CRÓNICA OFICIAL JORNADA 2. BASE EL PICACHO. DOÑANA

Firmes… ¡ar!

La banda sonora de la jornada la han marcado centenares de zapatazos golpeando el suelo al dictado de varias voces de mando. Eran los chicos y chicas de España Rumbo al Sur aprendiendo de sus monitores el orden cerrado (“¡izquierda!”, “¡derecha!”, “¡firmes!”, “¡descanso!”). El día ha sonado a patio de cuartel en periodo de instrucción.

Entre el ensayo general de la mañana y el desfile por la tarde en la pista de grava del Picacho, el teniente Von Kursell Pérez de Rada impartió una teórica sobre la cultura de la defensa. Quienes tuvieran dudas sobre la utilidad del orden cerrado, las vieron resueltas. O no. Porque la clase dio lugar a un vivo coloquio en el que los participantes no siempre alcanzaron un acuerdo.

¿Para qué aumentar el gasto en defensa, si ello contribuye a la violencia y la destrucción de los pueblos? Con datos en la mano, Von Kursell ha demostrado que no es eso, sino lo contrario, exponiendo los grandes avances que, a lo largo de la historia, han tenido su origen en la industria militar. Por centrarnos solo en los más recientes: internet, el microondas, el gps o el goretex.

El turno de preguntas fue tan abierto que solo faltó preguntarle a Von Kursell si, llegado el caso, ordenaría un código rojo. De hecho, se le preguntó, solo que con otras palabras. La respuesta fue negativa, claro.

Las preguntas cambiaron de bando cuando se formuló a los expedicionarios la duda: ¿cuántos serían partidarios de una suerte de servicio militar voluntario previo a la universidad? Sorprendió el número de manos alzadas, tanto de chicos como de chicas.

La respuesta suscitó más preguntas: ¿las adhesiones a la propuesta serían igual en porcentaje entre el resto de jóvenes o Rumbo al Sur representa a un sector más inclinado a la cultura de la defensa? La respuesta quedó en el aire. No así cualquier duda respecto a la luna, sus etapas y sus influjos, en una clase bajo la luz blanca astral, sobre la arena de la playa.