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Siempre me suele pasar… Cuando llego por la noche a algún destino diferente estoy deseando que llegue la luz del día para poder visualizar el nuevo paisaje. Anoche, la oscuridad impedía ver más allá de algunos lugares iluminados junto a la carretera, hoy es distinto y el amanecer se abre paso a base de colores, los colores diferentes de África. Y si uno tuviera que explicarlo de una manera lógica y coherente seguramente no tendría mucha base argumental para defender que aquí los verdes de la vegetación o los ocres de los caminos son muchos más intensos que en Europa.
Muy pronto se han puesto los expedicionarios en marcha, algunos seguro que se pensaban que estaban en medio de una pesadilla, pero pronto se han tenido que enfrentar con la realidad, a toda prisa había que ponerse en pie para hacer ejercicio.
“Hemos hecho carrera, flexiones, abdominales, estiramientos… el ritmo ha sido frenético”, nos explica David Obach, “pero luego se ha agradecido mucho la ducha, ha sido reconfortante”.
Los monitores están dirigidos por Pablo el jefe de monitores, bombero de Pamplona que también viene a MRS desde su primera edición: “mi misión es hacer que el programa salga según lo establecido, coordinar los distintos grupos y en definitiva responsabilizarme de que todo funcione correctamente. Hay que tener en cuenta que los chavales que llegan hasta MRS son gente verdaderamente entregada que han tenido que pasar una difícil selección y la inmensa mayoría vienen con ganas de aprender y trabajar. Es muy gratificante cuando con el tiempo te comentan que el viaje ha sido muy enriquecedor para ellos”. Es curioso observar a Pablo y a su grupo de monitores en plena acción parece como si jamás les faltaran las energías “Eso se consigue a base de motivación y ganas. Los monitores no tienen horarios”.
Otro grupo muy importante de MRS son los profesores que enseñan a los alumnos temas muy diferentes que van desde la historia, pasando por la radio, la solidaridad o incluso la astronomía. Hoy se han creado los talleres de radio y también se han impartido cursos de Historia de Camerún gracias al Profesor Malamine Gaye, Senegalés que acompaña desde hace años a la expedición.
Paco Centenera, el profesor de astronomía, me cuentan que hoy ha sido un día de introducción: “hemos aprovechado para que vieran como funciona un telescopio y de esta manera, cuando por las noches nos dediquemos a observar el firmamento, tengan ya aprendidos todos los contenidos teóricos. A los chavales les interesa mucho y es un taller muy instructivo y práctico, hay que tener en cuenta que alguno de los alumnos es la primera vez que ven un telescopio y les impresiona mucho verlo y sobre todo poderlo tocar y manipular”.
El taller de radio lo imparten dos profesionales con muchos años de experiencia a sus espaldas, por un lado Luis Pintor que trabajó durante treinta años en Radio Nacional de España que nos cuenta que el objeto del taller de radio: “es que los jóvenes transformen todo lo que ven en imágenes sonoras” y nos reconoce que “es difícil porque en la actualidad la mayoría de los impulsos que nos llegan son visuales, sobre todo por las fotografías o por la televisión y nosotros pretendemos precisamente eso, que sean capaces de poner en sonidos por ejemplo olores, colores o sensaciones. Un segundo objetivo es que consigamos plasmar en sonidos todas las vivencias que se llevan en este viaje”. El otro profesional es Enrique Peris, que muchos le recordarán por sus intervenciones en TVE sobre todo por sus fantásticas crónicas que nos enviaba cuando era corresponsal en el Reino Unido. Para Enrique el taller: “ha sido muy productivo y han puesto a los chavales en contacto con todo lo relacionado con la radio, hemos sido unos privilegiados que hemos podido ver la realidad de alguno de los barrios de Yaundé donde los alumnos han entrevistado a mucha gente local recolectando audios para realizar un reportaje”. Laura Núñez nos cuenta que han estado preparando las crónicas que realizarán en los próximos días: “Hemos conseguido audios de algunos vecinos de la zona, intentando que nos cantaran, que nos contestaran alguna de nuestras preguntas o que nos contaran alguna historia. Hemos conocido gente muy interesante. Ha sido divertído”.
Después de los talleres y las clases el padre Tomás, de la congregación de los Salesianos de Yaundé ha contado alguno de los proyectos que llevan en la residencia “don Bosco”, la casa que nos ha acogido: “Aquí estamos en la actualidad cinco formadores y treinta jóvenes que vienen hasta nuestra congregación para realizar los cursos y las prácticas para en un futuro convertirse en sacerdotes. Aquí hay diferentes actividades educativas en los que se intenta educar a muchos -niños de la calle-, enseñarles un oficio y procurar que tengan alguna salida profesional en su vida”. También hemos podido cambiar impresiones con el padre Jesús Lozano, que lleva en el continente africano 21 años, 19 de ellos en Guinea Ecuatorial y el resto en Camerún. El padre Jesús nos recuerda que “es un error hablar en general del continente africano. Cada país es diferente, mantienen su propia identidad y tienen su propia idiosincrasia. De Camerún nos comenta que es un país precioso, y aquí tenemos una síntesis del continente africano y la gente es tremendamente trabajadora y todo el mundo tiene algo que hacer, son dignos de alabar. Es un país con un gran desarrollo y que ofrece muchísimas posibilidades”.
Pablo Font y su equipo se han encargado de preparar la comida a base de pasta y los chavales han seguido con el programa académico, arqueología, impartida por Olga Escalona, que imparte taller de arqueología experimental. “Hoy han estado fabricando herramientas como en su momento las podrían haber fabricado los hombres prehistóricos. Han visto algunas herramientas prehistóricas y luego han tratado de imitarlas, tallándolas, y he de reconocer que han salido algunas puntas de flechas interesantes”. A Belén Tejeiro le ha parecido muy interesante: “porque nos han contado el tipo de herramientas que se utilizaban en cada periódico histórico y hemos conocido los materiales con los que se trabajaban, luego hemos intentado imitarlas y ha sido divertido”.
Hoy hemos cenado pronto. El menú ha consistido en lentejas caseras realizadas por nuestros cocineros y los expedicionarios se han marchado a dormir. Mañana la diana es a las 4 de la madrugada, hay muchos kilómetros aun por recorrer y muchas experiencias por vivir. Pero eso lo conoceremos mañana… ¡Me voy a dormir!
La sensación de andar por un pueblo sin carretera por el que pasan coches, ver que las sonrisas de los niños, la felicidad y hospitalidad de las familias inunda sus calles de arena roja. El grupo de radio acudimos en busca de testimonios, canciones o cualquier señal que delate su cultura, sus costumbres y su alegría de vivir.
Las amistades brotan en cada momento y se hacen más fuertes, igual que la curiosidad de saber todas las aventuras y situaciones que nos esperan.
Nuestra aventura acaba de comenzar y es posible que mi manera de pensar cambie según vaya profundizando en este continente y este país. Para vivirlo hay que venir a verlo, y darse cuenta de que no todo es como se pinta en los medios de comunicación.
– Ça va?
– Ça va bien
– Qu´est ce que tu fais ici?
– Je ne comprend pas
Tantas diferencias y similitudes…. Desde que llegué aquí las preguntas como ¿así es como te lo esperabas? o ¿Te imaginabas así este país?, se suceden. El problema es que ahora no sé contestar. Lo que he vivido esta mañana no lo he acabado de asimilar. Tras otra pregunta simple como quién quiere participar en el taller de radio y aceptar la propuesta, me siento profundamente afortunado.
Siete de nosotros, ‘‘Los de la radio’’, salimos al exterior, era nuestro primer contacto. Desde que llegamos hemos montado el campamento en los salesianos y anoche con la euforia y la felicidad por la victoria de la Selección Española, estuvimos con la mente al margen
El contraste que hemos experimentado hoy ha sido brutal. Salimos con la idea de entrevistar a la gente que vivía cerca de aquí y la verdad es que hasta que no pasó una hora no fuimos capaces de hacerlo. Es una sociedad totalmente distinta, niños de cinco años vendiéndote cacahuetes, grupos de familias y amigos en mitad de la calle hablando tranquilamente o las típicas sonrisas de las que todo el mundo te habla antes de hacer el viaje y que hoy se han confirmado.
Creo que ya le empiezo a encontrar el sentido al qué hago aquí y el para qué se hace este viaje. Poco a poco voy asimilando, no sin esfuerzo, el motivo que mueve a Madrid Rumbo al Sur y a la Comunidad de Madrid a organizar este viaje. Y es que empiezo a ser conciente de que esto me va a cambiar para siempre.
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