no les gusta. Salimos del mercado, y emprendemos un largo viaje en autobús hasta Tambakounda a las 11:45. Paramos a comer y participamos en un taller de arqueología. En la segunda parte de la clase, nos cae un importante chaparrón el cual nos empapa toda la ropa durante esa marcha de media hora aproximadamente. Nos acompañaban mínimo 30 pueblerinos la mayoría descalzos. Cogemos de nuevo el autobús para llegar a nuestro destino, cenar y acostarnos.

Sin duda alguna los expedicionarios estamos encantados con estas personas, esta cultura, este país, y África.

 

Rubén Argüelles

Expedicionario MRS 2011

Día 4
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Crónica 27.08.2011

 

RECUERDOS DEL AYER (I): FIDEUÁ BLUES

Jesús Pastor, Pablo Font, ¿por qué nos ofrecisteis para cenar, ayer, esa prodigiosa fideuá con lomo? Hoy los monitores, equipo y chavales expedicionarios comentamos todavía esa maravilla. No es sólo que nos supiera bien después del intenso día de desplazamiento, sino que estaba realmente muy buena.

Fideuá para 180, le llaman. Hoy, sin ella, el día es algo más gris.

 

RECUERDOS DEL AYER (II): MENS SANA IN CORPORE CANSADO

Ayer por la noche, después de cenar, arrancaron con fuerza algunos de los talleres que hasta ahora habían sido sólo presentados. Los de carácter más práctico, como radio o teatro, tienen ya a sus grupos a pleno rendimiento. Y esta pasada noche Astronomía, con Paco Centenera (Un arquitecto apasionado y experto por esa disciplina) y Cooperación, con las también monitoras Beatriz Tavera y Miriam Preckler, a pesar de su juventud con una gran experiencia académica y sobre el terreno. Por las noches, al llegar a destino o acabar la jornada, las bridas que soportan nuestra resistencia mental se relajan por el cansancio, y los conocimientos se cuelan quizás con más facilidad. Por lo menos, como la lluvia sobre nosotros, penetra las rendijas y adquiere la forma de película, quizás fina, pero en todo caso permanente, alrededor, en el interior, en la forma y en el fondo de quienes los reciben.

Esta mañana, en condiciones bien diferentes, recién desayunados (Huevos fritos con pimientos, ole por Pablo Font, Jesús Pastor, y Bea Tavera y Carmen Manzano, que se han ocupado de la sacrificada mano de obra), talleres de explicación de la labor del Ejército Español del Siglo XXI, a cargo del Teniente Coronel Manuel Cámara, y de Historia de Senegal y de África, a cargo del profesor Malamine Gaye, un senegalés que es todo un figura, profesor de la universidad de Dakar además de un erudito y un veterano de MRS.

 

PROFESOR MALAMINE (Y PRESIDENTE DE CLUB)

El profesor Malamine, senegalés oriundo de Saint Louis y doctorado Cum Laude en la Universidad Complutense, destaca más que por sus extensísimos conocimientos, por la forma de trasladarlos a los demás. De marcado acento, de expresivas frases, de chocantes pero acertadas palabras, de llamativos gestos, de agitado discurso, de pasional amor por África y por su país, está casi siempre de buen humor. Se acuerda de todos los que le vemos de año en año y cuando nos reunimos nos abraza entre risas.

Hace dos años, en uno de los largos desplazamientos por Marruecos, nos convenció de que era el entrenador del equipo de fútbol de su ciudad natal. Como prueba, nos cita a todos los jugadores y su cuerpo técnico. Prueba irrefutable, desde luego, porque no conocemos uno solo de los nombres que nos dice, y no tenemos manera de comprobación alguna.

Al vernos este año, le pregunto, para pillarle, qué tal va ese equipo que entrena.

Me miró, me respondió, y me admitió: “No, no soy el entrenador de ese equipo”,“Ahora soy presidente”, sonríe.

 

LA LLUVIA QUE NO CESA

La caminata bajo la lluvia de ayer nos deja calcetines y botas empapados, que no han secado esta noche. Y más víctimas, entre ellas la libreta en la que tomo mis apuntes, que ahora parece querer regresar a su infancia y es ya casi pasta celulosa.

Esta noche ha dado una tregua que ha permitido que el taller de astronomía viera en el cielo lo que Paco Centenera decía en La Tierra, pero esta mañana un breve diluvio ha aconsejado realizar la gimnasia en el interior del recinto de los Salesianos de kaolack.

En estos días, la lluvia aparece tan de improviso como cesa. ¿Cómo estará la carretera que lleva al País Wasari? Telmo hace gestiones para saberlo.

 

AÚN NO PERDEMOS EN EL CALDERÓN

Los Salesianos nos han recibido de forma maravillosa, dándonos un sitio acogedor para dormir, una nave cubierta y varias salas. Lo hacen además con una disponibilidad que sólo puede medirse con su sonrisa permanente. No me van a creer, pero me han dicho que disponemos… ¡De una red Wifi para conectarnos a internet los miembros del equipo que lo deseemos!

Ahora ya sé que, a noche de ayer, Gaddafi seguía triscando por ahí, que hay fútbol el fin de semana… ¡Y que el Osasuna-Atleti todavía no se ha jugado!

¿Qué día es hoy? ¿No había pasado ya el domingo?

 

COMO LOS MONOS AL AUTOBÚS

Dakar, Thies, Tambakounda, Kédougou… Vamos de más a menos en cuanto a población e importancia, pero quizás de menos a más en cuanto a interés para los expedicionarios. Los paisajes han ido variando, la suciedad y el desequilibrio de la gran urbe africana que es Dakar, con sus arrabales, deja paso a algo que nuestro imaginario colectivo relaciona más con lo africano, aunque sigo creyendo que hoy y en el futuro lo que caracteriza a África son concentraciones humanas como las de Dakar.

Entre tambakounda y Kédougou, camino de ver si podemos acceder a Salémata y al País Bassari, el Parque nacional de Niokolo Koba. La espesa vegetación, que en ocasiones llega hasta los mismos límites de la pista, es de un verde radiante y se asemeja más a la jungla que a la sabana húmeda, aunque sea por momentos. Pequeños monos nos observan con algo que parece indiferencia, sentados en el límite que separa a la caravana de sus hogares. Poblados que responden a lo que para nosotros es (Y debe ser, según creemos) un “Poblado africano” se distribuyen a lo largo del camino, en una superficie que en el horizonte apenas deja elevaciones, en un país sin grandes accidentes orográficos.

Unos kilómetros antes de llegar a Kédougou, pasamos un puente sobre un río Gambia que baja con mucha fuerza y crecido. Poderoso, nos recuerda que, aunque las lluvias lleven horas respetándonos, pueden modificar nuestro planning desde abajo, provocando corrientes que nos detengan. Es, por lo que nos han contado, el problema para acceder a Salemata: Un puente sobre un curso de agua se inunda por momentos al quedar debajo del mismo.

 

PROSPECCIÓN Y TALLERES. Y SIDI AVENTURA

Mientras los demás comemos y desarrollamos diversos talleres (Aguas, por los responsables del Canal de Isabel II, Cooperación, Teatro…) en los terrenos de tierra de la Misión católica, Telmo y un equipo a su mando se desplazan en un vehículo para estudiar la situación de la vía hacia Salemata, y decidir si podemos pasar o hay que quedarse a dormir en la Misión.

Sidi, un joven Bassari, guía de la zona, se me acerca y me cuenta en un más que correcto español que va a ir a Elche en unos meses, de vacaciones, y que intentará contactar con algún empresario del sector para establecerse como contraparte local y colaborar en la recepción y guía de viajeros al País Bassari y a la zona de Casamance, en la costa sur del país. Después de años de colaboración, espera poder establecerse por su cuenta. Su sueño es, al cabo de mucho trabajo, montar una agencia de viajes. Me habla de un cuaderno en el que tiene apuntados todos sus proyectos, todos sus sueños, y el más importante es el de su agencia. Se le iluminan los ojos, sonríe, y me desvela, casi en secreto, el nombre que tiene pensado: “Sidi Aventura”.

 

LA EMERGENCIA NO ES COSA DE ÁFRICA

Suena en la Pick Up de Mar el teléfono, con un timbre que no se corresponde, desde luego, con el vozarrón de Telmo. Aún así, es Telmo. Nos anuncia que a estas horas es arriesgado intentar llegar hasta Salemata: Oscurece y la pista no parece en condiciones, el río se ha desbordado y hay que atravesarlo a nado, hoy no podemos porque ya oscurece, mañana lo intentaremos todos. Hoy dormiremos en la misión.

Pregunto a uno de los senegaleses que están sentados en las gradillas que acceden al edificio cómo se apañan en Salemata, aislados. Me mira con extrañeza, y, convencido de no haber entendido bien lo que le he preguntado, me responde: “Aislada… ¿de qué?”.

Pues es verdad.
Crónica Ofical

MRS 2011

 

Crónica 27.08.2011

 

Llevamos cuatro días aquí y parece una semana. Ya se nota como las picaduras abundan en nuestra piel. Las pocas horas de sueño junto con el calor reflejan el cansancio de nuestros rostros. Sin embargo, en tan solo cuatro días, hemos vivido experiencias que no nos han quitado la sonrisa de la cara. De hecho, hoy en Tambakunda, al ver el desayuno que nos esperaba, hemos gritado de la emoción: huevos fritos, tostadas, pimiento, sandía y leche. Con este chute de energía nos hemos encaminado hacia tres charlas o conferencias del programa académico. Tras varias horas de autobús hemos llegado a Kedougou. Mientras comíamos nuestra comida militar hemos disfrutado de un partido de fútbol de chavales senegaleses. Después de comer, unos hacían teatro y oros contemplábamos las vacaciones de verano de unos niños. Sus actividades consistían mayoritariamente en bailar y cantar, y nos ha encantado poder participar. Los niños iban al ritmo de la música a la perfección. Mientras veíamos la puesta de sol hemos hecho talleres temáticos, Arqueología, Cooperación y Recursos Hídricos y al ritmo de los tambores, llegó la deseada cena: una deliciosa pasta italiana con atún y setas, hecha por nuestro bombero-cocinero favorito, Pablo Font. Nos espera una corta y lluviosa noche antes de levantarnos a las 5.30 para hacer deporte y marcha. Esperamos seguir aprendiendo cada día cosas nuevas. ¡Besos a los padres!

Alicia Lillo, Carlota Marco y Clara Madangi
Expedicionarias MRS 2011

 

Crónica 27.08.2011

 

Prefiero no moverme mucho, o mejor, nada. Tampoco quiero dormir. Soy completamente incapaz de conciliar un agradable sueño en este lugar. El suelo está como si acabara de fregarlo y miles de personas y miles de personas hubieran entrado con el objetivo de dejar sus pisadas. La gran diferencia es que aquí no huele precisamente a lejía.

Llueve tanto que la comunicación es difícil y, al mismo tiempo, se oye un barullo incansable. Es la primera noche que todas o casi todas nos ponemos a escribir, claramente para evadirnos de la realidad de la situación.

Si no recuerdo mal, el mejor desayuno de mis primeros dieciséis años de vida. Mamá, a partir de ahora, huevo con pan y pimiento de piquillo para desayunar. ¡Cómo no se me habrá ocurrido antes! Después del desayuno ha llegado la hora de ducharse por primera vez, el agua estaba un tanto amarilla, así que he metido la comisura de mis labios hacia dentro y he cerrado con fuerza la boca. Al fin y al cabo, ¡qué gusto! Tras la agradable ducha, una conferencia sobre la ayuda humanitaria por parte del ejercito, luego otra charla sobre las etnias de Senegal y su historia. Poco después estábamos todos sentados en nuestros respectivos asientos del autobús. Hoy no he dormido mientras viajábamos porque hemos mantenido una interesante conversación sobre el progreso. Más que nada, hoy ha sido un día para intercambiar opiniones. De tanto hablar se me había olvidado que estábamos en el autobús y, de repente, nos hallábamos en nuestro destino. Kedougou.

Para variar, nos ha tocado la misma caja de comida de ayer (la A3): cocido madrileño, atún blanco y sopa de pollo. Luego todos hemos asistido a las clases de Arqueología, Cooperación y Canal de Isabel II. Llega la noche y! Una apetecible y exquisita pasta para cenar nos ha hecho olvidar todo por un momento. Gracias al cocinero.

Nuestros deseos se han visto cortados por la lluvia que nos ha obligado a salir corriendo para buscar un techo. Parece que se va a romper el cielo.

 

Blanca García Velloso

Expedicionaria MRS 2011

 

Crónica 27.08.2011

 

La región de Senegambia es una de las pocas de África que cuenta con la presencia del fenómeno megalítico en sus fronteras.

Cuando el autobús en el que viajamos hacia Tambacounda para en los lados de la carretera aún no sabemos que vamos a tener la oportunidad de visitar uno de los 52 maravillosos conjuntos de cromlech que posee este país. El primer círculo de monolitos que vemos se encuentra a pie de carretera y aún hoy en día se integra en las costumbres y ritos animistas del pueblo denominándose nvasaar en wolof.

Acompañados por casi todo el pueblo emprendemos un paseo hasta el resto de los cromlelch. El diluvio que nos cae en apenas diez minutos nos cala la ropa pero nunca el ánimo y entre conversaciones chapurreadas y en francés, llegamos hasta cuatro círculos megalíticos que junto con la alegría de los niños que nos acompañan acaparan nuestra atención. Estas alineaciones de monolitos son un elemento excepcional en esta región de África en tanto que el megalitismo se había considerado un fenómeno puramente europeo. Sin embargo, sabemos que estas construcciones se realizaron en algún momento de la protohistoria de Senegambia en los principales valles fluviales y especialmente en la frontera con Gambia. La construcción de estos monumentos debió suponer un importante esfuerzo ya que el propio círculo es la única elevación que podemos apreciar en muchos kilómetros a la redonda y las canteras de las que se extrajeron las piedras se encontraban al menos a cien kilómetros de distancia. Volvemos a los autobuses algo cansados y muy mojados, pero con ganas de más.

 

Carmen Manzano.

Arqueóloga y monitora de MRS 2011

 

Crónica 27.08.2011

 

Justo después de escuchar la voz de Pablo, el jefe de los monitores, diciéndonos que despertáramos, el ruido de las gotas de agua sobre la chapa del tejado ha dejado constancia de la tromba de agua que ha caído esta noche.

Al acabar el siempre duro deporte matutino, nos hemos dedicado a preparar el desayuno y tomárnoslo; después de este los monitores han anunciado que había ducha y armados con mangueras, cubos, y sirviéndonos de la lluvia que seguía cayendo, toda la expedición nos hemos aseado.

Durante toda la mañana ha habido charlas, una sobre el Ejército español y la otra, impartido por un siempre divertido y entretenido Malamine (nuestro profesor de historia autóctono) sobre la historia de Senegal.

Según avanzaba la mañana hemos ido notando como el ambiente se iba tornando a más cálido, y cuando han terminado las sesiones, el sol brillaba en el cielo. Hemos abandonado Tambacounda para dirigirnos hacia Kedougou.

El paisaje se ha ido transformando en un paisaje más boscoso y con más relieve.

Cuando hemos llegado a Kedougou, un pequeño pueblo a mitad del camino donde hemos comido y realizado unos talleres además de poder disfrutar de la compañía de niños y niñas del pueblo que se encontraban jugando en la escuela.

Cuando todo ha terminado y ya anochecía hemos disfrutado de una gloriosa cena a base de pasta, y después de eso hemos intentado buscar un sitio en el que dormir, en el que cupiéramos todos, pero la lluvia ha vuelto a asaltarnos y nuestro lugar de dormida ha quedado ligeramente mojado; y me parece que vamos a disfruta de una noche divertida. La expedición continúa.

 

Daniel Fuentes Licht

Expedicionario MRS 2011

 

Crónica 27.08.2011

 

Como las otras mañanas, hemos dormido el tiempo necesario (cuatro horas) hasta que Pablo nos ha levantado a gritos. Gracias Pablo por ese deporte en ayunas que tan bien nos sienta, esas flexiones y esas tandas de seis pasos que nos han enseñado a sudar la gota gorda y a dudar entre preferir limpiar baños o hacer tablas. Afortunadamente, hoy por primera vez en la expedición hemos podido ducharnos con agua de lluvia y a cubazos. No todo ha sido malo, hemos tenido el mejor desayuno; huevo, sandía, colacao o café, pan y un pimiento rojo.

Después de dejar todo bien limpito (el baño lo hemos tenido que limpiar dos veces) y para no perder la costumbre hemos recorrido nuestras horitas en nuestros fantásticos y calurosos autobuses. Aunque este viaje ha sido especial ya que algunos afortunados hemos podido ver monos al atravesar la reserva natural de Nikolo koba.

Cuando por fin hemos llegado, nos han repartido nuestra merecida ración militar y hemos empezado a comer.

¡Hay que ver que bien sienta una fabada o unas lentejitas bien calientes a 40ºC de temperatura! Ñam ñam.

Recién terminados de comer, nos hemos puesto a jugar, cantar y bailar con los niños que había por la zona. Después de divertirnos un poco, hemos tenido talleres muy interesantes respecto al tema de cooperación y desarrollo, hasta que a las siete de la tarde se hizo de noche.

Teníamos la duda de si íbamos a quedarnos aquí a dormir o tendríamos que trasladarnos a un pueblo cercano. Finalmente hemos cenado un rico y abundante plato de pasta mientras algunos que ya habíamos terminado hemos podido tocar el yembé. Ahora, a las doce menos cuarto nos preparamos para ir a dormir acompañados por el melodioso sonido de los truenos y relámpagos que caen a nuestro alrededor. Seguramente mañana tengamos que ir nadando a por nuestro desayuno. Buenas noches a todos, mañana será otro día.

 

Elena Alonso, Marina Boloños y Marina Díaz

Expedicionarias MRS 2011

 

Día 5
Oficial1234

Crónica 28.08.2011

 

¡PLAN “A”! ¡PLAN “A”!

El equipo comandado por Telmo llegó ayer por la tarde noche al tramo de pista a Salémata cortado por el río. El pequeño cauce no ha soportado el caudal provocado por las lluvias y la carretera se encuentra inundada durante unos cientos de metros. Sin embargo, la corriente no es fuerte y la mayor profundidad no sobrepasa el nivel del pecho de una persona de estatura media. En un buen día, sin incidencias meteorológicas, podemos vadearlo. No así, claro, los autobuses y las pick-up.

El plan es el siguiente: Entre Kédougou y Salémata hay 80 kilómetros. El corte de la pista está justo a mitad de camino. De manera que cada uno llevará su equipo básico para dormir y comer, bañador y calzado ligero para meter al agua, los vehículos nos llevarán hasta el corte, y los expedicionarios vadearemos el río, llevando en los lugares de máxima profundidad las mochilas sobre nuestras cabezas. Una vez en la otra orilla, un camión procedente de Salémata irá haciendo el recorrido con unos, mientras otros calzamos las botas e iniciamos el camino andando. Cuando deje al primer turno, volverá a por el segundo.

Éste es el plan elaborado por Telmo, y que nos llevará gran parte del día.

 

ÁFRICA RECONOCIBLE

La pista que conduce a Salémata está formada por un piso de tierra aplanada, con charcos y socavones. La tierra que la forma es roja, arcillosa supongo, y deja en vehículos y expedicionarios un tizne como de maquillaje.

El paisaje no decepciona. Una mezcla de sabana y selva de tupido follaje verde intenso se extiende a derecha e izquierda hasta donde alcanza la vista. Tras la gran tormenta de la noche pasada, las puertas del País Bassari se nos abren bajo el dintel de un sol de justicia. De vez en cuando, algún poblado con esas chozas tan típicas, de base circular de adobe y tejados cónicos de ramas. Las gentes de los lugares por donde pasamos, se quedan mirando y nos saludan con las manos. Los paisajes son espectaculares.

Uno de los chavales me comenta: “Éste será uno de los momentos de los que me acuerde al volver a casa”.

 

VADEANDO, QUE ES GERUNDIO

Los vehículos nos dejan a la orilla del curso de agua, normalmente mínimo o incluso inexistente, pero ahora de copioso caudal. En realidad, no es que se haya ampliado el curso fluvial, sino que el agua caída ha invadido a lo ancho los planos terrenos adyacentes. Un buen número de lugareños está reunido justo en el lugar donde el agua se traga a la carretera. Ignoro si deciden si van a pasar, o simplemente nos observan.

Carlos Toro, el malagueño para todo que igual conduce un vehículo que echa una mano a cualquier labor, abre la marcha, indicando el lugar de vadeo menos profundo, en realidad la pista cubierta por el agua. Los expedicionarios y el equipo, en fila, realizamos una maravillosa travesía de unos 20 minutos a través de esta corriente. No es peligroso, pero sí emocionante. Estamos vadeando un río en África, con el agua en ocasiones casi por los hombros. El grupo, en esos momentos, con las mochilas sobre las cabezas, debe tener unas pintas épicas. Hubo exploradores de la época dorada, en el Siglo XIX, que envidiarían nuestra estampa. Los comandos rusos no vadearon mejor el Donetz en 1943, los americanos en Guadalcanal no fueron mejor dirigidos.

Ni, claro, pudieron recrearse con el paisaje como hemos hecho nosotros.

 

MOTO DE AGUA

Antes de comenzar el vadeo, Telmo y Toro conversan sobre si el camión de los bomberos de la Comunidad de Madrid que nos acompaña, el Unimog, puede hacer el vadeo con nosotros sin quedarse atascado.

Algo llama entonces mi atención. Y la de Toro. Y la de Telmo. Un senegalés arrastra hacia la orilla una moto de la que sólo se ve parte del faro, y el manillar. Cuando se atora, otro le ayuda. Estupefactos, Toro y Telmo deciden de manera tácita, sin cruzar palabra, que sí, que el Unimog de varias toneladas y tracción múltiple, podrá vadear el río.

 

POR TIERRA, MAR Y (POCO) AIRE

Tras vadear el río, hasta Salémata 40 kilómetros. Dos terceras partes de los expedicionarios y el equipo son recogidos por un camión y una pick-up que nos mandan desde la Misión franciscana de las Hermanas de María, que nos van a acoger esta noche.

El resto, animados por la aventura del día, y a la espera de que el camión nos recoja en segundo turno, iniciamos la marcha. Entre paisajes maravillosos, por la estrecha pista, sufriendo un calor tremendo, pero impulsados por la glucosa moral de estar haciendo algo que no muchas veces en la vida tendremos la oportunidad de hacer.

Salvo, claro, los avezados viajeros como Telmo.

 

TELMO ALDAZ

Telmo Aldaz va siempre unos kilómetros por delante de nosotros y unas esferas mentales por encima. Como capitán de barco, otea con su catalejo el horizonte y deja a su tripulación que maneje las velas y friegue la cubierta. Él, que ha parido este proyecto, nos ve maravillarnos ante ignotos y desconocidos parajes que él ya tiene cartografiados al milímetro en su cabeza y hasta en su tacto. Pero calla, y mientras seguimos embobados pensando que hemos descubierto algo, parte a descubrir y examinar el próximo terreno que nos dejará creer que hemos descubierto nosotros. Como los dioses bondadosos hacen con sus pueblos, nos pastorea dejándonos creer que somos independientes. Cuando Telmo se tumba a dormir en medio del campamento, semeja esos montes de nuestra común tierra navarra que tienen forma de leones dormidos.

 

SALEMATA, FUERA DEL IMPERIO. AUNQUE SEA POR UNA SEMANA

Salémata es la considerada capital del País Bassari. Se trata de una pequeña y pintoresca población comunicada tan solo por la pista tantas veces mencionada. El País Bassari, se dice, es la reserva de los valores y tradiciones puramente africanos en Senegal.

Tanto es así, pienso, que debe ser uno de los pocos lugares del mundo en los que no es posible adquirir una Coca Cola. El paradigma del imperio del Consumo, parece, no ha podido penetrar estos muros.

Un poco desilusionado, me cuentan que en realidad lo que ha pasado es que el camión semanal de suministros no ha podido acceder a esta zona por la crecida del río. La semana que viene, si cesan las lluvias, Coca Cola volverá a reinar en todo el orbe.

Mientras, como en Astérix, una aldea de irreductibles podrá decir que resiste fuera del circuito.
Crónica Ofical

MRS 2011

 

Crónica 28.08.2011

 

Amanecemos rodeados de esterillas y mosquiteras. Es Pablo quien nos despierta esta vez, diciéndonos que metamos lo necesario para el día (y la noche) que nos espera en la mochila pequeña: “¡en cinco minutos abajo!”. Cogemos el bus sin haber desayunado (excepto algunos espabilados que toman las sobras de la cena). Cuatro horas después paramos para desayunar. Como siempre, los niños del lugar se nos acercan curiosos. Reemprendemos la marcha hasta que un río nos corta el camino, así que nos bajamos y con el bikini puesto y macuto en cabeza empezamos a cruzar el río. Algunos senegaleses nos acompañan cantando, riendo y disfrutando del increíble baño pasamos sin problema. Ha sido una experiencia inolvidable. Llegados a la otra orilla nos dirigimos

Zeltia:

Nos subimos al camión unas cuarenta personas y tratamos de colocarnos junto a las mochilas lo más cómodamente posible, es difícil. Entre baches, canciones y calor abrasador, en hora y media llegamos en el País Bassari a la misión de las franciscanas.

Cecilia:

Algunos decidimos hacer parte del camino a la misión andando, pues no es posible que vayamos todos en los dos camiones. Caminamos alrededor de hora y media bajo el sol, y cuando nos dicen que llevamos siete kilómetros, los monitores llegan con el camión de bomberos y nos pegan un manguerazo. Nos sienta de lujo. Después otro camión viene a recogernos y llegamos donde los demás se encuentran entre cantos y risas.

Es muy emocionante.

En Salémata conseguimos ducharnos a base de colaboración, sacando agua de un pozo y llenando bidones. ¡Sienta de miedo! También tenemos oportunidad de lavar algunas cosas.

Visitamos el pueblo, que nos parece muy bonito por estar rodeado de montañas, prados verdes y, como siempre, la gente.

Aprovechamos para darnos el lujo de comprarnos un refresco en una tiendecita de por ahí.

Más tarde nos juntamos con muchos niños para jugar al fútbol, enseñarlos canciones o simplemente intentar entendernos.

Siempre consiguen contagiarnos su alegría, no hay palabras. Es algo que hay que vivir.

Al atardecer se celebra una misa a la que asisten quienes quieren. Como siempre anochece pronto. Hay unos nubarrones de tormenta que nos impiden ver el maravilloso cielo de África. Mientras charlamos nos preparan la cena (que hoy no es de racionamiento militar), tendremos alguna charla, y a la hora de dormir nos pelearemos como siempre con la mosquitera para poder descansar una noche más y poder seguir disfrutando de este increíble viaje.

 

Cecilia Higuera y Zeltia García
Expedicionarias MRS 2011

 

Crónica 28.08.2011

 

Me he levantado con un miedo inmenso a cruzar el río, más bien a las consecuencias de ello. ¡Más ropa mojada, NO! Sin embargo ha sido una de las mejores experiencias hasta ahora.

Con los macutos en alto y mucha energía hemos cruzado, y yo me sentía como en una película. La vuelta al campamento en el que dormiremos hoy ha sido lo peor, no sólo se me ha frustrado la ilusión de hacer la caminata obligándome a ir en la pick-up, sino que encima ha sido incomodísimo, ahora lo pienso y resulta tontería; pero en su momento creía morir del calor. Una de las cosas que más me ha sorprendido de hoy sobre todo, pero de todo el viaje en general, es la cantidad de carteles de orange que hay por las calles.

Carteles inmensos que vemos en ciudades como Madrid entre las ruinas y la destrucción de las calles de Senegal, especialmente me ha llamado la atención hoy que estamos en lo que parece un lugar en tierra de nadie, luchando por encontrar una coca-cola en la única tienda de alimentación, que por cierto, nos han timado. Pero no los culpo, había un gran cartel naranja de la compañía. Yo creo que eso no es lógico, no le encuentro una explicación a que rodeada de miseria, un chico tenga un móvil última generación, no sé como pasa, pero es así. Mientras cruzábamos el río nos grababan con unos móviles no acordes con el lugar. Ahora estoy sudadísima, como es normal aquí, de jugar con un montón de niños. A pesar de todo lo “mal” que lo podemos estar pasando, merece la pena cuando pasas ese tiempo con los niños. Sinceramente antes pensé que era topicazo la típica frase bonita para poner de estado en el tuenti, pero es totalmente verdad. Llevo aquí cinco días y me llevo tantas cosas ya… que hasta este sudor que tengo ahora, tan incómodo y maloliente, es lo mejor que parece pasarte. Esto es increíble.

 

Claudia Gago

Expedicionaria MRS 2011

 

Crónica 28.08.2011

 

Hoy nos hemos despertado en la misión católica de “Garue”. Las chicas hemos dormido muy apretadas en una habitación y los chicos fuera mojándose con la tormenta.

Esta mañana no hemos tenido deporte porque nos esperaba un largo viaje hacia País Bassari, aunque había dicho que época de lluvias era imposible llegar. Primero los autobuses nos han llevado hasta un lugar donde la carretera no permitía el acceso ya que estaba inundada por las lluvias. Allí hemos desayunado raciones militares, más tarde que normalmente y nos hemos preparado para cruzar un río. Al principio nos cubría por las rodillas pero la corriente era bastante fuerte, por lo que había que agarrarse a una cuerda. Después se hacía más profundo y el agua nos llegaba por el cuello, así que hemos tenido que llevar las mochilas sobre la cabeza. Eran imágenes de película y una experiencia única.

Una vez cruzado el río, algunos han montado en una pick-up o en un camión. Para recorrer los cuarenta kilómetros que nos quedaban, mientras que el resto iba andando.

El viaje en camión ha sido bastante incómodo ya que íbamos todos como sardinas en lata; pero de todas formas el paisaje era impresionante y hemos visto hasta monos.

Tras los botes y el largo viaje estamos en otra misión católica de las Hermanas Misioneras de María, donde hemos podido ducharnos y nos ha sentado muy bien.

Además hemos encontrado una tienda en el poblado donde vendían coca-cola y Fanta frías y hemos arrasado con ellas.

Este lugar es algo mágico porque las casas, el paisaje y las gentes te atraen.

Después se ha organizado un partido de fútbol con los niños de aquí. Hoy los chicos dormían en camas y las chicas en los porches en el suelo.

 

Marina Castrillo y Laura Cañete

Expedicionarias MRS 2011

 

Crónica 28.08.2011

 

Una noche movidita para los chicos, ya que han pasado la noche en una terraza mojada y mojándose por la pedazo tormenta acompañada por rayos que hubo, mientras que las chicas dormían plácida y calurosamente en una habitación cerrada.

Hoy no hemos hecho deporte (¡toma!), aunque hemos cruzado un río enorme, el río Gambia, el cual algunos nos ha llegado por el cuello o más, mientras llevábamos la mochila sobre la cabeza.

Algunas chicas han ido nadando porque las cubría completamente.

Ahora escribimos desde una aldea bastante acogedora donde hemos podido tomar nuestros primeros refrescos senegaleses tras una buena ducha y lavado de ropa.

Por cierto, a esta aldea hemos llegado mojados en una especie de camión de ganado donde estábamos todos apretujados.

Posdata: aún no tenemos diarrea, seguimos vivos.

Post posdata: olemos a camello ya que las duchas sólo nos permiten quitarnos la primera capa de roña.

 

Raquel Pérez y Mario Rodríguez

Expedicionarios MRS 2011

 

Día 6
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Crónica 29.08.2011

 

SALEMATA POR LA MAÑANA. EL ÁRBOL SAGRADO

A la hora del deporte para todos los chavales, Jorge Roldán bombero y profesor de teatro y Alex Von Kursell, monitor, buscan un lugar donde hacer sus particulares ejercicios diarios. Escogen un árbol con una gruesa rama saliente para colgarse y hacer dominadas. Alex salta, se agarra de la rama, y el árbol podrido cae con estrépito. Y con Alex.

Antes de que nadie reaccione se oye la voz de Jaime Martínez De Ubago, monitor, que desde el otro lado del patio grita: “¡Alex, aquí hay un senegalés que pregunta qué ha pasado con el árbol sagrado!”.

 

DISTANCIA CÓSMICA

Juan Sánchez Arenas, Pater de la expedición, misionero Comboniano que estuvo 17 años en Mozambique, celebró la Misa Dominical para el que quisiera asistir, con su casulla traída del Benin, verde y de leopardo celebra la eucaristía a la luz de unas velas, recordó que hay que dar gracias a Dios por todo en la vida…

La pasada noche el astrónomo Paco Centenera ofreció su conferencia bajo las estrellas. Habló de las fases de la luna, de los planetas, de los astros, y sobre las falsedades que sobre ambos se han colado.

Aquí, ahora, las estrellas y los cuerpos del espacio visibles desde el cielo están infinitamente más cerca que el metro de Nuevos Ministerios.

 

AMPOLLAS, DIARREAS Y PICADURAS

Las inevitables Rozaduras y ampollas van apareciendo, con las consecuentes bajas a la hora de la gimnasia y de las marchas. Ayer noche, Concha Gómez Vilanova, le médico, y Mamen Renedo, la enfermera, “pasaron consulta” a los afectados para hacerles una cura.

Otro asunto es el de las diarreas e intoxicaciones. Este año, todavía, no se ha dado un solo caso, cuando en otros viajes eran numerosos. El secreto, parece ser, que en esta edición estamos comiendo más comida propia y menos local, a la que no estamos acostumbrados. No obstante, aparecerán casos. Al tiempo.

En cuanto a la malaria, aunque las precauciones se mantienen, la psicosis ha cesado. A todos nos han picado mosquitos, es inevitable. Sólo se pueden poner los medios para que sean los menos posibles. Lo importante, dicen, es estar atentos a los síntomas, y tratarlos enseguida.

 

ETHIOLO

Después de atravesar a pie 7 kilómetros por una estrecha y en ocasiones escarpada senda embarrada y cruzada por regatos, intransitable incluso por todoterrenos y de maravillosos paraje selváticos alrededor, llegamos a Ethiolo. Sólo 17 kilómetros nos separan de Guinea Conakry.

Ethiolo es una pequeña aldea, aislada y pintoresca, la capital de la sustancia del País Bassari. Se trata de una agrupación de chozas en un claro de la espesura. Un comité de recibimiento nos espera. Jóvenes bassari bailan ataviados con ropas rituales y tradicionales, de abigarrados colores, y los hombres portan banderas también de llamativas tonalidades y geométricos dibujos, Una de ellas, pásmense, es la bandera del Brugges FC, equipo de fútbol de la ciudad belga de brujas.

 

SENEGAL Y EL FÚTBOL,

En Senegal hay musulmanes, cristianos, animistas…pero sobre todas ellas la religión que domina es la del fútbol. En todas partes, incluida la remota Ethioló, hay un campo de fútbol. De tierra, de barro, en una marisma, inclinado, con porterías de troncos, da igual.

Assunçao, Diouf, Messi, Eto’o, Simao…En una tierra de idiomas orales, sin escritura, los nombres de futbolistas escritos en miles de camisetas es la escritura universal que nos une.

Qué grande es el fútbol.

Qué pequeño es el mundo.

 

PASO A LA ARISTOCRACIA

Durante el trayecto a Ethioló Willy, el cámara, nos sobrepasa montado como pasajero en una de las pocas motos locales que se aventuran por ese camino. Quiere adelantarnos para tomar imágenes de la marcha. Le escuchamos llegar al grito de “¡paso a la aristocracia!”.

Y la aristocracia, de hecho, vuelve a pasar: a los 5 minutos José Luis Cuesta, el fotógrafo, nos adelanta de la misma guisa, con el piloto senegalés muerto de la risa.

 

PAÍS BASSARI

Baluyo Benja, el jefe bassari de Ethioló, nos habla de su etnia. Los Bassari, pueblo orgulloso, se resistió en el siglo XIX al empuje del islam y tras guerrear con los pueblos que pretendían imponérselo, ha conservado su religión animista.

Claro que más llamativo es el caso de sus vecinos del oeste, los Irredentos Diolá. En la misma época guerrearon también con los islamizadores pero no se contentaron con mantener su religión, sino que se pasaron a la religión rival de los musulmanes, el cristianismo, que siguen profesando.

Por fastidiar.

 

EL RÍO DE LA VIDA (PASADA POR AGUA)

Terminado nuestro periplo por el país Bassari, es hora de volver grupas y desandar lo andado. Eso implica, claro, cruzar de nuevo el río que cubre la carretera. La corriente ha bajado, hay menos agua, y la riada cubre menos. Pero África provee, y para compensar cae una tromba de agua que nos empapa lo que sobresale del agua, oscurece el día y enfría el aire.

Pero es necesario pasar, y guiados por monitores y miembros del equipo, nos metemos de lleno en el río, sufriendo el curioso contraste vicevérsico de notar calor en la parte del cuerpo de dentro del río, y frío en la que está al aire.

Si la imagen de ayer fue épica, la de hoy es homérica. Más de cien expedicionarios cruzando en fila, agachando la cara para afrontar la lluvia, equipaje en alto, cruzando un río africano en mitad de una tromba que empapa hasta el último rincón interior de nuestras mochilas.

 

LAS HEROÍNAS DE SALEMATA

Los expedicionarios llegamos empapados y tiritando a la otra orilla, donde esperan los autobuses. ¿Todos? No: Un irreductible grupo de chicas que han tenido que esperar un último turno de transporte, vadean el río, soportando corriente y lluvia, e inmersas en la oscuridad que ya ha caído, sólo rasgada por la limitada iluminación de una linterna frontal.

Vencen miedo, dudas, frío e incertidumbre, y llegan como campeonas, mientras sus compañeros ya se han cambiado dentro de los autobuses.

Las heroínas de Salemata son Belén Bello, Marina Castrillo y Patricia Conde, estas expedicionaria han cruzado el río con miedo pero aguantándoselo y sin demostrar ninguna flaqueza, eso es ser valiente de verdad, sus monitoras Carmen Manzano y Marta Mendoza estaban orgullosas de sus chicas, no es para menos! Guiadas por Telmo Aldaz y Mar Aldaz este grupo de 7 fueron los últimos en atravesar este río que nos ha separado de la civilización…

 

VIVIENDA PROTEGIDA

 

El día ha sido agotador. Los autobuses que, una vez cruzado el río, nos han de .llevar en un largo viaje hasta Tambakounda, volviendo al centr4o del país, se van a convertir en dormitorios que agradecemos como si fueran suites.

Claro que también se van a convertir en tendederos, salón de reuniones o comedores.

Los destartalados autobuses senegaleses, después de unos cuantos miles de kilómetros, son más hogares que vehículos. Y hasta bien entrada la madrugada, hoy lo volverán a ser.
Crónica Oficial MRS 2011
Programa de La Comunidad de Madrid

Crónica 29.08.2011

 

África, hermosa tierra rojiza; África, donde el sol brilla más y más alto; África, regalo de dioses.

 

Si algo estoy aprendiendo en este viaje es que en África es imposible pretender que el plan A se lleve a cabo a la perfección, aquí has de tener un plan B, un plan C, un plan D… y me quedo corta. Nunca sabes lo que te puede suceder, lo cual es FASCINANTE.

Ojalá pudiera mostrarle a toda la gente que lee las crónicas mis vivencias, lo intenso que está siendo este viaje… pero no solo no puedo, sino que ni siquiera lograré que una sola persona se haga a la idea de cómo es esta aventura africana.

Por la mañana: toque de diana: ¡arriba todos! Es la hora del ejercicio físico. Todos los expedicionarios se visten como balas para que Pablo, el monitor que nos entrena por las mañanas, no les fiche a primera fila. He de decir que aquí un día parece durar tres, y el orden de los acontecimientos se vuelve caótico en mi cabeza.

El desayuno… ¡rico, rico! (Sí, mamá, estoy comiendo como una campeona)

Después de zamparnos un buen par de tostadas… ¿quién se apunta a una marchita? – ¡Pues yo misma! Cómo no, siempre en el ajo. Hemos ido a visitar una tribu africana cuya cultura, concreta y especial, famosa por sus ritos, es y ha sido estudiada durante años por muchos y diferentes expedicionarios. Es la tribu de los Bassari, asentada en Ethiolo Salémata, el pueblo de las danzas. Todo habría sido perfecto si a la vuelta de la “excursioncita” no me hubieran salido unas ampollas como soles en los tobillos…

Nuevo plan: volvemos a la residencia de ayer, por lo que debemos volver a cruzar el río. A partir de aquí han comenzado a surgir todos los impedimentos: poco transporte ↔ muchas personas; solución: más viajes; impedimento: tardamos más → se hace de noche → la tormenta nos cae encima mientras cruzamos el río.

Yo he ido en el primer pick-up, ya se había ido un camión con ente y quedaban dos coches. Entre cánticos y cuentos ha empezado a llover suavemente, sin embargo las pequeñas gotitas se clavaban en mi piel dada la velocidad del vehículo.

De repente: un frío infernal abraza mi cuerpo y yo parezco ser la única que lo siente. No puedo parar de tiritar, como si me estuvieran dando una descarga eléctrica y como si mis dientes ansiaran machacar el aire a la velocidad de la luz.

Gracias al grandísimo profesional equipo que nos acompaña, no he sentido pánico en ningún momento y me han cuidado como a una niña.

Al llegar al otro lado del río creía desmayarme y me han metido en un coche con calefacción: ropa seca.

Luego hemos ido a recibir a Mar y al gran Telmo, el capitán del barco que dirige la expedición y que, como siempre, nos ha traído a todos sanos y salvos: es el mejor.

Por último he ido al autobús y ya me encontraba perfectamente. Mucha gente me ha ofrecido barritas energéticas, comida y desfatigantes. Gracias a todos

Un saludo para Iván y mi familia.

 

Ana Hernández

Expedicionaria MRS 2011

Crónica 29.08.2011

 

Hoy hemos amanecido a las seis y media en Salémata, tras cinco reconfortantes horas de sueño. Como viene siendo costumbre hemos hecho un poco de ejercicio con Pablo para calentar los músculos, pues hoy, nos esperaba una larga caminata.

El desayuno, que queda a manos del cocinero Font ha conseguido como siempre, no defraudarnos: tostadas con tomate.

Una vez recogido todo, podíamos elegir entre quedarnos con las monjas de la misión o subir al poblado bassari que queda a unos siete kilómetros de Salémata. Los bassari son unos de los pueblos más tradicionales de la cultura senegalesa y, tras una hora y media de camino, nos han recibido muy amablemente con unos cánticos y bailes característicos.

El paisaje del país bassari es el más tropical de Senegal, todo es verde, con grandes árboles y muy frondosos. Los poblados no desentonan en este entorno.

De vuelta al campamento, todos teníamos mucha prisa porque los camiones que debían llevarnos al río para cruzarlo de nuevo hacia Tambacounda, ya estaban preparados.

Una primera tanda de expedicionarios se subieron al camión, y el resto nos quedamos desayunando por segunda vez. Así, poco a poco, todo el mundo fue marchando hacia el río en camionetas. Nosotras tres no cabíamos en ninguno y nos quedamos con Marta, Carmen, Toro, Telmo y Mar. Aprovechando la espera fuimos a por unas coca-colas bien fresquitas y más barras de pan, que no durarán mucho tiempo.

Entonces comenzó a llover fuertemente, nuestros compañeros debían estar cruzando el río en ese momento, pobres, nosotras estábamos con refresco en mano y resguardamos de la lluvia.

Por fin una monja polaca de la misión (conocida como Sor Citroën por su temeraria conducción) nos vino a recoger y nos llevó hacia el río, pero ya era de noche. Según nos íbamos acercando, había un poco de tensión porque teníamos que cruzar rápido pues había comenzado a llover de nuevo. Nosotras no teníamos miedo, sabíamos que si apareciera un cocodrilo, Telmo se encargaría de él. La que se encargaba de nosotras contándonos historias y haciéndonos reír era Mar.

Todos de la mano, a oscuras y en bañador, llegamos a la otra orilla sin ninguna caída, ningún cocodrilo y disfrutando en directo de una sesión de dj rana.

Una vez en el autobús, ya con los demás, caímos rendidos ya que nos esperaba cuatro horas de viaje hasta Tambacounda.

Hemos llegado a las cuatro y media, y como esta historia de aventura acompañadas de los jefazos nos ha gustado tanto, nos hemos quedado despiertas escribiéndola.

Buenas noches, mamás estamos muy bien.

 

Belén Bello, Marina Castrillo y Patricia Conde

Expedicionarias MRS 2011

 

Crónica 29.08.2011

 

Este fin de semana ha sido como mínimo diferente. Con destino a Salamata ayer tuvimos que atravesar un río cuyo cauce había inundado unos cuantos metros de carretera entre risas y con las mochilas en la cabeza. Hoy amanecemos en Salamata, una preciosa aldea llena de vegetación. Ha sido una mañana excepcional que hemos pasado jugando y aprendiendo con los niños, con sus miradas, con sus sonrisas. Es increíble lo que pueden hacerte sentir tan solo sacarles una sonrisa. Además gracias a ellas llevo el pelo casi igual que ellas.

Llega el momento, por la tarde, ese momento de volver a Tambacounda, y para eso tenemos que volver a atravesar el río, pero esta vez lo paso sobre el camión de bomberos, algo que jamás pude imaginar; pero esto es así, esto es África, un continente increíble donde cada minuto es sorprendente.

La lluvia intentó estropearnos el momento, ya que ahora mismo tenemos nuestras cosas mojadas, pero ni tan siquiera la lluvia va a estropearnos esto.

África es sorprendente, Senegal es magnífico y MRS es insuperable. Quiero mandaros recuerdos para que veáis que no me olvido de vosotros jamás. ¡Felicidades atrasadas yaya! ¡Rubén suerte! Os quiero a todos

 

Esther Paniagua Remix

Expedicionaria MRS 2011

 

Crónica 29.08.2011

 

Empezaba el sexto día con un sol radiante por la ventana, con una de las noches más largas hasta ahora durmiendo aproximadamente 6 horas.

 

Comenzó lo que se ha convertido en una rutina para nosotros, un poco de deporte, desayuno express y rápidamente preparar el macuto para salir. Hoy hemos hecho la primera caminata de 3 horas (14 km) hasta la tribu bassari localizada en Ethiolo, donde nos han recibido con unos bailes y trajes típicos de aquella zona. Esta tribu nos puso un pequeño mercado donde pudimos comprar los primeros regalos para todas aquellas familias que echan de menos a sus hijos. Volvimos al campamento con el sol casi en nuestras cabezas, a las 4 de la tarde, lo que provocó algunos golpes de calor, pero nada, sin importancia.

 

Por otro lado, aquellas personas que no querían subir a la tribu se quedaron con algunos de los monitores en el poblado donde dormimos esta noche, hablando con los nativos.

Mas tarde nos montamos en el camión con la intención de volver a cruzar el río de ayer, pero tuvimos algunos improvistos nada más llegar. Pasados 5 minutos, empezó a diluviar, pero aun así cruzamos el río, ya que era nuestra única vía de salida.

 

Con la fuerte lluvia y el gran viento azotando nuestros costados, y con el macuto en la cabeza, cruzamos el río, victoriosos. El siguiente problema llegó cuando nos tuvimos que cambiar en los buses, ya que no podíamos entrar mojados por que nos enfriariamos. Seguía lloviendo y la gente se empezaba a agobiar.

 

Fue duro, pero finalmente lo conseguimos, pues al final todo se logra si trabajamos todos unidos y juntos.

 

Un saludo desde los Salesianos de Tambacounda a todos mis familiares y amigos que están en España, en especial a mis padres.

 

Jorge Santos Neila

Expedicionario MRS 2011

 

Crónica 29.08.2011

 

“Laberinto”

 

Un dicho africano dice: “nunca uses los dos pies para medir la profundidad del río”. Hoy, con la confianza en el bolsillo gracias a Sevi y al resto del equipo, la antigua sabiduría africana se ha materializado en periplo por nuestro interior. La confianza en los demás nos hace crecer. Es como si nuestro cuerpo se prolongase hasta abarcar a todos los que colaboran diariamente para convertir este viaje en una experiencia que salta las barreras de la identidad personal. Suma de intenciones, la voluntad de cada uno se diluye como el miedo en el río y el entusiasmo colectivo viaja a lomos del Unimog.

El río convertido en el laberinto medieval. Los verdaderos laberintos no son una trampa de caminos sin salida, sino un recorrido iniciático con una sola dirección en los que, tras alcanzar el centro, basta con proseguir con seguridad el camino para alcanzar de nuevo esa salida que parecía tan lejana. En un verdadero laberinto, la persona que sale ya no es la que entró.

Hoy, para muchos, cruzar el río y penetrar en el país Bassari se ha convertido en una visita por nuestro laberinto personal. Un recorrido en el que, a hombros de los demás, cada uno se ha despojado de parte de sus miedos, de su apego por lo material, incluso de su hambre y su sed, y simplemente ha avanzado.

Es más fácil hacer acrobacias con red. Ni el miedo a los hipopótamos puede frenar a quien se sabe respaldado por manos que lo mismo colocan hombros en su sitio que ofrecen un café a una hora imposible. El espíritu se contagia de la naturalidad con la que los jóvenes africanos juegan en el agua, y uno se pregunta si no será que en las casas que a diario habitamos, hemos hecho las puertas tan pequeñas que no cabe la verdadera vida.

 

Paco Centenera

Profesor de Astronomía de MRS

 

Día 7
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Crónica 30.08.2011

 

OPERACIÓN SECADO

Las tres horas pasadas desde que llegamos a los Salesianos de Tambakounda hasta que los chicos se despiertan para el deporte, han bastado para convertir la nave que nos aloja en un proyecto científico para la consecución del secado rápido de ropa empapada. El viaje en autobús no fue suficiente, y ahora el tráfico de camisetas secas, o de pantalones, es un lucrativo negocio: una chica ha dado varias galletas del desayuno a otra que le ha prestado ropa mientras la suya se seca. O lo intenta. No hay tiempo, entre actividades y desplazamiento, para extender la ropa fuera de la mochila. Y la humedad del aire tampoco contribuye.

Algunos, como Jaime, el monitor, o yo mismo, hemos decidido aligerar equipaje a base de regalar las camisetas mojadas a niños de los lugares donde pasamos, que las reciben como si fueran oro puro. Quienes seguimos esa táctica de” tierra calcinada” debemos mantener una estricta disciplina de uso: Dividimos el número de días que quedan por el número de camisetas limpias, y eso es lo que nos han de durar. Más o menos tres o cuatro días por cada una, nos salen. Algo parecido pasa con pantalones, mudas… No es gran problema, si no hay imprevistos. Los olores a humanidad ya han dejado de molestarnos, y el acto normal de pasarnos el desodorante se ha convertido casi en una extravagancia.

INFRAESTRUCTURAS LOCALES

Permaneceremos en Salesianos hasta mañana, algo sorprendente para itinerantes como nosotros, así que es momento ideal para desarrollar alguno de los talleres que requieren mayor infraestructura. Y cuando hablo de infraestructura adecuada, me refiero a algunas mesas, un techo y un enchufe. El programa académico continúa, pues, con talleres de arqueología y Cuaderno de Viaje, entre otros.
No es labor fácil centrar la atención de los chavales, que siguen comentando, emocionados, los detalles de la aventura de ayer. Ya son casi veteranos.

COOPERACIÓN, ARQUEOLOGÍA, EJÉRCITO, RADIO… MALAMINE

En un ala de la nave, Miriam Preckler, cooperante con experiencia en investigación y autora de diversos estudios, cuenta con la ayuda de Emiliano Martínez (Alis “El sheik”, el jefe, me dice entre risas), sacerdote responsable del centro, conocedor de la vida local. Nos desvelan que el sueldo medio de un ciudadano de tambakounda es 500 CFA, los francos africanos. Es decir, algo menos de un euro. Es decir, el precio en el mercado local de un kilo de arroz. No mueren de hambre porque quien más quien menos tiene un cultivo de mijo, o de cacahuete, y subsiste con ello. Poco diversa dieta, desde luego. Por cierto, quien maneja la piedra filosofal que convierte miseria en subsistencia, quien realiza los equilibrios de gestión que le permiten amanecer un día más, son las mujeres. Miriam insiste en que esa y no otra es la realidad de estos lugares, y no solamente lo que vemos e interactuamos en estos días.

En un aula cercana a la nave, el Teniente Coronel Cámara (Con el brazo en cabestrillo, por un dolor en el hombro) habla sobre las labores humanitarias del Ejército español en zonas peligrosas del mundo. Uno de los aspectos en los que hace hincapié es en la retirada de las minas y explosivos en zonas de conflicto, pesadilla de la población civil. El dilema es: ¿Explosionar o desactivar? Cuenta Cámara que desactivar es peligroso, porque puede haber trampas, pero que en ocasiones se escoge esta opción, porque explosionar desde lejos puede ser dañino para personas y edificios cercanos.

Carmen Manzano, la monitora y arqueóloga responsable del taller sobre ese tema, tiene reunidos en círculo a sus chavales en el exterior de la nave, cerca del campo de fútbol de arena. Les cuenta cómo tallaba el hombre primitivo las piedras para usarlas como herramientas. ¿Con qué se puede tallar la piedra? Uno pensaría que sólo con otra piedra más dura. Pero Carmen nos saca del error: El hombre primitivo tallaba también piedras usando madera. Miradas de incredulidad. Ella, impasible, saca de un recipiente un tronco de boj y arremete a golpes contra una piedra de sílex que previamente ha dejado en el suelo. Sí, se puede.

El Profesor Malamine Gaye imparte una de sus pasionales conferencias que no dejan indiferentes a nadie. Con su verbo contundente y sus gestos ilustrativos, explica a los chicos las peculiaridades del pueblo Bassari, que acabamos de visitar. Los bassaris, dice, desde el inicio de su remota historia, marcado por el primer tótem Camaleón, se decantaron por la conservación de las tradiciones, transmitidas oralmente, en contraposición a la modernidad y los avances. Cuando escucho a Malamine, recuerdo al jefe del poblado de Ethiolo, que nos explicaba que su lucha diaria consiste en mantener el equilibrio entre quienes quieren persistir en este estilo ancestral de vida, opuesto a los avances, y quienes desean aprovechar lo positivo de la modernización. En la sonrisa resignada del jefe creemos apreciar que, como todos aquellos que defienden puntos medios, su lucha no es muy apreciada por quienes ocupan los extremos.

AFILANDO PERFILES

Los chavales ya no son los mismos que salieron de Madrid. No es sólo que las “pardilladas”, las preguntas tontas, los despistes, los “empanamientos”, hayan descendido notablemente, se trata de algo menos explícito, más etéreo, pero no por ello menos perceptible. Es como si su moreno de playa veraniega se hubiera transformado en piel curtida al sol, la lluvia y el viento. Sus rostros, antes aniñados, ahora parecen haberse afilado y son más angulosos, más duros. Quizás sea sólo el cansancio, pero los grandes gestos y las risas estridentes, sin desaparecer, van cediendo terreno a unos modos más taciturnos, menos bruscos, más vigilantes, más asimilados a las circunstancias. Aún en un entorno seguro, se adaptan a las necesidades de la “supervivencia” social del día a día del grupo. Entre las virtudes adquiridas, la del “camuflaje”. La discreción.
Además, el número descohesionado de chavales individuales que llegaron se ha convertido en un grupo unido por vivencias comunes, que seguirán manteniendo lazos casi de Hermandad, seguirán juntos aunque no vuelvan a verse y se considerarán diferentes a cuanto se encuentren cuando vuelvan. Son “Los de Salemata”, los que cruzaron el río, los que compartieron desde calcetines hasta medicinas.
Todos los años que he podido apreciarlo, me ha fascinado este cambio obrado tan solo en unos pocos días. Un cambio exprés.
Pero es que los días parecen semanas, y la salida de Madrid, el 24, parece cosa de hace años.

DEPENDENCIAS ELÉCTRICAS

En nuestra improvisada sala de prensa en el centro salesiano, el fotógrafo, los de edición de video, los del taller de radio y yo trabajamos confortables, seguros, porque disponemos de luz eléctrica y enchufes.
En Salemata, en Ethiolo, en muchos lugares aquí, nos sentimos desamparados, no teníamos enchufes, y sin enchufes no somos nadie, una mano delante y otra detrás. Somos inmigrantes vicevérsicos en un sitio extraño, sin posibilidad de hacer lo que sabemos hacer.

EL “RETORNO”

Aquí en Tambakounda, en el centro de Salesianos, disponemos de un precario acceso wifi a Internet, que va y viene, pero que permite algún contacto con España de los miembros de la expedición. Contacto que se ve ampliado por alguna que otra llamada desde operadores locales que aquí los responsables de la expedición tienen tiempo de hacer. De esta manera recibimos cierto “retorno” de lo que allí se dice de lo que hacemos.
Sabemos por este “retorno” que algunas de estas crónicas, y de las fotos que hace José Luis Cuesta, o los videos que elaboran a diario Manu Goicolea y Willy Usaola, han sido publicados en algún periódico de tirada nacional. Comunicado eso a los chavales, les encanta, aunque les suscita mil y una preguntas: ¿De qué hablaban esas crónicas? ¿De cuándo son las fotos y los videos? ¿Cuándo se publicaron? No sé responderles. A la vuelta lo sabremos.
Jorge Roldán, el bombero guión profesor de teatro guión ayudante guión experto en ejercicios físicos guión casi todo me da las gracias porque le han dicho que hablé de sus multiconocimientos en mis crónicas. Le digo que contento me tiene, porque después de mandar la crónica, me enteré de que también es fisioterapeuta y alivia con sus manos los dolores de miembros de la expedición. Ya le vale, le digo, ¡no puedo hacerle una referencia cada día!
Jaime Martínez de Ubago y Alfredo Liñán, monitores, prometen venganza cuando les cuentan desde España que he criticado su labor al frente de la selección futbolística de “Madrid Rumbo al Sur”. ¡Ah, la incomprensión con la noble e imparcial crítica periodística!
Jesús Pastor me dice que estaría bien hacer referencia a su labor como bombero asignado al camión Unimog, y no sólo a sus evoluciones entre peroles, aceites y alimentos envasados. Amigo Jesús, mientras sigas realizando junto con Pablo Font obras de arte como la última pasta con atún y setas o el arroz a la cubana de la comida de hoy, será difícil hablar de otra cosa. De vosotros depende.

ÚLTIMA NOCHE DE RAMADÁN

Mañana la población musulmana, mayoría en Senegal, termina el Ramadán. Durante esta época, pasadas las 19 horas, preparan alegremente copiosas comidas, abren sus tiendas, se pasean de madrugada, ponen música, calman su sed, festejan…
Durante el día principalmente miran. Lo que sea. A nosotros, a lo que pasa por la carretera, a la parcela de vida que pueden ver desde las sillas colocadas a las puertas de sus viviendas.
España es un país donde hacemos cosas cuando son obligatorias o cuando nos convienen. Senegal es un país donde la gente tiene pocas obligaciones y muchas menos cosas que les convengan: Lo que hacen es porque sí. Por eso contemplan tanto.

MERCADO Y POLÍTICA

Por la tarde, después de ensayar los cuentos teatralizados que habrán de ser interpretados al final de nuestro viaje, los expedicionarios visitan el mercado de Tambakounda. En una de las paredes de los edificios que lo bordean, se lee: “Wade, la esperanza del país”. La inscripción, que loa al actual presidente, está descolorida y hay otras que la cubren parcialmente. ¿metáfora?
Más pintadas: “Wade président”, “Macky le bon choux”, “je vote Niasse”, “coubret pour la libération”. Demasiadas esperanzas con distintos nombres de candidatos como para acertar con la verdadera.
Por cierto, ¿Quién habrá subido a una azotea el portón de una furgoneta?

EMILIANO MARTÍNEZ, “EL SHEIK” DE BURGOS

Emiliano Martínez, nuestro anfitrión, natural de la provincia de Burgos de Briviesca donde todos los años por abril en las fiestas de Santa Casilda su Patrona sube en bici para llegar a la ermita, –otra vez- esta noche, es el responsable de este centro que ofrece conocimientos técnicos a centenar y medio de alumnos de la zona, tan solo el diez por ciento católicos. Vive en una casita al lado del centro, donde el primer día que pasamos, camino del País Bassari –parece que hayan pasado mil años- nos acogió a Telmo y a algunos otros monitores y miembros del equipo, y nos agasajó con sus últimas cervezas frescas.

Emiliano Martínez habla alto y ríe fuerte. Es capaz de disertar apasionadamente durante mucho tiempo sobre la vida de las gentes de la zona, aunque sus frases destilan un escepticismo práctico fruto de la experiencia. La clave para no perder la fe y no tirar la toalla, dice, es saber lo que hay. Y él sabe muy bien qué puede y qué no puede hacer en sus relaciones con los lugareños. Por eso no da importancia a la escasez de alumnos católicos, y pone igual interés en proporcionar conocimientos de electricidad y mecánica a los alumnos que profesan su fe y a los que son musulmanes. Estoy seguro, después de hablar con él, de que la gente del lugar le respeta.
Por eso, bromea él, le llaman “El Sheik”. El jefe.

Crónica Oficial MRS 2011
Programa de La Comunidad de Madrid

Crónica 30.08.2011

 

Por una vez no me cuesta levantarme. Las 5 horas en autobús de ayer y las tres dormidas aquí han tenido sus consecuencias: por primera vez desde que estoy aquí me encuentro descansada. ¡Tengo ganas de comerme el mundo!

La mayoría de la gente ha comenzado a calentar y correr, pero con las ampollas inundando mis pies yo he sido incapaz, por lo que me puse a preparar el desayuno, que como siempre, ha sabido a cielo y gloria.

Con mucha prisa, me he llenado un cuenco y me he dado la ducha más refrescante de toda mi vida. Poco después nos han dado a elegir si ir al taller de cuaderno de viaje, y diez hemos ido a hacerlo.

En cuanto nos hemos puesto a pintar, un corro de niños se ha formado a mi alrededor. Es increíble la sonrisa que le sale a un niño con el simple hecho de darle un lápiz y un papel.

Uno me ha regalado una pulsera, y yo le he ido a dar una mía, pero me ha negado diciendo: “no, eres mi amiga, no quiero regalos”. He hablado, pintado, jugado y bailado con los niños más alegres del mundo.

Por esto me he propuesto sonreír a todas y cada una de las personas que se me presenten por el camino. Ahora entiendo la frase de “la sonrisa de un niño no tiene precio”; ahora comprendo que tener una mansión no te hace ser más feliz.
Si algo he aprendido en este harto tiempo es: “si caes, te levantas”, “si pierdes, ganas”, “si sonríes, eres feliz”, “si quieres, amas”.

¡Papá, mamá, la mejor elección de mi vida: haber venido!

 

Felicidades al hermano de Javier Chuvieco!

 

Cintia Parreño Ruiz
Expedicionaria MRS 2011

 

Crónica 30.08.2011

 

Ya está, oficialmente acostumbrado al estado físico en el que me encuentro. Las agujetas no están, el sueño acumulado desaparece y el olor ni se nota –aunque ahí esté, a pesar de los manguerazos de Borja. Lo único que perdura es esta fascinación por lo que estoy viviendo, por estos suelos, estas nubes y estos verdes; por esta gente, nativos o compañeros de experiencias. Hemos tallado piedras, tratando de asemejar nuestras manos a las de un homo habilis; hemos conocido las fases de un proyecto de cooperación y nuestro Teniente Coronel nos ha hablado del ejército. Sin embargo, la imagen de hoy la tengo clara: todos esos niños que venían curiosos a ver que hacíamos con esos percutores, con esos guiones de teatro y todas esas risas.

 

Algunos hemos intentado enseñarles a hacer el sonido del búho soplando en las manos, y de lejos, otro de verde montaba una bicicleta, rodeado completamente por pequeñazos sorprendidos. Pero la verdadera razón de tener vista y oído en este día ha sido ver cómo adoraban a Carlota. En un momento simplemente me he quedado mirándolos, viendo cómo ella bailaba la macarena y el tallarín y ellos repetían todo, siguiendo perfectamente el ritmo, saliendo a bailar uno a uno, como dicta la canción. Era una energía pasmosa, y de pronto se giraba sin poder aguantar la risa, y decía lo muchísimo que le dolía la cabeza; se volvía de nuevo a ellos, y continuaba igual de vivaz.

 

Hemos visitado el mercado de aquí, Tambacounda, en nuestra segunda estancia en el centro Don Bosco. Nos hemos dado cuenta de que, entre perros y cabras escuálidos, basura, hogares destartalados y personas con ropas raídas y sucias, destacaban algunas mujeres bien vestidas, repeinadas y hasta diría que maquilladas.

Mangos y cortezas de baobab. Todos los líquidos se venden en bolsas y, al contrario que en los mercadillos montados en una manta sobre el suelo, no te llaman la atención para mostrarte sus productos, por lo que resulta más agradable.

 

Alex se adelantó a Paco y su clase de astronomía, mostrándonos a Laura y a mí a la vuelta Escorpio y la Cruz del Sur. ¡He montado en pick-up! Es algo que quería hacer desde hacía tiempo, y bien alucinante. Sujetado al bordillo, mirando el paisaje ya visto por el día ahora por la noche.

 

Desde esta azotea se ve perfectamente el cielo, precioso, colosal, alzándose grandioso sobre nuestras coronillas, admirándose el reparto y la densidad de las estrellas, juntándose allí arriba, torcida, la espina dorsal de este cósmico gigante que nos acoge en su estómago. El cielo se mueve. Se mueve aunque nosotros durmamos, aunque suene So payaso o Ouvertez les frontières, aunque se vea Hotel Ruanda, recordando a quien lo vive que nada está quieto y que todo cambia constantemente. Al igual que ese todo, nosotros cambiaremos mañana: rumbo, ánimo, sensaciones, emociones, paisajes…

 

Aun viviendo todo esto, teniendo tanto en lo que fijarme, no me olvido, claro está.

 

Felicidades, Carlos.
Javier Chuvieco Castaño
Expedicionario MRS 2011

 

Crónica 30.08.2011

 

Tras una muy amedrentadora lluvia del día anterior, suerte que nuestras prendas han podido secarse al libre tras amanecer, cosa que muy gratamente agradecemos, ya que no siempre es posible gozar de tan banal lujo.

 

Resulta que este día lo pasamos entero en la misión de Don Bosco, por la que tantas camisetas verdes amenazan con no dejar ni un sitio libre para pasar.

 

Comenzamos la mañana con talleres varios, destacando tanto nuestros análisis críticos con Miriam sobre la situación de las aldeas cercanas que hemos visitado como los pequeños cortes en los dedos que Carmen nos ha hecho pasar tallando sílex.

 

Con la barriga llena del producto de las ricas artes culinarias del cocinero, hacemos un pequeño paseo al mercado bullicioso donde las radios tocan música senegalesa y las telas y camisetas de fútbol ondean a su son.

 

Marco Antonio Pérez

Expedicionario MRS 2011

 

Crónica 30.08.2011

 

Y salió el sol por la mañana (como todos los días), aunque hoy se hizo más tarde que de costumbre para poder continuar con el esfuerzo en el que estamos sumidos últimamente.

De nuevo la humedad invade nuestros pulmones y el calor, horas más tarde, comienza a hacer su acto de presencia y a recordarnos de nuevo que estamos en el continente negro, que la tierra roja de este lado del planeta sigue empolvando lo impolvable y que sigue levándonos a ser pisada.

Y con un duro pisar ya marchan las botas por el camino hacia el mercado, entre calles embarradas y gente observando, atónita, a la legión de personillas verdes perfectamente uniformadas, mientras que cerdos, cabras y gallinas cruzan la vía pública como estrellas errantes por el cosmos.

Y de nuevo una mezcla de diferentes olores: algunos de origen horriblemente incierto y otros de delicada procedencia; de especias jabones, de telas y camisetas del barça, aderezados con gritos de los vendedores de los “pseudo” tenderetes y la algarabía fundada por varios altavoces gigantes de la “belle époque” de los años sesenta. Aún así no todo tiene por qué sentirse tan caóticamente envolvente con una camiseta de la selección senegalesa bajo el brazo que fue conseguida tras singular combate por tan solo 2000 francos.

Y de nuevo calor y una bella vuelta al campamento en una camioneta con la melena al viento al ritmo de fuertes olores (ahora no confundidos e identificados como propios).

 

Raúl Arribas

Expedicionario MRS 2011

 

Día 8
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Crónica Oficial MRS 2011 31.08.2011
Programa de La Comunidad de Madrid

 

KEURTAYBÉ

La expedición, que ha abandonado Tambakounda dirección Oeste sin salir apenas el sol, llega a la localidad de Keurtaybé. Allí la ONG Tostan desarrolla un proyecto, con colaboración de la Comunidad de Madrid. Juan Moreno, cooperante de Murcia, responsable de l a ONG en Senegal, nos recibe. También lo hacen, con alegría y ceremonia, los habitantes del poblado, con su jefe a la cabeza. Tostan conciencia contra la ablación del clítoris, a través de educación no formal en diferentes módulos: De Derechos Humanos, de alfabetización y de salud e higiene. Además, les ayudan elaborando proyectos de microcréditos o producción agrícola. Todo ello, destaca Moreno, sin imponer un cambio de costumbres. Los cambios han de verlos ellos como deseables, para realizarlos ellos mismos.

El jefe de la localidad, en sus palabras de bienvenida, sin embargo, destaca las labores de limpieza que se han implantado. El pueblo, efectivamente, está impecable y sus habitantes, orgullosos, nos abren sus humildes casas y nos invitan a entrar.

Otro avance que señala es el de la inscripción en el Registro Civil. Hasta ahora no se les inscribía, lo que les hacía invisibles como ciudadanos, no existían. En cierto sentido, se puede decir que el proyecto así desarrollado les ha dado la vida.

 

EL CORREDOR QUE SUSURRABA A LOS CABALLOS

En el pueblo varios lugareños pasean de las riendas a sus caballos, de esos ciertamente flacos y poco armoniosos que tanto abundan en el país. Sin embargo, tan poco equino basta para despertar el entusiasmo de algunos de los chavales, a los que dejan los locales pasearse. Alfredo y sobre todo Curro, que no son inexpertos en eso de montar a caballo, logran poner al trote a algún ejemplar poco dado a esas alegrías. Uno de los chavales, Sergio Corredor, muestra un gran estilo, aunque no parece querer acelerar a su montura. Extrañado, le pregunto, y me dice que no le gusta forzar a los animales, que el secreto de la doma es ir dejando al caballo que haga lo que le apetezca.

Él les habla.

 

LA CARRERA DEL FERRY PERDIDO

El ferry de Foundiougne no espera, y hay cuarenta kilómetros de pista llena de cráteres apenas más pequeños que los causados por bombas de gran poder explosivo. Los autobuses no pueden ir, y los expedicionarios montan en las pick-up y en el camión Unimog de los bomberos. La chavalería, encantada, en las plataformas de los todoterrenos y en el techo del poderoso Unimog, gritan y cantan. El aire y la permanente tierra rojiza nos pegan en la cara y las manos se cierran con fuerza en cualquier asidero para equilibrarse y mantener el equilibrio ante los permanentes botes. Las suspensiones se marcan en nuestros traseros.

 

¡BRAVO, FERNANDO!

La Pick-Up en la que voy con varios chavales del Grupo 4 transita detrás de otra en la que van varias chicas de otros grupos. Ambas, y los vehículos que van detrás, zigzaguean para evitar los cráteres a través del barro. En un momento Manu, el responsable del montaje de video, que va de copiloto en nuestro vehículo, se asoma por la ventana y desde su mejor perspectiva indica a Celes, el conductor, una buena trayectoria distinta a la del 4×4 que nos precede. La idea es buena y, siguiéndola, les adelantamos. Gritamos y señalamos a los superados y uno de los chicos le grita a Celes: “¡Bravo, Fernando!”.

Briatore no lo decía con tanta alegría.

 

FOUNDIOUGNE

Foundiougne es una localidad vestida de barro y edificios semiruinosos que vive del tráfico de viajeros que procede del ferry que atraviesa el río Saloum. Es el río que, kilómetros más abajo, se divide en innumerables ramas, formando un delta que es Parque Nacional.

La carrera a través de la pista ha sido infructuosa. El último ferry ha partido ya y los esfuerzos de Telmo para que se haga un viaje más han sido infructuosos. A los problemas, soluciones: Se duerme en la propia cubierta del baqueteado barco que nos trasladará a las 8 de mañana. Los bomberos, Telmo, alguno de los monitores más avezados, colocan una lona a base de cuerda y nudos marineros cuyos nombres soy incapaz de recordar, para cubrir a los expedicionarios de la posible lluvia. Otras lonas en el suelo sirven de colchoneta, y se cruzan cordeles para sostener las pocas mosquiteras que hemos logrado reunir, dado que las de cada uno han quedado junto a las mochilas en los autobuses. El conjunto queda la mar de aparente.

La incertidumbre llega cuando el responsable de seguridad de la zona llega a decir que no podemos acampar en la cubierta. Un par de explicaciones de Telmo bastan para convencerle de que nuestra presencia no molesta.

Quizás influya el beneficio logrado por los dueños de los habituales puestuchos locales, que han agotado las existencias de bebida fría.

 

SENEGAL MOTOGP

Además de los destartalados coches reconstruidos a base de piezas de otros, el vehículo utilitario por excelencia en Senegal son las motos. Desde luego los zumbantes ciclomotores estilo “Mobilette”, pero también otras motos de mediana cilindrada. Motos que no esperen vds. Sean de las marcas que conocen: Ni BMW, ni Kawasaki, ni Honda… aquí mandan las “Kordon best” las “Supreme Nº1” y las “Leopard”. Se trata de réplicas bajo licencia de modelos viejos de marcas conocidas, que ya no se fabrican en Europa.

 

ETNIAS SIN ESCRITOS

En la zona en la que estamos conviven varias etnias. Además de los omnipresentes Wolof, hay sobre todo Peul y Serer, especializados en todo Senegal en las labores de pesca.

Seis etnias principales hay en Senegal, con seis lenguas propias distintas, y ninguna de ellas tiene escritura. La escritura está hecha para que las palabras perduren, y la voluntad de esta gente parece ser la de que cada momento suceda a otro sin traer causa del anterior.

 

Crónica 31.08.2011

 

 

Esta noche, cundo ya parece que el día está llegando a su fin, la hora de escribir y recordar comienza. La lluvia, atenta siempre a nuestros movimientos, empapa las mosquiteras que horas antes colgaban en el pabellón del colegio Don Bosco, en la ciudad de Tambacounda.

Nuestro viaje comenzaba alrededor de las cinco de la mañana. Tras recoger las mochilas subimos a los autobuses con el objetivo de alcanzar la ciudad de Thies al final del día. Pasamos la mañana en la carretera, viendo velozmente por las ventanillas los paisajes de África, los colores de este continente que alcanza los verdes boscosos y llenos de vida y los rojos ardientes, resultado de las arenas volcánicas que se dejan ver en los caminos.

A la una de la tarde hicimos una parada inesperada en frente de una de las aldeas que llevábamos viendo a lo largo de Senegal durante los últimos días de nuestro viaje.

Como siempre, los primeros en recibirnos fueron los niños, siempre con una sonrisa a pesar de todo. Poco después continuaron los bailes y los cánticos. Nuestra visita concluía con el final del ramadán, días alegres y festivos para los musulmanes. Convivimos con ellos durante unas horas, hasta las cinco de la tarde, que recorrimos un pequeño trecho del camino para poco después ponernos a comer.

Después de comer unas raciones militares, cambiamos los autobuses por unos pick-ups. El motivo de este cambio fue que el trayecto hasta el río Saloum era imposible para los autobuses. A ambos lados de la carretera nos rodeaba algo parecido a la sabana. Tras treinta kilómetros de una pista con unos agujeros imposibles, llegamos tarde al ferry y no nos esperó, tenemos que cogerlo a las 8 de la mañana. . La idea era cruzar a Fatik, donde pasaríamos la noche. Había dos opciones, una, era o coger unos cayucos (ya era de noche, solución que desechó Telmo) o dormir en el pequeño puerto hasta mañana coger el ferry, Antes de cenar hay una conferencia del astrónomo Paco Centenera, el cielo y las estrellas aquí en Senegal son diferentes, son especiales… Otra ración militar para cenar (nos pasaríamos la vida comiéndolas…sí…) donde los trueques de latas de calamares por cualquier cosa eran los protagonistas. Montamos el campamento en la cubierta del barco, las mosquiteras cuelgan como si fueran lámparas sin luz. Un día que acababa incita a hablar de otro maravilloso en Senegal. Mañana a las ocho de la mañana cogemos el ferry.

 

Posdata de Andrés Cecilia: Papá, familia, amigos, y sobre todo Mamá; ¡Besos!

Posdata de Rubén Argüelles: estoy genial, aunque necesite una ducha, agua fría o por lo menos algo aceptable. Hay problemas con los regalos, pero se hará lo que se pueda. Os echo de menos. Espero que estéis bien. Recuerdos muy especiales para Andrea y Ariadna, os quiero.

 

Andrés Cecilia y Rubén Argüelles

Expedicionarios MRS 2011

 

Crónica 31.08.2011

 

“Vive un sueño”. Eso fue lo último que me dijo una persona muy especial en mi vida, hoy es su cumpleaños. ¡FELICIDADES!

La crónica quería escribirla hoy, yo, para decirte que me acuerdo mucho de ti. Ojalá pudieras estar aquí conmigo y ver todo lo que estoy viendo con tus propios ojos, y no sólo ver, sino también sentirlo porque África es un mundo lleno de sorpresas por doquier. Me da rabia cerrar los ojos por si me pierdo algo. En verdad es un sueño Celia. Pásalo bien en tu día petarda, que te quiero muchísimo (y pensar que esto lo leerán doscientos padres…)

Antes de contaros el día también saludar a mis padres que me han apoyado siempre en todo y les echo de menos. Deciros que no os preocupéis, que todo está bien.

Allá va lo de hoy.

Hoy nos hemos levantado pronto y hemos viajado durante varias horas en autobús. Mucho calor pero rodeada de todos, sonriendo, cantando y durmiendo no importaba mucho. Lo mejor para mí de este día fue el trayecto en pick-up después de visitar un poblado.

Sentir el aire en mi cara, ver el hermoso paisaje, la puesta de sol, la variedad de colores en el cielo y la gente saludando y sonriéndoos a la que pasábamos.

Verdaderamente merece la pena sudar, no ducharse, comer y beber lo justo y dormir cuando se pueda cuando se viven estas experiencias, experiencias inolvidables que junto con todas las maravillosas personas que hemos conocido convierten este en algo GRANDE.

 

Expedicionaria MRS 2011

 

Crónica 31.08.2011

 

Espero que esto no sea una crónica convencional, como podría serlo cualquier otra. Pretendo, mediante este escrito, dar a conocer mis emociones, sentimientos y vivencias, no tan solo en un día puntual, sino a través de toda nuestra travesía a lo largo del país senegalés.

Quisiera empezar mencionando la densidad que tienen los días y el corto periodo de tiempo del que disponemos para dormir. Por este motivo, el cansancio invade cada segundo nuestra existencia en África. Se va acumulando poco a poco, de forma casi imperceptible y, se acomoda suavemente y sin hacer ruido entre las fibras más débiles de cada uno de nuestro músculos y en los recovecos de nuestra mente. No es raro que nuestro cuerpo perecedero acabe cediendo a la fatiga y cada día es más común ver a compañeros cuyo agotamiento ha conseguido vencer la resistencia de sus párpados haciéndoles entrar en un placentero y reconfortador sueño.

Otro tema que merece el tercer párrafo de mi crónica es el calor sofocante, húmedo y constante, común a todas las zonas que forman el extenso itinerario de la expedición. Es prácticamente imposible escapar a este calor irresistible que te persigue mañana tarde y noche, en la penumbra y en la luz; llega a encontrarte incluso en lugares en los que sombra cubre por completo nuestros cuerpos esculpidos a lo largo de estos días en el continente africano. Las gotas de sudor brotan de cualquiera de los millones de poros que recorren nuestra piel, bronceada por el sol intenso y se abalanzan en tropel deslizándose con delicadeza y recorriendo las arrugas de nuestra frente, las fracciones de nuestra cara y nuestros músculos tonificados y moldeados gracias al deporte matutino. Las gotas de diferentes lugares se van uniendo poco a poco unidades mayores hasta de la fuerza de la gravedad hace un llamamiento a su masa superior. La gota se despega de nuestra piel y va cayendo casi a cámara lenta hasta estamparse en el suelo dejando una mancha negra en la rojiza tierra senegalesa.

Pero hay un bien mayor que nos ayuda a soportar y a superar las adversidades que pueblan y caracterizan nuestro viaje. Es un sentimiento impresionante, increíble, magnífico; es un sentimiento de felicidad. Está por encima de todas las impertinencias que la naturaleza, burlona, nos brinda cada día. Esta alegría, esta emoción es debida a nuestra ubicación y estancia en un país extranjero, con una cultura y costumbres completamente distintas a nuestra mentalidad europea. Cada pequeño sufrimiento es único e irrepetible, y a pesar de que es molesto, nos hace felices poder experimentarlo. Vivimos sensaciones, las cuales serían imposibles de experimentar en España. Este es el encanto de Senegal; de lo extraño, de lo nuevo, de lo que, aunque sea doloroso es motivo de jolgorio, canto y animación. De esta forma, sensaciones que podrían parecernos desagradables en otros ambientes, aquí son completamente opuestas. He descubierto que no se necesitan apenas posesiones materiales para pasárselo bien y disfrutar de la vida en toda su plenitud. He pasado de estar empapado de sudor hasta el punto de no poder despegar la camiseta del pecho y al minuto siguiente sentir como balas microscópicas y asesinas, las primeras gotas de una lluvia tropical, que en cuestión de diez minutos empaparía por completo nuestra ropa y llegaría a mojar la superficie de nuestro cuerpo. He pasado hambre y sed, he dormido en lugares inhóspitos y todo esto me ha hecho reír. He aprendido a apreciar todo lo que tengo en Madrid y todo lo que no. A parte de las banalidades del día a día que nos mantienen en un estado de bien estar continuo, vivimos otro tipo completamente distinto de aventuras: tenemos la oportunidad de experimentar vivencias únicas, extremas y surrealistas. Vemos parajes que no existen en ningún otro lugar del mundo y están cubiertos de una capa de misterio, al igual que una verdad se esconde entre la bruma. Vemos llevadas al límite nuestras potencias físicas y mentales. Hacemos lo que ningún joven español ha hecho ni posiblemente hará en el resto de su vida. Cosas que marcaran de nuestras vidas y que están cambiando nuestra forma de ver la realidad. Todas y cada una de las cosas que he nombrado y las que me quedarían por nombrar nos llenan de una alegría inmensa, de un ambiente especial recorrido y recubierto por un alo de felicidad infinita.

Terminada esta crónica, espero haber transmitido mi punto de vista a cerca de este magnífico viaje a Senegal 2011 con Madrid Rumbo al Sur.

Un saludo para mis amigos, conocidos, familia y cualquiera que esté leyendo esta crónica, especialmente a mi hermano Luis.

 

Guillermo Delbergue

Expedicionario MRS 2011

 

Crónica 31.08.2011

 

El día de hoy ha sido muy interesante.

Por la mañana fuimos a visitar un proyecto de cooperación en una aldea. Nos encantó la forma en la que nos dieron la bienvenida, con cánticos y bailes, y lo hospitalarios que se mostraron. Nos invitaron a pasar a sus casas para poder ver con nuestros propios ojos la forma de vida en una aldea senegalesa. ¡Ha sido una oportunidad única!

Después, debido a imprevistos comunes en este tipo de viajes, no hemos podido llegar a tiempo al ferry que nos iba a llevar a Thíes, con lo cual hemos debido organizar un campamento improvisado en el puerto. Ha surgido algún que otro percance que rápidamente ha sido solventado gracias al eficaz trabajo de los monitores y al espíritu de compañerismo de todos los expedicionarios.

Todo esto forma parte de la aventura de este viaje y estamos seguras de que recordaremos este día entre risas cuando volvamos a Madrid.

Besos a todos.

 

Mikaela Zubillaga, Rocío Sánchez y Rocío Ruiz

Expedicionarias MRS 2011

 

Día 9
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Crónica Oficial MRS 01.09.2011
Programa de La Comunidad de Madrid

 

HABITANTES DE CAYUCOS

Mientras el ferry cruza a nuestros vehículos y a otros vehículos locales, los expedicionarios cruzamos el ancho curso del Saloum en cayucos de los pescadores de la zona. Cayucos exactamente igual que los que usan muchos de aquellos que, procedentes de diferentes zonas de África, llegan –o intentan llegar- a nuestro país.

En grupos de cerca de 30, los expedicionarios nos apretamos en estas lanchas, pertrechados con nuestros chalecos salvavidas. En tan solo unos minutos hemos cruzado sin problemas el río sobre cuyo espejo hemos visto en las últimas horas un anochecer y un amanecer maravillosos.

DEMBA TRAORE

Mientras esperamos a reagruparnos en la otra orilla del Saloum, un senegalés de mediana edad (A veces no es fácil hacerse a la idea) nos saluda en español. Nos dice que trabajó durante tiempo en Barcelona y en Lleida, hasta que una enfermedad le hizo volver pero conoce también la zona cantábrica de España. ¿Y Pamplona?, le pregunto. “Aaah” –sonríe- “¡El Sadar!”. El estadio de Osasuna. Otra vez el fútbol.

Demba Traore, así se llama este simpático senegalés, se confiesa seguidor del Real Betis Balompié, y dice que llevando harina a una panadería de Baqueira.

Demba Traore habla bien, habla sabio y está formado por mil experiencias. Me dice que añora España, donde hacía cosas, porque en su país, ahora, “sólo mira”.

“¡MAMÁ, VEN Y DAME UN BESO EN LA FRENTE!”

Hoy 1 de septiembre es el cumpleaños de mi madre, y no dejaré pasar esta oportunidad para mandarle un beso muy fuerte. Cristina, ese es su nombre, está preocupada por cómo me encuentro, lo mismo que estarán preocupadas todas las representantes de esta curiosa especie tan esencial.

Carlota Ortega, una de las chicas de la expedición, me dice que aunque su madre está contenta de que participe en este viaje, porque cree que le va a cambiar, no podrá evitar cierta ansiedad por saber de las andanzas de su hija. Carlota aprovecha, como en la radio de antes, para saludar: “¡mamá, ven y dame un beso en la frente, aunque luego te vayas!”

Guillermo Fernández es uno de los “becarios”, participó en MRS el año pasado, y este año repite como ayudante por ganar el concurso de cuaderno de viaje. Me cuenta que su madre, esa pasada edición, devoraba todas las crónicas que se cuelgan en la web y está seguro de que este año estará haciendo lo mismo.

Miriam Preckler, una de las monitoras, y profesora en el taller de Cooperación, dice que al principio sí que en su casa había preocupación cuando viajaba a lejanos países. Pero Miriam siguió y siguió viajando, de manera que, por pura adaptación y sentido práctico, el estrés de su familia se ha ido reduciendo, hasta acostumbrarse a la pulsión viajera, francamente imparable, de su hija.

En muchas zonas de Senegal, las madres no muestran preocupación por sus hijos, ni les hablan ni juegan con ellos. No porque no les quieran, sino por no atraer sobre ellos la atención de los espíritus que, por la noche, llegan para robárselos.

SALUD MENTAL

En la otra orilla del Saloum esperan los autobuses, que junto con los otros vehículos de la caravana, nos acercan a Fatick, al Hospital psiquiátrico de los Salesianos de San Juan De Dios, un centro con el que colabora la Comunidad de Madrid.

El Padre León, un senegalés corpulento y ataviado con coloridas ropas es el responsable del instituto sanitario, y guía por grupos a los chicos, explicándoles su actividad. Este psiquiátrico atiende a enfermos con dolencias permanentes, depresiones, problemas de drogas…

Malamine era jugador de fútbol profesional, pero un accidente truncó su carrera y su razón. Habla con los chicos sin regatear sus preguntas, sin driblar su curiosidad, y culmina la jugada con una enorme sonrisa triste que se gana a los expedicionarios.

El hospital se esparce por una gran cantidad de terreno. Gran parte de él son jardines arbolados para esparcimiento de los internos. Hoy quizás no sea en todo caso el mejor día, el sol vuelve a ser de justicia, no corre ni pizca de brisa, y la humedad es alta.

Hay que hidratarse permanentemente.

UNIMOG

El Unimog, el potente camión de bomberos todoterreno que nos acompaña, es un veterano al que se le da la oportunidad de demostrar que sigue siendo útil.

Y tanto que lo es. De su depósito mana el agua a cada momento, cuando es imposible localizarla envasada. Y el agua aquí es supervivencia. A este vehículo se le ha retirado la pala quitanieves que portaba en la proa hasta hace muy poco para destinarlo a una de las zonas más calurosas del mundo. Unimog, un campeón, se ha hecho, con Jesús Pastor y Pablo Font a los mandos, todo el camino entre España y Senegal, a través de dunas, pistas y caminos imposibles. Tras unas reparaciones “in situ”, continúa transportando agua, vituallas y, si es necesario, personas, a través de ríos y barrizales.

El abuelo cumple como un campeón.

Este mediodía, de Unimog ha salido una manguera que ha hecho las delicias de los chavales, que han suplido las inexistentes duchas por el “manguerazo”. En bañador o con la ropa de diario, han supuesto el incendio más bullicioso que ha apagado este providencial vehículo.

RUMBO EL FARO

Tras el manguerazo general y refrescante desde el camión de bomberos de la Comunidad de Madrid, ahora sí que estamos con buen ánimo para continuar viaje. Y es que el desplazamiento será largo. Nos espera el faro de Barbarie, en la costa norte del país, al lado de St. Louis. En una pequeña isla frente a esta señal luminosa, a la que accederemos en barcas, instalaremos nuestro campamento.

La carretera de la costa, que es por la que nos desplazamos, circula de todas maneras a muchos kilómetros de la costa. La razón, los potentes vientos del atlántico que baten sobre la zona al norte de Dakar que está pegada al mar, la llamada “Grande côte”. El peligro para el transporte pesado y el posible corte de las vías por la formación de dunas hizo que se proyectara estar arteria en un trazado lejano a una costa en todo caso casi vacía de poblaciones, salvo algunas aldeas de atrevidos pescadores.

EL BUS DE BEK

Los autobuses son ya uno más de la expedición, son hogares rodantes, dormitorios, comedores, salones de tertulia, salas de juego. Estos vehículos alquilados a empresas locales, conducidos por chóferes locales, también se rigen por las leyes locales. Es decir, organizada anarquía y controlado caos.

Escribo esta crónica sentado en la escalerilla de acceso delantero del autobús de Bek, en el que viajamos los grupos 2, 4 y 8, sus monitores, y el que suscribe, “empotrado”. La puerta abierta permite que el aire me pegue en la cara, es como ir en la parte trasera de una “pick-up”. En el salpicadero del autobús Bek lleva un plato de cerámica, una tetera, un rollo de cinta americana, una caja abierta de raciones del Ejército Español, una placa de matrícula arrugada, e innumerables papeles y cartones. La superficie no cubierta deja ver polvo de mucho tiempo. Al lado del vetusto radiocassette, se ve escrito en algo parecido a tiza, un nombre, “Beugues Fallou”, y su número de teléfono.

A eso se le llama agenda integrada.

TRÁFICO PREFERENTE

Circulación en las rotondas: En España, el de fuera de la rotonda cede el paso al de dentro. En Senegal, el que cede el paso (Cuando cede) al de fuera, es el de dentro. Cuestión de prioridades.
¿Metáfora?

 

Crónica 01/09/2011

 

Hemos pasado una noche africana, es decir, una noche de tormenta, aventura, nervios, sueño y ganas. Una noche improvisada. Montamos todo un campamento (con lonas incluidas) en el puerto de Fondiune, y después de que la lluvia volviera a mojar nuestros sueños, conseguimos al fin dormir.

 

Despertamos entre tonos anaranjados con olor a madrugada, con un amanecer tan abrumador como colorido. Un cielo de acuarelas que nos ha acompañado en la barca que nos llevaba al otro lado del río. Navegamos por aguas tranquilas en nuestros encantadores cayucos, a la vera de la voz de nuestra monitora Bea que nos contaba como los africanos cruzaban en esas barcas el mar para llegar a España, y nos explicaba porque aunque en España no encontraban una vida mejor, estos pequeños soñadores la seguían navegando hasta llegar a esa “tierra de oportunidades” el conocido como “efecto llamada”. Tras un trayecto ya habitual de autobús visitamos un proyecto de salud mental donde nos explicaron el funcionamiento del tipo de pacientes que allí se encontraban.

En el psiquiátrico conocí a Malami. Antes era jugador de fútbol profesional, pero un fuerte golpe en la cabeza torció su camino produciendo un traumatismo craneoencefálico que le provoco la locura. Ahora esta mejor, ha luchado por volver a jugar al fútbol. Cuenta que allí le tratan bien. Es duro pensar como de un día a otro la vida te cambia y, aun así, el me ha regalado la mejor de sus sonrisas, me ha agradecido la visita con una agradable “merci beaucoup” y me ha dado un beso, un beso nublado por la perspectiva de un lugar que esconde enfermedad en los rincones.

Los expedicionarios estamos bien (aviso para todos los padres preocupados) los monitores nos cuidan genial y hemos descubierto que ni la lluvia, que ni el cansancio, que ni los ríos ni el mal olor que llevamos pegado al cuerpo pueden con nosotros, ni con nuestras ganas de aprender de estos senegaleses que nos acogen con los brazos abiertos y llenos de amor.

 

La noche nos alumbra ahora y todos bailamos al son de las estrellas que, disimuladamente, parpadean en el firmamento del lugar donde pasaremos la noche.

La vida me parece mas bonita y sencilla bajo la eternidad africana, donde el tiempo no se cuenta en horas para vivir cada instante, donde las noches arropan nuestros sueños y la incertidumbre del mañana se infiltra en nuestro miocardio

 

Carlota Ortega

Expedicionaria MRS 2011

 

Crónica 01/09/2011

 

*ghasp* estoy mojado, no hace precisamente frío, la gente pulula de un lado a otro, todo está oscuro. No. Perezosamente me levanto y compruebo que el horizonte amanece. Gruesos troncos dispuestos como amarraderos venecianos adornan como muescas negras un naranja-terroso cielo nuboso y su verrouillé reflejo. Alguien me ha arropado esta noche con papel de burbujas. Hacemos traslado desde el ferry-campamento hasta los cayucos. Cruzamos el río. Carajo, vaya si se inundan con facilidad, va a hacer falta empezar a achicar el agua pronto. No parece posible que la gente arriesgue sus vidas viajando en estos botes para ir a España. Fugaz viaje en bus. Visita de un centro psiquiátrico. ¿Sería verdaderamente aquella mujer una sindicalista presa política o responde más al perfil de una paranoica? Hebefrenia, esquizofrenia y depresión conviven aquí con otros trastornos mentales.

 

Me toca de copiloto en el camión de material. (Ana Domingfl, ya tienes tu foto) Down: ”¡Acuarelas, estate al loro!”. Cambiamos una rueda y paramos dos veces más camino de San Luis. Otro caballo demacrado, otro mercado estercolesco, otro paisaje verde y llano salpicado de baobabs, otra carreta tirada por un caballo. Que rallante es la música árabe de Massour, el conductor del discotequesco-choni-truck. Atento al talkiewalkie. Dejamos Thies. Otro cartel de Orange. Lupi también ha pinchado. Festín a base de coca-cola y Cuétaras de barquillo y chocolate. Ananas Gazèle, jus d’annanas gazeux. Los vestidos de las mujeres emiten intensos destellos de colores. Los estampados y llamativos tocados contrastan con la gastada y descolorida ropa de los hombres. Increíble país, sideral. Papá, se me han roto los carriles del objetivo. Ahora se sale, pero sigue haciendo fotos… Happy saludos pour tutti el mundo.

 

Anónimo

Ganador del concurso de cuaderno de viaje MRS 2010

 

Crónica 01/09/2011

 

Estamos ya en el ecuador del viaje y la mayoría de nosotros nos estamos acostumbrando a esta vida nómada, sin permanecer más de 24 horas en el mismo sitio, buscando nuevas experiencias. Anoche pasamos una noche muy larga debido a diferentes circunstancias que han interrumpido nuestra tranquilidad y nuestro descanso, pero gracias al equipo de monitores y a nuestro compañerismo, hemos conseguido dormir suficiente. Además hemos disfrutado de un impresionante amanecer desde nuestras camas improvisadas con chalecos salvavidas. Todos sabíamos que este viaje sería duro y estaría lleno de aventuras, pero creo que ninguno esperábamos encontrarnos con tantas sorpresas. En solo una semana nos hemos calado con lluvias tropicales, nos hemos acostumbrado a dormir poco y al deporte matutino con Pablo, hemos ido descubriendo los distintos tipos de ranchos militares, pero lo mas importante ha sido apreciar el verdadero significado de Senegal, Teranga (hospitalidad, ya que en los distintos poblados donde hemos pasado nos han acogido con los brazos abiertos, con una sonrisa en la cara)

 

Parece que llevamos más de un mes en este país. Los días son muy largos y las noches cortitas, muchos estamos empezando a sufrir al pensar que en tan solo una semana volveremos a la rutina madrileña…estoy seguro de que nos va a costar volver a nuestras vidas, y sobre todo, será difícil asimilar todo lo que vamos absorbiendo día a día.

 

De momento, nos toca seguir disfrutando de esta expedición, empezando por pasar esta noche en una isla paradisíaca, una isla paradisíaca con unas instalaciones increíbles.

 

“no es más rico el que más tiene, sino el que menos necesita”.

 

Guillermo González Meyer
Expedicionario MRS 2011

Crónica 01/09/2011

 

Idílico.

 

Tras una noche especial, llena de imprevistos y sorpresas en el ferry, comienza un nuevo día que toma rumbo hacia San Luis.

 

Un amanecer osado y un curioso viaje en cayuco consiguen despertar nuestros sentidos a pesar del cansancio y el sueño. Como ya es costumbre para nosotros, comenzamos el día surcando los pedregosos caminos en bus, disfrutando de paisajes espectaculares en los que el verde toma un protagonismo especial. Al fin, tras diversos descansos en el camino, llegamos a la primera parada: el hospital psiquiátrico de los hermanos de San Juan de Dios. Algunos trabajadores del centro se ofrecen como guías y nos enseñan las instalaciones mientras diversos internos se animan a compartir con nosotros sus experiencias, haciéndonos participes de otra de las realidades de Senegal.

 

Finalmente, a pesar de las largas horas de viaje, recibimos la más grata sorpresa recibida hasta el momento, nos alojamos en la paradisíaca isla de Barbarie. Un lugar lleno de palmeras, arena y estrellas. Un espacio para soñar y descansar…que ya nos hacia falta!

Julia Jiménez Hens

Expedicionaria MRS 2011

 

Crónica 01/09/2011

 

Hoy hemos amanecido en el pueblo tras pasar una noche de confusión y algo difícil para todos. Pero al despertar y ver probablemente el amanecer mas bonito que recuerdo, he sentido que todas las sensaciones de esta noche desaparecían al instante.

Así es como me he dado cuenta de que los malos momentos o los momentos difíciles de este viaje no son nada comparado con las grandes experiencias que estamos viviendo estas semanas. En las pocas horas siguientes ha dado tiempo a muchas cosas: hemos cruzado el río Saloum en cayuco y visitado un pequeño centro para enfermos mentales al que ayuda la comunidad de Madrid. Además nos ha dado tiempo a desayunar y refrescarnos con un manguerazo antes de emprender nuestro viaje hacia el próximo destino: Saint Louis. Las horas en el autobús me dejan tiempo para pensar en todo lo que nos rodea. En los nueve días que llevamos aquí nos han dado un montón de calurosas bienvenidas, decenas de manos han estrechado las nuestras con alegría e incontables pares de ojos esperanzados se han elevado sobre los nuestros. Cada vez que una de estas personas me regala una sonrisa me doy cuenta de que las pequeñas cosas son para ellos las que más cuentan. Cosas a las que nosotros jamás hemos dado importancia, cosas que estos días nos estás enseñando que, en realidad, son las más importantes.

 

Paula Méndez-Bushell de Marco

Expedicionaria MRS 2011

 

Crónica 01/09/2011

 

Cada día es la misma sensación…el tiempo se escapa entre los dedos de mis manos, es desconcertante, nunca había vivido nada con tanta intensidad, hay algo muy profundo en cada instante, hay un trasfondo en cada mirada, cada detalle, cada persona, cada sonrisa, que en ocasiones da vértigo no poder llegar a vislumbrar toda la magia que nos sorprende en cada lugar que vamos dejando atrás. Vivimos deprisa, al tiempo que congelamos momentos, saboreamos experiencias que ya forman parte de nosotros. Hoy es el noveno día de este viaje, la noche de ayer fue rebelde y un poco caprichosa, pero una pequeña tormenta es algo insignificante en comparación a poder dormirnos perdiéndonos entre constelaciones, observando la Vía Láctea, que atraviesa el cielo y anhelando que se cumplan los deseos improvisados que fugazmente cada noche atraviesan el cielo. Hoy nos ha dado los buenos días un amanecer salvaje que se fundía con las olas en el horizonte. Esta mañana hemos visitado un centro de salud mental donde, además de conocer sus instalaciones, hemos tenido la oportunidad de ponernos en contacto con los enfermos, que por supuesto nos han recibido con una sonrisa, nos han dado la bienvenida y han compartido con nosotros un pedacito de su historia. Después de la visita hemos cargado las pilas con un buen desayuno, y antes de ponernos en marcha otra vez, hemos disfrutado de un buen manguerazo a presión, con el que nos hemos refrescado. Ahora estamos de camino a Saint Louis, y como siempre cargados de ilusión, expectantes ante lo que nos espera, preparados para cualquier aventura, dispuestos a comernos el mundo. Este mundo del que ahora nos sentimos parte. Mientras tanto, quemamos el tiempo mientras compartimos miradas de complicidad que dicen más que cualquier palabra.

Sara López
Expedicionaria MRS 2011

 

Día 10
Oficial1234

Crónica Oficial MRS 02.09.2011
Programa de La Comunidad de Madrid

 

LA ISLA

La llegada, ayer por la noche, a la isla del faro de barbarie, fue como el espejismo fantasioso y delirante de un sediento en el desierto: A medida que nos acercábamos, y con el sonido de fondo del agua oscura surcada por la lancha, íbamos viendo aparecer entre la oscuridad luces que dejaban ver fragmentos de paraíso perdido, como mesas de jardín, bungalows, una barra de bar al aire libre…

Se trata del complejo que regenta Jai Hernández, nacido en Marruecos, sevillano de adopción que lleva ya cinco años asentado en Senegal y su socia Pilar, cuya historia como trabajadora de Naciones Unidas y cooperante daría para un libro entero.

Es cierto que el uso de agua de los baños está limitado, y no es potable, y que el agua embotellada se ha acabado, y que esta noche ha caído un vendaval de viento, lluvia y arena que nos ha hecho polvo a los quienes dormíamos fuera. Y es cierto que la luz eléctrica está restringida. Es cierto que esto es África.

 

MORGAN EL GALLEGO

“Morgan el gallego” es un gallego de Tuy cuyo nombre real es Telmo. Lleva unos meses trabajando con Jai Hernández y se ocupa de pilotar las barcas que les comunican con la lengua de tierra en la que se hallan el faro y Saint Louis.

Morgan el Gallego, a través de su barba blanca, grita a quien está mal colocado y blasfema con acento gallego al estilo de los marinos de antes. “Es tan difícil dejar el acento como el verbo brusco”, me dice sonriente. Morgan el gallego lleva con mano firme y gesto adusto las lanchas a través de la oscuridad.

 

EL DESEMBARCO DE SAINT LOUIS

Por la mañana unas lanchas nos llevan hacia Saint Louis, en una travesía de cerca de una hora.

La zona en la que está ubicada esta ciudad colonial bañada por el río Senegal, fronteriza con Mauritania, está formada por una serie de lenguas de tierra arenosa. Esta urbe fue fundada allí, en la lengua intermedia, precisamente porque la lengua externa le cubría en parte de los fuertes vientos del océano que azotan esta zona del país.

En Saint Louis, la zona continental está habitada por gentes migradas de zonas interiores, que viven en barriadas pobres. En la lengua intermedia se halla la ciudad colonial, y en la lengua externa de tierra se halla el barrio de pescadores, donde unas 70.000 personas se hacinan en pobres casas, con una densidad de población elevadísima. Allí precisamente desembarcamos, en el lugar donde se procesa el pescado recogido.

 

PROYECTO PROCESADORAS DE PESCADO

La zona donde se sala el pescado es un cúmulo de olores, de sucios secaderos y de moscas arremolinadas. La Fundación CEAR, de Arquitectos sin Fronteras, con la colaboración de la Comunidad de Madrid, lleva a cabo un proyecto iniciado en 2006, que consiste en la construcción de una estructura de procesamiento de pescado con nuevos métodos (Ahumado), que se compaginan con los tradicionales (salazón), proporcionando mejores condiciones para una mejor ratio de producción y para una superior higiene en las labores.

Alfonso Martínez, un burgalés colaborador externo, y Patricia López, coordinadora del proyecto, nos explican cómo algunos animadores locales procuran cambiar insalubres tradiciones locales y demostrar las mejoras sustanciales que suponen los nuevos métodos.

A las instalaciones que se están habilitando llegamos a través de la playa. Muchos de nosotros caminamos con nuestros ya baqueteados pies sumergidos en el agua de las olas que mueren en la orilla.

 

LIBERALISMO SENEGALÉS

En Saint Louis, como en el resto de Senegal, los taxis no llevan números, ni los motoristas casco, ni los vendedores tienen licencia, ni los neumáticos de los coches dibujo. El Estado no tiene más visibilidad que la que le dan unos cuantos militares vestidos con abigarrados uniformes que de vez en cuando se ven paseando, desarmados, por algunas calles.

Nadie controla nada, pero todo parece autorregularse de manera mecánica e inconsciente: El paradigma del liberalismo. En Senegal.

Vivir para ver.

 

VENDEDORES

Hay zonas, como la Isla dakariana de Gorée, donde es más agobiante todavía, pero en saint Louis la presencia de los vendedores ambulantes ya es pegajosa. Jóvenes locales se arriman a mostrarnos sus collares, pulseras, máscaras, y otros productos. Indiferentes a la negativa, insisten y vuelven a insistir. Normalmente sin incomodar, pero en todo caso sin cejar en el empeño.

Ya muchos de los chavales visten coloridos pantalones senegaleses diseñados con geométricos dibujos, y casi todos llevan artesanías diversas colgadas de cuellos y muñecas.

Carlos Toro, el malagueño para todo, no da abasto con las peticiones de cambio de divisa.

 

Crónica 02.09.2011
Siempre que se lee un post en algún blog nos llena y nos emociona más si va acompañado de alguna música. Si tuviera que elegir la banda sonora de este viaje, elegiría sin duda las melodías que estoy escuchando en estos momentos. Nos encontramos en un islita mas bien lengua, de barbarie, cerca de San Luis en la que hay un campamento bastante tropical y paradisíaco a pesar de la tromba de agua que nos caló anoche, en el que un concierto de un grupo senegalés deleita nuestra estancia aquí.

 

Hacinados como sardinas, con miedo, hambre, sed e incertidumbre. Así es como viajan aquellos pobres valientes que deben huir en patera de este país, espantados por las miserias propias y atraidos por los supuestos lujos ajenos. Sin todas estas incomodidades pero en sus mismos vehículos, nos hemos trasladado hoy, después de una carrera matutina por la playa desde nuestro refugio hasta el propio San Luis para ver unas instalaciones de procesamiento de pescado. Y de nuevo el intenso olor de África nos ha ascendido por la nariz esta vez convertido en olor a tradición pesquera.
Los dulces sonidos del Kora (instrumento de cuerda típico) siguen acariciando mientras pienso y rememoro todo lo pasado en nuestro viaje, lo recuerdo grata y satisfactoriamente, pero intento echar la vista más atrás y todo me parece extraño, muy lejano; como un sueño, quizás de la misma forma que me lo parecía Senegal antes de pisarlo. Aunque ahora lo siento como mío, como si la Teranga senegalesa y africana hubiera sido una miel en los labios que tras estirar la lengua consigues degustar, y consigue engancharte de tal manera que deseas que, cuando ese sabor se disuelva e tu boca, te vuelvan a poner ese dulce en los labios, pero un poco más arriba que la otra vez para que tengas que estirar de nuevo la lengua, esta vez un poco más, para alcanzar la miel. Hasta que este sabor sea tan adictivo que tengas que abrir el tarro y comer directamente de él.

 

En la visita a San Luis han impactado a unos y fascinado a otros como trataban el pescado en aquellas marmitas antiguas un poco antihigiénicas. Más tarde el director de un proyecto para la mejora y nueva construcción de estas instalaciones nos ha explicado lo que tiene entre manos para ayudar a estas mujeres luchadoras, que sobreviven con trabajo y sueldo digno en una cultura dominada por hombres, haciendo lo que les gusta.

 

La vuelta a nuestro campamento ha sido de la misma manera que la ida, en un gran cayuco que flotaba por el río Senegal, en dirección a concluir otro día más en esta expedición y esa experiencia que sin duda no morirá en ese avión que despegue de Dakar en unos días, y que tampoco será la última vez que saboreemos la dulces mieles de África.

 

Daniel Fuentes

Expedicionario MRS 2011

 

Crónica 02.09.2011
Hoy nos hemos levantado después de una lluvia nocturna que ha dividido el sueño, aún así a luz del nuevo día nos ha traído la alegría de contemplar esta isla idílica al margen de todos los suburbios de Senegal.

 

Después del ya usual ejercicio con la novedad del escenario: una playa de arena blanca extendida hasta el horizonte, hemos tomado el desayuno y hemos podido empalizar de una manera suave y breve con las personas que buscan su futuro en una patera al montar en una de ellas para llegar a Saint Louis. La entrada podríamos decir que fue por la puerta de atrás, hemos entrado por le río Senegal hasta un embarcadero de las afueras de Saint Louis donde se trata el pescado. Nada más poner un pie en tierra nos ha mandado un olor fuerte que invadía todos nuestros sentidos: lo podíamos oler, ver, sentir y saborear. Precisamente del sabor del olor no era muy agradable, su visión era desagradable y su tacto muy áspero. En este ambiente nos ha recibido un español que nos ha explicado un proyecto financiado en parte por la Comunidad de Madrid para mejorar las condiciones de trabajadores y trabajadoras de este sector, sin embargo para legar al emplazamiento del proyecto hemos tenido que cruzar los lugares donde tratan el pescado, es decir, donde lo conservan en sal y donde lo ahuman. Con ello hemos podido presenciar la falta de higiene. El emplazamiento está en una playa del atlántico, bastante limpia, como si el proyecto quisiera hacer todo completamente nuevo, como si quisiera limpiar todo ese escenario desolado y darles la imagen reluciente de una playa blanca. Una vez visitado el proyecto volvemos a la isla de nuevo en patera. La llegada se marcó bastante sarcástica con la diferencia de situación y contexto de ambos escenarios. La vuelta fue como simular un verdadero viaje en patera: salir de un escenario desolador, cruzar una pequeña distancia y llegar a algo parecido al paraíso por comparación.

 

Ya en la isla nos remojamos un poco, tomamos la comida que no habíamos comido y la cena, que por hora, estaba próxima. Bocatas de chorizo y pimientos! Ya con el sol debajo del horizonte nos reunimos para preparar nuestras pequeñas obras de teatro y ahora escribo estas palabras – memoria acompañada por un concierto de Kora música africana interpretada por Ablaye Cissoko, uno de los mejores concertistas del mundo tocando la Kora, un momento de descanso, relajación y reflexión acompañado por la banda sonora de este bello continente donde, como ponía en una camiseta de un vendedor ambulante, “África es el futuro” y en otra que ponía “tu vida esta en mis manos”, y así es, nuestra vida, bellas hojas verdes del árbol de la vida, están sujetas por raíces ocultas, sucias y muchas veces desaparecidas por que son esenciales para que las hojas sean verdes y no marchitas.

 

Iñigo Vitón García

Expedicionario MRS 2011  

 

 

Crónica 02.09.2011
Ayer por la noche creyendo que íbamos a dormir en alguna playa al norte de Senegal por la zona de Saint Louis nos montamos en un cayuco y llegamos aquí. A este campamento solidario “paraíso”, esta mañana fue algo complicado ya que por la noche hubo goteras en la cabaña por la lluvia y muchas cosas se habían mojado, pero aún así felices por estar aquí… desayunamos después de hacer el matutino y rutinario ejercicio con Pablo en la playa, esta vez algo más entretenido. El desayuno ha sido diferente, por el sitio, no por el contenido. Pan tumaca, cola-cao y pan con aceite… después de un baño-ducha en el delta del río Senegal hemos emprendido el rumbo a San Luis en patera, y allí nos ha recibido la organización de pescadores sin fronteras. Ya que la principal fuente de riqueza en Senegal reside en el sector pesquero, hemos enfocado toda la jornada de hoy al aprendizaje de las diferentes técnicas de tratamiento de pescado, las cuales pueden ser sazonado, secado natural y ahumado. Para no variar, el calor ha sido el causante de nuestra falta de atención en algunos momentos, y a pesar de ello y de estar rodeados por una humedad sofocante, hemos disfrutado mucho de la explicación. Tras atravesar el puerto en pick-ups y surcar el río Senegal en una inconmensurable barcaza, hemos vuelto a nuestro pequeño paraíso, muy cómodo y agradecido en comparación con las dificultades de estos días a la hora de conciliar el sueño. ¿Cuándo vamos a correr? Es una de las preguntas más frecuentes y sin respuesta que nos formulamos en varios momentos del día. Sin embargo, la comida casera ha prevalecido frente a la ración militar. Esta noche después del taller de teatro y del concierto de uno de los músicos mas reconocidos en Senegal, y en África, Ablaye Eissoko, nos daremos cuenta de que, aunque creamos que pasa el tiempo lento, estaremos de vuelta en Madrid en un abrir y cerrar de ojos, algo que cada día que pasa, aunque parezca mentira, nos va asustando mas… estamos aprendiendo mucho, estamos experimentando cosas increíbles y sobretodo aprendiendo a valorar y a agradecer lo afortunados que somos y la suerte que tenemos. Gracias a Madrid Rumbo al Sur por hacer esto.

 

– Familia, os echo de menos, en especial a mamá…os quiero y ojalá estuvierais aquí para ver esto…

– Chavales, colegas, mucho que contaros. Cuando llegue de verdad.
– Abuela, Antoñita e Isabel, saludos y besos para las dos. Os quiero.

¡GRACIAS MRS! Nos vemos en Madrid.

Jose Ignacio Pamiés

Expedicionario MRS 2011

 

 

 

Crónica 02.09.2011
El día ha comenzado a las ocho y diez de la mañana, en la paradisíaca isla de Saint Louis. Aunque en los baños no haya agua y en el bungalow esté repleto de arañas, después de dormir en un ferry al aire libre, en una terraza y en diferentes colegios salesianos, piensas que es el paraíso.

Hoy hemos conocido el programa de cooperación en la pesca. Mi primera impresión al ver los peces repletos de moscas ha sido: “se les caería el pelo por estas condiciones de higiene si fuese en España.” Pero aún así la gente lo compra, pero también he pensado: “¿y si es este el origen de nuestro pescado?” entonces las normas de cada país no sirven si son diferentes en otros, por ejemplo en medidas de higiene, o sea que su “descontrol” recae sobre los países desarrollados.

No es que no tengamos razones para ayudar a otros países pero ahora de lo que hablamos es de cooperación. De que si ayudamos, también nos ayudan a nosotros. Creo que esa imagen debería expandirse, así se concienciarían de que es realmente la cooperación.

 

Posdata: un beso enorme a mi familia que estará preocupada, tranquilos estoy bien. Otro a Diego de Lara que sé, que seguro que lee la crónica. Y por último otro enorme a Dani. Pronto nos vemos.

 

Paloma Cabrera García

Expedicionaria MRS 2011

Día 11
Oficial12345

Crónica Oficial MRS 03.09.2011
Programa de La Comunidad de Madrid

 

CONCIERTO PRIVADO

En el precioso amanecer, casi de ficción, en la desembocadura del Senegal, todavía resuenan los ecos del concierto de la noche pasada.

Ablaye Cissoko es un prestigioso músico, intérprete de kora, el instrumento nacional senegalés, un artista reclamado en salas de todo el mundo. Cissoko y sus músicos nos ofrecen un memorable concierto nocturno en el campamento. Las notas de la Kora llenan el ambiente, los variantes ritmos del djembé y demás percusiones retumban en la arena, la flauta se eleva hasta que sus notas escapan más allá de la luz de los focos.

Ablaye Cissoko, natural de Saint Louis, y sus sensacionales músicos, serían un lujo inasumible de no ser por la amistad que les une con Jai, nuestro anfitrión. En breve, nos cuenta, parte de gira por los estados Unidos. Escucharle es tremendo. Hacerlo en la tibia noche es fantástico. Recrearse con su virtuosismo rodeado de los compañeros de aventura es mágico.

Hacer todo eso en plena África, en la desembocadura del río Senegal… no tiene precio.

 

ÁNGELES DE GUARDIA

Desde ampollas a rozaduras, pasando por presunta malaria, diarreas y mareos. Concha Gómez Vilanova, doctora, y Mamen Renedo, enfermera, ambas especialistas en urgencias, son ángeles de la guarda a jornada completa.

Ambas dominan el perfecto equilibrio entre la prudencia y el escepticismo de quienes ven a diario la diferencia entre lo grave y lo más grave, con la responsabilidad para no dejar ningún enfermo sin cura.

Profesionales impecables en el diagnóstico físico, son infalibles también en el diagnóstico personal. Puedo asegurar que con una mirada a los ojos de quien acude a ellas saben calibrar la intensidad del dolor, lo profundo del malestar o lo acentuado de las ganas de perderse el deporte de la mañana.

Concha y mamen, instaladas en un bungalow que hace de centro médico, pasan consulta a todas horas, y cada uno les importunamos en cualquier circunstancia con nuestras pequeñas dolencias particulares. Mientras comen, mientras preparan la mosquitera, mientras descansan… Ellas lidian y separan el grano de la paja.

Concha y Mamen, profesionales de la sanidad por su título, psicólogas de hecho.

Ángeles guardianes por aclamación.

 

EL IMPERIO DE LO DIFERENTE

Las diferentes circunstancias, el diferente clima, los diferentes modos de vida, el distinto color de la piel, las distintas costumbres, olores y sabores, la diferente luz, son factores que nos llevan a considerar estas tierras como un universo propio y distinto al universo en el que desarrollamos nuestras vidas en España. Imposibles de mezclar, imposibles de concebir en una misma idea, imposibles de meter en un mismo saco, pertenecientes a dimensiones lejanas e irreconciliables.

Y, sin embargo, en el Siglo XII, lo que ahora es nuestro Madrid y el Senegal que pisamos en estos momentos eran provincias de una unidad política de la que no eran la metrópolis. En el efímero Imperio Almorávide los dos polos de ahora se tocaron. Frontera norte y frontera sur, frontera ambos. Eran otras épocas, claro, pero conviene recordar que hubo un tiempo en que ambos éramos periferia, ambos éramos actores secundarios.

 

TALLER DE DOS DIRECCIONES

Patricia Conde es una senegalesa viuda, con 4 hijos, sin posibilidad de acceder a un trabajo ni de proporcionar alimento ni educación a su familia.

En realidad, Patricia es una de las chicas de la expedición, pero ha de ponerse en la piel de su “alter ego” senegalés, y así trascender de la manera de ver las cosas que tenemos quienes venimos a ayudarles.

En el taller de Cooperación de Beatriz Tavera y Miriam Preckler quienes hablan son los chavales. Ellas plantean, proponen e incitan.

Observando desde fuera las dinámicas que plantean estas dos especialistas, imagino que los chicos aprenden mucho, pero ellas también.

Es el taller total.

 

CANAL DE SENEGAL

Juan Burgos y Carlos Sarmiento, del Canal de Isabel II, llevan el taller sobre agua y recursos hídricos. Explican con gráficos cómo en España el consumo varía, se reduce o amplía dependiendo de factores tan triviales como descansos de partidos de fútbol, pausas de publicidad en TV, o inicio de la temporada de piscinas.

En Senegal, dicen, esas gráficas serían imposibles: El agua es bien de primera necesidad y no cabe decidir sobre su uso. Se usa cuando es urgente usarla, y se busca donde es posible buscarla.

Como prueba, un dato que nos ofrecen: El consumo medio diario de cualquiera de nosotros en España sería de 250 litros de agua. Aquí, donde no cabe desperdiciarla, estamos consumiendo menos de 30. No necesitamos más.

 

CHEZ MALAMINE (EL REY)

En una zona humilde de Saint Louis, cerca de una también humilde tienda llamada “Alimentation Omar Sow”, tras un humilde portal con un 141 encima, nació el profesor Malamine, catedrático de Historia Africana y apreciado miembro de nuestra expedición.

Nuestra visita a Saint Louis comienza en esta calle de tierra pisada en un barrio en el que el profesor Malamine es bien conocido: Su padre lo fundó hace muchos años, trasladando allí a la gente de una zona pesquera arruinada, y dándoles un hogar. El padre de Malamine fue jefe de ese barrio en el que nuestro profesor es una celebridad.

Le preguntamos por qué no es ya jefe del barrio. Malamine, con su enorme sonrisa blanca, nos replica: “Aunque el rey quiera dejar de ser rey, sigue siendo rey”.

 

RECIBIMIENTO Y BAILES

Los habitantes del barrio nos homenajean con la omnipresente música de percusión y con frenéticos bailes tradicionales. Ya va oscureciendo, y las sombras agudizan la sensación de movimiento sin fin. La población local nos invita a salir a bailar con ellos. Tras unos momentos de duda algunos, como la Doctora Concha Gómez Vilanova o Borja, el monitor, saltan al ruedo a dejar bien alto el pabellón y, la verdad, dan cumplida y digna respuesta al reto africano.

En cierto momento, aparece un grupo de mujeres ataviadas con vestidos que recuerdan a los vestidos europeos de época, con reminiscencias africanas, y con abanicos como los de las damas francesas de hace un par de siglos. Representan a las “signoras”. Éstas eran las hijas de padre francés y madre africana, y que acabaron convirtiéndose en uno de los iconos de la Saint Louis colonial. Bailan por turnos alocadas e imposibles danzas que recuerdan a las de la santería caribeña, o la de Nueva Orleans. También francoafricana, también marcada por el río. Y por el misterio.

 

LA LUCHA SENEGALESA. LA DERROTA QUE SABE A VICTORIA

La lucha senegalesa es una especie de lucha libre que ha evolucionado hasta convertirse en el deporte nacional de este país del África Occidental. Lo que en principio era una ceremonia de hermandad al terminar la cosecha, ha llegado a ser un deporte seguido con pasión por millones de senegaleses, con cuantiosas apuestas, millonarios contratos y fabulosas sumas por derechos de imagen y publicidad.

La demostración que se nos hace comienza con una danza en la que el campeón, un bigardo de casi dos metros y más de 100 kilos de peso, musculado y atlético, se jacta y pavonea, provocativo, acompañado de una recua de cinco o seis de cuadrilla, al estilo de los boxeadores profesionales. La sorpresa llega cuando el speaker llama a salir a la improvisada cancha a nuestros dos ejemplares más cualificados físicamente: Telmo Aldaz y Alex Von Kursell, monitor. El guante está lanzado.

Y hay que decir que tan solo el desconocimiento de este deporte, en el que la técnica parece tanto o más importante que la fuerza, hace que nuestros vitoreados ídolos sean tumbados por el campeón de Saint Louis, que no es otro que el bigardo de la danza inicial. Campeón que ha tenido que sudar, efectivamente, para contener y luego volver a su favor las potentes arremetidas de Telmo y Alex. Ambos prometen documentarse sobre este tipo de lucha y volver para saldar cuentas. Mientras el momento llega, charlamos con nuestro caballeroso vencedor, que nos enseña fotos de sus victorias y recuerdos de su carrera.

Tras los combates entre locales y expedicionarios de MRS, los chavales, desde el improvisado graderío, gritan por turno los nombres de egregios miembros del equipo como Carlos Toro, Jaime Martínez de Ubago y Alfredo Liñán. El buen tino hace que éstos declinen esta invitación popular a pelear. Nuestra honra había quedado alta y no era cosa de sufrir severas humillaciones.

 

EL SAINT LOUIS COLONIAL

La lengua de tierra, la isla que en la desembocadura del río Senegal contiene a la original Saint Louis, está comunicada con la lengua de tierra exterior, donde se halla el barrio de pescadores, mediante un puente de hierro, llamado “Pont Faidherbe”, que los sanluisanos pretenden que contruyó el mismísimo Eiffel. Sin embargo, nos explica el profesor Malamine, no fue así. El puente se abre hacia el cielo en su segmento central para dejar pasar al tráfico fluvial.

Las edificaciones coloniales de este centro histórico muestran fachadas blancas encaladas, aunque sucias y descuidadas en la actualidad, y características balconadas de madera. En una esquina de estas callejas se encuentra el hotel Siki, regentado por Jai, el sevillano anfitrión de la expedición. Mientras los chicos quedan libres para visitar la zona y hacer compras, algunos monitores y miembros del equipo nos refugiamos en este oasis.

 

HOTEL SIKI

El Hotel Siki ocupa la casa que fue lugar de nacimiento del primer campeón mundial de boxeo de origen africano. Se llamaba, claro, Siki, y varios libros y objetos recuerdan el glorioso pasado de la edificación.

En la barra del Siki, el primer crochet lo recibimos con el “Tinto de verano” que nos sirve Jai. El gancho en toda la mandíbula nos lo proporcionan las raciones de croquetas que desaparecen en un visto y no visto. Pero esas delicias no acaban de dejarnos groggys, porque, en el rincón de la barra, el fresco de la toalla del aire acondicionado nos hace levantarnos antes de la cuenta de diez segundos, dispuestos a seguir peleando con enemigos tan poderosos como los que nos anuncia el pecaminoso letrero de la pared: “Salmorejo, tortilla de patatas, gambas tigre…” son poderosos puños a los que, en casa de Siki, nos someteremos, dispuestos incluso al tongo para mantener ese recuerdo tan sabroso de nuestra España.

 

CUMPLEAÑOS EN BARBARIE

En la arena del pequeño embarcadero donde esperamos las lanchas que nos llevarán de vuelta al campamento del faro Barbarie, da la medianoche. A oscuras, los muchachos del grupo 3 comienzan a entonar a coro el “Cumpleaños feliz”. Su monitor, Alex Von Kursell, nuestro bigardo particular, digno contendiente en la lucha senegalesa, cumple 24 añitos. Criatura.

Entre un montón de chavales le mantean sobre la arena. Alex ya se había comprado en Senegal su regalo de cumpleaños: Un ejemplar de la Constitución de Senegal. Y es que Alex colecciona constituciones de los países que visita. Y se las lee.

Es un tipo particular. Es un buen tipo.

 

LA CENA PADRE

Cuando, agotados por todo el día de actividad, llegamos al campamento, Pablo Font, mago de la cocina para 150 en condiciones mejorables, y Jesús Pastor, nos tienen preparada una sorpresa: Igual no me creen si les digo que en el momento en que escribo esto cenamos langosta y langostinos, procedentes del mercado local, con fideuá de marisco. Pero es la pura verdad.

Sólo hay un placer mayor que comer estas delicias, y es ver comerlas a los chavales.

 

Crónica 03.09.2011


Doce días han pasado ya, doce días colgando en el hilo del tiempo.

 

Buscando, pidiendo, investigando y aprendiendo; así estamos y así nos quedaríamos. No se trata de mirar sino de observar. Los ojos bien abiertos, y preparados para absorber; porque al fin y al cabo, eso somos, eternas esponjas en pleno apogeo. Absorbiendo sin fin, sin pausa.

Siempre creí en la magia, siempre perseguí a los magos; pero aquí, en África, la magia no se esconde detrás de una barita mágica y un sombrero de copa. Busca en los detalles, y la encontrarás.

Estoy segura de que muchas miradas se han perdido por estas tierras tan impredecibles, estoy segura que las tierras rojizas del continente africano han capturado muchas de ellas, convirtiéndose en sus dueñas. Sin darnos cuenta dejamos una pequeña parte de nosotros en cada rincón tras cada paso que damos. Y como esponjas que somos, absorbemos realidades que nunca habíamos imaginado. La realidad no es única; y mientras tu “mundo” gira, el de los demás también; no lo olvides. Parece una tontería, pero a veces cuando una persona sale de tu vida, la congelas, pensando que seguirá como tú la dejaste. Me da miedo olvidar todo lo que he llegado a sentir, me asusta el no poder capturar estos olores africanos, el no poder grabar todo y el hecho de que todo pase tan deprisa. A veces trato de capturar instantes cerrando muy muy fuerte los ojos, apretándolos e imaginándome la imagen en mi cabeza. Sé que hay cosas que nunca olvidaré, incluso anécdotas que quedaron grabadas en mi piel. Sé que los gritos de los niños al vernos siempre quedaran en mi cabeza, que las tormentas de lluvia, y los amaneceres ya hacen parte de mí.

Y volveré a Madrid dentro de cinco días, con millones de historias, sensaciones, y sentimientos que asimilar.

 

Alicia Oliva González

Ganadora del concurso de fotografía MRS 2010

 

 

Crónica 03.09.2011


Esta mañana, por primera vez, me he levantado con ganas de dormir unas horas más. Esta mañana ya he notado el cansancio acumulado. No he podido ir a correr a la playa por la mañana porque tenía un profundo dolor de tripa. Aunque a mucha gente no le guste, para mí, ir a correr con el fresquito del aire me relaja y me hace sentir mejor y más libre.

Hoy por la mañana he tenido el taller de cuaderno de viaje. No tenía ni la menor idea de lo que íbamos a hacer, pero el resultado final es que he disfrutado muchísimo del taller, además de aprendido. Marta nos ha enseñado algunos trucos básicos para dibujar con acuarelas, pluma y carboncillo. Entre otras cosas, he disfrutado del taller porque ha sido un momento de relajación. Los suaves movimientos del pincel me transportan fuera de la realidad por un momento.

Por primera vez he conseguido hacer una acuarela realmente bonita. Era una chica dada de espaldas en una tranquila playa, se ve como el fuerte viento hondea su melena y su vestido de seda azul en degradé. En el horizonte se ve el mar infinito. He usado el color ocre y azul para toda la acuarela, así que de forma inconsciente, daba una sensación de melancolía y hasta de soledad.

Tanto pintar me abrió el apetito y comí un excelente plato de pollo con arroz que me sentó estupendamente. Poco después, un gran barullo se oía en un barrio de San Luis. Nos esperaban para hacer una pequeña fiesta. Hoy hemos podido apreciar lo importantes que son en su cultura los bailes y otras actividades de divertimento. Hemos bailado con la gente del barrio, los monitores han participado en una lucha típica y hoy ha sido un día fascinante.

Hombres y mujeres, niños y niñas, ancianos y ancianas han bailado con pasión en el área del círculo que formábamos. La gente aprecia mucho estos recitales porque se dejan la piel bailando o luchando. Lo cierto es que tienen mucho sentido del ritmo y bailan todos hasta que se acaba la música.

De tanto sueño que tengo me he aburrido en el cayuco. Me encantaría irme ahora mismo a la cama, pero es que huele a gambas que da gusto.

 

Blanca García Velloso

Expedicionaria MRS 2011

 

 

 

Crónica 03.09.2011


Sol. Calor. Comer. Risas. Mar. Río. Senegal. Cayuco. Sol. Calor. San Luis. Bailar. Bailar. Reír. Niños. Ritmo. Carcajadas. Cansancio. Canciones. Sonrisas.

 

El ritmo senegalés inundaba hoy las calles de Saint Louis, que nos recibía con una bienvenida con mucha marcha. Ritmo. Risas. Canciones. Los niños solo te alegraban con su mirada, ten feliz. Reír. Sonrisas.

 

Hoy es un día especial para mí en Senegal, parece que hoy la humedad era menos mojada y el calor con menos grados. Siempre he pensado que este viaje era un vaivén de emociones, y lo es; esto es increíble, es algo único. Desde Senegal celebro contigo el paso el paso del tiempo, como cada 3 de septiembre pero en voz baja.

 

Posdata: ¡que se mueran los feos y muchas felicidades! Todo es para ti.

 

Claudia Gago

Expedicionaria MRS 2011

 

 

 

 

Crónica 03.09.2011


Pasado ya el ecuador del viaje, y aunque poco a poco se va notando más el cansancio, cada vez estamos más contentos de estar aquí. El haber bajado un poco el ritmo este par de días en Saint Louis nos está ayudando a coger fuerzas para seguir disfrutando de la expedición. Todavía nos cuesta recordar algunos nombres; pero ya somos un grupo unido. Hoy ha sido un día muy entretenido. Después de pasar la mañana haciendo diferentes talleres, hemos disfrutado de un combate de lucha senegalesa en el barrio natal de Malamine, nuestro profesor de Historia. Al llegar nos han acogido con el ritual que precede los combates, que consiste en bailar mientras suenan diferentes ritmos. Nos ha parecido muy emocionante la bienvenida que tenía preparada este barrio para nosotros, aunque igualmente en todos los pueblos que hemos visitado nos hemos sentido muy bien recibidos. Después de este curioso espectáculo, hemos tenido un rato de tiempo libre para recorrer la ciudad de Saint Louis. Hablando con la gente hemos terminado entablando conversación con un grupo de cooperantes franceses. Nos gusta ver que hay más gente que, como nosotros, se ve atraída por la cultura africana. Aquí termina el pequeño resumen de este día: el sueño y el olor de la cena recién hecha nos vencen.

 

Posdata: muchos besos a nuestras familias, y a Sita (a Silvia le encantaría disfrutar de esto contigo.)

 

Jesús Perán y Silvia Espinosa

Expedicionarios MRS 2011

Crónica 03.09.2011


Pasamos la segunda noche en Saint Louis después del fantástico concierto que disfrutamos anoche con la mejor banda sonora de todo África: los Ablaye Cissoko.

Al despertar, como siempre, hicimos algo de deporte, pero esta vez corrimos en la playa. Cuando terminamos nos pudimos bañar en las aguas calientes del Atlántico, con el amanecer del sol sobre nuestras espaldas.

Por la mañana hemos hecho nuestros respectivos talleres de formación: radio, cuaderno de viaje, percusión, arqueología, cooperación, agua… y tras disfrutar de una maravillosa comida a la hora de comer española, algo inaudito pues siempre comemos a las 6, nos hemos encaminado a una excursión para conocer la fantástica isla de San Luis.

Malamine Gaye, el príncipe de la isla, nos llevó a su poblado donde nos recibieron con grandes cánticos y bailes senegaleses. El ritmo del djembe marcaba el baile de los diminutos pies de los niños.

Más tarde, los nativos nos deleitaron con la lucha típica de Senegal, donde ganaba el primero que tumbaba al contrincante en el suelo. Pudimos ver 2 luchas senegaleses de nativos y otra en la que participaba Alex, el monitor de Madrid Rumbo al Sur, y Telmo, director de la expedición. Fue, y creo que puedo hablar en nombre de todos, lo más emocionante de esa tarde.

Al terminar nos dieron un poco de tiempo para hablar con los habitantes de San Luis, los cuales no recibieron con los brazos abiertos y, aunque no hablásemos el mismo idioma, nos entendíamos perfectamente con signos.

Más tarde nos dejaron una hora libre para ver la ciudad y comprar lo que quisiésemos.

Volvimos a la una de la mañana, bastante cansados y cenamos una mariscada con fideos.

 

El día de hoy ha sido un cúmulo de sentimientos en los que hemos juntado alegría, amistad y generosidad. Aun así, África cambia la vida a uno día a día.

 

Un saludo a todos los familiares y amigos que nos siguen desde España

 

Jorge Santos Neila y Alicia Lillo Castillo

Expedicionarios MRS 2011

Día 12
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Crónica Oficial MRS 04.09.2011
Programa de La Comunidad de Madrid

 

ARENA Y SAL, DEPORTE Y BAÑO

Como cada mañana desde que estamos en la isla del faro de Barbarie, el ejercicio físico se desarrolla en la zona de playa que se ofrece al Océano Atlántico. La otra parte de esta lengua de tierra da al tramo de muerte del río Senegal, presto a mezclarse con el mar. La parte fluvial llega oscura y terrosa, debido a las lluvias que han removido y arrastrado la turba. Por el contrario, el agua del mar, aunque salada, es más liviana y agradable para el baño. Ambas orillas opuestas se encuentran una de otra a apenas cinco minutos andando por el interior de esta arenosa y alargada superficie en la que nos asentamos.

Pablo Martos, jefe de monitores y responsable de deporte, guía en la carrera al grupo, del que poco a poco se descuelgan unidades. La consigna es reducir el ritmo lo que cada uno vea necesario, pero no parar.

Tras los sudores y el esfuerzo, llega el momento del baño. Primero, para refrescarse, en la propia orilla del mar. Luego, para lavarse y asearse, los muchachos se sumergen en el agua de la zona fluvial, de más fácil control que la oceánica. Se introducen en bañador, pero muchos de ellos llevan sus camisetas en las manos, para lavarlas y después secarlas.

 

CONCILIACIÓN DE LA VIDA LABORAL Y FAMILIAR

El hecho de que nuestra estancia en Barbarie se prolongue durante varios días, permite mantener cierta rutina de limpieza de ropa. Nuestra itinerancia en otros segmentos del viaje impide el secado de unos tejidos que en el interior de las apretadas mochilas sólo tienen la opción de oler por el sudor al no ser lavados u oler por la humedad tras ser lavados.

Aquí el exterior de los bungalows es un abigarrado muestrario de pantalones, camisetas, camisas, botas, ropa interior, toallas… El vendaval de la primera noche ha dejado paso a noches apacibles y días soleados que permiten airear nuestros bolsos y adecentar nuestras prendas.

Tras el desayuno, la comida o la cena, los expedicionarios lavan sus platos y cubiertos en el embarcadero que da al río. Cuando estamos en lugares que no nos permiten ese lujo, la vajilla de campaña se puede dejar aparente untando insistentemente pan o pasando en seco una servilleta. Ya se limpiará con mayor profundidad cuando haya posibilidad. Siempre, en todo caso, con agua no potable, del camión o de algún grifo local, para no desperdiciar la siempre escasa y necesaria agua embotellada.

Parecido pasa con el lavado de dientes. Si se puede acceder a una fuente de agua no potable, ésta sirve para el enjuague. Una superficie de tierra cualquiera hace el efecto de lavabo para escupirla.

Aquí, en Barbarie, las duchas son baños en el río. En otras ocasiones, en otros lugares, el lavado personal pasa por un manguerazo desde el camión de bomberos. Si donde nos alojamos hay duchas (En todo caso muy diferentes a como las consideramos en España, son tan solo espacios con un desagüe en el suelo), se llena un cubo de agua no potable, se moja uno con la mitad del cubo, se enjabona, y se aclara con la otra mitad. Hay que decir, no obstante, que en muchas ocasiones los traslados no permiten siquiera estas rudimentarias duchas, y pasamos varios días sin poder quitarnos de encima esa pátina que deja la mezcla de sudor permanente, polvo y repelente de mosquitos. A unos de los chicos les cuento que los soldados alemanes, en Stalingrado, consideraban a esa pátina mugrienta un aliado para evitar las enfermedades e incluso combatir el frío.

 

PRIMER BALANCE: DUREZA

Hoy es día de programa académico. Miriam Préckler pregunta a su grupo del taller de Cooperación cuáles han sido los momentos que les han resultado más duros hasta ahora. Por abrumadora mayoría gana el viaje en tren de Dakar a Thies. Por las ventanillas, entraron en tropel en nuestras desprevenidas mentes animales muertos, putrefacción, aguas fecales, olores fétidos, moscas a millones, miseria extrema y pegajosa vivida por una multitud hecha a la idea de su destino.

Una chica señala como la experiencia más dura lo imprevisto y sucesivo de las variaciones meteorológicas. De la tempestad de hace dos noches al calor húmedo y pegajoso que te sitúa en una sauna continua, de la estrellada y tibia noche a la lluvia densa y penetrante en cuestión de segundos.

Otra chica dice haber pasado el peor momento cuando en Ethiolo, en el País Bassari, los chicos montaban los caballos que les dejaban los habitantes de la localidad, y cuando ella se acercó a pedir uno, el lugareño, sin dar crédito a ese atrevimiento de mujer, le preguntó si estaba loca.

A uno de los chavales le invadió una infinita tristeza ver la alegría loca que causó a un niño en el mercado de Thies al regalarle un chicle. El niño no paró de dar botes y de seguirle, en muestra de agradecimiento y de lealtad al benefactor. El jolgorio causó la tristeza del inopinado donante. Tanta felicidad por una pieza de goma de mascar.

 

CAYUCOS, AUTOBUSES Y OTROS LUJOS RELATIVOS

Los chicos coinciden, siempre que se les pregunta por ello, en que los autobuses, que en principio les parecieron destartalados y de escasa alcurnia, les parecen ahora palacios rodantes en comparación con lo básico, por decir algo, de la comodidad de los cayucos con los que nos desplazamos estos días entre una lengua de tierra y otra. Ahora los autobuses son añorados, con el deformado recuerdo positivo de quien echa de menos con fervor. Y es que las cosas son siempre, o casi siempre, relativas.

En los caminos y carreteras de Senegal, en los accesos a las ciudades, en las caóticas vías, la gente hacinada en furgonetas colectivas casi de desguace mira con lástima a los que, en los arcenes, intenta parar a una que le lleve. Nosotros, desde nuestros vehículos, miramos con lástima a la gente hacinada en las furgonetas cochambrosas. ¿Quién, y desde dónde, nos estará mirando con lástima a nosotros?

 

PRIMER BALANCE: AÑORANZAS

Una improvisada encuesta sobre las añoranzas de los expedicionarios arroja multitud de resultados, que van desde una cama limpia, a la ducha, la tortilla de patatas de su madre, o el acceso a internet.

Pero no son pocos los encuestados que echan de menos algo de carácter menos material y más subjetivo: El espacio mínimo de intimidad. Intimidad física, desde luego, un sitio para cambiarse, o para ir al baño fuera de terrenos colectivos, pero también mental: 24 horas al día rodeado de otras 130 personas impide de manera total el aislamiento, la apacible reflexión interna, la tranquilidad para pensar.

La aventura, la experiencia, tiene un precio más allá de las privaciones materiales: La cesión de casi todo atisbo de soberanía sobre el propio espacio. Formamos parte de un ser orgánico, relacionados entre nosotros codo con codo, neurona con neurona.

 

OLORES

Quien no crea que África se define en gran parte por los olores, se equivoca. Lugares que nos han marcado en nuestro recorrido, como el trayecto del tren de Thies o la zona de procesado de pescado en Saint Louis, sin su penetrante olor, o combinación de ellos, pasarían absolutamente desapercibidos, en el fondo de nuestro equipaje de vuelta.

 

LUCHA SENEGALESA… ESPAÑOLA

La exhibición de lucha senegalesa de ayer ha quedado grabada en las retinas de los chavales, Un improvisado campeonato se ha celebrado esta tarde en la arena del exterior de nuestras chozas. Si el llamado Yekini es la leyenda de la lucha senegalesa, campeón del país desde hace muchos años, ídolo de masas, rostro habitual en la publicidad, Guillermo Delbergue es el campeón de nuestro campamento. Sus rivales van quedando con la espalda contra el suelo. Al final, y fuera de concurso, el formido Font, nuestro bombero cocinero, le reta. Guillermo se bate bien y el combate queda sin vencedor.

 

RETORNO A DAKAR

Esta será nuestra última noche en la lengua de Barbarie. Las mochilas grandes se preparan y se amontonan para ser trasladadas esta tarde a los autobuses. Quedamos con lo necesario para dormir y cenar: Mosquitera, cubiertos de campaña, y quizás algo de ropa para cambiarse cuando Pablo Martos, jefe de monitores, toque diana.

De madrugada, antes de amanecer, iremos montando en las lanchas hasta la otra orilla de la franja de agua dulce del Senegal que nos separa de nuestros autobuses. Después un viaje de casi 400 kilómetros hasta Dakar. En España no sería un viaje largo. Aquí, resulta casi una travesía.

 

Crónica 04.09.2011


Hoy como todos los días nos hemos levantado temprano. No obstante el deporte ha sido, más pausado cosa que he agradecido en el alma. Tras correr un rato me fatigué y puse a hablar y a coger alguna que otra concha. Lo más divertido de todo ha sido observar a los cangrejos jugar con la espuma de las olas al romper. Se balanceaban y corrían para no ser arrastrados por la corriente. Después de tanto esfuerzo, el esperado chapuzón en el mar atlántico. No tardamos en ir al río Senegal para quitarnos la sal y lavar alguna que otra camiseta.

 

Después, el desayuno, se agradece lo bueno que está.

 

No tardaron en comenzar los talleres. El primero sería orientación. En este me acordé de mi padre cuando me explicaba como utilizar una brújula, y yo como era tan pequeña, no me enteraba de nada.

 

El siguiente fue cooperación, en el que Miriam Preckler nos contó la historia de caperucita desde otra perspectiva. En ese momento me acordé de mi madre cuando era pequeña y me contaba historias.

 

Además en este taller me he dado cuenta del dolor mental que te puede llegar a causar el ver a gente que está en tan pésimas condiciones y no ver a nadie ayudándoles.

 

En música he aprendido muchos ritmos y una nueva forma de relajarme.

 

Luego hemos comido una sabrosa comida para después lanzarnos al agua a hacer un poco el vago y divertirnos.

 

El teatro ha sido muy divertido, todo el mundo colaborando, cuando actuemos seremos los actores de Madrid rumbo al sur en senegal!!!!!

 

Más tarde empezaron los combates de lucha senegalesa, ya que, después de lo de ayer a los chicos están muy picados con el tema.

 

La vibrante charla de Malamine fue gratificante y esclarecedora. La historia de San Luis es más extensa de lo que había podido imaginarme.

 

La cena aunque rápida fue amena y divertida.

La verdad es que he decidido hacer esta crónica para así aprovechar y felicitar a alguien muy especial para mí que cumple años hoy. Para esa persona, le deseo un buen y dulce día

 

Ángela Bañuelos

Expedicionaria MRS 2011

 

 

Crónica 04.09.2011


¡Ya solo quedan 5 días! ¡Dios, cómo pasa el tiempo!

 

Después del deporte por la playa!

La ducha de hoy ha sido en el río. Es curioso, cuando uno se baña en un río luego se va a duchar, pero en este caso la ducha es el propio río. Eso sí, el jabón y el champú no faltaron. La ducha ha sido muy relajante a pesar de todo.

 

Hoy no hemos salido del campamento, así que ha sido el momento de aprender de nuestros monitores. En el taller de música, nadie ha podido aburrirse y en el de cuaderno de viaje he hecho de modelo.

 

No sé por qué, pero aquí nuestro estomago ruge a todas horas, así que a la hora de la comida la gente corre (literalmente) para llegar el primero a la fila. Hoy he llegado de los últimos a comer porque me he vuelto a bañar en el río y me he vuelto a lavar el pelo de paso.

 

Por la tarde, taller de teatro. Todos creemos que lo hacemos demasiado bien como para que nos corrijan. Al acabar el taller de teatro, los chicos jugaron a luchar al estilo senegalés (lo aprendieron de ayer).

 

Lo último de todo ha sido jugar al mus en el tiempo libre que es muy poco. Lo que me ha hecho sentir por un momento que estaba en España, donde tanto he disfrutado con el mejor juego de cartas español este verano.

 

Blanca Cuevas Velloso

Expedicionaria MRS 2011

 

 

 

Crónica 04.09.2011


Cada vez quedan menos días de expedición por Senegal y cada vez es mayor la sensación de que los 17 días que pasaremos aquí no bastarán para asimilar todo lo que estamos viviendo. Ahora que parece que empieza la cuenta atrás echamos la vista atrás y descubrimos que es cierto que el viaje nos ha cambiado. Y eso nos enorgullece y nos da fuerzas para seguir adelante.

 

Durante estos días he descubierto la importancia del deporte, y la capacidad de nuestro organismo para adaptarse y mejorar día a día, el poder que tienen las ideas y la fe, sean o no religiosas, si las vivimos unidos, y que no todo lo que necesitamos aprender lo enseñan en el colegio.

 

He tratado de aprender a tocar el djembé, he intentado comprender la mentalidad de nuestros antepasados más lejanos, he buscado el modo de que la cooperación cumpla todos sus objetivos, he contemplado un cielo estrellado como nunca lo había visto antes, tratando de encontrar en él algo más que puntitos luminosos, he comprendido que la explicación del presente se encuentra en el pasado y que las culturas menos desarrolladas no so menos valiosas que la nuestra.

 

He conocido muchísimas gente increíblemente diferente a mí, en la que he encontrado muchas cosas en común, he aprendido a buscar la sabiduría y la bondad en cada persona que me encuentro, y casi siempre lo he logrado, he aprendido todo lo posible de mis monitores y compañeros de expedición y de mi misma.

 

Pero también he echado de menos Madrid, España y las comodidades de la zona del mundo en la que vivimos. He descubierto el valor real que tiene una ducha o un plato de comida caliente.

 

Ha sido una experiencia increíble, pero también tengo ganas de volver a mi casa y ver a mi familia y a mis amigos, en especial a Ana, que hoy cumple 18 años. Felicidades, 18 es un número chulísimo.

 

Solo quedan cinco días, y está empezando la cuenta atrás, pero estoy segura de que Senegal aún tiene mucho que contarnos.

 

Expedicionaria MRS 2011

 

 

 

 

Día 13
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Crónica Oficial MRS 05.09.2011
Programa de La Comunidad de Madrid

 

ÚLTIMO AMANECER EN SAINT LOUIS

Las cuatro de la mañana ha sido la hora de levantarnos hoy. El desarrollo de nuestro plan de viaje no permite retrasarse más: Hemos de cruzar en barcas los expedicionarios y el material. En la orilla opuesta, marcha de varios kilómetros por un camino arenoso, percibiendo cómo con el amanecer comienza a desaparecer el leve aunque reparador fresco de la noche, hasta encontrarnos con nuestras pick-ups y con unos camiones todo terreno que sustituyen a nuestros autobuses en el trayecto de hoy. Y es que hoy la playa sustituye a la carretera. Uniremos Saint Louis y Dakar circulando por el borde del mar. Es más rápido, y, sobre todo… es la última etapa del mítico y extinto rally París-Dakar.

 

CONTRARELOJ EN LA ARENA

Desde Saint Louis, en el extremo norte del país, hasta Dakar, hay varios cientos de kilómetros de costa atlántica barrida por el viento y sólo habitada por rocosos pescadores que pueblan pequeñas aldeas. Se trata de la llamada “Grande Côte”, la Gran costa. Tan difícil puede hacer el viento que mueve arenas las circunstancias del lugar, que la carretera que une la capital del país con la capital del norte, circula a varios kilómetros por el interior.

Toda la “Grande Côte” es un continuo de playa, en realidad una sola y gigantesca playa de finísima arena de roca y conchas desintegradas a lo largo de los tiempos por las colosales fuerzas de mar y viento.

Nuestro plan de circular en pick-ups y camiones todo terreno, acompañados por nuestro camión de bomberos, el inefable Unimog, es bueno, porque acorta la distancia entre Saint Louis y Dakar, y porque evita el gigantesco atasco de entrada a esta última. Pero el plan también tiene un riesgo: Si no nos damos prisa, la marea subirá tanto que dejará nuestros vehículos atrapados contra la zona superior de la playa. La rapidez es esencial.

Lo previsto parece torcerse cuando, pasados unos kilómetros, una especie de espigón se interpone en nuestro camino por la orilla, y hay que bordearlo por la parte superior, subiendo por la playa e introduciéndose en la seca y abundante arena fina. Una de las pick-up y los camiones tienen problemas para pasar, se atascan, hay que colocarles planchas de hierro debajo de las ruedas, para ayudar a la tracción, y empujar. Más complicado todavía parece el asunto del Unimog de los bomberos: A pesar de habérsele quitado presión a las ruedas, como a todos los demás vehículos, para mejorar el agarre, y de haberlo vaciado de agua, para quitarle peso, el Unimog sigue quedándose hundido en la arena sin poder continuar. Cuando se valoraba ya que este vehículo diera la vuelta y emprendiera camino diferente al del convoy, un viejo del lugar, aparecido de Dios sabe dónde, me dice que el camión puede pasar por la zona más cercana al espigón, donde la arena es más dura, y hay piedras que pueden ayudar a la tracción. El poderoso camión, con Jesús Pastor al volante, tras un inicio dubitativo, logra superar el obstáculo arenoso. Hasta Dakar, la playa será ya sólo terreno favorable.

 

EL MESSI DE LA PESCA

De vez en cuando, colocadas en la playa, se ven las coloridas barcas de los pescadores de la zona, normalmente de etnia Serere y Lebus, especializados en esas artes. Las barcas son alargadas, no demasiado diferentes a unas traineras, y sus cascos están pintados rivalizando en colorido, diseños geométricos, y dibujos llamativos. En todas ellas el nombre de su dueño: “Mahmadou Yiyé, Yegue Ndour, Papa Bédé gou…”. En una de ellas, separando el apellido y el nombre de su dueño, y en lugar de los rombos rojos y azules o los círculos concéntricos amarillos y negros, luce, perfectamente realizado, un escudo del Barça.

Me froto los ojos, pero sigue allí.

 

EL BARCELONA TRASCENDENTE

Nos cuenta el profesor Malamine que los jóvenes de las zonas empobrecidas y sin industria del país, y que buscan una mejor vida viajando en pateras hasta Canarias, llevan dos gritos en la cabeza y en la garganta; “Barça” y “Barsaq”. Barça es el símbolo, el paradigma del éxito, de sus sueños. Y “Barsaq” es la palabra wolof que designa el más allá. El tránsito, la muerte en el frío atlántico.

 

LA MAREA SUBE, PARADA FORZOSA

Pasada la mitad del camino entre Saint Louis y Dakar, nos detenemos. Hemos logrado llegar al punto en que la marea ya no subirá más, y hemos de esperar unas horas a que la marea descendente nos deje continuar camino. Bajamos de los vehículos y, dado que el sol que pega con fuerza no se nota tanto con el viento del atlántico que llega, nos sentamos a la intemperie a comer nuestras raciones militares. Antes y después de la comida, baño en un océano que intenta expulsar a los inesperados intrusos mandando una tras otra, a muy escasos intervalos, líneas de olas altas y fuertes, que no logran más que divertirnos. Se aprovecha también para llenar de agua, desde garrafas, las cantimploras.

Comida, bebida, mar… nunca hubo un “todo incluído” tan bien recibido.

 

AGRESIÓN O JUEGO

A medida que nos acercamos a Dakar, las playas se van llenando de numerosos grupos de jóvenes y de niños, que se bañan en las orillas. Algunos de ellos nos saludan, pero otros lanzan bolas de arena húmeda que llegan a nuestras pick-ups y camiones como inesperados perdigones, no sólo ensuciándonos, sino haciéndonos daño al impactar en nosotros. En mi camión, uno de los chicos tiene el reflejo de desenrollar una de la esterillas sujetas a las mochilas, e improvisar una barrera contra agresiones. ¿Agresiones, o simple juego?

No lo sé. Quizás ambas cosas.

 

DA JAR

El nombre de Dakar proviene de la expresión wolof “Da Jar”, que literalmente quiere decir “Los tamarindos”. Se cuenta que antes de existir la ciudad, el lugar que ahora ocupa la capital senegalesa estaba ocupado por grandes extensiones de estos árboles.

Ahora que llegamos a Dakar por el camino de la costa, cuesta creer que en algún momento hubiera algo que no fueran porterías de fútbol y de balonmano, canastas de baloncesto, círculos para la lucha senegalesa… Todo el espacio de playa cercano a Dakar es un hervidero de senegaleses practicando o entrenando todo tipo de deportes de equipo. Son los campos de entrenamiento de los equipos dakaríes.

 

NUEVA FAMIIA, NUEVO FUTURO

El Hogar de niños que la ONG Nuevo Futuro tiene en Dakar, y que visitamos nada más llegar, tiene como objetivo dar un ambiente familiar a niños de los que sus familias no pueden o no quieren hacerse cargo. A estos niños les levan a la escuela, les proporcionan actividades extraescolares por las tardes, y les alojan y dan de comer en un ambiente de cariño de hogar, con la ayuda de varias animadoras locales que son como sus madres.

A la vez, se realizará un trabao de sensibilización con los familiares de los niños, preparándoles para, si fuera posible, volver a reintegrar a los niños a su entorno.

Tatiana Ogliasti, delegada de Nuevo futuro en Senegal, nos cuenta que a las familias de origen no parece importarles que su organización se inmiscuya en la relación con sus hijos, porque ésto, dice sonriendo, es Senegal, y aquí todo el mundo se inmiscuye en los asuntos de todo el mundo.

Los responsables del proyecto, en todo caso, son autocríticos: Hace unos meses decidieron reorientarlo, porque los niños estaban saliendo “poco senegaleses”. Ahora les hablan en wolof, su lengua materna, en la que, así aseguran, se transmiten mejor los sentimientos.

 

DE NUEVO SALESIANOS

En este inicio de la recta final del viaje, que se desarrollará en el entorno de Dakar, son de nuevo los salesianos los que nos acogen en su centro. Llegamos de noche, y no hay luz en el exterior, así que Pablo Martos, feje de monitores, ha de multiplicarse para que se agilice la recogida de mochilas de los autocares y la distribución de los chavales. Está casi afónico, pero “no tener voz”, dice, “no es excusa para no pegar un buen grito”. De nuevo el Padre Carlos Valdivieso nos acoje a toda la expedición en el colegio Don Bosco, es un ángel, nuestro ángel en Dakar.

 

Crónica 05.09.2011

 

Tres horas es un periodo de tiempo relativo depende de lo que hagas, se convierte en mucho o poco. Por ejemplo, hoy he dormido tres horas… ¿A que parece poco? Eso era antes, ahora el hecho de dormir es un simple lujo.

 

Tras levantarnos hoy a las cuatro y media de la mañana, dada la falta de tiempo para viajar, hemos cogido el cayuco, tan utilizado estos últimos días para cruzar el río hasta el faro. Bien, grupo siete ¡hemos sido las primeras! Lo cual tiene muchas ventajas, como poder dormir un poquito más mientras llegan el resto de expedicionarios y el equipo.

 

Una marcha de dos horas nos pilla desprevenidos, sin agua ni calzado, somnolientos y sin haber desayunado, lo cual incrementa notablemente nuestro grado de agotamiento. Por fin llegan los camiones no puedo evitar cerrar los ojos como si dos pesadas losas de hormigón se desplomaran nublándome las vista y provocándome un espeso y profundo sueño, a la par que breve. Cuando despierto parece haber pasado varias horas cuando en realidad solo han transcurrido algunos minutos. A mi derecha, agua salada; a mi izquierda, una densa masa de vegetación que impide ver a través de ella. Galopamos a lomos de un moderno dragón blanco que va bordeando la costa. Escupe negro humo y avanza a la velocidad del tiempo, un viento frío y húmedo que se nos pega a la piel e impacta contra nuestras caras.

 

A mi lado, Pablo procura dormir y Guille le hace fotos con mi pelo sobre su cabeza, a modo de peluca. Sin embargo, ¡debemos darnos prisa de atravesar la playa cuanto antes, no esperar a que suba la marea y quedemos atrapados entre dos paredes enfrentadas, mar y bosque, selva y océano!

 

Entre ronquidos y gritos se escucha a Mar: “¡Nadie se duerme! ¡Todos despiertos! O es que todos los días hacéis la ultima etapa del Paris –Dakar por la playa ¡Todos a mirar el paisaje!” y a Pablo: “¿No queríais aventura?”.

 

Todo pasa y todo llega, y llegó la hora de los problemas, si, esos que se ponen de acuerdo para suceder todos juntos, uno detrás de otro… Los camiones, el Unimog y las pick-ups, cuando no uno los otros, se empiezan a quedar hundidos en la ardiente arena, encallados en la playa. Todos ayudamos a desenterrar las ruedas y a poner planchas metálicas para poder sacar los vehículos. ¡Prueba superada!

 

Mi estómago ruge desatado y sólo una buena ración militar es capaz de frenarlo, lo cual es más que suficiente por el momento!

 

Hemos tenido que parar, no podemos avanzar por que ha subido la marea, hay que esperar para seguir hasta Dakar hasta que baje la marea.

 

Por último, y para finalizar la jornada, hemos asistido a una casa de acogida de niños sin familias, Nuevo Futuro, la cual desempeña labores sobrecogedoras. Nos han recibido con los brazos abiertos y una gran sonrisa, gracias a lo que he podido comparar a los gamberros de las bolas de arena con la buena voluntad de toda la gente que, a tan solo unos metros ha ocurrido anteriormente, nos ofrece su casa y su comida.

 

Los niños acogidos en la casa han cantado y bailado para nosotros. Se podía percibir la felicidad en sus miradas, la ilusión en sus sonrisas, el cariño en sus gestos.

 

He quedado fascinada con ellos.

 

Ahora solo queda cenar, al fin, deliciosos macarrones a la carbonara y dormir todas las horas que, por suerte, podamos.

 

Jamás olvidaré este día.

 

PD: Empiezo a saborear ese sentimiento agridulce de “ya queda menos”.

 

Ana Hernández

Expedicionaria MRS 2011

 

Crónica 05.09.2011

 

En Senegal todo tiene un color diferente: la gente es negra, las medusas son azules, y el Tye Ban Dyane (el típico plato senegalés) se parece a nuestra paella teñida de rojo. Del mismo modo que cambian los colores, también los sabores, sonidos y olores. Senegal sabe a arroz, suena a dyembés, huele a humedad, pescado, y en determinadas ciudades a lobo marino putrefacto. Con todo, el día de hoy me sabe, me suena y me huele a mar. Se trata de un mar que da pie a doscientos kilómetros de playa de arena encuadrada, a lo largo, entre San Luis y Dakar y a lo ancho, entre un océano atlántico con carácter y un bosque esponjoso. En esta maravilla paisajística, he tenido la oportunidad de saltar baches en el unimos, como si de una atracción de feria se tratase, de dejarme llevar por unas olas caprichosas, y defender una interesante conversación con mi nuevo amigo Malamine. Mi querido príncipe Wolof de ojos azules no deja de sorprenderme: esta mañana le pedí si podía repetirme una parte de una conferencia sobre la sociedad bassari que me perdí y, tan sólo una hora después me entrega un papel perfectamente redactado en español a cerca de todo tipo de curiosidades de este grupo étnico. Senegal es el país de la Teranga y senegaleses como Malamine hacen gala de ello cada día.

Sin embargo, los blancos no agradamos a todos los senegaleses, siempre tiene que haber una excepción que confirme la regla, como cuando hoy, unos jóvenes de la playa nos tiraban arena a los camiones 4×4. Como en todos los sitios, en Senegal el racismo también puede existir en ocasiones muy puntuales, aunque en este caso es hacia los blancos.

Tras esta sutil lapidación a base de bolas de arena, hemos visitado un centro de asistencia a huérfanos de nuevo futuro muy acogedor que apoya la comunidad de Madrid. Ha sido un día especialmente bonito aunque algo corto. En estas tierras parece que las agujas del reloj están corriendo una maratón.

 

Ana Meléndez

Expedicionaria MRS 2011

 

Crónica 05.09.2011

 

La última etapa del Paris-Dakar.

Hoy nos levantamos a una hora poco normal. La última etapa del Dakar no se nos hace esperar. Senegal amanece hoy diferente, amanece conmigo, con otro color, con otro olor y con otra sensación. Cruzamos en cayuco el río Senegal y a continuación pata coja y ya nos montamos en un camión 4×4 y, al igual que todos nos disponemos a comenzar la última etapa desde San Luis hasta Dakar.

Esta etapa se hace por la orilla de la playa, alrededor de unos doscientos kilómetros de mar y playa nos abrirán hueco para poder pasar.

Nos dirigimos hacia la playa y todos los camiones y todas las pick-ups ablandan las ruedas para poder tener más apoyo y así poder deslizarse.

Una vez adentrados en la orilla, no me creo lo que veo, lo que siento, esto sólo ocurre una vez en la vida. Los camiones y las pick-ups se deslizan por la arena sin ningún problema aunque la marea amenaza con subir.

El paisaje es espectacular, magnifico, miras al horizonte y ves kilómetros y kilómetros de playa y mar, te sientes el rey del mundo pero a la vez un sentimiento de ser una minúscula parte de este mundo.

Recorremos kilómetro a kilómetro disfrutando del paisaje. Pasamos diferentes pueblos y en todos ellos muchísimos niños que contemplan la escena de nuestro paso.

En uno de ellos paramos, repostamos y continuamos porque quedaban muchos kilómetros.

La marea sube y sube y tenemos que “darle candela” como dice Mar.

De repente en la paradisíaca playa nos encontramos con algo que nos entorpece y debemos esquivar por fuera de la playa.

A lo largo del viaje nos encontramos con sonrisas y manos de niños saludándonos con felicidad. La marea subió y eso nos hizo parar y esperar a que bajase. Continuamos el viaje y llegamos a la zona donde creo que nuestra visita no agrada mucho y nos lanzan arena, piedras, tierra, la verdad es que he sentido miedo y rabia. He visto a niños violentos, he visto violencia por su parte, me ha decepcionado un poco.

Según nos acercábamos a la capital había mucha más gente, el trayecto se estaba acabando y millones de imágenes de habían guardado en nuestra mente. Al llegar vamos a un proyecto donde niños pequeños nos reciben calurosamente y con ganas de jugar y reírse con nosotros.

Acaba una jornada fantástica en los Salesianos de Dakar, dormiremos y descansaremos.

Un beso a toda mi familia, amigos y queridos en especial, a J.A. , C.A., P.D., y P.G.

También tranquilizaros porque estoy bien, lesionado pero muy cuidado y mimado, mejorando poco a poco. Recuerdos a todos.

 

Guillermo Díez

Expedicionario MRS 2011

 

Crónica 05.09.2011

 

Cada vez queda menos para regresar a Madrid. Nos damos cuenta, cada día más, de lo afortunados que somos al poder estar en esta expedición.

En días como el de hoy, incluso nos planteamos que podría estar bien quedarse algo más de tiempo en Senegal, ya que, levantarse a las cuatro de la mañana para hacer una caminata merece la pena si sabes que te espera una experiencia tan increíble como la que hemos pasado. Cruzar una playa de cientos d kilómetros de San Luis a Dakar en todo terrenos descapotables no es algo común que se pueda hacer normalmente. Bosque, arena y mar era lo único que podríamos llegar a ver excepto en raras ocasiones que se nos cruzaban nativos comerciantes… la guinda del pastel estaba por llegar después de que las pick-up y camiones se atrancara entre arena. Cuando estuvimos en la playa, únicamente disfrutando de las aguas del océano atlántico que estaban más cálidas de lo normal, de la compañía de toda la expedición de Madrid Rumbo al Sur 2011, que como no, es gente increíble que merece mucho la pena conocer. Comer, bañarnos, cantar, hablar, y sobretodo sonreír son algunas de las muchas cosas que hemos hecho, y que llevamos haciendo ya varios días. A eso de las seis y no sin antes hacernos todos una foto grupal, con la playa y el reflejo de la felicidad en nosotros acompañado de un grito de ¡Madrid Rumbo al Sur! Hemos vuelto a crear nuestro particular convoy con tres camiones, cinco todo terrenos, y el característico unimos del cuerpo de bomberos de la comunidad de Madrid., teniendo como destino la capital: Dakar.

Resulta que el trayecto de casi doscientos kilómetros que hoy recorremos, coincide con la última etapa del París – Dakar, algo que todavía le suma algo más de intriga y emoción a la jornada de hoy! al fin y al cabo,aventura… hemos aprendido aprovechar los momentos, aprovechar el presente y dejar todo en incertidumbre, en sorpresa, en sonrisas…

Familia, os echo de menos, no sabéis lo increíble que es esto, de verdad. Abuelas, os quiero, muchos besos para vosotras…

Marta, ojalá estuvieras aquí.

 

José Ignacio Palies

Expedicionario MRS 2011

 

Crónica 05.09.2011

 

El día ha comenzado a las cuatro de la mañana, con la agradable llamada de Pablo que nos invitaba a darnos prisa para abandonar la isla y partir rumbo a Dakar.

Una vez más el tiempo en este viaje ha sido algo relativo: lo que iba a ser una marcha de media hora se alargó a dos horas. Finalmente, llegamos a los camiones 4×4 que nos transportarán a la capital, el sudor resbalaba por las espaldas de los expedicionarios exceptuando la de Juls que se mantenía seca gracias al amable Pablo Martos que se apreció a llevar su mochila. Los camiones comenzaron su trayecto a la par que los ojos de los expedicionarios se cerraban lentamente, hasta que como era de esperar Mar nos despertó con un potente tono de voz, para que observáramos el paisaje. Nadie dormido en esta preciosidad de paisaje!!!!!!!!

Los camiones y las pick-ups avanzaban por una larga playa que parecía no acabar nunca. Las olas rompían a nuestra derecha y al mirar hacia la izquierda los árboles se iban quedando atrás. Esta situación nos sugirió jugar a un nuevo juego el “siento, siento”.

El tiempo voló entre paradas, canciones y baches. A la hora de comer nos detuvimos para almorzar una rica ración militar que sació nuestro apetito.

Más tarde era el turno de Julia: al sumergirnos en la bravura del mar las olas la arrastraron contra la arena. Mientras esperábamos que la marea bajase, pasamos el tiempo haciendo fotos, riéndonos y echándonos la siesta.

Antes de partir hacia Dakar nos hicimos una foto de grupo para re-inmortalizar el momento.

El resto del viaje lo pasamos cantando y saludando a los senegaleses que plagaban la playa ya cerca de Dakar.

Al llegar a la capital, hemos visitado un orfanato, promocionado por una ONG española, Nuevo Futuro, en él se acogían a veinticuatro niños procedentes de diversos lugares del país. Las causas por las cuales se hospedan allí son diferentes: abandonados, problemas económicos o problemas familiares.

El proyecto nos ha gustado ya que estaba muy bien organizado y los niños parecían muy contentos.

Ahora nos encontramos en el mismo lugar donde comenzó nuestra aventura, mirando las estrellas y con ganas de cenar.

 

Julia Saiz Alía, Irene Escacena Valero, Julia Fernández, y Elena Ruiz

Expedicionarias MRS 2011

 

Crónica 05.09.2011

 

“¡Acostaros ya! Que mañana nos levantamos super temprano” – gritaban ayer los monitores. Y aunque esperábamos levantarnos sobre las cuatro de la mañana no se equivocaron, a las cinco o seis ya estábamos arriba recogiendo sacos y mosquiteras. Fuimos corriendo hacia las barcas que nos llevarían fuera de la isla. Ya en tierra firme nos hemos llevado una gran sorpresa cuando nos han dicho que había marcha. Todos estábamos cansadísimos por lo que esta marcha resultó monótona, movíamos un pie tras otro en la penumbra, sin conocer el rumbo que marcaban nuestros pasos. Qué alivio sentimos al ver las pick-ups allí aparcadas; significaba el fin de la marcha, porque por muy gratificante que resulte andar y ver el paisaje siempre se espera con entusiasmo la llegada, ¡y más a esas horas! Por el camino un montón de niños, mujeres, y hombres nos saludaban sin prejuicios, siendo esas sonrisas las vistas más alegres de toda la mañana. Comenzamos así un nuevo trayecto del viaje, hacia Dakar, a través de una larga playa casi 300 kilómetros…paradisíaca de arena blanca y agua cristalina, donde sentimos la no precisamente suave brisa del mar en nuestros rostros, la cual arrastraba la arena, golpeando esta nuestras mejillas. Pero no importante, porque es precisamente esa brisa la que nos hace sentir libres, viajando sobre un camión a la orilla del mar desde la cual recibimos otras muchas sonrisas que nos saludan. Corremos a pleno pulmón, observamos el paso de las espumosas olas, reflexionamos sobre nuestras experiencias y todo unido aquí, componiendo anécdotas y sobretodo sintiendo Senegal en lo más profundo de nuestros corazones.

Pero el viaje en camión no ha sido todo, también hemos podido disfrutar de la playa, metiéndonos en sus aguas y jugando con sus olas. No obstante no todo han sido sonrisas y saludos amables libres de prejuicios, hoy también ha habido un momento de decepción: mientras estábamos en los camiones un montón de niños se reían de nosotros al mismo tiempo que nos tiraban arena, pero esa miseria ha desapareciendo poco a poco. Mientras jugábamos con los niños que había en el edificio “nuevo futuro”, un proyecto de cooperación que consiste en acoger a niños huérfanos por diversos motivos.

Al llegar nos han dado galletas y estaban super ricas. Después hemos jugado y nos han mostrado el edificio.

Por último, el trayecto de hoy termina con la llegada al lugar donde comenzamos el viaje, parece que fue ayer; la misma azotea, las mismas mosquiteras, las mimas personas… pero mucho más recuerdos.

 

Posdata: yosef gracias por estos ocho meses. Te quiero.

Familia, un poco menos para tenerme en casa. Me lo estoy pasando genial. Un beso.

 

Posdata: recuerdos a mi familia, en espacial a mis padres y hermana que han hecho esto posible.

 

Rebeca Rodrigo y Raquel Pérez Jiménez

Expedicionarias MRS 2011

 

Crónica 05.09.2011

 

El día comienza pronto, son las cuatro y media de la mañana cuando comienza la actividad entre los expedicionarios. Las escasas horas de sueño complican mantener los párpados abiertos cuando los monitores nos despiertan. El sentimiento de cansancio se mezcla con la tristeza que recorren nuestros cuerpos al ser consciente de los pocos días que quedan para regresar a Madrid.

Poco después de desperezarnos, recogemos todo a una velocidad estrepitosa y sobre las cinco estamos subidos a las barcas que nos han servido de transporte estos últimos días. Abandonamos la isla. De camino al faro, los grandes recuerdos vividos en este complejo estos últimos días desfilan por nuestras mentes, como si los estuviera viendo de nuevo: los baños en el océano atlántico, y el río Senegal, el futbolín, la lucha senegalesa… llegamos al faro y aprovechamos el tiempo que tarda en llegar la última embarcación para dormir.

Una vez todos estamos en el faro, emprendemos una marcha mochila al hombro y con el frontal en pleno rendimiento. El amanecer africano se junta con las rozaduras y su consecuente dolor cuando atravesamos diferentes pueblos saludados por niños y mayores.

Llegamos cansados y lastimados al fin de la marcha matutina. Se ha hecho dura, el cansancio acumulado combinado con las pocas horas de sueño hacen que los músculos no trabajan tan eficientemente como lo harían en un día normal.

Ilusionados, subimos a los camiones y pick-ups para empezar lo que posteriormente sería una de las mejores aventuras del viaje.

Colocados y acomodados llegamos por fin a la playa donde comenzamos a andar por la orilla con los vehículos. Las vistas (impresionantes) se basan en una playa que se extiende hasta el infinito con un bosque a setecientos metros del agua y con arenas blancas únicamente manchadas por los restos de basura y plásticos depositados.

Realizamos varias paradas para cambiar de medio de transporte hasta que llegamos a una zona de arenas donde la mayoría de vehículos se atascan. Poco después de conseguir salvar este obstáculo paramos a comer.

Antes y después de comida, aprovechamos el tiempo para bañarnos en el mar. Hace mucho calor y por tanto este baño se convierte en uno de los mejores de mi vida. Jugamos con las altas y potentes olas, la expedición se tiñe con sonrisas.

Nos encontramos a apenas veinte kilómetros de culminar lo que siempre fue la última etapa del famoso París – Dakar. Los doscientos sesenta kilómetros de playa paradisíaca que separan las ciudades de San Luis y Dakar son hoy nuestro particular rally.

Por fin llegamos a Dakar, donde observamos a la mayoría de los senegaleses realizando ejercicio en la playa: correr, fútbol, lucha senegalesa, flexiones…

Procedemos a visitar un proyecto de cooperación en primera línea de playa que se basa en el cuidado de los niños más desfavorecidos proporcionándoles alojamiento, alimento y demás utilidades que les garanticen una vida digna.

Tenemos el placer de pasar un rato con ellos, jugando y riendo antes de volver a los autobuses que nos conducirían al lugar donde hoy dormiremos.

Ha sido un día precioso, cargado de emociones y aventuras, esta noche dormiremos placidamente, lo aseguro.

Posdata: felicidades atrasadas Mamá, siento no haber podido felicitarte ayer, pero hay tantas cosas que hacer que a veces no sé ni qué día es. Espero que todo vaya bien por allí, un saludo a Papá, Marina, el yayo y los amigos.

 

Rodrigo Pacheco Martínez-Atienza

Expedicionario MRS 2011

 

Día 14
Oficial123

Crónica Oficial MRS 06.09.2011
Programa de La Comunidad de Madrid

 

LA POUPENNIÈRE

“La Pouponniére”, de las Misioneras Franciscanas de maría, es la primera visita del día. “Poupée” significa en francés “muñeca”. Con el diminutivo “Poupon” se llama a los bebés.

Esta institución, con la que colabora la Comunidad de Madrid, es un centro emblemático en Dakar. Acoge recién nacidos huérfanos de madre, a quienes sus familias no quieren o no pueden cuidar en los primeros meses de vida. Las Hermanas y diversas voluntarias (En estos momentos hay dos estudiantes zaragozanas) recogen a los bebés, los cuidan hasta el año y los devuelven a sus familias.

Pero este centro realiza una doble función: También forman para trabajar con ellos a senegaleses provenientes del campo, y hay en construcción un pabellón en el que se les impartirán clases de francés, hostelería o matemáticas. Es de este edificio en concreto del que se encarga de la financiación la Comunidad de Madrid.

 

EL ATASCO DE DAKAR

Dakar, la urbe capital de Senegal, se encuentra ubicada en un cabo, el “Cabo verde”, unido al continente por un estrecho istmo por donde han de pasar los vehículos que entran y salen de la ciudad. Y ello por carreteras estrechas y no siempre bien asfaltadas. Los atascos suelen ser mayúsculos.

En uno de ellos, de tamaño medio, se sume el convoy, camino de Mbour, localidad cercana a la costa, al sur de Dakar.

 

HISTORIAS DEL ATASCO

Vendedores de agua, de gafas, de fruta, de periódicos, de camisetas, entre los coches. El atasco como modo de vida. La gestión eficaz del tráfico, que lo hiciera fluído, costaría muchos puestos de trabajo. La ineficiencia como motor de la economía. A tener en cuenta.

El gran atasco de entrada y salida a Dakar. Millones de litros de combustible gastados sin provocar movimiento. Esto en un país que se queda sin bosques muy deprisa porque el carbón de los árboles quemados es su principal fuente de energía.

 

LO DISTINTO ES BELLO

En los grandes carteles publicitarios a la vera del atasco, anuncios de leche, de telefonía móvil, de alimentos varios… Como en todo el mundo, bellos modelos pueblan con sus caras esos espacios.

Mientras nosotros consideramos nuestro curtido moreno de viaje un bonito efecto de nuestras penurias, ellos sin embargo aclaran con photoshop o maquillaje sus negras pieles para salir en los anuncios. Consideran estéticamente positivo aclarar su negra piel, mientras nosotros intentamos oscurecer la nuestra.

 

NDIEMANE

Mbour es una ciudad cercana al mar, al sur de Dakar, donde comienza lo zona costera turística de Senegal, la “Petite Côte”, la “Pequeña Costa”, que se extiende, hacia el sur, hasta el Delta del Saloum.

Pasada Mbour, emprendemos marcha a pie por un fangoso camino hasta la localidad de Ndiemane. Allí se encuentra un proyecto denominado “Educación o pateras”, llevado a cabo por la Fundación Te+Co, financiado en parte por La Comunidad de Madrid que proporciona educación primaria a los niños del lugar, que de no ser así no tendrían esa posibilidad. Aunque son escuelas no públicas, el Gobierno de Senegal da oficialidad a esos estudios. Y parece que lo aprovechan, porque la de este pueblo es de las escuelas con mejor media académica de las de la zona.

En esta localidad nos reciben con bailes y con discursos de las autoridades. El jefe, Babakar kouyouf, proclama públicamente que Ndiemane es pueblo español, que sus casas son nuestras, y sus puertas están abiertas y podemos entrar donde queramos.

 

LA TORMENTA PERFECTA

El sonido de los potentes altavoces donde suena la música de baile con que un disc jockey local anima a locales y expedicionarios, ha debido enfadar a los dioses africanos.

La palpitante luminosidad que en ocasiones llena el horizonte en el que cae la noche, anuncia una tormenta que se presenta en cuestión de minutos. El aguacero es brutal, y sus arremetidas contra los techos de uralita de los barracones donde nos refugiamos y donde luego dormiremos, parece una frenética entrega de percusión africana enloquecida.

Las pick-ups que tenían que llegar a Ndiemane con el equipo médico, la comida y el resto de los miembros profesionales y técnicos de la expedición, tienen problemas para acceder a la localidad.

 

A PIE Y A CABALLO

La lluvia torrencial ha embarrado la pista de acceso a Ndiemane, y los vehículos no pueden pasar sin atascarse. La prudencia aconseja que sus ocupantes hagan noche en los vehículos, y se espere al día siguiente para encontrar una solución.

Sin embargo, hay un asunto que urge y no puede esperar a la luz del día: la alimentación del grupo.

A grandes urgencias, grandes remedios: bajo la lluvia y de noche, la doctora Concha Gómez Vilanova y la enfermera Mamen Renedo, guiadas por el especialista en Rescate de los bomberos de Madrid, Ángel sevillano, enfilan a pie los varios kilómetros que les separan de nosotros. Llegan empapados al lugar donde nos encontramos, montan en un santiamén un pequeño centro asistencial, con bancos y mochilas.

Mientras todo esto ocurre, Telmo Aldaz, al mando de una de las tradicionales carretas tiradas por caballo que abundan en la zona, y también desafiando a la lluvia y la oscuridad, trae las raciones militares suficientes como para dar de desayunar a los expedicionarios después de un intenso día. Y digo desayunar porque el sueño y el cansancio han sido más fuertes que el hambre: Casi todos dormimos ya en los barracones.

 

Crónica 06.09.2011

 

El cansancio crece por momentos, a la vez que crecen las ganas de quedarnos en este país que nos enamora cada día más. Solo quedan un par de días y ni siquiera mi cama, la horchata, la sopa de mi madre o mi cada vez más preciado cuarto de baño, pueden convencerme de volver. Quien considere a Senegal un país pobre es evidente que no ha venido nunca. No he visto mayor riqueza humana, paisajística y cultural como la de este país. El contacto con los niños, sus abrazos, cuando te cogen de la mano, la cercanía y el carácter acogedor de las mujeres y hombres, los campos verdes infinitos, los imponentes baobabs que crecen de manera caprichosa y aleatoria, las altísimas plantaciones de mijo que parecen haber sido sembradas para esconder un tesoro en su seno, los techos de las cabañas que intentan parecerse a cúpulas en versión rural, las filas de gente de los poblados que salen de sus casas para vernos y acompañarnos en las marchas, las vestimentas de las mujeres, impecables en cualquier ocasión, los ojos negros como pozos… Nada de esto es igual que en España. Los senegaleses, en general, son gente entrañable. Hoy, por ejemplo, he hecho una amiga que se llama como yo, Ana. Tras presentarme a sus, por lo menos, 859827 hermanos, y entre bailes, risas y abrazos, tejimos una amistad que espero seguir conservando mediante correspondencia postal. Descubrí que no sólo compartíamos el nombre, si no también muchas aficiones e inquietudes. No sabría decir si por el contacto físico agradable y natural o por nuestras semejanzas, la sentía como mi hermana. Con todo, una lluvia interrumpió nuestra toma de contacto, aunque a la mañana siguiente volví a verla. Estaba yo dibujando a un señor mayor rezando un rosario, cuando la vi aparecer. Resulta que este hombre que posaba para mi era su abuelo, por lo que pude retomar con ella la conversación interrumpida que continuó durante una maravillosa marcha trazada entre campos de mijo y de maíz y de baobabs en un terreno tan liso como una tabla de planchar. En este ambiente, que parecía haber sido extraído de una fotografía del National Geographic, me prometí que en algún momento de mi vida volvería a Senegal para visitar a mi amiga Ana, y en señal de mi promesa, la entregué una pulsera hecha por mí, que tengo la intención de recuperar algún día.

 

Ana Meléndez Coco

Expedicionaria MRS 2011

 

Crónica 06.09.2011

 

Nuestro viaje está llegando a la meta final. Estamos empezando a asimilar todo lo que hemos vivido en estos últimos catorce días. Me he dado cuenta poco a poco de que simples gestos que en casa nos resultan insignificantes, aquí son motivo suficiente para que nos volvamos locos de alegría. He aprendido a disfrutar muchísimo más del momento, del día a día. Siempre nos han recibido con una sonrisa de oreja a oreja deleitándonos con sus tambores y bailes. Música que nos recordará estemos donde estemos a este viaje, a Senegal. Hoy, por ejemplo, hemos visitado un centro de acogida para bebés de 0 a 12 meses. Parte del equipo se encargaba de su cuidado eran mujeres jóvenes sin estudios a las que se les facilitaba una educación básica para encontrar trabajo. Éstas nos despidieron con algunas canciones y bailes. También es verdad, que el cansancio y el sueño empiezan a pasar factura. El color es sofocante, constante, agobiante, pero sin duda merece la pena, porque todo lo que me voy a llevar de aquí, de la gente, de su cultura, de su modo de vida es incomparable. En definitiva, quedan pocos días para la vuelta a casa, pero estos catorce días que llevamos aquí han sido muy intensos no parece para nada que solo hayan sido eso, catorce días. El viaje está siendo una pasada. Ahora sólo queda disfrutar al máximo estos tres días que nos quedan.

 

Buen viaje familia. Besos

 

María Vicente García

Expedicionaria MRS 2011

 

Crónica 06.09.2011

 

A tres días de terminar el viaje nos damos cuenta de que, a pesar de lo duro que ha sido, nunca vamos a dejar de echar de menos el levantarnos a las seis y media de la mañana con la dulce y cariñosa voz de Pablo Martos y que luego nos invite a hacer cientos de flexiones y abdominales sin fin y a correr hasta que nos salgan ampollas; la eterna duda de si nos ducháramos o no y si tendremos que ayunar hasta la comida, cena o desayuno del día siguiente. Una vez que logramos hacernos con una ración militar nos invade la incertidumbre de no saber si la comida será lentejas, cocido madrileño o judías con chorizo. El subidón de adrenalina al conseguir cambiar tu lata de calamares en su tinta por paté se evade al darte cuenta de que no tienes pan. Pero de la misma manera añoraremos todos y cada una de las sonrisas que nos regalan allá por donde vamos. Porque a pesar de todas las cosas buenas que nos ha regalado este país, no hay regalo más grande que poder sentirte parte de un lugar donde la gente te recibe con los brazos abiertos y la mejor de sus sonrisas. Pero no cabe duda de que las amistades que hemos hecho durante este viaje y la complicidad que hemos tenido entre todos no la cambiaríamos por nada. Tenemos muy claro que cada experiencia que hemos vivido nos ha enseñado mil cosas nuevas que además de hacernos más fuertes, nos han hecho crecer como personas y nunca las olvidaremos.

 

La que habla, la que ríe y la que observa.

 

Posdata: queremos lasaña para comer el día 10

 

Paula Mendez-Bushell, Marta Fernández Oria y Natalia de Vicente

Expedicionarias MRS 2011

 

Día 15
Oficial1234

Crónica Oficial MRS 07.09.2011
Programa de La Comunidad de Madrid

 

NDIEMANE DESPUÉS DE LA TORMENTA

Cuando amanece en Ndiemane, la lluvia ha cesado, aunque el exterior de los barracones en los que hemos dormido, sigue embarrado.

Los habitantes del lugar organizan un acto de hermanamiento: Mediante un micrófono conectado a un equipo de megafonía, se va nombrando a expedicionarios de Madrid Rumbo al Sur y a jóvenes locales. Los nuevos “hermanos” se intercambian direcciones y datos para mantenerse en contacto. Nos llama la atención que, entre nuestros “hermanos” no hay mujeres. En la mayoría de Senegal cuenta poco el sexo femenino para este tipo de actos sociales.

En todo caso, el hermanamiento no impide que los de Ndiame nos ganen tanto a fútbol como en baloncesto. Los representantes de la España vencedora de mundiales, recientemente, en ambas disciplinas, son vencidos por los locales. El estado del terreno de juego y las laxas normas con que se juega son excusas a nuestro alcance. Ni siquiera nuestra uniformidad es superior: Todos ellos lucen llamativas camisas amarillas del Barcelona. Nos cuentan que hace unos años esas mismas camisetas eran del Real Madrid. Los ciclos, así como lo hacen con la vida en general, marcan el ritmo del fútbol.

 

HUIR DEL BARRO

Cerca de mediodía, comienza la salida de Ndiame. El grupo que ha logrado llegar a pie, con los chavales, el día anterior, parte de nuevo a pie para recorrer los cinco kilómetros largos que nos separan de la carretera de Mbour. Los enfermos y parte del equipaje se trasladan en los típicos carromatos tirados por caballo, medio de locomoción ligero y útil para estos casi intransitables caminos.

Mientras, las pick-up y el camión de bomberos, que han quedado varados en el barro toda la noche con sus ocupantes dentro, se esfuerzan por salir del atolladero, cosa que finalmente logran.

El convoy, reunido de nuevo, regresa hacia Dakar.

 

ATASCO 2

De vuelta, el atasco de entrada en Dakar sigue omnipresente, aunque menos intenso que en otras ocasiones. Para ser Dakar, incluso podría pensarse que no transcurre con demasiada lentitud.

Inscripción que vemos desde el autobús en una furgoneta local, parada en pleno atasco: “Tout passe, Dieu merci”. “Todo pasa, gracias a Dios”. ¿Filosofía social, esencia racial, resignación histórica, o muchos atascos a las espaldas?

Al lado de la carretera, cartel publicitario de una marca de leche, con rollizas vacas de apariencia suiza, en verdes prados. Es como nuestro paquete de camel. Evocaciones imposibles, aquí y allí, lo exótico vende.

 

¡GORÉE!

Sin detenernos en otro sitio, llegamos con los vehículos al embarque del ferry hacia Gorée.

Gorée, pequeña isla ubicada al sur del “Cabo verde” en el que se ubica Dakar, es uno de los lugares emblemáticos de Senegal. En Gorée, se “almacenaban” y “clasificaban” los esclavos que, apresados en África, se transportaba, en barcos, a América.

Gorée es un símbolo del África postcolonial, y es uno de los lugares que sorprende por su entorno visiblemente más cuidado y limpio que otras partes del país. Se pueden –deben- visitar su museo y el establecimiento en que se les clasificaba para el traslado.

Sin embargo, esas visitas deben esperar hasta mañana. Hoy llegamos al anochecer y copamos dos restaurantes locales donde cenamos abundantemente después de las horas tan intensas y agotadoras desarrolladas en Ndiemane.

 

SOBRE RACISMO EN GORÉE

Al llegar a la isla, los lugareños que se mezclan, curiosos, con nosotros, preguntan a muchos de nosotros, en francés, si somos racistas. Ante la respuesta negativa, dan la mano y sonríen. No sabemos si su concienciación proviene de la convicción personal o forma parte del alma típica de este lugar propicio para tratar el asunto con el visitante.

En la marcha desde Ndiemane, un senegalés pide a una chica que cierre los ojos y pellizque su brazo. Luego él pellizca el suyo. “¿ves?”, le dice, “no importa el color, nos ha dolido lo mismo”. Esa misma chica me cuenta que en otra ocasión le dijeron que la única diferencia entre un senegalés y un español es que nosotros tenemos el reloj, y ellos tienen el tiempo.

Lo cierto es que ellos se pasan la vida persiguiendo relojes y similares, y nosotros nos pasamos la vida persiguiendo el tiempo.

 

Crónica 07.09.2011

 

Rápido, el día de hoy se ha pasado rápido. Tras una noche de bailes y pasarlo en grande con los niños senegaleses, me he levantado hoy un poco exhausta. Tras desayunar una “comida militar” nos hemos puesto a andar hacia los autobuses. El viaje en ello se me ha hecho corto, ya que he dormido poco. En las partes que estaba consciente, iba sonriendo y saludando a todo el mundo.

Aún me sorprende la facilidad con la que te devuelven el saludo y te sonríen… te sonríen.

No os podéis ni imaginar la sensación de felicidad que da cuando un niño te devuelve la sonrisa.

Hemos parado a comer en un frondoso bosque, donde nos hemos echado unas cuantas risas. El viaje ha continuado sin descanso (excepto una paradita en la que hemos rellenado las botellas), hasta llegar al embarcadero.

¿Adónde vamos? ¡A la isla de Gorée! La isla donde antiguamente traficaban esclavos. Nos han llevado en un ferry, las vistas eran preciosas, el sabor del mar, las olas formadas por el barco al cortar el agua, el cosquilleo del cabello en la cara… tantas sensaciones conocidas pero que aquí se saborean y se sienten de una manera tan diferente.

El día ha llegado a su fin, nos han llevado a un restaurante donde nos han dado un majar (tortilla, patatas y arroz). Esta noche tenemos incluso camas, pero he decidido seguir la aventura y dormir en el suelo junto a otra amiga.

Buenas noches family!

 

¡Sonreír! ¡Sonreír! Siempre sonreír.

 

Cintia Parreño

Expedicionaria MRS 2011

 

Crónica 07.09.2011

 

Después de una gran noche de fiesta en una aldea de M`bour, donde estuvimos varias horas bailando con la gente de ahí, nos despertamos temprano para jugar un partido de baloncesto y de futbol, y también para visitar el poblado.

 

Lamentablemente nos han ganado al baloncesto y al fútbol, pero aún así ha sido divertido. Al terminar, a los expedicionarios se les presentó una persona nativa con la que pudieron entablar conversación y compartir e-mails y números de teléfono.

 

Unos pocos se fueron a visitar, por otro lado, el poblado y conversaron con las personas. Las mujeres de ahí nos enseñaron el hospital y la poca higiene, ya que por ejemplo, pudimos observar cómo se utilizaba una jeringuilla para todo el poblado, aunque dicen que la hierven cada vez…

 

Nos despedimos y partimos hacia los autobuses con una caminata de hora y media, con el sol cayendo sobre nuestras cabezas.

 

Después de una larga travesía en autobús, llegamos al ferry, que nos lleva a la isla de Gorée. Allí nos esperaba un alojamiento con camas y un restaurante donde dimos los últimos retoques a la obra de teatro que representaremos mañana en la casa del embajador español con la presencia también de los alumnos de Malamine.

 

Ya tan solo nos quedan dos noches para volver aunque todos deseamos quedarnos más tiempo, pues estamos viviendo una experiencia inolvidable, pero echamos de menos varias cosas, como la gente, la ducha y la comida.

 

Un saludo a todos.

 

Jorge Santos Niella y Rocío Sánchez

Expedicionarios MRS 2011

 

Crónica 07.09.2011

 

Buenos días.

Por dónde empezar, ya casi no quedan días de este maravilloso viaje. Un viaje que nos ha proporcionado a todos unas experiencias, retos, oportunidades, situaciones difíciles; pero también momentos de alegría descomunal y una satisfacción en uno mismo impresionante. Todavía no somos conscientes de lo que aquí estemos viviendo, demasiadas actividades e información en poco tiempo, por lo que tendremos que asimilarlas cuando lleguemos a Madrid.

En conclusión, está siendo un viaje único, inigualable y muy productivo, que no sólo ha cambiado nuestra forma de sentir las cosas, sino también los ojos con los que vemos nuestro mundo, antes desconocido.

Esta mañana nos hemos levantado en la aldea donde bailamos toda la noche y donde nos hermanamos. Después vuelta a los buses en una marcha de hora y media, la cual he hecho con Dominik, un niño de nueve años. Estos buses nos han llevado al Ferry que nos acercará a la Isla de Gorée, otro paraíso africano. Dormiremos en una escuela, ¡en camas! Tras que nos haya invitado a una cena muy rica en un restaurante. ¡Esto es impresionante!

Por último debo agradecer la posibilidad de hacer este viaje no sólo a los monitores (comprensivos en todo momento), organizadores, profesores,… sino también a mis padres por permitirme gozar de tal experiencia.

 

Posdata: bueno papá no creas que se me ha olvidado… ¡Feliz cumpleaños! ¡Qué ya son cincuenta! Lo siento por no estar allí pero nos vemos dentro de nada, un besazo.

Muchísimas gracias por todo.

 

Raquel Pérez Jiménez

Expedicionaria MRS 2011

 

Crónica 07.09.2011

 

Nuevo despertar en una aldea típica africana. La noche de ayer es la protagonista indiscutible de las conversaciones del desayuno. La música, la gente, las risas, los bailes, el calor, la lluvia y esas ganas impasibles de reprimir, de soltar toda esa energía que no me explico de donde estamos sacando. En resumen, la noche más mágica de todas las vividas hasta ahora. Todos nosotros, senegaleses y madrileños, negros y blancos, saltando en una cancha de fútbol convertida en una improvisada pista de baile, quedando en el olvido las ampollas, el cansancio acumulado, el hambre y cualquier otra cosa. No nos preocupa pensar que estamos empapando la última camiseta medianamente decente que nos queda porque ya nada de eso importa. Somos conscientes de lo poco que falta para volver y tenemos que aprovecharlo al máximo, e inevitablemente comenzamos a hacer balance de lo vivido. Ahora más que nunca, nos damos cuenta de lo afortunados que hemos sido al tener la oportunidad de acercarnos a la realidad de África desde otra perspectiva, forjando nuestra opinión sobre un continente que, a pesar del desastre que muchas veces encontramos, consideramos lleno de posibilidades. Hemos aprendido a mirar con otros ojos y a escuchar con otros oídos. Hemos presenciado momentos que permanecerán para siempre en nuestras memorias y hemos conocido a personas que han hecho despertar en nosotros ideas y opiniones que desconocíamos.

Hoy, a dos días de coger un avión de vuelta a casa, hemos tenido la suerte de cenar en un restaurante y recordar la maravillosa sensación de comer sentado en una silla. Esas pequeñas cosas nos hacen acordarnos de Madrid, pero todos sabemos que vamos a echar esto de menos; el hecho de no saber qué estaré haciendo en media hora, el inconfundible olor a Relec, los chanchullos para conseguir la mejor ración militar, y hasta los gritos de Pablo a las seis de la mañana de “¡Buenos días, nos despertamos y despertamos al de al lado! ¡Ropa de deporte!”, pero sobre todo, echaremos de menos a la gente. Esta pequeña- gran familia que es Madrid Rumbo al Sur, aunque a pesar de todo sabemos que África no se acaba aquí, que el viaje no termina el día diez y que esto sólo es el principio de algo mucho más grande.

 

Posdata: quiero dedicar esta crónica especialmente a mi padre, muchas felicidades Papá, y mando un beso muy fuerte al resto de mi familia y amigos.

 

Susana Gutiérrez

Expedicionaria MRS 2011

 

Día 16
Oficial123

Crónica Oficial MRS 08.09.2011
Programa de La Comunidad de Madrid

 

EL SOL DE GORÉE

Dormimos en un liceo de alumnos, que se encuentran de vacaciones, ubicado en una zona elevada, con jardines arbolados y una vista fantástica sobre el mar de plata que ilustra la clase de gimnasia, con el sol del amanecer que marca su reflejo en el agua y esparce sombras alargadas de chavales haciendo flexiones.

El sol de África nos prepara una visita a la bella Gorée marcada por su presencia y por el calor que conlleva.

 

GORÉE DE LOS TURISTAS

Cumba Castel es el nombre de la sirena, animal mitológico, propia de Gorée. Muchas ciudades senagalesas tienen la suya. En la plaza de este nombre iniciamos visita a la isla. Es el lugar donde la gente del pueblo descansa.

Sin embargo, la plaza mayor del pueblo es la denominada “Plaza del Gobierno”, donde se habla de política, de religión, y donde se encuentra el curioso campo de fútbol de la localidad, en cuya parte central se alza un árbol de considerables dimensiones, árbol que lleva años allí y que no hace desistir a los correosos locales de practicar el que es segundo deporte rey en este lugar. El primero, desde luego, es la venta de artículos de artesanía de escaso pedigrí al asalto del visitante. Muchedumbres de hombres y mujeres insisten con fuerza para que se les compre, aún tras potentes regateos, su mercancía.

En Gorée hay elementos de poderoso simbolismo: El gran cañón naval de dos tubos ubicado en lo alto de la colina que corona la isla, instalado en 1912, que aunque en principio apuntaba hacia el mar, ahora luce vuelto hacia el centro de la isla, en señal de paz hacia el resto del mundo. O el búnker francés ubicado también en la zona elevada de Gorée, ahora habitado por una familia, que soporta con naturalidad que nos asomemos a sus habitaciones. O el hecho de que en esta ciudad de viviendas de colores amarillos y terrosos, la casa en la que se aloja el presidente cuando va de visita, por diferenciarse, se haya pintado de blanco, y, por tanto, se llame la “Casa blanca”.

Pero el atractivo principal de esta isla de casas marrones y amarillas es ser el punto de partida de un buen número de esclavos africanos que partieron, en los siglos XVIII y XIX como esclavos hacia América.

 

GORÉE DE LOS ESCLAVOS

La denominada “Casa de los esclavos”, que visita la expedición de “Madrid Rumbo al Sur” es el lugar donde se hacinaban y distribuían los africanos que, “cazados” por otras tribus africanas, eran enviados a América por los europeos.

Se trata de una construcción militar, hoy museizada, en cuya planta baja, y en distintas estancias, se clasificaba a los esclavos, por sexo, condición sanitaria o por grado de sometimiento. En el piso de arriba habitaban los militares franceses encargados de su vigilancia.

El rincón más espeluznante de esta ya de por sí espeluznante infraestructura es la llamada “Puerta sin retorno”. Se trata del hueco rectangular, una puerta en suma, a través de la cual los africanos, mediante una pasarela de madera, accedían a los buques en los que se amontonaban como sardinas, con una mortalidad en trayecto sumamente elevada.

Los chicos hacen fotos de los contraluces que se logran a través de este hueco, y se asoman, serios, a los misterios de la naturaleza humana, a los baches del pasado, a las incógnitas sobre lo que fuimos y lo que somos.

 

VENTA POR AGOTAMIENO: ESPECIALIDAD EN GORÉE

Si la presión de los vendedores de baratijas para turistas ya era grande y notable en Gorée, en el ferry de las tres de la tarde llegan refuerzos. Hordas de senegaleses, chicos y chicas, nos acosan, sin violencia pero con insistencia digna de mejor propósito, para que les compremos relojes, gafas de sol, presunta artesanía, telas, máscaras, esculturas y prácticamente todo lo que se quiera adquirir. Incluso los chavales, en un principio entregados a la pulsión consumista y regateadora, acaban saturados de tanta oferta, y con ademán de expertos conocedores del percal, espantan con destreza a quien se les acerca.

 

EMBAJADA

Por la tarde, tras trasladarnos de nuevo en ferry hasta Dakar -apenas 20 minutos- los autobuses nos acercan hasta la Embajada de España en la capital senegalesa. El embajador, Jorge Toledo, aguanta con diplomacia el envite de recibir a 130 expedicionarios curtidos, morenos, y que no olemos precisamente a rosas. Explica su labor, nos pregunta sobre el viaje y nos ofrece un ágape con bebidas frías y comida servida en bandejas por camareros, que es recibido más que con alegría, casi con la reverencia que sólo se mantiene ante lo sobrenatural. Con el sonido y la silueta cercana de los Airbus que despegan y aterrizan en el cercano aeropuerto, disfrutamos de estos lujos en territorio español.

 

PURO TEATRO

Kodou Séme, joven senegalesa representante de aquellos que al principio de la expedición nos ofrecieron una representación teatral en castellano en la Universidad de Dakar, está presente en la recepción. Esta simpática chica estudiante de español que, según me explica, va a seguir la senda del periodismo, viene para observar la réplica de nuestros muchachos que, al mando de Jorge Roldán, el profesor de teatro, han preparado una suerte de entremeses teatrales con representaciones de 8 cuentos africanos. Narradores, actores principales y secundarios, brillan a gran altura ante la atenta mirada del resto de la expedición, del Embajador y de la propia Kodou.

El trabajo de Jorge y de su grupo, más allá de que el resultado haya sido óptimo, que lo ha sido, tiene un mérito enorme. Concentrarse a lo largo del viaje para aprender papeles y ensayar ha sido entorpecido por trayectos en autobuses diferentes, estímulos externos novedosos que captan la atención de los chicos, y, desde luego, el enorme cansancio. Y, sin embargo, lo han logrado. Bravo por ellos.

No hay en Senegal telones suficientes para alzarse una y otra vez, dejando que los artistas reciban el aplauso rendido del público. El baño colectivo en la piscina del jardín, cedida para el efecto por el embajador, culmina el reconocimiento. Reconocimiento merecido y luchado contra un elemento más, además de los anteriores: la tos.

 

LA TOS DEL EXPEDICIONARIO

Sin relación con enfermedades concretas, ni situaciones determinadas de privación o de inclemencias, a estas alturas muchos tenemos una tos profunda, como de bronquios, que hace imposible el silencio completo y se ha convertido en la música de fondo de la segunda mitad de la expedición. No parece sintomática de nada, no molesta más que en el momento de toser, y no impide realizar otras labores. Simplemente es tos. Parece haberse convertido, de manera inesperada, en uno de los síntomas de veteranía de nuestro grupo. La tos del veterano.

La tos del expedicionario. El malarone.

 

PETICIONES DEL OYENTE

La inmensa mayoría de los chavales daría gran parte de lo que tiene por continuar con la expedición una semana más por lo menos.

Aún así, siendo la llegada a casa inevitable, se disparan los pensamientos sobre recuperación de lujos perdidos y casi olvidados.

Por si alguno de los padres o familiares que acudirán a recibir a los héroes de MRS quieren tomar nota, he recogido algunos de estos deseos. Y me he comprometido con los chicos a trasladarlos, por si hay suertecilla. Allá van:

Julia Fernández no tiene duda, estaría encantada si al llegar a casa le tienen preparadas croquetas y tortilla de patatas. Ya verán, la tortilla española es uno de los valores patrios más echados de menos.

Cristiana Marcu es más variada. Le gustaría que en el aeropuerto le recibieran con fruta (melocotones, por ejemplo), desea ir a comer fuera de casa, a un restaurante, y sobre todo, que le recoja en Barajas su “churri”.

Carlota Menco introduce la higiene entre sus deseos: Pide que le tengan preparada una buena ducha, dulces variados, coca Cola fría, y a su novio Adrián. Aunque tengan que llevarlo del pescuezo, añade.

Jorge Santos, más prosaico él, quiere que le lleven al aeropuerto un buen bollo de chocolate, un bocadillo de tortilla de patatas, agua fría, y, ya de paso, a sus hermanos con una pancarta de bienvenida. Casi idéntica es la opción de Mario Rodríguez.

Ana Meléndez, una mala mujer que me recordó hace unos días la horchata fría, cuando yo no me había acordado de ella, y logró obsesionarme, quiere que le lleven precisamente eso: Horchata. Y, relamiéndose, añade: “Y un helado sabor Cookies Cream, de hagen daszt”.

La familia de Julia Jiménez deberá ponerse manos a la obra desde ya, porque quiere que le tengan preparados Coca Cola light bien fría, una ducha larga, a su novio y a sus tres gatos.

Alicia Lillo también tiene necesidades materiales y afectivas, y aúna el deseo de nestea frío y “macarons de París” con las ganas de ver a su prima pequeña. De la misma manera, Carlota Ortega quiere el abrazo de su madre ya en Barajas, pero también tortilla de patatas y una buena ducha.

Belén Bello y Marina Castillo acuden a mí con una petición conjunta: Ambas suspiran por que le tengan preparado gazpachito bien frío, macarrones con tomate gratinado, y que les lleven un bocadillo de algo rico al aeropuerto.

Ahí queda un botón de muestra de “peticiones del oyente”. Yo he cumplido. Ahora vds. Verán.

 

Crónica 08.09.2011

 

Esta mañana hemos amanecido en la Isla de Gorée, algunos han tenido la suerte de dormir en cama, otros han disfrutado de la brisa de Senegal y del cielo estrellado bajo la mosquitera mientras dormía en la terraza.

Como la rutina marcaba hemos realizado la sesión de gimnasia para después dirigirnos a comer un contundente desayuno, y por primera vez en mucho tiempo, lo hemos tomado sentados en sillas.

Hoy, ha sido más especial todavía, Aunque disfrutábamos con la isla, no podíamos dejar de pesar en que apenas nos quedaba un día para abandonar Senegal. Eso nos provoca cierta tristeza, pero no ha logrado ensombrecer un día lleno de baños inesperados, un sol radiante, una atmósfera envuelta de misterio que envolvía a la “Casa de los esclavos” y una comida estupenda en los restaurantes de alrededor.

La apacible estancia en la isla ha sido bruscamente interrumpida por el estrés que suponía representar en la Embajada las obras de teatro que llevábamos preparando durante estas semanas.

Han sido dieciseis días inolvidables, irrepetibles, en los que hemos conocido diferentes culturas y gente, pero sobretodo nos hemos descubierto a nosotros mismos. Desde nuestro punto de vista, consideramos que hay en los expedicionarios un debate interno: por una parte nos gustaría recuperar las comodidades que abandonamos en Madrid, pero por otra parte desearíamos que este viaje no terminara nunca.

 

Cristina Enjuto y S. Marina Palomar

Expedicionarias MRS 2011

 

Crónica 08.09.2011

 

“¡Buenos días! ¡Despertad al de al lado y poneos ropa de deporte!”

Así amanece un nuevo día con Pablo “el despertador”, que como un clavo espera que bajemos. Hoy, las cabras y el mar han sido nuestras agradables y pacíficos compañeros en el deporte, que se ha hecho mucho más ameno al recordar que el desayuno nos esperaba en un restaurante de la paradisíaca isla de Gorée, en la que nos encontramos desde ayer y en la que hoy hemos encontrado curiosos a la vez que importantes lugares como la casa de los esclavos. Allí, los holandeses hacinaban a cientos de africanos para enviarles a América.

Pero eso no es lo único que hemos disfrutado de la isla porque las mismas calles, coloridas y adornadas con flores de vistosos colores y puestecitos cegados de artesanía y tradición han cautivado a más de uno y de una. Cuando el sol lucía en lo más alto y en todo su esplendor, Mar nos animó a darnos un corto pero placentero baño en aguas Goréeanas que nos relajó y dejó asomar el hambre propia de esas horas. Quién nos iba a decir que comeríamos en el puerto con la gente local.

Pero el tiempo vuela y pronto tuvimos que prepararnos para coger el ferry de vuelta a Dakar. Ver alejarse el pequeño remanso de paz no muy lejos de la ajetreada ciudad nos ha vuelto a mostrar que Senegal nunca dejará de sorprendernos.

Una vez en la capital, los preparativos para el teatro que representaríamos más tarde en la Embajada Española han ocupado gran parte de las conversaciones: los trajes, las posiciones, los guiones, el orden, el vestuario… Y por fin llegó el momento; entrar allí ha sido en cierto modo acercarse a España, pisar España, y notar el vértigo de saber que apenas quedan dos días para que esta irrepetible experiencia desgraciadamente acabe.

Todo ha salido a pedir de boca, porque a pesar de no ser actores profesionales y cometer algunos pequeños fallos, todos nos hemos divertido y a todos, esos cuentos han conseguido arrancarnos una amplia sonrisa que acabó completamente cuando lanzamos a Jorge Roldán, el profesor del Taller de Teatro, organizador de todas estas obras, a la piscina del Embajador, en la cual todo nos hemos acabado cayendo.

Sin embargo, a pesar de lo agradable de la velada, llegó el momento de marcharnos al centro de los Padres Salesianos, donde hemos dormido ya un par de veces.

El cómo acabará esta última noche aún es todo un misterio. Lo que sí sabemos es que ha comenzado la llamada a la oración de la mezquita como melodía, bajo la atenta mirada de la luna.

 

Elena Alonso y Adriana Buendía

Expedicionarias MRS 2011

 

Crónica 08.09.2011

 

Mañana se acaba esto. Hoy ha sido simplemente genial. Todos queremos disfrutar de estas últimas horas juntos sin pararnos a pensar que son precisamente las últimas. Sabemos que nos llevamos una maleta repleta de grandes recuerdos, de grandes momentos que jamás vamos a olvidar. Pero el viaje no acaba mañana. El viaje no acabará hasta que no acabe el Malarone. Empezamos la travesía con la primera pastilla, con todos esos nervios del día antes fruto de la inexperiencia, de no tener ni idea de a qué nos íbamos a enfrentar. Y ahora que lo conocemos tardaremos en digerirlo, en poder pensarlo y reflexionarlo con calma hasta que podamos explicarlo y ese tiempo serán esas dos semanas de Malarone por la mañana. De momento sabemos que aunque para nosotros mañana será un día muy especial y nos vayamos, para el resto de senegaleses será otro día más. El niño de Ethiolo será el que tenga que seguir yendo hora y media para poder ver a una enfermera y el anciano de Thíes será el que siga rebuscando en la basura. Y eso ya es un gran aprendizaje. Tan solo esa sensación de llegar a España y sorprenderte de ver tantas luces, de poder abrir un grifo y beber de él, de dormir sin mosquitera, de tener basuras y hasta de ver que no hay niños en la calle, merece la pena. Y lo mejor es saber que eso no es ni la mitad de lo que hemos aprendido aunque todavía no hayamos tenido tiempo para darnos cuenta de ello. Y a todo eso quedaría sumarle la cantidad de personas que hemos conocido, que sin duda se convertirán con el tiempo en grandes amigos (si no lo son ya), la cantidad de pequeñas anécdotas y pequeñas historias compartidas con los senegaleses. Más los partidos, raciones, fondos, autobuses, siestas, madrugares, y otras demasiadas cosas como para meterlas en una crónica.

PD: ¡Felicidades mamá! 😉 siento haberme hecho esperar. Muchos besos, pasadlo bien.

PD2: ¿Me puedes llevar un helado de leche merengada al aeropuerto? Gracias, ja ja.

 

Día 17
Oficial1234

Crónica Oficial MRS 09.09.2011
Programa de La Comunidad de Madrid

 

SONRISAS CON CARGA DE PROFUNDIDAD

África nos despide con una noche ventosa y desapacible por momentos para los expedicionarios, que en gran parte dormimos en la azotea del centro de los Salesianos en Dakar-Yoff.

Un último amanecer africano, con el sol que se filtra por las nubes que dominarán gran parte de la mañana.

Una última sesión de deporte en el terroso campo de fútbol.

Una última ducha colectiva en el patio con una manguera prestada de un huerto cercano.

Una última conferencia por parte de los técnicos y encargados de talleres.

Una última batida de limpieza por el lugar.

Un último montón de “objetos perdidos” donde los chicos buscan sus cosas extraviadas.

 

Todo lo que hacemos hoy es “lo último”, y no podemos desprendernos de esa sensación.

Las muestras de cariño entre los nuevos amigos hechos a lo largo del viaje son más frecuentes, las sonrisas más melancólicas, menos duras. Son sonrisas con carga de profundidad.

El intercambio de correos y direcciones no dulcifica la sensación de grupo que se desintegra, de hermandad que se disuelve, de sueño que se evapora.

 

Los que no hacemos por primera vez una expedición de “Madrid Rumbo al Sur” sabemos que no tardarán en surgir las lágrimas, que en el momento de las despedidas, al llegar a casa, los más avezados y curtidos expertos del equipo tragarán saliva para no sacar a relucir demasiadas emociones.

 

DONACIONES EN ESPECIE

A estas alturas, para llegar a casa, nos basta casi con lo que llevamos puesto. Los miembros del equipo regalamos a los chicos las camisetas azules que hasta ahora han separado a los “mayores” de los “pequeños”, y que han creado una necesaria jerarquía que en breve va a desintegrarse, cuando ya no sea necesaria.

 

Tanto chicos como mayores depositamos en bolsas camisetas ya usadas, toallas, pantalones, ropa diversa, para que se laven y los Salesianos lo repartan entre los jóvenes que acuden a su centro.

También se reúnen, en bolsas, las medicinas que han ido sobrando. Las cajas de los medicamentos están destrozadas por la humedad y el sudor, pero dentro, en sus blisters, los antibióticos, los analgésicos, el suero, y demás fármacos, guardan toda su utilidad para los centros sanitarios de los alrededores.

 

LA LENTITUD DEL TRÁMITE

La tradicional “cachaza”, la lentitud con la que se desarrollan las cosas en muchos aspectos de la vida africana, afecta de manera especial al aeropuerto de Dakar. La previsión del tiempo que va a costar no sólo pasar los controles personales, sino facturar todo el equipo y material voluminoso, nos obliga a llegar con horas de antelación sobre la salida prevista.

 

El tiempo que no pasamos varados en inmóviles colas lo utilizamos haciendo unas últimas compras en las tiendas o tomando un refresco o algo de comer.

Colas, tiendas y cafeterías, los aeropuertos son sota, caballo y rey. Pero el siguiente aeropuerto va a ser diferente para nosotros:

 

Canarias, la escala en el viaje, ya es casa.

 

HAY OTROS MUNDOS, PERO ESTÁN EN ÉSTE

Les juro que pueden creerme, porque no soy sospechoso. Baso mi credibilidad ante vds. en que no soy de los que se fascinan por las bondades primigenias del buen nativo, ni del Tercer mundo. Me desenvuelvo más a gusto cenando en kampa Park en Praga, merodeando Place Vendôme en París o probando la paciencia de mis acompañantes en el Imperial War Museum de Londres.

 

Por eso pueden considerarme objetivo cuando les digo que en Senegal hemos visto buena gente y hemos visto gente repugnante. Nos han ayudado de buena gana, y nos han intentado soplar el equipaje.

Hemos visto santos y hemos visto miserables que se aprovechan de ellos.

Hemos visto lujo y delicadeza junto a detestable vulgaridad.

Hemos conocido a intolerantes y a brillantes mentes abiertas.

Nos hemos cruzado con gañanes de brutal ignorancia y con gente de esmerada educación.

Como en España, me dirán. Pues sí.

 

No soy de quienes ven en la pobreza la excusa para todo, ni de los que profesan la religión de lo políticamente correcto. Por eso puedo decirles con autoridad que en Senegal hemos visto gente deslomada a trabajar por muy poco, y gente que como único trabajo tiene el abandono, como único esfuerzo la mano pedigüeña extendida. Como en España exactamente, me dirán. Pues efectivamente.

 

Sigo prefiriendo Praga, París, Londres, Nueva York, Roma o Tokyo a Dakar, Hanoi, Calcuta, La Paz o Kabul. Por eso no llego ahora a consecuencias falseadas por la querencia.

Por eso les aseguro, y pueden creerme, que los de Senegal son en lo esencial iguales a los de España, tan perversos y tan hermosos. Exactamente iguales, con sus vasos limpios y su basura debajo de las alfombras.

 

Ni mejores, como piensan algunos de nosotros, ni peores, como piensan otros. Ni mejores, como se resignan a creer algunos de ellos, ni peores, como farfullan rencorosamente otros.

 

No soy de los que dice que sabe que volverá, suelo hacer otro tipo de viajes, por eso pueden creerme si les digo que lo que hemos aprendido es tan simple que podría decepcionar si no fuera porque maravilla: Que no hay nada nuevo bajo el sol.

 

Y me alegro.

 

A LAS FAMILIAS,

CON PREOCUPACIÓN

No quisiera preocuparles,

pero aquí las estrellas brillan

sin que ninguna otra luz les haga sombra.

 

Es mi obligación advertirles

de que en esta tierra

los niños juegan en las calles,

 

Hay animales sueltos

y no hay que acreditarse

para entrar en lugares públicos.

 

Observo con cierta alarma

que los nativos usan para sus juegos

un material no homologado

ni certificado ni registrado,

al que llaman madera.

 

Les ruego que no se inquieten,

pero dicen que por aquí

por las noches hay silencio,

y por el día la gente canta por las calles

sin que les tachen de locos.

 

Se corre incluso la voz

-espero que sean leyendas-

de que en los ríos hay peces,

de que las historias no se cuentan por la tele,

y a los viejos se les respeta.

 

Es mi obligación informarles,

y con pesar les informo

de que sus chicos

no volverán preparados

para competir, para medrar, para ascender, para triunfar,

en el mundo del que proceden.

 

 

 

Crónica 09.09.2011

 

Admiración y afección. Comunión y compasión. Más que palabras, estos vocablos son una razón y una manera de ser que bien podrían relacionarse con las andanzas y el vivir diario de la recién concluida expedición de Madrid Rumbo al Sur que recorrió este año Senegal, mi tierra.

Admiración por el pueblo Bassari que logró, contra vientos y mareas, huyendo de los islamizadores peulh, dándoles la espalda al progreso y al modernismo, conservar sus ritos y creencias, entre los que las anuales ceremonias de iniciación durante las que unos jóvenes de entre 14 y 16 años arremeten contra los «lokutas» (hombres enmascarados que salen de las grutas), en un combate desigual que siempre acaba con la derrota de los primeros nombrados, prefigurando con la adolescencia vencida el paso de los derrotados a la edad adulta.

Admiración, pues, de la que puede dar cuenta nuestro empeño en ir al encuentro de este pueblo que parece vivir fuera de tiempo, en una zona de muy difícil acceso, en lo alto de un monte, en el anclado sureste senegalés, por un camino fragoso, bajo una lluvia torrencial, y, para colmo, al cabo de una heroica travesía, a la nada, del río sin embarcación que le aísla más del mundo.

Tan sólo para poder verlo todo de cerca y comprobar que existe, en algún lugar del mundo llamado Salémata, un pueblo milenario que se parece mucho, por el atuendo y el físico, a los Bantúes; un pueblo ajeno a la algazara y el bullicio del mundo moderno, fiel a sus raíces y a los sagrados secretos legados por el Gran Fetiche, el Hombre-Camaleón, testigo del pasado y del presente…

Afección por los Fuladúes de Keur Taybe, en el centrooeste de Senegal, que siguen yendo a por agua al salado pozo del lugar, moliendo el mijo a fuerza de brazos, y ni tienen idea de lo que es la electricidad. Fuladúes que no han perdido, empero, la alegría de vivir de la que da muestra su estrepitosa acogida a la expedición MRS, al son de las cacerolas y platos de aluminio (para ellos, el tambor es un lujo) , cantando y bailando, brindando el sudor de la frente a cada grano de la tierra que iban pisando.

¡Vaya espontaneidad la suya! Fue muy lindo, lindísimo, verlos abrazados a los chavales, llevándoles de casa a casa, ante la mirada austera de los hombres cuya cara surcada por las faenas diarias se volvía súbitamente más serena, como por arte de magia, al pasar ante ellos sus bellísimas hembras. ¡Sí que son bellas las fuladúes! Bellas y naturales. Auténticas…

Comunión con los míos. En Diamaguène que en oualof significa es mejor la paz. En mis tierras. Ante mis súbditos. En una inolvidable tarde que se prolongó hasta las 22 horas; tarde durante la que pudimos ver a todos bailando el «YUZA» al son endiablado de los tambores, admirar la elegancia y belleza de las «siñaras», aquellas afortunadas mujeres sanluiseñas del siglo XIX, cuya vida se confunde con la historia de la colonización francesa en Saint-Louis y Gorée, y asistir a una escena de lucha tradicional senegalesa, con la participación activa de dos campeones ibéricos: Telmo y Alex…

Compasión, por fin. Compasión en Gorée cuya historia pujante mal contamos, nosotros los senegaleses, por resistirnos a acoplar el relato con la tremenda realidad de la que fueron víctimas los nuestros. Los ví a los chavales llorando en la mítica Casa de los Esclavos, ante aquella puertecita por la que los deportados iniciaban un penoso viaje sin retorno.

Curiosamente esta vez Gorée no me quemó la sangre: las lágrimas de los chavales fueron un verdadero alivio para mí y acabaron convenciéndome de que hay, en todos los hombres, muchas cosas que admirar, como esta máxima entrega, este don de sí, este volcarse con el otro, dándolo todo sin nada recibir ni exigir, que sólo tiene un nombre: el AMOR.

Amor o afección por el otro; o más bien cariño. Este grato cariño que es, para MRS, a la vez, una razón y una manera de ser.

Malamine, el «tubabu, dueño de Diamaguène, Taal Bakhlé y Diamoye Gaye.

 

 

 

Crónica 09.09.2011

 

Las sonrisas, las lágrimas, los abrazos, los secretos, las noches en vela y las siestas en el autobús, el cantar afónico de felicidad, el impacto de otra cultura ante nuestros ojos, un amanecer africano…Los recuerdos se mezclan en la memoria y la esencia de África se introduce en el miocardio, acompasando los latidos a golpe de djembés.

Dejamos África después de 17 días, un viaje que ha dejado marcada su huella dactilar en nuestras vidas, un viaje de experiencias que nos han cambiado para siempre.

Antes de seguir el viaje por mis recuerdos me vienen a la cabeza unos versos de Miguel Hernández; “Conozco bien los caminos, conozco los caminantes del mar, del fuego, del sueño, de la tierra, de los aires…” Es un trocito de poema que empieza a conectarnos con la expedición que hemos realizado, para así, poco a poco proseguir el viaje, por mis recuerdos…

Senegal, tierra de la Teranga, es decir, tierra de la hospitalidad y, lo cierto , es que esa hospitalidad se huele en cada esquina. Durante todo el viaje nos han acogido con los brazos abiertos y siempre han tenido tiempo para contarnos retales de sus vidas. Todos hemos aprendido mucho de esas personas que ajenas pasaban a ser cómplices en poco tiempo.

Pero a veces sobraban las palabras y los idiomas se alejaban para dar paso al lenguaje de los gestos. Los niños de África no necesitan hablar para pedirte una mano que les acompañe en el camino, ellos simplemente te regalan lo mejor de sus sonrisas a la espera, siempre bajo su atenta mirada, de que tú, dulcemente, les devuelvas el gesto y les tiendas un dedo, sus manos son tan pequeñas que solo cogen un dedo y lo agarran con fuerza, como si no quisieran que te fueras nunca…

Entre todas estas personas hay historias divertidas, tristes, de superación, de amor, de muerte… Historias asombrosas que, durante esta expedición, nos han formado como personas. Bueno el día a día ya se lo saben todos, así que no lo voy a contar, las veces que hemos viajado en autobús o comimos raciones militares. Yo hablo de los sentimientos y sensaciones, que se ten ponga la piel de gallina al ver decenas de niños huérfanos, o la escuchar las vidas de los enfermos del psiquiátrico, o emocionarte con la labor de misioneros y voluntarios que dedican su vida a los otros.

Este viaje ha logrado su objetivo y ha conseguido despertar en nosotros la chispa de la cooperación, haciendo que nosotros también queramos dedicar nuestras vidas a crear un África mejor. Porque, después de este viaje, he llegado a la conclusión de que sólo hace falta creer y trabajar para lograr ese África tan soñada. Ahora sabemos que tenemos que pelear por lo que queremos y que nuestro viaje y las vidas africanas que hemos compartido no se deben quedar solo en nuestra memoria, hay que contarlo para que todos los que han sentido los pelos de punta al ver la felicidad entremezclada con la pobreza al menos sepan de su existencia. Por si así, algún día podamos ser más personas queriendo cambiar el mundo.

 

Carlota Ortega.
Expedicionaria MRS Senegal 2011

 

 

 

Crónica 09.09.2011

 

Es difícil describir lo que hemos vivido estos 17 días. Al volver la vista atrás, a ese primer día en Nuevos Ministerios, me doy cuenta de todo lo que hemos sentido, aprendido, olido, degustado, odiado y querido en estos días de expedición.

El viaje ha sido una autentica aventura, nunca sabíamos lo que iba a suceder a continuación. En este tiempo hemos podido ver lo imprevisible que es África. Las condiciones cambian constantemente y eso lo hace especial y más interesante.

Se podría pensar que ha sido un viaje más de aventura que de cooperación ya que no hemos dado una ayuda directa a los senegalés ni hemos cambiado sus vidas. Pero el simple hecho de haber tenido contacto con ellos, haberles hablado o sacado una sonrisa, ya me parece más que suficiente para sentirse satisfechos. La aventura es cooperar y la cooperación es una aventura en sí misma.

Durante el viaje hemos seguido un rumbo lleno de momentos buenos y malos, momentos de felicidad y euforia. No voy a decir que no ha sido un viaje duro y que la convivencia ha sido fácil porque no sería verdad, pero gracias a esos momentos más complicados y de mayor esfuerzo hemos conocido a personas de verdad, tal y como son y hemos podido ir creando con ellas lazos de amistad que difícilmente serán olvidados.

Por último quiero decir que el viaje ha sido tal cumulo de emociones que no nos ha dado tiempo a asimilarlas y a verlas con claridad. Y que en el momento en el que lo hagamos nos daremos cuenta de la gran suerte que tenemos por haber vivido esta experiencia tan impresionante.

 

Carmen Herrera Arbona

Expedicionaria MRS 2011

 

 

 

Crónica 09.09.2011

 

Hay ocasiones en las que para asimilar lo que ha pasado se necesita un tiempo. Pueden ser horas días, semanas, meses… Sin duda este viaje requiere una reflexión. Han sido 17 días super intensos. Días llenos de nuevas caras, lugares distintos, sensaciones increíbles, nunca vividas, conversaciones apasionadas, personas apasionantes…Son muchas cosas, muchísimas, para resumirlas en unas pocas líneas.

Comenzamos siendo desconocidos y ahora somos una piña. Personas que antes te eran ajenas, hoy son parte de ti. Esa cercanía no se consigue con facilidad pero nosotros lo hemos logrado. Todas las experiencias vividas, todas lo han hecho posible. Hemos reído viendo a otros reír y llorado viendo a otros llorar. Hemos compartido sensaciones, enfados, enfermedades, sonrisas, mosquiteras, relec, raciones militares, talleres, conferencias….

Tan importante como las amistades forjadas son los conocimientos adquiridos. De todos y cada uno de los 137 compañeros que hemos tenido en esta aventura hemos aprendido algo. Cada miembro de organización, los de la camiseta azul tenia infinidad de ideas que transmitirnos y cada expedicionario te aportaba una visión distinta.

Senegal no ha dejado indistinto a nadie. Para muchos este ha sido el primer contacto con África y sin duda ha cambiado nuestras vidas. Lo que antes veíamos en la tele, periódicos o libros, aquí lo hemos vivido de primera mano. La miseria de algunas zonas urbanas contrastaba con la felicidad plena de los niños de las aldeas. La hospitalidad, por mucho que nos lo hubieran advertido de ante mano, nos sorprendió a todos. Caminar entre niños que aún teniendo nada te lo dan todo con una simple sonrisa es la sensación más gratificante del viaje.
Soportar a los insistentes vendedores ambulantes, y más sobre el sol abrasador, resulta difícil en ocasiones. Observar el bien que hacen las decenas de proyectos que hemos visitado te hacen orgulloso de empezar a ser parte de ello. Todo esto y mucho más es lo que nos llevamos de Senegal. Miles de momentos que estarán siempre almacenados en nuestra memoria.

Porque el calor sofocante, el cansancio acumulado, las noches en esterilla, la suciedad, los mosquitos y los malos olores quedan en un segundo plano cuando a cambio has vivido los 17 días más intensos de tu vida.

Ahora sólo queda dar las gracias una vez más a todos los que habéis hecho posible esto, especialmente a la organización y a los patrocinadores, pero también a los expedicionarios, porque MRS es lo que es debido a vosotros. Ya somos 600 los que podemos decir con seguridad lo siguiente “ África no se cuenta, África se vive…”

 

Julia Saiz Alía.
Expedicionaria MRS Senegal 2011

 

 

 

Día 18
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Crónica 10.09.2011

 

¿Cómo describir al final de algo que acaba de comenzar?

Tan solo nos quedan unas horas, unos cuantos minutos para llegar al final de la experiencia, de este sueño hecho realidad.

En el avión, camino de vuelta, miro a todos mis compañeros, esas personas con las que he compartido estos maravillosos 17 días, unos días llenos de ilusión, de alegría, de esperanza…

El cambio personal de cada uno se aprecia en nuestras miradas, miradas que antes no decían nada y ahora dicen todo: no solo apreciamos más lo que tenemos, es que apreciamos cosas que antes nos parecían insignificantes.

No sé, creo que no hay palabras suficientes para describir lo que es Madrid Rumbo al Sur, lo que me ha dado Senegal no me lo va a dar nada ni nadie nunca y ahora me acuerdo de todas esas miradas, de esas miradas de aquellos niños que nada más verte cogen tu mano y sonríen, sin conocerte te ofrecen toda su confianza y es en momentos así cuando te das cuenta de que tú has aprendido mucho más de ellos que ellos de ti.

Una vez, en una aldea, con una niña cogida de mi mano pensé una frase, una frase con la que he seguido todo el viaje “Tú me puedes enseñar más de lo que te puedo dar…” y es así África me ha dado algo especial en mi vida, un trocito de mi corazón le pertenece y allí estará para siempre porque Senegal es un país que te enamora con todos sus bailes, su cultura, sus ritmos, su gente…

¿Qué es lo mejor de este viaje? No sabría decirlo, porque afortunadamente solo me llevo cosas buenas y recuerdos buenos de esta aventura, con momentos buenos y no tan buenos, pero creo que es de los errores y de los momentos duros de los que más se aprende.

¿Mis compañeros? No son compañeros, son mucho más que eso, han sido y son mi familia. Sé que me llevo muy buenos amigos a casa y todo es gracias a ellos.

Pero todo gran viaje llega a su fin y a este le queda poquito tiempo, pero estoy segura que esto ha sido el comienzo de un gran camino futuro por aprender al que tengo que decir: ¡GRACIAS!

 

Esther Paniagua Fernández.
Expedicionaria MRS 2011

 

 

 

Crónica 10.09.2011

 

Se acabó, la expedición ha llegado a su fin, desde el avión hacia Madrid escribo esta última crónica, pero no se me ocurre de que hablar en concreto… Han sido tantas cosas y tantos momentos apasionantes es tan solo 17 días que no tendría sentido nombrar algo en especial: Aunque lo que si es verdad es que algunos momentos han sido de ciencia-ficción, la paso del río para llegar a Salétama, la tormenta hacia Kaolack, el recorrido de 250 kilómetros por la playa de Saint Louis- Dakar. Hemos vivido mucho, hemos cambiado, hemos soñado, hemos sufrido, hemos sentido y hecho cosas que sin la expedición MRS no serian posibles seguramente. Hemos conocido proyectos de cooperación en muchos lugares de Senegal, que ahora, al saber que existen necesitan todo nuestro apoyo. El mundo entero, Europa, España, Madrid en concreto pueden hacer mucho por esta gente y por África. Nosotros somos todos jóvenes, podemos intentar que poco a poco, las desigualdades sociales en estos países se reduzcan. Creíamos que íbamos a África a ayudar pero ellos son los que nos han ayudado a nosotros, es más, seguro gracias a Madrid Rumbo al Sur, gracias a Telmo, Mar y al equipo entero de organización, gracias rumberos y …Gracias Senegal por enseñarnos Tanto…

 

José Ignacio Pamiés Massó.

Expedicionario MRS 2011

 

 

 

Crónica 10.09.2011

 

Ojalá se invente una palabra que englobe esa mezcla de sentimientos que sentí al bajar del avión cuando llegué a Dakar y notar tan singular humedad, nervios, confusión, intriga, oscuridad…FELICIDAD!

Es increíble como poco a poco me fui enamorando de este País. Sin embargo no fue Dakar lo que terminó de llenarme, ni el mercado, ni esos maravillosos Salesianos…Son las personas de los poblados, esas que te dan la mano y te entiendes con ellos pese a no hablar el mismo idioma… Y luego agradecen tu compañía… ¡Si en realidad son ellas las que enseñan! No fingen esa alegría, están contentos de verdad, ricos en conocimientos, risas y sueños. Inconformistas, no pierden su sonrisa, sostienen sus creencias y se enorgullecen de sus costumbres. Viven en una pobreza bonita. Porque en Dakar las señoras sin recursos piden ayuda con sus perdidos ojos grises. Sin embargo, en lugares como el país Bassari, la población tiene una mirada brillante. Te hace sentir bien, y eso en un lugar desconocido se agradece. Son tantísima las cosas que contar a cerca de esta experiencia, la maravillosa Isla de Goreé, el rechazo a la raza desconocida, los brillantes proyectos subvencionados por la comunidad de Madrid…Por eso es mejor vivirlo, buscar una oportunidad similar y aprender cada segundo al máximo. No importa si toca bañarse con agua de lluvia, al fin y al cabo fue maravilloso. Da igual si hay que cenar ración militar, no deja de ser comida. No hace falta saber lo que se hará mañana, hay que fiarse del magnífico equipo, ya lo decía Machado, “Caminante no hay camino, se hace camino al andar…”

 

Winnie Idjabe Makude.
Expedicionaria MRS 2011

 

 

 

Crónica 10.09.2011

 

En cuanto me he subido al avión me he quedado dormida. Ni siquiera he sido consciente del despegue ni aterrizaje. Sólo un usual y atormentador “buenos días” a modo del típico despertar de todas las mañanas de Pablo para hacer deporte en rumbo al sur.

A veces la palabra feliz o lo referente a la felicidad cobra un sentido neutro de tanto use que se hace de ella. Cuando me han preguntado mis compañeros que tal ha sido el viaje, la impresión completa, yo he contestado que me sentía feliz, feliz de haber hecho este viaje y del resultado. Pronunciando esta palabra, feliz, me doy cuanta de su verdadero significado.

Ha sido un viaje increíble, fascinante, magnifico, indescriptible. Es una experiencia que jamás se borrará de mi memoria, de hecho, la recordaré con un profundo sentimiento de afecto.

Este viaje me ha llenado por dentro. Una vez de vuelta, ahora en el avión, me doy cuenta de lo que he aprendido, de lo que he disfrutado, de lo que he sufrido, de lo que me he mentalizado, de lo que voy asimilando y catalizando y de lo que sigo aprendiendo en consecuencia de este maravilloso recuerdo imperturbable. Siento una satisfacción plena porque empiezo a ser consciente de la aventura que he vivido y de lo que esto me ha aportado y aportará en mi vida.

Han sido 17 días excepcionales en Senegal, donde he visto miseria, dolor, ingenuidad, desconfianza, gentileza, alegría, apertura, generosidad, confianza, cariño, disfrute, emoción, motivación, compañerismo, unión, multiculturalismo, amistad, ayuda, apoyo, renovación, intercambio, asombro, impacto, esfuerzo, servicio… Una mezcla de sentimientos muy grandes hemos recogido de este viaje. Aquí podría seguir una hora o dos días escribiendo, pero el hecho es que es imposible explicar con palabras una vivencia como esta, hay que experimentarla, porque es inigualable. Es la única manera de entender lo que escribo.

 

 

Blanca García Velloso

Expedicionaria MRS 2011

 

 

 

Crónica 10.09.2011

 

Ya vemos las luces de la ciudad de Madrid desde las ventanillas del avión, está a punto de amanecer. El sueño ha convertido lo que quería fuera una crónica en condiciones, en un texto rápido de última hora. Todos estamos contentos por llegar a casa y ver a nuestra gente otra vez y queremos que estos días en Senegal formen parte de ellos, pero también estamos tristes por volver y dejar ese país africano. Será imposible olvidar lo que hemos vivido allí, los paisajes, las mosquiteras, la gente, los momentos de contar los grupos, las raciones militares, los olores, las camisetas de MRS, los poblados, nuestras mochilas apiladas… Aún no lo hemos asimilado todo, son muchas cosas en muy poco tiempo y lo sentimos como algo mas, un viaje fuera de lo normal, probablemente haya sido el viaje de nuestras vidas, dicen que al volver cambiamos, que tenemos algo diferente. Eso tiene que ser verdad, no todo el mundo puede decir que ha participado en la VI edición de MRS, en Senegal. Me llevo a casa un montón de amigos, me he propuesto que mis hermanos pequeños puedan conseguir participar en futuras ediciones, convenciéndolas mediante las batallitas que les contaré de Senegal de ahora en adelante. Todos nos prometemos volver a vernos en Madrid, y aunque somos muchos, se que lo conseguiremos. ¡MUCHISIMAS GRACIAS¡

 

Silvia Espinosa

Expedicionaria MRS 2011

 

 

 

Crónica 10.09.2011

 

Verde es el color de las plantas que nos arañaba las piernas y se quedaba en los calcetines, pero también el de los que nos protegía del sol con su preciada sombra. Amarillo el color del sol protagonista de tantos amaneceres y atardeceres de película. Roja es la tierra arrastrada por el río que es imposible sacar de los calcetines, pero también la tierra sobre la cual siempre podíamos descansar. Estos colores de Senegal, país que tanto nos ha hecho soñar y en el que tanto hemos vivido en estos 17 días; pero sobre todo son los colores de los corazones senegaleses que los habitantes de este maravilloso país han abierto sin reparo a unos extranjeros como nosotros.

Cuando estábamos en Madrid no podíamos imaginar ni de lejos lo que viviríamos en Senegal. Había alguna vaga idea, pero poco se aproximaba a las cosas aprendidas; a los olores, sabores, colores y sonidos; a las sonrisas y miradas tan profundas vistas; a la efusividad y alegría de los niños al vernos o simplemente al compartir con ellos un juego; también momentos duros vividos; a la convivencia que a veces se hacía difícil pero siempre necesaria en este viaje; a la sensación indescriptible de un saludo, un apretón de manos o un abrazo, amaneceres, atardeceres, lluvias torrenciales y paisajes propios de este continente.

Este viaje nos ha ido cambiando poco a poco y seguirá haciéndolo una vez estemos en Madrid. Nos ha hecho aprender infinitas cosas que no se enseñan en el colegio y que no te pueden contar, hay que vivirlas. Nos ha ayudado a ver la realidad de otro país, pero que desgraciadamente es la realidad de muchas otras del mundo. Pero por fortuna también hemos podido ver la enorme cultura y riqueza de Senegal, y las ganas de pelear, de crear y vivir de este pueblo.

Nos dijeron que nuestro viaje comenzaba en los cursos de cooperación, pero no cuando acababa. Estoy muy segura de que no termina aquí, es posible solo un comienzo. Hemos emprendido el camino rumbo a nuevas emociones, nuevas culturas, nuevas realidades, nuevas gentes, definitivamente los 100 expedicionarios hemos emprendido el camino rumbo al sur.

P.D: Solo pedir perdón porque esta crónica no refleja ni la mitad de lo vivido. En mi defensa diré que es muy difícil, por no decir imposible transmitir y plasmar este viaje. Lo vamos a tener complicado cuando en Madrid nos pregunten “¿Qué tal en África?…

Por último dar las GRACIAS a TODOS: madrileños, senegaleses y todas las personas que han hecho posible esta aventura, como un macuto llevaré conmigo vaya a donde vaya las tan preciados recuerdos de este inolvidable experiencia.

 

Zeltia García Suarez.
Expedicionaria MRS Senegal 2011

 

 

 

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