18 Julio 2012
Comenzamos el día con algo de footing por la playa. Ha sido agradable la arena en nuestros pies, pero más aun el baño de después. Nunca pensamos que el agua del atlántico fuera tan agradable, pero este baño multitudinario nos ha animado a continuar el día a pesar de la temprana hora.
Un rato después estábamos visitando las cataratas “Le Chute de la Lobe”, uno de los paisajes más bonitos por ahora disfrutados en un cayuco. Al acabar el recorrido pudimos darnos otro baño en la confluencia del río y el mar, con sus corrientes cruzadas y su agua fresca. En el tiempo libre de después pudimos aprovechar para hacer algunas compras y luego disfrutamos de un paseo por esta selvática y paradisíaca playa.
Continúa nuestro día con un paseo con el puerto y el pueblo.
Ya solo nos quedan cuatro días y las sensaciones que sentimos son contradictorias, por un lado no deseamos que esto acabe pero por otro ya tenemos ganas de ver a nuestros seres queridos. Lo que estamos viviendo aquí es una experiencia única, que no vamos a olvidar nunca y que además cambiará nuestro punto de vista en muchos sentidos. Creemos que será impactante volver a nuestra rutinaria vida.
Los olores, colores, y sabores de África están ahora impregnados en nuestra piel y no son de los que se van con una necesaria ducha.
PD de Cristina: Felices 16 koke, espero que lo pases muy bien en tu día, disfrútalo. Pronto te tiro de las orejas
PD de Aitana: Tengo ganas de veros papis, pero esto es genial. Tienes aún Aitana para rato feo, te quiero.
PD conjunta: Ya sabemos las notas de la universidad. No os preocupéis pronto hacemos papeleo.
Aitana Higuera
Cristina Hernández
Quedan ya pocos días para volver a casa, todo esto se va acabando. Este sueño que es África ha dejado una marca en nosotros, nos ha enganchado.
Hoy, tras muchos esfuerzos para levantarme, hemos ido a correr por la playa. A cada paso la realidad se convertía en fantasía, parecía un sueño. El agua se fusionaba con la selva, haciéndolo único.
Después de desayunar nos dirigimos a Kribi, el paraíso en la tierra.
Nos metemos en una canoa y cruzamos el río, rodeando las increíbles cascadas.
Para terminar, bañándonos en las inimaginables aguas del Atlántico, un sueño hecho realidad.
Cansados volvemos al campamento donde felices por el espectacular día que hemos pasado descansaremos para afrontar un nuevo día en las tierras de Camerún.
Muchos empiezan a hablar de la vuelta, o comparten anécdotas de lo ocurrido. Cada día en África es único, cada día aquí hace que me replanté lo que es realmente necesario, lo que realmente importa.
Días como este son regalos hechos para algunos, hechos para cambiar nuestras vidas.
Felicidades pequeña.
Álvaro Caballer Revenga
La crónica de hoy no es una crónica normal, pues está escrita por una cumpleañera y una de las personas encargadas de que este día haya sido muy especial.
Teniendo en cuenta que desde un punto de vista teórico que el día empieza a las 00:00 h. os podemos decir que este día dieciocho dio comienzo con un cumpleaños feliz cantado por parte de los expedicionarios (despertando a la cumpleañera que se había quedado dormida viendo una película) seguido de uno de los regalos que más se valoran tras llevar casi tres semanas en el continente africano. Un plato lleno de distintos tipos de galleta y chocolate. La noche no se acaba ahí, hemos tenido la “suerte” de dormir en camas aunque tenemos que reconocer que al fin y al cabo hemos cogido cariño a la mosquitera, la esterilla y este suelo africano.
Como de costumbre Pablo nos ha despertado temprano para una dura sesión de deporte mañanero, pero esta vez compensado por un baño de aguas africanas.
La mañana ha empezado con muchos cánticos dirigidos a la cumpleañera, que ha recibido doble ración de nocilla en el desayuno (que aunque no lo parezca tiene su mérito).
Después de organizarnos hemos partido rumbo a la playa “Chutes de la Lobe” (Kribi). Segundos después de bajar del autobús se nos han puesto los pelos de punta al ver las increíbles vistas que ante nosotros se presentaban; una densa selva seguida de unos metros de arena blanca que se fundían con un infinito mar.
Tras unos minutos nos han anunciado un viaje en una canoa de madera alrededor de una pequeña cala desde la cual se podía apreciar una de las mejores vistas que nadie puede imaginar, pues ante nosotras se presentaba un paisaje de ensueño, difícil de describir.
Hemos pasado la mañana paseando, jugando, bañándonos y disfrutando en todo momento del paraíso en el que nos encontrábamos.
Momentos como estos hacen que te des cuenta de que África es un lugar único del que te enamoras a medida que lo vives y compartes día tras día miles de sonrisas y miradas con la gente de aquí.
A medida que avanza el viaje y que más cerca vemos el final nos damos cuenta de todo lo que hemos aprendido, pues ahora valoramos muchísimas cosas a las que antes no dábamos mayor importancia. Pero no solo valoramos más las cosas materiales, sino también a la gente con la que hemos compartido este increíble viaje, pues estamos seguras de que de aquí nos vamos con grandes amigos.
Tras vivir uno de los mejores días de nuestra vida en la playa de Kribi, volvemos con energía al lugar en el que vamos a pasar la noche.
Pocos días quedan para el final y no queremos que esto acabe, pero hemos decidido tomárnoslo con la mejor filosofía posible, de manera que vamos a intentar vivir estos días de la forma más intensa posible, aprovechando cada segundo al máximo. Pero también hay que ver el lado positivo nos llevamos grandes experiencias que tenemos ganas de compartir con nuestros padres y hermanos de los cuales nos acordamos mucho.
No solo ha sido el mejor cumpleaños, si no también uno de los mejores días de Madrid Rumbo al Sur 2012.
Elena Espinosa
Rocío Dolader
Los chillidos de nuestra mascota de Kribi, el pequeño mandril, se han adelantado a los rutinarios buenos días de Pablo. Nuestro circuito deportivo era hoy una inmensa playa paradisíaca que tan solo se encontraba a cincuenta metros de nuestro hogar. El esfuerzo del deporte no nos ha costado tanto porque sabíamos que sería recompensado con un baño.
Eran las 7 de la mañana, y sin duda ha sido la mejor forma de empezar un día que ningún rumbero olvidará. Tras un delicioso desayuno hemos partido hacia la playa. Los rayos de sol se reflejaban en nuestra sonrisa al observar la grandeza que tiene la naturaleza africana. Los cayucos han sido nuestro medio de transporte para llegar al paraíso, hemos disfrutado de otro espectacular chapuzón en las aguas del atlántico. Se escuchaban las olas rompiendo con nuestra alegría y todos comentábamos las sensaciones que aquel lugar nos transmitía. Con los pies repletos de arena camerunense hemos aprovechado para comprar algunos recuerdos a las personas que echamos de menos. Lo que comenzó siendo un día oscuro y con un triste despertar, acabó siendo uno de los mejores días de la expedición. Ninguno lo esperaba, por culpa del tiempo nos habíamos forjado diferentes prejuicios, igual que habíamos hecho nosotras, la una con la otra, antes de conocernos realmente. Igual que hacen desde hace muchísimos años los países desarrollados con África.
Camerún hace que aprendas sobre la vida y que pequeños detalles sean los que lleven a cada uno a darse cuenta de que cambiar. Nosotras hemos cambiado un poco gracias a las miles de experiencias diarias, y ahora con una sonrisa de complicidad tratamos de transmitir lo que puedes recoger de cada día africano.
PD de Paula: Buen viaje mis niñas os veo el día 25. Mamá soy feliz, pásalo muy bien en Asturias y déjame una tortilla de patata hecha por favor. Gracias a mis rumberas por cada momento.
PD de Marta: Padres, hermanos, demás familiares y amigos sabéis que os echo de menos y os quiero, pero lo que no sabéis es que cada momento de felicidad he deseado compartirlo con vosotros para que tuvieses estas sensaciones africanas que estoy teniendo la gran suerte de vivir. Nos vemos prontito.
Marta Merino Velloso
Paula Sebastián Gascón