CRÓNICAS ÚLTIMO DÍA 2ª FASE ERS. ABRIL 2017

Crónica último día:

En la vida hay experiencias memorables, necesarias, duras, únicas y una larga lista de adjetivos; pero hay algunas experiencias que además de todo eso tienen la suerte de ser indescriptibles. ERS pertenece a este último grupo. Por mucho que lo intentemos es imposible describir o explicar lo que supone este proyecto y experiencia para los que participa, es por eso, que solo los que lo han vivido pueden entender realmente lo que supone. Dicho esto es bueno intenta plasmar con palabras, aunque solo sea para ponerlas orden en a cabeza; y/o evocar los recuerdos en los que expedicionarios.

Esta segunda fase ha sido un grupo más reducido y en un sitio diferente pero el espíritu ha sido el mismo. La intención también ha sido la misma, pinchar esa burbuja de confort y abrirnos al mundo exterior. Y la pena de volver a esa burbuja aunque haya ciertas ganas de dormir en una cama sigue siendo enorme. El viaje es un concepto que se invito hace ya tiempo el cual consistía en visitar distintos lugares no solo para aprender y conocerlos sino para descubrirse y encontrarse a uno mismo.  Eso es lo que pretendía Telmo cuando inicia este programa, coger a jóvenes, que no niños, con inquietudes y madurez y mostrarles una realidad y una experiencia fundamental en su formación. Conseguir que ellos desarrollen un espíritu crítico y aventurero que creen una manera de vivir diferente, en construir tu propia identidad.

A través de lugares de la naturaleza únicos como cañones o montañas del medio atlas; pero sobretodo conociendo a gente y a realidades increíbles literalmente. La cooperación ha estado más presente pero sobretodo ha sido una convivencia con la gente. En esta interminable semana hemos visto realidades muy distintas pero ninguna te deja igual. La vida en su conjunto es un constante viaje pero nosotros decidimos que llevamos en nuestra mochila, que sitios queremos visitar, que queremos hacer cuando los visitemos, acompañados de quien y como queremos hacerlo. En eso consiste vivir en viajar, algunos se limitaran a disfrutar del paisaje y otros pocos locos preferimos salir y aventurarnos.

Quería utilizar además este espacio de la crónica para agradecer, y creo que lo hago en nombre de todos ya que sin ellos nada de esto sería posible. Gracias a Isa por su paciencia infinita al ser la organizadora de todo. Gracias a los hermanos Telmo y Mar los cuales nos han demostrado muchas cosas pero sobretodo esfuerzo, sacrificio y una manera de entender y sobre todo de disfrutar la vida única y sinceramente les tengo y creo que como yo todos una gran admiración y aprecio. Gracias a todos los monitores (nacho en esta fase) El conductor (Alex, nos ha aguantado mucho en el autobús) personal de material y cocina de ambas ediciones y todas esas personas que se desgañitan para que podamos disfrutar o vivir esta experiencia. Y por último gracias a los cámaras como Cuesta e Ibra los cuales cumplen una función fundamental y esencial en ERS. Ellos son los encargados de recopilar e inmortalizar todos esos momentos en los cuales nos sumergimos en invierno en los días de nostalgia.

Juan Muñoz Torio


Crónica 2. Domingo 16 de abril de 2017

Esta va a ser la última crónica que escribamos sobre este viaje, lo vivido estos últimos días es difícil de contar con palabras, así que vamos a intentar explicarlo de la mejor manera posible.

El miércoles por la noche llegamos a una pequeña ciudad pesquera llamada Larache, allí nos esperaban las hermanas de la Caridad de San Vicente de Paul quienes nos acogieron con los brazos bien abiertos y tras una buen paseo por el Puerto, buscando algo para comer. Después de cenar, tuvimos dentro del programa académico, una conferencia de Telmo sobre los viajes colombinos y la expedición en canoa realizada por él.

A la mañana siguiente fuimos al taller de costura donde convivimos con niñas que eran diferentes a nosotras, más bien eran mujeres hechas y derechas, que buscaban un refugio donde poder evadirse de su vida cotidiana, tan rutinaria, tan monótona. En este lugar, ellas tenían la oportunidad de formarse, de encontrar una educación básica ya que en estos países árabes, no se cree en el potencial de las mujeres.

Podríamos seguir contando todas las experiencias vividas con Rumbo al Sur, pero consideramos más importante transmitir todo aquello que hemos sentido, desde el estado de felicidad en estado puro, hasta la intensa nostalgia y empatía hacia aquellos que no tienen nuestra misma suerte.

Y así de Larache, pueblo que nos sorprendió por el gran contraste la vida en la costa y el campo; partimos hacia Tánger y por último Ceuta.

Puede parecer que esta experiencia tenía como finalidad ayudar a personas del tercer mundo, cuando realmente somos nosotros los que hemos recibido su ayuda, una ayuda basada en el intercambio y enriquecimiento cultural.

Y es que siempre, antes de emprender un viaje a este tipo de países, pensamos que vamos nosotros a dar sin recibir a cambio, y realmente esto se ve contrapuesto, cuando observamos que hemos vuelto con mucho más de lo que nos fuimos.

Celia Lagares Carrascal y Blanca Kirkendall Pérez de Ayala.

Crónica 3. Último día de la Expedición.
Un local en Ceuta, treinta jóvenes gritan entre dientes la palabra “Bossa”  (libertad)

Inmigración.

Hoy hemos visto con nuestros propios ojos una realidad que es carne de cañón para los medios de comunicación, que nos bombardean diariamente.

Cuando nos hablan de 150 muertos en una patera en la televisión o radio, todo resulta lejano, indiferente, inabarcable, ajeno. A partir de esta idea la sociedad occidental ha desarrollado la capacidad de neutralizar todas las emociones que generan terribles noticias como esta, convirtiéndonos en ignorantes a conciencia.

Es impactante y triste conocer que el sistema ha hecho de esta inmigración un producto comercial con fines de insensibilizar. Las fronteras, si han de existir, que no sean un limbo entre la vida o la muerte.

No se trata de una acusación, si no de un hecho objetivo, al que hoy, nos  hemos enfrentado cara a cara.

Raymond, sueña con ser cantante y en los pies de la valla de Ceuta, compone una canción para todos los inmigrantes, cree en su futuro y en la oportunidad de ser alguien.

Elías,  hoy nos hablaba del sistema corrupto de su país. Su sueño es continuar sus estudios y mientras, nosotras pensábamos en cuantas veces hemos deseado un domingo por la noche que no llegara nunca el lunes por la mañana.

Johannes, sueña con trabajar, con vivir dignamente, es sencillamente la esperanza de ofrecer un servicio y no ser un numero más.

Solo son tres vidas resumidas en dos líneas, pero sus ojos nos cuentan un sueño que podría pertenecer a un conocido, a tu vecino o incluso a ti mismo. El punto en común de estas historias se da en la lucha de un viaje emocional, físico y temporal de 7000 kilómetros en busca de algo que por naturaleza les pertenece, su libertad.

María Simón Montero y Paula Ramírez Burguillos.

 

Reflexión:

Llegar a mi casa y ver las formas de vida de los países occidentales en contraste con lo vivido estos últimos siete días provoca en mí una sensación que no puedo explicar con palabras. Una serie de emociones intransferibles si no las experimenta uno mismo.

Durante esta semana he vivido fuera de mi zona de confort habitual: la forma de sobrevivir, de pensar, de interactuar con el planeta, de conocer, de aprehender, de entender…Nos hemos remontado a una vida sencilla, viviendo mucho con poco. Ha sido un viaje donde me he encontrado, he comprendido, he cambiado. Donde ha triunfado la honestidad, el amor, el respeto, la convivencia y las ganas de crecer como persona fundamental en este mundo.

He salido del sistema y he conocido La Vida. He desaprendido para crear mis propias convicciones, he creado mis propias bases, formas de vivir. He ampliado mis realidades cambiado magnitudes, las unidades del tiempo. Parece que llevo cinco años y solo ha pasado una semana. ¿Por qué ignorar esta imperfecta y bella realidad que me era tan ajena? Ha sido maravilloso sentir que la vida que busco está fuera de lo que hasta entonces he entendido como tal. Entender el giro de la Tierra y no al humano. Entender la vida y, sin embargo, no entenderme a mí. Es difícil el viaje si tu corazón no está donde está tu cuerpo.

Gracias a todos por esta experiencia que me ha revuelto el alma y en pleno caos he comprendido que el desorden de mis pensamientos es perfecto, que este planeta de resistente desequilibrio puede cambiar si nosotros cambiamos. Necesito viajar, conocer más cosas, crear mi pequeña revolución porque lo que importa no es la opinión sino los actos. ¡Querer tirar los muros que nos separan para construir puentes que nos unan y gritar en coro “bozaaa»!!

Julia Román Muzás 

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