Son las 6 de la mañana. La noche en blanco siguiendo mentalmente el vuelo desde Camerún a Bruselas. Ni una noticia, mi móvil me tiene en vilo, parece que el avión viaja de incógnito por los cielos africanos…. Paso las horas imaginando las caras de nuestros chicos cuando pasen por la puerta que nos los devuelva a casa, con la sensación supongo de haber crecido interiormente y sobre todo en solidaridad.
Los sentimientos son difíciles de explicar estoy tan emocionada por la experiencia que ha vivido nuestra hija gracias a esta excelente organización, que aunque no puedo dormir de la emoción de tenerla HOY en casa, noto cierta «pena» porque sé que seguro que la experiencia, de puro intensa, se les habrá hecho corta.
MUCHAS GRACIAS por esta oportunidad de hacer de nuestros hijos PERSONAS con mayúsculas en un momento de su vida en el muchos, no piensan más que en ellos mismos, les habéis dado la oportunidad de demostrar que los jóvenes SI pueden ser los conductores de un futuro mejor y que mejorar el mundo…no es «cosa de otros»
MIL GRACIAS
Belén y Fernando.