19 Julio 2012
Kribi
Amanecía en Kribi y los expedicionarios eran conscientes de que tocaba despedirse de la playa. Han sido un par de días intensos pero a la vez relajados donde los chavales se han sentido como privilegiados, porque esta zona está aún por descubrir pero, imagino que todo este entorno, dentro de unos años estará mucho más explotado porque la playa mezcla de selva y arena es un autentica maravilla.
Hoy tocaba de nuevo carretera y autobús, hemos atravesado Kribi en dirección a Edea y después de unas cuantas horas hemos llegado hasta unas islas en el delta del río Senaga. Allí se encuentra una reserva de monos chimpancés de una mujer francesa que recoge a todos aquellos chimpancés que son abandonados por los humanos. Los pequeños monos suelen ser regalados aquí como mascotas pero muy pronto crecen y muchos de ellos son abandonados. Aquí los cuidan y les dan calidad de vida para el resto de sus días.
Durante toda la mañana no ha parado de caer un potente aguacero que ha dificultado el traslado hasta la isla que hemos ido realizando en canoas, aún así los chavales se lo han pasado en grande, nos lo cuenta la expedicionaria Lucía Rico “Hemos ido a ver monos a una isla de una mujer francesa que recoge todos los monos que cuando se hacen mayores la gente abandona y ha sido muy divertido, los hemos podido tocar, nos hemos fotos con ellos y alguno para jugar pegaba pequeños mordiscos, a mi me ha dado uno pero no ha pasado nada. Para llegar aquí hemos visto un paisaje increíble”. Ya llevamos muchos días de viaje y los expedicionarios empiezan a echar de menos sus cosas “Sobre todo el baño es lo que más echo de menos y luego mis padres y mi gente. Aunque llevamos muchos días da pena que esto se acabe. Yo me quedaría otra semana más”.
La experiencia con los chimpancés ha sido divertida y quedan muchas fotos para el recuerdo. Hoy la gastronomía de “diseño” ha vuelto a aparecer para sorprendernos con un bocadillo de “huevos fritos”, así contando suena un poco raro pero con hambre es uno de los mejores manjares que he tomado.
A continuación bus, bus y más bus. Hemos tenido que atravesar por la noche Douala, una auténtica locura de ciudad que vive en un caos circulatorio permanente. Es sin duda una de las ciudades de Camerún con más ambiente y la capital económica del estado. Los puestos callejeros brotan como setas y una noche lluviosa como la de hoy hace que todo se vuelva más caótico. Decenas de motos que se cruzan de un lado a otro de las vías sin asfaltar, coches sin luces pitando con fuerza, peatones cruzando por donde mejor les viene… esa es la noche en Douala.
Hemos llegado a Limbe, allí nos esperaban los dueños de una empresa española, Supermaritime Cameroun S.A. Con los que mañana realizaremos algunas actividades en el agua. Los chavales han calentado las raciones militares y a dormir, ya eran cerca de las dos de la madrugada y al día siguiente queda mucho por hacer.
Otro de los personajes importantes de la organización es sin duda el encargado de la parte económica. Esa función la realiza Carlos Toro, un director de banca que conocía a Telmo y a Mar.. Habían conocido en otras expediciones similares y pronto pensaron en él para echar una mano en todo lo que hiciera falta “aunque no soy bombero hago prácticamente de todo como ellos. Muchos de los expedicionarios se piensan que soy un bombero más, lo cierto es que me conservo en forma porque me gusta mucho el deporte y los viajes y me ven como ellos en todos los fregados, aunque mi labor aquí es principalmente encargarme de la parte económica intentando que no se gaste más del poco presupuesto que llevamos y estrujar el limón hasta la última gota”. En Camerún, como en otros países africanos da la impresión de que todo hay que negociarlo “Sí, casi todo es negociable y el regateo es obligatorio en africa. A Toro Camerún le está sorprendiendo “El paisaje es brutal con esa selva tan impresionante. La gente es muy amable y no te sientes con inseguridad en ningún momento, todo el mundo te sonríe y es muy cordial. El país y la gente me están gustando mucho. Destacaría la sonrisa de la gente, es con lo que me quedo.
Me prometí a mi mismo escribir crónicas sobre este viaje.
Me lo prometí porque quería que la gente entendiera lo que se ve desde aquí, el aire que sale desde esa ventanilla y el sueño en este autobús.
No quería guardármelo para mí, compartirlo únicamente con mis compañeros, si no que llegara el resto de la gente… y aun no entiendo porqué.
Supongo que ese era el objetivo de este viaje, que fuéramos un enlace entre la realidad desconocida y la realidad igualante, que fuésemos esponjas que soltaran todo lo que habían absorbido durante 23 días cuando llegaran a su hogar y punto de partida para que su gente se empape también de las mismas sensaciones.
Y para eso nos dijeron que trajésemos un cuaderno y un bolígrafo para que también fuéramos periodistas de nosotros mismos, nuestros propios textos nos ayudaran a entenderlo todo mucho mejor. Lo que me hace pensar en lo que quería decir Guillen cuando me dijo que yo aquí ya era un fin en mí mismo.
Un periodista conoce realidades, y algo le dice que el resto del mundo debe conocerlas también, así que toma las fotos y se encarga de ello, para que la idea se exponga y se entienda.
De este modo el video de “Kony 2012” tiene tanto éxito y existe una película llamada “cadena de favores”, porque no hay nada más poderoso que la capacidad de expansión de una idea y nosotros, en este viaje, seguimos ese mismo fundamento.
Sin embargo aun hay cosas que aun no sé como contarlas, como lo que se puede ver ahora desde aquí, el aire que entra por la ventana o el sueño en el sueño en el autobús donde escribo esto.
David Obiach
Escribiendo esta crónica nos hemos dado cuenta de que queda poco recorrido y por ello queremos aprovechar al máximo cada cosa que hacemos así que todos lo que nos quieren no os preocupéis por nosotros que estamos muy bien.Sara Avilés
Alba Riches